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Operación 'Cowboy de medianoche' en Pontevedra

Etiquetas: vaca, mostrenca, Policía, fuga

25/05/2011 - Santy Mosteiro (Pontevedra)

PONTEVEDRA. Tres y media de la madrugada. Una ambulancia del 061, con los luminosos encendidos, circula a 20 por hora por el anillo de A Eiriña. Delante de ella, un coche de la ‘secreta’ enciende también su rotativo.

La primera impresión de los escasos conductores que se topan con la escena conduce a pensar en un suceso de gran magnitud: una pelea, un accidente, una operación antidroga, algo violento (por aquello de la ambulancia).

Un curioso decide seguir a los vehículos oficiales y pronto se ve desbordado por cuatro coches Z de la Policía Nacional, con los distintivos encendidos y circulando, muy despacio, en zigzag por la avenida de Bos Aires en dirección a Monte Porreiro. La tensión y la curiosidad van en aumento.

Al cabo de unos metros se despejan todas las dudas: nada de heridos, nada de peleas, ni siquiera un arañazo... Lo que trae en jaque a los agentes es una vaca mostrenca que, desde hacía una hora, se estaba paseando, tan campante, por el centro de la ciudad.

Varios coches patrulla consiguen hacer un cerco a la altura de las viviendas anexas a Tafisa. Parece que la res va a caer, pero en una finta propia del mejor Talant Dujshebaev, cambia de dirección y se orienta de nuevo hacia el puente de los tirantes. Sus perseguidores reculan. Las astas del animal son un buen argumento para no arriesgar innecesariamente.

La peculiar comitiva de luces azules en pos de una mostrenca blanca y canela enfila de nuevo el anillo de A Eiriña. La hábil maniobra de un coche patrulla consigue orientarla hacia Camiño Vello de Castilla. Fue el principio del fin de la aventura vacuna.

Varias unidades de la Policía Local se incorporan al operativo. Entre los numerosos agentes consiguen que la res se introduzca en la entrada de un garaje, donde la retienen unos instantes hasta que se tranquiliza. Al más puro estilo ‘cowboy’, un policía municipal ensarta una cuerta alrededor de los cuernos.

Mientras los agentes de la Nacional regresan a sus patrullas, sus colegas locales aguardan la llegada de un camión de Cespa, que acabó trasladando a la vaca hasta una nave de O Campiño. La res portaba la preceptiva identificación en su oreja, lo que permitió localizar a su dueño para hacerle entrega ayer del animal.

La peripecia de este atrevido astado (al parecer, procedente de los montes de A Escusa) se extendió, en función de las llamadas de alerta, por Daniel de la Sota, Santa Clara, Cobián Roffignac y Loureiro Crespo. En esta calle se encontró con la ambulancia que, a base de destellos, logró conducir por el anillo de A Eiriña hasta el puente de Os Tirantes, donde entregó el relevo a la Policía Nacional.