Rehenes en Irán: daños colaterales
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Rehenes en Irán: daños colaterales
Noviembre 4 (1979): Rehenes en Irán: daños colaterales
Enviado por ei en noviembre 3, 2010 – 22:43 pm
Gustavo Silva
Los Discípulos del Imán Jomeini rodean la embajada americana en Teherán y toman como rehenes a 66 estadounidenses. Media docena consiguió escabullirse hacia la embajada de Canadá. Mujeres y afroamericanos fueron liberados en breve (noviembre 19-20, 1979), pero los demás (53) permanecerían secuestrados hasta disolverse la crisis (enero 20, 1981), con excepción de uno que salió (julio 11, 1980) por enfermedad. En el ínterin, el presidente Jimmy Carter dio luz verde a sendas misiones secretas de rescate, que fracasaron en plena ejecución dentro de Irán (abril 24-25, 1980) y durante prácticas en la base aérea de Eglin, Florida (octubre 29, 1980).
Las tiras de documentos ocupados en la embajada americana fueron pacientemente ensambladas y así emergió un informe de que la CIA tuvo intención de «cultivar y reclutar» al presidente de la República Islámica, Abolhassan Banisadr, quien había compartido el exilio en París con ayatolá Ruhollah Jomeini, pero terminó siendo revocado (junio 21, 1981) por instigación de éste y tuvo que marchar de nuevo al exilio en París, bajo la sospecha de ser agente de la CIA.
La KGB aprovechó la situación para montar la Operación TAYFUN con ayuda de los servicios de inteligencia búlgaros (DS) y cobrárselas a Jomeini, quien tildaba a los EE. UU. de «Gran Satán», pero reservaba «Pequeño Satán» para la Unión Soviética y no había incitado al asalto de su embajada en Teherán, pero sí a mantenerla casi sitiada. El agente KOLCHIN, residente en Beirut, se encargó de que llegaran a Yasser Arafat documentos falsos sobre cierto Comité Militar de Salvación Nacional, que fraguaba en Irán el complot para tumbar a Jomeini y restaurar la monarquía con el príncipe heredero Reza Ciro Pahlavi. Arafat pasó la (des)información a Jomeini y así comenzó la purga.
La cabeza más conspicua que rodó pertenecía al canciller Sadeq Qotbzadeh, quien se había tornado incómodo para Moscú por insistir en que sus tropas se retiraran de Afganistán, reducir la plantilla diplomática de su embajada y hasta amenazar con dar armas a los mujajedines afganos. Qotbzadeh había estudiado (1959-63) en los EE.UU., donde conoció a Harrison Williams. Se urdió una carta de este senador estadounidense a Qotbzadeh para deslizarla en manos iraníes junto con el rumor de que había propiciado la precitada fuga de seis estadounidenses a la embajada de Canadá y andaba conspirando contra Jomeini. Así quedó sellada la suerte de Qotbzadeh ante el Tribunal Revolucionario. De paso cayó también [aunque sólo en arresto domiciliario] el rival teológico de Jomeini, Sayyid Mohammad Kazem Shariatmadari, primer ayatolá iraní en ser apartado del sacerdocio.
Lo amenazaron con ejecutar al hijo y acudió a la TV para confesar y pedir perdón a Jomeini. Para él, todo militante de izquierda era «espía de Moscú»; todo disidente religioso, «musulmán americano»; y todo opositor político, «agente al servicio extranjero».
