Estado Judío para todos sus ciudadanosAutor: Hilel Resnizky
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Estado Judío para todos sus ciudadanosAutor: Hilel Resnizky
Estado Judío para todos sus ciudadanos
Autor: Hilel Resnizky
Para todos, en Occidente es claro que un acto de antisemitismo es ilegal e inmoral.
Quiero destacar otro punto: es también un acto de imbecilidad. Quienes expulsaron a los judíos de su país pagaron en su economía, en su cultura, en su posición internacional, aún cuando, a veces, tomó tiempo.
En el año 1492, los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España y sonrieron. En l556 cuando su heredero Carlos V murió, el sol nunca se ponía en el imperio. Su hijo Felipe II organizó en l580 la Armada Invencible (130 buques) para invadir y conquistar Inglaterra e imponer allí la fe católica. La Armada Invencible fue derrotada y con la derrota comienza el descenso del Imperio español y su reemplazo por el Imperio británico.
En el interín el capital humano judío se había establecido en Holanda, en Inglaterra, en el Imperio otomano, en Safed establecieron la industria textil, en Europa actuaron en la industria y el comercio.
Sí, España siguió explotando a los indios de América, pero el oro de América, luego de pasar por la metrópolis llegó a Inglaterra y los Países Bajos adonde habían llegado los hombres de empresa judíos.
España fue la España del Quijote, un hidalgo orgulloso, venido a menos, con mucho linaje, pero poco dinero.
El hecho de que los judíos eran no solamente los asesinos de Cristo sino hombres de empresa y un factor de progreso en la economía no pasó desapercibido a los reyes de Polonia. Muchos de ellos, los que aparecen en las monedas de la nueva Polonia, otorgaron privilegios a los judíos para atraerlos a su país; ellos sabían muy bien lo que es capital humano.
Todos sabemos del Holocausto y del precio que pagó el pueblo judío, mas pocos se preguntan el precio que pagó el pueblo alemán por el antisemitismo: El antisemitismo fue una elección del maldito pero el fascismo no es necesariamente antisemita como lo demuestran las amigas judías del Duce y la cátedra que estableció en la Universidad Hebrea: el antisemitismo fue el precio que pago Mussolini por su alianza con Alemania.
El antisemitismo fue un golpe para la economía, la ciencia y la cultura alemanas. Como si alguien voluntariamente se dejara extirpar un lóbulo del cerebro.
Cuando los judíos alemanes se resistían a creer en la posibilidad del antisemitismo como hecho real, tenían sus razones. La persecución de los judíos, su expulsión violenta del organismo nacional alemán fue un hecho irracional, un acto claramente en contra de los intereses nacionales alemanes. Pero fue un hecho consumado.
¿Cuál habría sido el desarrollo de la historia si los judíos se hubieran quedado en sus posiciones en Alemania, en la economía, la ciencia y la cultura si Albert Einstein hubiera sido un pilar de la física alemana?
El antisemitismo es irracional; aún cuando los antisemitas se presentan como na- cionalistas; el odio es un acto de leso patriotismo por cuanto implica el despilfarro del capital humano. Los judíos son vulnerables, fáciles de agredir, pero la textura económico social de la comunidad es también vulnerable.
Todos entendemos la falacia antisemita: Demostrar la irracionalidad, la imbecilidad del antisemitismo, me permite presentar ese fenómeno como uno de tantos en que el prejuicio racial daña tanto a las víctimas como a los victimarios.
La sociedad es la suma de los potenciales de los individuos que la componen (subrayo potenciales), es decir, el desarrollo óptimo de cada uno de sus miembros, de quien es ahora técnico, ingeniero, obrero y de quien es ahora el delincuente, el criminal, el marginal. La sociedad es en gran parte responsable de ese desarrollo, que no siempre es el óptimo.
La sociedad es la que crea a las elites y a los marginales. Nadie puede darse el lujo de mirar al costado. ``Kol Israel arevim ze lazé'' (Cada judío es responsable, uno por el otro).
Me permito afirmar que cada hombre es responsable, no creo, como pretenden hacernos creer, en la omnipotencia de la herencia genética. Nadie esta condenado a ser lo que sea solamente por los cromosomas.
El hombre es resultado de lo que le transmiten sus antepasados de la especie y lo que transmite, en forma individual, la sociedad.
Una sociedad racional es la que lleva a la optimización del potencial biológico del individuo, inclusive cuando el patrimonio biológico lo dificulta.
