Yáñez, Cuba, el calentón y otras chicas del montón

José Antonio del Pozo

Licenciado en Periodismo y Ciencias Políticas
Yáñez, Cuba, el calentón y otras chicas del montón

15-01-10 Enviar | Imprimir


Luis Yáñez, uno de los históricos socialistas retratados en la legendaria foto del clan de la tortilla española -de la tortilla del Estado, que bisbisearía hoy Montilla-, el mismo que tan decisivos empeños ha llevado a cabo desde aquellos tiempos inmemoriales bajo la égida socialista, a la sazón ahora mismo eurodiputado, quería, como el jinete del poema lorquiano en Granada, entrar en Cuba, que la lleva él en el corazón, según escribió. Pero el mal fario se cernió sin piedad de nuevo sobre él y en el mismo aeropuerto de La Habana fue sin contemplaciones expulsado de la isla por el revolucionario gobierno.
Y qué no hubiéramos dado todos si de vuelta en Madrid, con una guitarra en bandolera, se hubiera plantado Yáñez frente a la embajada cubana a cantar enrabietado, a lo Paco Ibáñez, la no menos revolucionaria balada: “Mi cabeza cana, los años perdidos… nunca vi La Habana,… ¿qué gente enemiga puebla sus adarves?, ¿quién hoy sus jardines aprisiona y pone cadenas al habla de sus surtidores? nunca entré en La Habana,… hay sangre caída, hay sangre que me llama, sangre caída del mejor hermano, sangre por los mirtos y aguas de los patios, nunca fui a La Habana,… si altas son las torres, el valor es alto. Venid por montañas, mares y campos. Entraré en La Habana”.
Acaso un punto menos heroico, confiaba Yáñez en que la política de aproximación que el gobierno Zapatero promueve hacia el castrismo –nada de solidarizarse con la disidencia democrática, ¿para qué?- consiguiera borrarle de la lista negra en que la Revolución le había confinado. ¿No dijo no hace tanto el vicepresidente Chaves que Fidel era un hombre… fascinante? ¿No fue acaso González, en tiempos, de la mano de Fidel, a admirar a las mulatas bailongas del Copacabana? No, no tiene buena suerte Yáñez. Aunque se apresuró a proclamar, cual raudo jinete descabalgado por el rayo de la cólera revolucionaria presto a disimular la costalada, que confiaba en que su expulsión para nada “interfiriera en la búsqueda de unas nuevas relaciones necesarias con Cuba” y que, faltaría más, “no pensaba él pedir explicación alguna al gobierno cubano”, obligó al canciller Moratinos a hacer como que requería diplomáticas explicaciones al atropello.
Si coincidía encima que a nuestro país correspondía el ejercicio de la presidencia europea, si uno de sus representantes electos había sido objeto de semejante revolcón totalitario, y si además en esta ocasión se trataba, no de cualquier cerril derechista, sino de uno de los más insignes y con más trienios en su haber de entre los sumos hacedores del socialismo patrio, flor que es seguro lleva Zapatero a buen recaudo en lo más hondo de su corazón, cabría esperar una vigorosa respuesta, un “calentamiento” entre los respectivos gobiernos, diríamos. Se hizo el silencio entonces, como si los fundacionales títulos de Yáñez nada valieran ya, hasta hoy.
¿Acaso es la réplica a la expulsión de Yáñez la pedrea de cincuenta mil euros, provenientes de los dineros de todos los contribuyentes españoles, bajo la forma de subvención del ministerio de Exteriores, que según La Razón le han correspondido al Centro Nacional de Educación Sexual cubano y a su proyecto por la “libre orientación sexual en Cuba”? Más bien pareciera que con esta “mordida” a mayor gloria de la líbido de los burócratas revolucionarios, que a placer mangonean los fondos, estamos en el fondo ante una respuesta similar a la de Rubalcaba ante Caruana: perdón, mi amol, que es que Yáñez es un poco pendón, ya nosotros pagamos la multa y se acabó.
Y debe ser que el aciago infortunio ha acabado por atravesar también este asunto. Pues resulta, ¡vaya por la Revolución!, que la mandamás de los asuntos sexuales en Cuba no es otra que Mariela Castro, hija de Raúl Castro, quien hace bien poco, como aquí recordamos, no se cortaba un pelo en pregonarle al mundo mundial que “la Revolución tiene una exitosa política de educación sexual… donde el ser humano es el eje del desarrollo integral”. Vamos que en Cuba lo que sobran son jinetes… y jineteras. Entonces, por favor, eméritos cancilleres, búsquense una excusa más apañada para el regalito de los cincuenta mil de marras, que hay presos de conciencia bien inocentes sufriendo lo indecible, que la adorable Sobrinota del Tiranosaurus Rex todo lo vigila. Manda tortilla, que diría el otro.
http://www.cope.es/15-01-10--yanez-cuba-calenton-otras-chicas-monton-17882-opinion

Es que son un monton de hipocritas estos politicos espanoels defensores de los castro, la marielita de mierda, en Cuba si la ocnocian serian los de su "especie" y de repente aparece como primera dama, defensora de los homosexuales, sin jamas pedirle perdon a los que por serlo han cumplido carcel y miles de vejaciones..por parte de su familita de ladrones y represores..