Prohibido no prohibir

Siempre he sostenido que los partidos independentistas, más encabritados hoy que nunca, jamás deberían haberse legalizado, tal y como ocurre en la mayoría de países democráticos. ¿Con qué cara se le pueden ahora negar sus estrafalarias pretensiones a Mas y compañía? Si autorizas los partidos independentistas, luego no te puedes quejar de que obren de acuerdo a su mezquina naturaleza --fabulita del escorpión y la rana y tal, ya sabéis-- en cuanto empiecen a cosechar votos y/o protagonismo mediático. Lo mismo sucede con Podemos y el Kinzemayo, kasposísimos antisistema de ultaizkierdona  cuyas pretensiones bien a la luz se hallan, aunque en un principio trataran de vendernos la enésima burra coja de la ultraizkierda, me refiero a cuando en un principio se declaraban como apolíticos, ¿lo recordáis? También recordaréis que siempre se han declarado como representantes del 80% de la población española, lo cual evidentemente significa lo siguiente ahora que Pablo Mezquitas ha decidido concurrir a todas las elecciones habidas y por haber: "Me voy a presentar, chavalotes, y cagaté, lorito, porque saque los votos que saque, yo me autonombro representante del 99,9% de la población. Es decir, que como algún día llegue a Presi, al que me lleve la contraria, al gulag; se lo merece por llevarle la contraria al 99% de la población, y punto". Y si para conseguir sus objetivos necesita enchironar a la mitad de los españoles, bien poco le importará que si suma 99%+50% no le salga la cuenta por mucho que la repase. Y si no gana las elecciones, le da lo mismo, porque se seguirá considerando representante indiscutible del 90% de la población española y con derecho por tanto a utilizar cualquier medio para conseguir sus repugnantes fines. En resumen, que afirmo que deben prohibirse cuanto antes partidos como los nazis, los independentistas o los antisistema de ultraizquierda, porque si después ganan unas elecciones no contaremos con la autoridad intelectual (ni de ninguna otra clase; demasiado tarde, señores) suficiente para ir a por ellos cuando comience el bestial desmadre al que indefectiblemente nos conducirán. Me parece que fueron los porretas esos de Mayo del 68 los que empezaron con el tontorrón eslogan "Prohibido prohibir". Passo del Mayo del Sesenta y Ocho como de ingerir heces, o sea. Y de su puta madre.