Estoy orgulloso de pertenecer a una sociedad, el kibutz, que en un caso particular con problemas físicos difíciles de sobrellevar, llevó a alguien al doctorado. Es un caso particular, para mí típico de lo que debe hacer la sociedad, para el individuo y para sí misma. Creo que es el camino para todo, el desarrollo óptimo del potencial. Para explicarlo en términos estrictamente aritméticos, cada sociedad es la suma de los individuos elevados a su potencia, que como decimos no es siempre la óptima.
La sociedad judía, por motivos históricos, desarrolla el potencial de sus individuos, por lo menos los varones. Diríamos que los judíos sabíamos elevar al hombre a una potencia mayor que uno, la sociedad de clases no lo tiene siempre presente.
Hay quien prefiere mantener a sus miembros en el potencial que les permita ser explotados con facilidad pero no formular preguntas difíciles.
El estanciero quiere peones para sus estancias. Pero las preguntas difíciles son las que, a través de las respuestas, hacen el progreso.
Con clarividencia, sabiendo esa aritmética fundamental, la sociedad como suma de los potenciales (llevados al máximo) de los individuos, las revoluciones socialistas cumplieron un plan de alfabetización, por ejemplo en la URSS y Cuba, ahora lo hace el presidente Chávez, con ayuda cubana.
La alfabetización es el pre requisito del desarrollo económico, es la que permite continuar el desarrollo, incluso cuando la revolución degenera. A pesar de la contra revolución de Ieltzin y sus oligarcas, Rusia de hoy no es la Rusia del Zar. Después de Castro Cuba será distinta de la Cuba de Batista. La diferencia es la alfabetización.
El trato a los negros en Estados Unidos no es incorrecto solamente por cuanto implica una discriminación de hecho, la identidad racial es parcialmente identidad económico-social. Lo que pone en peligro el desarrollo futuro de la sociedad americana es que los jóvenes negros, o los hispanos o los indios, no llegan a su de- sarrollo óptimo, no son elevados a su potencia.
Condoleezza Rice y Obama no son un triunfo del régimen sino el ejemplo de cómo ese régimen despilfarra su capital humano y produce presidiarios en lugar de crear muchos líderes como esos. La miseria social, que es producto de ese despilfarro de capital humano, es la que hace necesarios los ghettos vigilados y amurallados de los ricos. Obama tiene razón cuando dice -no lo cito exactamente- que la cuestión racial no es un problema de los negros sino de todos los americanos; él también descubrió esa aritmética.
Los árabes se ocupan con esmero en la operación aritmética que más les interesa: multiplicar por cero, es decir, el asesinato, el genocidio, el nazismo los precedió con sesenta millones de victimas (alemanes incluidos).
Como dijimos, se esmeran. San Sadam Hussein, con la colaboración de los ayatolas iraníes, ocasionó centenares de miles de muertos; Mahmud Ahmadineyad -árabe honoris causa- busca una bomba que le permita al multiplicar por cero, con muchos ceros. Para no dejar solamente a Truman ese honor
En Israel, luego de que nos convencieron de que no hay otro Dios que la estabilidad monetaria, Wall Street es su templo y Don Ufano su profeta, algunos comienzan a volver a los valores sociales de la primera época.
Tampoco acá la polarización social es deseable; también acá, cuando las líneas divisorias pasan por las comunidades étnicas y las comunidades orientales, los árabes, los beduinos y los drusos son también los menos privilegiados, es el momento de ponerse en guardia. No contra esas comunidades, sino contra la miseria.
La pobreza de Iafo amenaza a los ricos en el Circuito de Andrómeda, debidamente amurallados; la desnutrición, el fracaso en el secundario, las drogas, la delincuencia infantil no son un problema de los árabes, los marroquíes, los rusos o los beduinos, es la malversación de nuestro capital humano, es dejar a las personas en su potencialidad mínima o en su potencialidad negativa.
Los demagogos del fascismo árabe israelí formulan un dilema inexistente: Estado Nacional Judío o Estado de todos los ciudadanos. Como si hubiera oposición entre ambos. El Estado Nacional Judío se propone el desarrollo del potencial judío, no la discriminación de los que no lo son. Como en Estados Unidos, como debió ser en Alemania, también en Israel el objetivo debe ser el desarrollo del potencial máximo de sus individuos.
Arabes universitarios no son un peligro para Israel sino un factor en su desarrollo, así como judíos cultos desarrollaron la civilización europea. La discriminación de cualquier tipo (sexista, étnica, religiosa) no es solamente ilegal o inmoral, es nociva. Quien discrimina no es un patriota israelí, es un imbécil.
Hay que evitar malentendidos: la igualdad de derechos, la igualdad de posibilidades no incluye el derecho al sabotaje o a la colaboración con el enemigo.
Los judíos americanos tienen igualdad de derechos. Los americanos no aceptaron ni siquiera el espionaje de Pollard que colaboró con un Estado amigo.
