El 'hombre del fiordo', sin careta

El 'hombre del fiordo', sin careta

Jensen, ídolo de Breivik, rechazó verse con él por no considerarle interesante


El 22 de julio, pocas horas después de la explosión de un coche bomba en Oslo y el asesinato de decenas de personas en la isla de Utoya, la policía anunció la detención de un sospechoso. Un hombre joven. Rubio. Alto. Y noruego. Con estos pocos datos, un nombre empezó a circular rápidamente: Fjordman, un famoso y polémico bloguero que, desde años, denuncia en webs y revistas on-line al islam, la yihad, el multiculturalismo y la rendición suicida de Occidente. Fjordman no era el asesino, pero sí su ídolo. Por eso, ayer se quitó la careta y se presentó en público como Peder Jansen.


Ante las acusaciones, Jensen (todavía como Fjordman) salió al paso desde internet para desmentir su autoría, condenar la matanza y llamar «monstruo» a alguien capaz de asesinar a niños, pero la pista no iba del todo desencaminada. Anders Breivik era un fan convencido del hombre del fiordo y un lector fiel de su obra. «Nuestros puntos de vista son muy similares, salvo por el hecho de que yo soy un resistente armado», escribió Breivik en su manifiesto, en cuyas páginas cita más de 100 veces los textos del bloguero.


Precisamente por ello, para no «ser asociado con Breivik y sus horribles acciones», Fjordman se quitó ayer la máscara. Su nombre real es Peder Nostvold Jensen, tiene 36 años, es tímido, trabaja en un centro de día para el cuidado de ancianos con un sueldo modesto y cara de no haber roto un plato. Un hombre tranquilo en la calle, pero un polemista implacable en la Red.


Jensen acudió voluntariamente a la policía para informar de su alter ego. Y sabiendo que su identidad iba a ser revelada, concedió una entrevista al diario VG para «limpiar su nombre».


Oriundo de la pequeña ciudad costera de Alesund, Jensen afirma en la entrevista que entre 2009 y 2010 recibió numerosos e-mails de Breivik, en los que este le explicaba que estaba escribiendo un libro y le solicitaba conocerlo en persona. Pero asegura (y así lo declaró ante la policía) que rechazó la propuesta. No por sus «opiniones extremistas», sino porque «Breivik no parecía interesante, era como un vendedor de aspiradoras». La policía ha requisado su ordenador y estudia su contenido. «No hay nada relacionado con actividades delictivas o con Breivik», dice.


Si bien compartían la misma visión, Jensen tiene poco que ver con Breivik, al que ridiculiza. «Debe de haber creído que era parte de un videojuego en el que era el superhéroe», lamenta. A diferencia del asesino, tiene un master en Cultura y Tecnología, y estudió árabe en Bergen y en la American University de El Cairo, donde vivía hace 10 años, en el 11-S. Lo que vio entonces provocó su reacción anti islámica.


Fjordman reconoce haber votado en el pasado al Partido Laborista, el mismo al que desprecia en sus furibundos escritos, pero añade que nunca ha militado en ningún partido y que desde el servicio militar obligatorio no ha vuelto a tocar un arma. Es un pensador, un «fino académico y escritor», según su amigo Edward S. May, fundador del blog Gates of Vienna, en el que colaboraba desde 2006. May, conocido como Baron Bodissey, asegura que Jensen es «un hombre de alta integridad y que brilla a través de su relación con los demás, así como en los millones de palabras que ha escrito».


Jensen ha escrito millones de palabras sobre y contra el islam, la yihad y el multiculturalismo. Miles de post, artículos y comentarios en páginas web como Gates of Vienna, The Brussels Journal o Islam Watch y, hasta 2005, en su blog. No sólo sobre la amenaza islamista o la colonización de Europa (Eurabia), sino sobre elementos tan dispares como la historia de la ciencia, la medicina en el mundo musulmán o por qué estos «aman a Hitler y no a Mozart».


Fjordman no copiaba y pegaba como Breivik, pero sí tenía como él una doble vida. Su padre, Steinar Nostvold Jensen explicó ayer que si bien el fondo de las opiniones de su hijo no les eran extrañas, ni sabía de su actividad en internet ni pensaba que fuesen «tan extremas», informa Ap. «Lo que él representa y defiende es diametralmente diferente a todo lo que yo y el resto de la familia pensamos. Pero es mi hijo y lo quiero de todos modos», concluyó.


Fjordman es un gurú para los enemigos del islam y de su presencia en Europa. Pero también es objetivo de los radicales, que desde hace mucho lo tienen en su punto de mira. Ayer mismo, algunas páginas lo definían como «claramente judío por su aspecto». Jensen asume que «tendrá que esconderse de nuevo por motivos de seguridad». Pero ahora no es sólo un nick. Ahora tiene cara.



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Pensé que denunciabas al santaneco con taparrabos nórdico.