Fin de la barbarie tauricida en Cataluña
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Fin de la barbarie tauricida en Cataluña
Última corrida de toros:
http://www.abc.es/20110926/cultura/abcp-ultima-tarde-fiesta-20110926.html
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luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
catalunya es taurina!
Para la historia. Las tres palabras salen en el pequeño programa oficial del último fin de semana en la Monumental, junto a los carteles
de la primera corrida, en 1916, y las últimas, ayer y hoy. Esta tarde, poco después de las ocho, las corridas en Barcelona serán historia. Y
sus aficionados, muy pocos en tardes menos deslumbrantes que estas pero unos 35.000 este fin de semana, no quieren despedirse en silencio.
Tienen ganas, muchas ganas, según empezaron demostrar ayer, con gritos reivindicativos pero también olés
El Juli, Morante de la Puebla y José María Manzanares salen a hombros, ayer, de la Monumental. RICARD CUGAT
Más información
TU DIRÁS LO QUE QUIERAS PERO EL GRITO ES
catalunya es taurina!
y pañuelos taurinos. Y seguirán haciéndolo esta tarde, cuando José Tomás encabezará el cartel del adiós.
«Pero
el cartel de hoy es mejor», decían ayer muchos aficionados ante las
puertas casi colapsadas del gran teatro barcelonés de la tauromaquia.
Aun así, quedaban unos pocos cientos de asientos libres, porque la
penúltima corrida no es lo mismo que la última. Eso sí, será difícil que
hoy se supere el listón elevadísimo que ayer pusieron ante reses de
Núñez del Cuvillo los triunfantes El Juli y José María Manzanares (tres
orejas cada uno) y un abucheado Morante de la Puebla, que se redimió con
un séptimo toro de sobrero, un Domecq ante el que los tres matadores de
la tarde se convirtieron en espléndidos banderilleros; el público no se
lo creyó y acabó invadiendo el ruedo para sacar a hombros a los tres
matadores.
ACTO CULTURAL / Fue cuando, con la noche ya bien
cerrada, por última vez se escucharon los gritos de «¡Libertad!
¡Libertad!» Varias pancartas bien elaboradas con artículos de decretos y
leyes adornaban las gradas. «Se garantizará y promoverá el patrimonio
histórico, cultural y artístico español». O «los poderes públicos
promoverán el acceso a la cultura». ¿Qué cultura? Un texto, en otra
pancarta, lo explicaba con el decreto 1151/2011: «La tauromaquia es
disciplina artística». En los asientos, una octavilla de la Unión de
Taurinos y Aficionados de Catalunya llamaba a la gente a salir a la
calle después de la corrida y acompañar a los toreros al hotel.
Fuera,
en la hora previa al inicio de la penúltima corrida, las calles
respiraban el ambiente de otras épocas. Las aceras de la calle Marina
estaban casi intransitables. Cientos de personas abarrotaban el interior
y las terrazas de dos locales taurinos históricos, La Gran Peña y el
Bretón, este último desde hace años en manos de hosteleros chinos que
han mantenido el espíritu taurino. Pero también se llenaba el Dönner
Monumental; el hambre y la sed no entienden de discriminación, a
diferencia de los unos jóvenes de PxC. «Nos quitan a los toros y nos
ponen a los moros», gritaba una chica, repartiendo una octavilla en la
que se denuncia que la Monumental, joya arquitectónica neomudéjar, se
convertirá, según ellos, en una mezquita.