Autor: Hilel Resnizky
Para todos, en Occidente es claro que un acto de antisemitismo es ilegal e inmoral.
Quiero destacar otro punto: es también un acto de imbecilidad. Quienes expulsaron a los judíos de su país pagaron en su economía, en su cultura, en su posición internacional, aún cuando, a veces, tomó tiempo.
En el año 1492, los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de España y sonrieron. En l556 cuando su heredero Carlos V murió, el sol nunca se ponía en el imperio. Su hijo Felipe II organizó en l580 la Armada Invencible (130 buques) para invadir y conquistar Inglaterra e imponer allí la fe católica. La Armada Invencible fue derrotada y con la derrota comienza el descenso del Imperio español y su reemplazo por el Imperio británico.
En el interín el capital humano judío se había establecido en Holanda, en Inglaterra, en el Imperio otomano, en Safed establecieron la industria textil, en Europa actuaron en la industria y el comercio.
Sí, España siguió explotando a los indios de América, pero el oro de América, luego de pasar por la metrópolis llegó a Inglaterra y los Países Bajos adonde habían llegado los hombres de empresa judíos.
España fue la España del Quijote, un hidalgo orgulloso, venido a menos, con mucho linaje, pero poco dinero.
El hecho de que los judíos eran no solamente los asesinos de Cristo sino hombres de empresa y un factor de progreso en la economía no pasó desapercibido a los reyes de Polonia. Muchos de ellos, los que aparecen en las monedas de la nueva Polonia, otorgaron privilegios a los judíos para atraerlos a su país; ellos sabían muy bien lo que es capital humano.
Todos sabemos del Holocausto y del precio que pagó el pueblo judío, mas pocos se preguntan el precio que pagó el pueblo alemán por el antisemitismo: El antisemitismo fue una elección del maldito pero el fascismo no es necesariamente antisemita como lo demuestran las amigas judías del Duce y la cátedra que estableció en la Universidad Hebrea: el antisemitismo fue el precio que pago Mussolini por su alianza con Alemania.
El antisemitismo fue un golpe para la economía, la ciencia y la cultura alemanas. Como si alguien voluntariamente se dejara extirpar un lóbulo del cerebro.
Cuando los judíos alemanes se resistían a creer en la posibilidad del antisemitismo como hecho real, tenían sus razones. La persecución de los judíos, su expulsión violenta del organismo nacional alemán fue un hecho irracional, un acto claramente en contra de los intereses nacionales alemanes. Pero fue un hecho consumado.
¿Cuál habría sido el desarrollo de la historia si los judíos se hubieran quedado en sus posiciones en Alemania, en la economía, la ciencia y la cultura si Albert Einstein hubiera sido un pilar de la física alemana?
El antisemitismo es irracional; aún cuando los antisemitas se presentan como na- cionalistas; el odio es un acto de leso patriotismo por cuanto implica el despilfarro del capital humano. Los judíos son vulnerables, fáciles de agredir, pero la textura económico social de la comunidad es también vulnerable.
Todos entendemos la falacia antisemita: Demostrar la irracionalidad, la imbecilidad del antisemitismo, me permite presentar ese fenómeno como uno de tantos en que el prejuicio racial daña tanto a las víctimas como a los victimarios.
La sociedad es la suma de los potenciales de los individuos que la componen (subrayo potenciales), es decir, el desarrollo óptimo de cada uno de sus miembros, de quien es ahora técnico, ingeniero, obrero y de quien es ahora el delincuente, el criminal, el marginal. La sociedad es en gran parte responsable de ese desarrollo, que no siempre es el óptimo.
La sociedad es la que crea a las elites y a los marginales. Nadie puede darse el lujo de mirar al costado. ``Kol Israel arevim ze lazé'' (Cada judío es responsable, uno por el otro).
Me permito afirmar que cada hombre es responsable, no creo, como pretenden hacernos creer, en la omnipotencia de la herencia genética. Nadie esta condenado a ser lo que sea solamente por los cromosomas.
El hombre es resultado de lo que le transmiten sus antepasados de la especie y lo que transmite, en forma individual, la sociedad.
Una sociedad racional es la que lleva a la optimización del potencial biológico del individuo, inclusive cuando el patrimonio biológico lo dificulta.
Estoy orgulloso de pertenecer a una sociedad, el kibutz, que en un caso particular con problemas físicos difíciles de sobrellevar, llevó a alguien al doctorado. Es un caso particular, para mí típico de lo que debe hacer la sociedad, para el individuo y para sí misma. Creo que es el camino para todo, el desarrollo óptimo del potencial. Para explicarlo en términos estrictamente aritméticos, cada sociedad es la suma de los individuos elevados a su potencia, que como decimos no es siempre la óptima.