-Foto: Pintura mural iraní en la cerca exterior de la embajada americana en Teherán © Smoughadam
-Nota: Desde que fuera designado (mayo 3, 2003) alcalde de Teherán, pero sobre todo tras asumir (junio 24, 2005) la presidencia de Irán, Mahmud Ahmadineyad ha sido señalado entre los asaltantes de la embajada americana, pero el líder de los Discípulos del Imán afirma que «no formó parte de nuestro grupo [ni] tuvo ningún papel en el ataque».
http://eichikawa.com/2010/11/noviembre-4-1979-rehenes-en-iran-danos-colaterales.html
Enviado por ei en noviembre 3, 2010 – 22:43 pm
Gustavo Silva
Los Discípulos del Imán Jomeini rodean la embajada americana en Teherán y toman como rehenes a 66 estadounidenses. Media docena consiguió escabullirse hacia la embajada de Canadá. Mujeres y afroamericanos fueron liberados en breve (noviembre 19-20, 1979), pero los demás (53) permanecerían secuestrados hasta disolverse la crisis (enero 20, 1981), con excepción de uno que salió (julio 11, 1980) por enfermedad. En el ínterin, el presidente Jimmy Carter dio luz verde a sendas misiones secretas de rescate, que fracasaron en plena ejecución dentro de Irán (abril 24-25, 1980) y durante prácticas en la base aérea de Eglin, Florida (octubre 29, 1980).
Las tiras de documentos ocupados en la embajada americana fueron pacientemente ensambladas y así emergió un informe de que la CIA tuvo intención de «cultivar y reclutar» al presidente de la República Islámica, Abolhassan Banisadr, quien había compartido el exilio en París con ayatolá Ruhollah Jomeini, pero terminó siendo revocado (junio 21, 1981) por instigación de éste y tuvo que marchar de nuevo al exilio en París, bajo la sospecha de ser agente de la CIA.
La KGB aprovechó la situación para montar la Operación TAYFUN con ayuda de los servicios de inteligencia búlgaros (DS) y cobrárselas a Jomeini, quien tildaba a los EE. UU. de «Gran Satán», pero reservaba «Pequeño Satán» para la Unión Soviética y no había incitado al asalto de su embajada en Teherán, pero sí a mantenerla casi sitiada. El agente KOLCHIN, residente en Beirut, se encargó de que llegaran a Yasser Arafat documentos falsos sobre cierto Comité Militar de Salvación Nacional, que fraguaba en Irán el complot para tumbar a Jomeini y restaurar la monarquía con el príncipe heredero Reza Ciro Pahlavi. Arafat pasó la (des)información a Jomeini y así comenzó la purga.
La cabeza más conspicua que rodó pertenecía al canciller Sadeq Qotbzadeh, quien se había tornado incómodo para Moscú por insistir en que sus tropas se retiraran de Afganistán, reducir la plantilla diplomática de su embajada y hasta amenazar con dar armas a los mujajedines afganos. Qotbzadeh había estudiado (1959-63) en los EE.UU., donde conoció a Harrison Williams. Se urdió una carta de este senador estadounidense a Qotbzadeh para deslizarla en manos iraníes junto con el rumor de que había propiciado la precitada fuga de seis estadounidenses a la embajada de Canadá y andaba conspirando contra Jomeini. Así quedó sellada la suerte de Qotbzadeh ante el Tribunal Revolucionario. De paso cayó también [aunque sólo en arresto domiciliario] el rival teológico de Jomeini, Sayyid Mohammad Kazem Shariatmadari, primer ayatolá iraní en ser apartado del sacerdocio.
Lo amenazaron con ejecutar al hijo y acudió a la TV para confesar y pedir perdón a Jomeini. Para él, todo militante de izquierda era «espía de Moscú»; todo disidente religioso, «musulmán americano»; y todo opositor político, «agente al servicio extranjero».
-Foto: Pintura mural iraní en la cerca exterior de la embajada americana en Teherán © Smoughadam
-Nota: Desde que fuera designado (mayo 3, 2003) alcalde de Teherán, pero sobre todo tras asumir (junio 24, 2005) la presidencia de Irán, Mahmud Ahmadineyad ha sido señalado entre los asaltantes de la embajada americana, pero el líder de los Discípulos del Imán afirma que «no formó parte de nuestro grupo [ni] tuvo ningún papel en el ataque».
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