Ajuste de cerebros
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Ajuste de cerebros
¿Quién le habría dicho al patriarca Fidel Castro que en su otoño encontraría un
aliado para derogar la Ley de Ajuste Cubano, y no entre sus voceritos de
cerebro almidonado en ciertas izquierdas del mundo, sino entre las
mismísimas filas del ultra-derechismo miamense? Si tuviera fuerzas para
ello, el Comandante estaría saltando en un solo pie.
Como siempre, al viejo zorro de la política caribeña todo le sale bien: le nace un
impensado ayudante cuando él llevaba años clamando contra una ley que
favorecía a quienes huían de su paraíso socialista; cuando ya había
perdido casi toda su saliva denunciando las bondades y libertades que
recibían aquellos que, sea por persecución política, sea por hartazgo
del estómago, habían escapado hacia el vecino norteño. Justo entonces,
le llega el refuerzo, camuflado con piel de enemigo.
Claro está: cuando uno sodomiza a sus hijos en casa, lo menos que quiere es que
encuentren auxilio en la casa de al lado. Menos, cuando la huida
desesperada daña la imagen del pater familias ante el barrio.
Preguntarse si
el legislador republicano David Rivera pensó en esto a la hora de
redactar su propuesta para restringir el movimiento de miles de
emigrados a Estados Unidos, es ocioso. Primero, porque a juzgar por la
infeliz redacción del documento, el congresista cubanoamericano no puso
mucha neurona en él. Y segundo, porque si lo pensó, se dijo para sí: “Lo
que importa no es proponer algo serio y valedero. A mis votantes de
cuchillo en boca, mejor contentarlos con una enmienda recalcitrante, y
que vengan las elecciones”.
Triste pero cierto: a pesar de que cada día el panorama de exiliados cambia, pierde
el fragor del fanatismo ciego –justificado o no, pero fanatismo al fin- ;
a pesar de que las multitudinarias manifestaciones que despedían un
odio cavernario se han restringido a seis pobres diablos que divierten a
la comunidad local; y a pesar de que cada vez son más los cubanos
jóvenes que se cansan de jugar el juego del distanciamiento que tan bien
les viene a los sátrapas de la Isla y a los portadores de mandarrias en
Miami, están por llegar aún los tiempos en que la mesura política rija
los destinos del sur de la Florida.
Congresistas como David Rivera siguen representando al exilio cubanoamericano, cosa no demasiado halagüeña.
¿Por qué? Pues porque la evidente intención de avivar las llamas separatistas, el
esfuerzo por complacer a un sector de Miami que hace mucho perdió todo
contacto con la Isla, y no tiene ya una madre que visitar, un hijo al
que soliviantar; las argucias empleadas por legisladores republicanos
como él y como Mario Díaz-Balart para impedir que los cubanos decidan
cuántas veces visitan a su país y cómo ayudan a los suyos, ya raya en lo
grotesco. Y al menos a mí, demócrata de pensamiento y de convicción,
eso me avergüenza no poco.
Primero: nadie cometería la ingenuidad de asumir que Rivera desconoce la Ley de
Ajuste. Ese es el ABC. Entonces, Rivera conoce muy bien que esta ley en
realidad no surgió, según él se ha encargado de promulgar, para proteger
a los refugiados políticos, sino sencillamente para ajustar el status
migratorio de los 258 mil 317 cubanos que vivían en Estados Unidos en
1965 y que no podían regresar a su país, ergo había que legalizarlos.
De ahí se desprende que llevar la discusión sobre la ley a un plano de “yo te di
esto a cambio de esto otro, si no cumples esto otro te retiro lo que te
di”, léase: “te ajusté legalmente en Estados Unidos a condición de que
no volvieras a tu país, si regresas a tu país antes de que lo que yo
estime, te retiro el ajuste”, solo puede entenderse como una hábil
manipulación que descubre un pensamiento prestamista, usurero, bien
alejado del sentir de una nación que fundó sus bases sobre el respeto a
la individualidad.
En segundo lugar: tomemos algunas declaraciones televisivas del representante
Rivera, y guardémoslas con esmero. Servirán para ejemplificar en el
futuro qué definiríamos como cinismo puro y duro. Preguntado sobre qué
pensaba de los cientos de miles de exiliados a quienes se les afectaría
visitar a un familiar enfermo, a quienes se les dificultaría regalarle
dos semanas de alivio a la nostalgia, el congresista apuntó, palabras
más palabras menos: “Mi compromiso es con los 11 millones de cubanos que
sufren en la Isla”.
De antología.