OLÉS Y OREJAS/ Pero los
aficionados taurinos estaban poco interesados en la proclama del
partido xenófobo, ni se preocupaban por la presencia, en la acera de
enfrente, de una veintena de antitaurinos protegidos por diez mossos que
en sus pancartas piden ahora la abolición de los correbous. Nada
de eso se escuchó después dentro de la plaza. «¡Catalunya es taurina!»,
se gritó ahí, entre algunas vivas a España. Y los olés, por supuesto,
sobre todo para El Juli y Manzanares, tan brillantes como Gallito,
Posada y Saleri II aquel 27 de febrero de 1916. Hoy, a José Tomás le
toca encender la traca final.
de la primera corrida, en 1916, y las últimas, ayer y hoy. Esta tarde, poco después de las ocho, las corridas en Barcelona serán historia. Y
sus aficionados, muy pocos en tardes menos deslumbrantes que estas pero unos 35.000 este fin de semana, no quieren despedirse en silencio.
Tienen ganas, muchas ganas, según empezaron demostrar ayer, con gritos reivindicativos pero también olés
El Juli, Morante de la Puebla y José María Manzanares salen a hombros, ayer, de la Monumental. RICARD CUGAT
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- El Govern prevé pagar un millón como tope por el veto de los toros
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y pañuelos taurinos. Y seguirán haciéndolo esta tarde, cuando José Tomás encabezará el cartel del adiós.
«Pero
el cartel de hoy es mejor», decían ayer muchos aficionados ante las
puertas casi colapsadas del gran teatro barcelonés de la tauromaquia.
Aun así, quedaban unos pocos cientos de asientos libres, porque la
penúltima corrida no es lo mismo que la última. Eso sí, será difícil que
hoy se supere el listón elevadísimo que ayer pusieron ante reses de
Núñez del Cuvillo los triunfantes El Juli y José María Manzanares (tres
orejas cada uno) y un abucheado Morante de la Puebla, que se redimió con
un séptimo toro de sobrero, un Domecq ante el que los tres matadores de
la tarde se convirtieron en espléndidos banderilleros; el público no se
lo creyó y acabó invadiendo el ruedo para sacar a hombros a los tres
matadores.
ACTO CULTURAL / Fue cuando, con la noche ya bien
cerrada, por última vez se escucharon los gritos de «¡Libertad!
¡Libertad!» Varias pancartas bien elaboradas con artículos de decretos y
leyes adornaban las gradas. «Se garantizará y promoverá el patrimonio
histórico, cultural y artístico español». O «los poderes públicos
promoverán el acceso a la cultura». ¿Qué cultura? Un texto, en otra
pancarta, lo explicaba con el decreto 1151/2011: «La tauromaquia es
disciplina artística». En los asientos, una octavilla de la Unión de
Taurinos y Aficionados de Catalunya llamaba a la gente a salir a la
calle después de la corrida y acompañar a los toreros al hotel.
Fuera,
en la hora previa al inicio de la penúltima corrida, las calles
respiraban el ambiente de otras épocas. Las aceras de la calle Marina
estaban casi intransitables. Cientos de personas abarrotaban el interior
y las terrazas de dos locales taurinos históricos, La Gran Peña y el
Bretón, este último desde hace años en manos de hosteleros chinos que
han mantenido el espíritu taurino. Pero también se llenaba el Dönner
Monumental; el hambre y la sed no entienden de discriminación, a
diferencia de los unos jóvenes de PxC. «Nos quitan a los toros y nos
ponen a los moros», gritaba una chica, repartiendo una octavilla en la
que se denuncia que la Monumental, joya arquitectónica neomudéjar, se
convertirá, según ellos, en una mezquita.
OLÉS Y OREJAS/ Pero los
aficionados taurinos estaban poco interesados en la proclama del
partido xenófobo, ni se preocupaban por la presencia, en la acera de
enfrente, de una veintena de antitaurinos protegidos por diez mossos que
en sus pancartas piden ahora la abolición de los correbous. Nada
de eso se escuchó después dentro de la plaza. «¡Catalunya es taurina!»,
se gritó ahí, entre algunas vivas a España. Y los olés, por supuesto,
sobre todo para El Juli y Manzanares, tan brillantes como Gallito,
Posada y Saleri II aquel 27 de febrero de 1916. Hoy, a José Tomás le
toca encender la traca final.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
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