La sociedad judía, por motivos históricos, desarrolla el potencial de sus individuos, por lo menos los varones. Diríamos que los judíos sabíamos elevar al hombre a una potencia mayor que uno, la sociedad de clases no lo tiene siempre presente.
Hay quien prefiere mantener a sus miembros en el potencial que les permita ser explotados con facilidad pero no formular preguntas difíciles.
El estanciero quiere peones para sus estancias. Pero las preguntas difíciles son las que, a través de las respuestas, hacen el progreso.
Con clarividencia, sabiendo esa aritmética fundamental, la sociedad como suma de los potenciales (llevados al máximo) de los individuos, las revoluciones socialistas cumplieron un plan de alfabetización, por ejemplo en la URSS y Cuba, ahora lo hace el presidente Chávez, con ayuda cubana.
La alfabetización es el pre requisito del desarrollo económico, es la que permite continuar el desarrollo, incluso cuando la revolución degenera. A pesar de la contra revolución de Ieltzin y sus oligarcas, Rusia de hoy no es la Rusia del Zar. Después de Castro Cuba será distinta de la Cuba de Batista. La diferencia es la alfabetización.
El trato a los negros en Estados Unidos no es incorrecto solamente por cuanto implica una discriminación de hecho, la identidad racial es parcialmente identidad económico-social. Lo que pone en peligro el desarrollo futuro de la sociedad americana es que los jóvenes negros, o los hispanos o los indios, no llegan a su de- sarrollo óptimo, no son elevados a su potencia.
Condoleezza Rice y Obama no son un triunfo del régimen sino el ejemplo de cómo ese régimen despilfarra su capital humano y produce presidiarios en lugar de crear muchos líderes como esos. La miseria social, que es producto de ese despilfarro de capital humano, es la que hace necesarios los ghettos vigilados y amurallados de los ricos. Obama tiene razón cuando dice -no lo cito exactamente- que la cuestión racial no es un problema de los negros sino de todos los americanos; él también descubrió esa aritmética.
Los árabes se ocupan con esmero en la operación aritmética que más les interesa: multiplicar por cero, es decir, el asesinato, el genocidio, el nazismo los precedió con sesenta millones de victimas (alemanes incluidos).
Como dijimos, se esmeran. San Sadam Hussein, con la colaboración de los ayatolas iraníes, ocasionó centenares de miles de muertos; Mahmud Ahmadineyad -árabe honoris causa- busca una bomba que le permita al multiplicar por cero, con muchos ceros. Para no dejar solamente a Truman ese honor
En Israel, luego de que nos convencieron de que no hay otro Dios que la estabilidad monetaria, Wall Street es su templo y Don Ufano su profeta, algunos comienzan a volver a los valores sociales de la primera época.
Tampoco acá la polarización social es deseable; también acá, cuando las líneas divisorias pasan por las comunidades étnicas y las comunidades orientales, los árabes, los beduinos y los drusos son también los menos privilegiados, es el momento de ponerse en guardia. No contra esas comunidades, sino contra la miseria.
La pobreza de Iafo amenaza a los ricos en el Circuito de Andrómeda, debidamente amurallados; la desnutrición, el fracaso en el secundario, las drogas, la delincuencia infantil no son un problema de los árabes, los marroquíes, los rusos o los beduinos, es la malversación de nuestro capital humano, es dejar a las personas en su potencialidad mínima o en su potencialidad negativa.
Los demagogos del fascismo árabe israelí formulan un dilema inexistente: Estado Nacional Judío o Estado de todos los ciudadanos. Como si hubiera oposición entre ambos. El Estado Nacional Judío se propone el desarrollo del potencial judío, no la discriminación de los que no lo son. Como en Estados Unidos, como debió ser en Alemania, también en Israel el objetivo debe ser el desarrollo del potencial máximo de sus individuos.
Arabes universitarios no son un peligro para Israel sino un factor en su desarrollo, así como judíos cultos desarrollaron la civilización europea. La discriminación de cualquier tipo (sexista, étnica, religiosa) no es solamente ilegal o inmoral, es nociva. Quien discrimina no es un patriota israelí, es un imbécil.
Hay que evitar malentendidos: la igualdad de derechos, la igualdad de posibilidades no incluye el derecho al sabotaje o a la colaboración con el enemigo.
Los judíos americanos tienen igualdad de derechos. Los americanos no aceptaron ni siquiera el espionaje de Pollard que colaboró con un Estado amigo.
Dalton77- Cantidad de envíos : 3837
Fecha de inscripción : 19/02/2009
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