David Rivera nació en New York, jamás ha pegado un pie en Cuba, y nos
dice a los cientos de miles que tenemos a los nuestros allá, que somos
de allá, que él piensa más en ellos que nosotros mismos.
Pero lo peor de estas artimañas legislativas, lo más lamentable de la escalada que
comenzaron a inicios de este año Bob Menéndez y Marco Rubio, que
continuó Mario Díaz-Balart, y que encarna ahora con energías redobladas
David Rivera, en cuanto a limitar de una u otra forma que los cubanos
decidan qué hacer con su dinero y con sus vacaciones, es lo que provocan
entre los propios emigrados: una división catastrófica, una eterna
espiral de ataques, difamaciones, agresiones verbales, que nada tienen
que ver con el ejercicio de la democracia, y sí mucho con los rezagos
totalitarios que dicen combatir.
Cada día pongo menos en duda que este pensamiento no tiene interés alguno de
evolución. Se gusta a sí mismo. Se mira al ombligo, y con decir
“prohibido olvidar” siente que exhala una máxima para esculpir en
piedra.
Se trata, por suerte, de una facción retrógrada que cada día se queda más sola. Veamos:
1. No es una corriente que esté a tono con los disidentes cubanos en su inmensa
mayoría. Salvo rarísimas excepciones, el grueso de los opositores dentro
de la Isla aprueban que los emigrados viajen cuando quieran, y ayuden a
los suyos como quieran. Si no, a buscar las declaraciones de Dagoberto
Valdés, Yoani Sánchez, Laura Pollán, Oswaldo Payá, el valiente sacerdote
José Conrado, y casi todo el que tiene algo para decir.
2. No está a tono con los disidentes excarcelados que hoy viven en España o en
Estados Unidos. He conversado de una u otra forma con la mayoría de
ellos: todos arquean las cejas cuando comprueban que de este lado hay
algunos que pretenden emular con el establishment cubano en cuanto a
restricciones a la libertad.
3. No está a tono con los artistas e intelectuales más brillantes y respetados del
propio exilio: ni Willy Chirino, ni Carlos Alberto Montaner, ni Donato
Poveda, ni Enrique Patterson, ni Amaury Gutiérrez, ni Emilio Ichikawa,
ni un largo etcétera de hombres de pensamiento y obras notables,
defienden el distanciamiento con los cubanos “de allá”, como lógica
elemental de quienes abogan por el fin de una historia cargada de
distancias, y sobre todo: por la defensa de la libertad en su concepto
más primario.
4. Y por último, peor aún: está profundamente divorciada de la generación de
cubanos –entre los cuales me incluyo- que gústeles a ellos o no, les
ruede por la garganta o no, por leyes de la biología serán los
responsables del futuro de Cuba. Divorciados lo mismo de los cubanos
jóvenes que pueblan hoy a Miami, que de los que pueblan a la Isla.
También en esto el extremismo derechista del exilio se da la mano con el
extremismo totalitario cubano: no respetan a quienes les sobrevivirán.
Por eso cada día desconfío más, no solo de la moral y la pureza de intenciones de
estos presuntos libertarios, sino desconfío también de su capacidad de
análisis. De su agudeza intelectual.
No puede andar muy bien la capacidad de análisis de “analistas” que dicen, por
ejemplo: “No dinero para las familias cubanas: es dinero que termina en
manos del régimen”, para luego apoyar con uñas y dientes la ayuda
económica a los opositores de la Isla. La pregunta de los cien millones:
¿en qué tiendas compran sus víveres, sus carnes, sus ropas, los
opositores de la Isla? ¿En Macy´s, en Publix, en Wal Mart? ¿O en las
mismas tiendas que mis familiares, léase: las mismas tiendas del
régimen?
Vale la pena pensar con urgencia en una ley que ajuste ciertos cerebros.
Quiero creer que al menos los 324 mil cubanos residentes en Estados Unidos que
viajaron a la Isla en 2010, tendrán muy presente este ideario básico
republicano a la hora de otorgar sus votos para el Congreso. En mi
lógica elemental, aupar a quien afecta mis intereses, se me antoja un
pésimo negocio.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Ajuste de cerebros
Yo si considero que a La Ley de Ajuste Cubano hay que revisarla y no darsela a cualquier cubano que venga,sino a quien se la merezca veerdaderamente.Porque la realidad es que los cubanos han cojido esa ley para relajo.Es un privilegio que han tenido los cubanos y ya lo que tienen es unrelajo tremendo con eso.Muchos cubanos mismos han tenido y tienen la culpa de que ahora David pida esas regulaciones.
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Ajuste de cerebros
Cierto Alver, que es eso de pedir asilo politico y al anio estar metido en Cuba? y no porque se le murio un familiar cercano o tiene a alguno enfermo, es que es demasiado descaro.
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Ajuste de cerebros
ñooo chamas, se montaron en la guagua pa la playa y los demas que vayan caminando?
por mi parte ni he ido ni pienso ir hasta bastante tiempo despues del despelote, si toy vivo todavia, pero los demas, son los demas, que hagan y deshagan lo que le venga en gana.
Gusanamente feliz, Luis
por mi parte ni he ido ni pienso ir hasta bastante tiempo despues del despelote, si toy vivo todavia, pero los demas, son los demas, que hagan y deshagan lo que le venga en gana.
Gusanamente feliz, Luis
llabrada- Cantidad de envíos : 598
Fecha de inscripción : 28/11/2009
Re: Ajuste de cerebros
Que si! Labrada , que hagan lo que quieran , pero dime si no es un descaro pedir asilo y al anio ir??
_________________
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Ajuste de cerebros
Para mi es un descaro, no por eso deja de ser un derecho de ellos.
La etica moral, a pesar de lo que digan los leguleyos no tiene mucho que ver con la legalidad.
Gusanamente feliz, Luis
La etica moral, a pesar de lo que digan los leguleyos no tiene mucho que ver con la legalidad.
Gusanamente feliz, Luis
llabrada- Cantidad de envíos : 598
Fecha de inscripción : 28/11/2009
Re: Ajuste de cerebros
Yo entiendo perfectamente lo que David Rivera plantea.
La Ley de Ajuste Cubano no se hizo para que cualquier cubano llegara aqui y tuviera privilegios de residencia legal y luego la tiraran a relajo .Ese "privilegio" que otros latinoamericanos ,no tienen ni han tenido,en muchos casos o en algunos casos hasta merecido mas que algunos cubanos,habia que cuidarlo o al menos respetarlo .
Ya La Ley de Ajuste Cubano realmente esta' necesitada de hacerle algunos ajustes,porque muchos cubanos que llegaron a estas tierras amparados por esa sombrilla,ni se lo merecen y descaradamente la burlan.Hoy por hoy quien mas se esta' favoreciendo de esa ley ,teniendo en cuenta el comportamiento y la actitud de muchos o de un grupo de cubanos,hoy por hoy ,es al gobierno de Los Castro.
Es mentira que Los Castro quieran que esa ley quede abolida,al contrario ellos lo que quieren es que la mantengan .
La Ley de Ajuste Cubana AHORA significa mucho para el gobierno cubano.Es el jugo que le estan sacando a los cubanos que llegaron aqui protejidos por esa ley ,que ya no la respetan
y que le representa al gobierno cubano mucho dinero y la posibilidad de facilmente infiltrar sus agentes o colar a su gente aqui en Miami y en otros lugares de USA.
El relajo de los cubanos ya es descarado y lo que van a conseguir es que quiten la ley completamente.
Alv.
La Ley de Ajuste Cubano no se hizo para que cualquier cubano llegara aqui y tuviera privilegios de residencia legal y luego la tiraran a relajo .Ese "privilegio" que otros latinoamericanos ,no tienen ni han tenido,en muchos casos o en algunos casos hasta merecido mas que algunos cubanos,habia que cuidarlo o al menos respetarlo .
Ya La Ley de Ajuste Cubano realmente esta' necesitada de hacerle algunos ajustes,porque muchos cubanos que llegaron a estas tierras amparados por esa sombrilla,ni se lo merecen y descaradamente la burlan.Hoy por hoy quien mas se esta' favoreciendo de esa ley ,teniendo en cuenta el comportamiento y la actitud de muchos o de un grupo de cubanos,hoy por hoy ,es al gobierno de Los Castro.
Es mentira que Los Castro quieran que esa ley quede abolida,al contrario ellos lo que quieren es que la mantengan .
La Ley de Ajuste Cubana AHORA significa mucho para el gobierno cubano.Es el jugo que le estan sacando a los cubanos que llegaron aqui protejidos por esa ley ,que ya no la respetan
y que le representa al gobierno cubano mucho dinero y la posibilidad de facilmente infiltrar sus agentes o colar a su gente aqui en Miami y en otros lugares de USA.
El relajo de los cubanos ya es descarado y lo que van a conseguir es que quiten la ley completamente.
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Ajuste de cerebros
Claro que los castro no quieren que eliminnen esa ley, si cuando la "olla de presion" esta que revienta, para aqui es para donde viene la gente .
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
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