HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
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HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Desde la creación hasta el diluvio universal
CREACIÓN DEL MUNDO
CREACIÓN DEL MUNDO
En el principio creó Dios el Cielo y la Tierra. Antes sólo existía Dios, y, cuando Él quiso, hizo de la nada (creó) el Universo y todo lo que en él está contenido, lo visible y lo invisible; los seres materiales y los espirituales.
Los seis días de la creación
El Génesis agrupa la creación en 6 días (no sabemos si por la mañana, por la tarde o por la noche).
En el primer día dijo Dios: “Hágase la luz”, y la luz quedó hecha. Separó la luz de las tinieblas; a la luz llamó día y a las tinieblas noche. Se supone que en hebreo, claro.
En el segundo día separó las aguas, y unas quedaron arriba, formando las nubes, y otras abajo, y en medio, el firmamento que llamó cielo. Muy bien.
En el tercer día reunió las aguas que cubrían la superficie de la tierra y formó con ellas el mar y a la parte seca le dio el nombre de tierra. Y ésta se cubrió de plantas y árboles de toda especie.
En el cuarto día hizo que aparecieran los astros que señalan las estaciones, los días y los años: el sol, la luna y las estrellas.
En el quinto día creó los peces en el agua y las aves que vuelan por el aire y les dijo: “Creced, multiplicaos y llenad las aguas del mar y multiplíquense las aves sobre la tierra”.
En el sexto día dijo Dios: “Produzca la tierra animales vivientes de toda especie”: animales domésticos, reptiles y bestias salvajes, y, finalmente, creó al hombre a su imagen y semejanza. Con lo cual, ya estamos arrimando el ascua a nuestra sardina: antropomorfizamos a Dios, al ponernos poco menos que a su altura. ¡Somos semejantes a Dios! Por tanto, fabricamos un Dios a nuestra medida.
Así terminó la creación y adorno del cielo y de la tierra y de cuanto Dios había hecho. El día séptimo descansó. Dios bendijo el día 7º (el sábado), y lo santificó.
¿Cómo eran los días de la creación? Eso no se sabe. Es cierto que no tenían porqué ser días como los que conocemos (no podían serlo), ya que el sol no aparece hasta el 4º día, aunque, no obstante, el día y la noche ya surgieron ¡el primer día! Lógica divina.
Creación de Adán
Cuando Dios quiso crear al hombre dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Y Dios formó el cuerpo del hombre del barro de la tierra y le inspiró en su rostro un soplo de vida y quedó hecho el hombre viviente. Dios lo llamó Adán, que quiere decir “hecho de la tierra”.
Y puso Dios ante Adán todos los animales para que les diese nombre. Y Adán así lo hizo.
Bueno, esto lo enseñaba la Iglesia, históricamente hablando, hasta hace menos de un minuto, pero tuvo que abandonar esta explicación literal de la Biblia ante la evidencia científica de que la cosa no era así, pero le llevó su tiempo… Y aún hay sectas, como los Testigos de Jehová, que mantienen la peregrina literalidad del texto bíblico. La Iglesia católica, dando muestras de su sabiduría, ha rectificado aquí sin ningún problema, pero no crean ustedes que por no tener más remedio para no perder su clientela espiritual, no, en absoluto, estas cosas las hace por convencimiento, igual que lo de suprimir la Inquisición, que en España funcionó hasta bien entrado el siglo XIX. El comerle el coco a la gente también tiene que adaptarse a los tiempos, ¡hay que modernizarse!
Sigamos: Formación de Eva
Empiezan ya las “perlas” con que nos obsequia el Génesis. Dijo Dios: “No es bueno que el hombre esté solo, hagámosle una ayuda semejante a él”.
E hizo Dios caer sobre Adán un profundo sueño, y mientras estaba dormido (suponemos que con anestesia), le quitó una costilla y formó el Señor con ella una mujer –que no era más que una simple costilla del hombre- y la presentó a Adán y éste dijo: “esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Supuestamente, esto quiere decir que el cuerpo de la mujer fue formado del primer hombre y que, por tanto, tienen ambos la misma naturaleza. Los que creen en la Biblia consideran esto como una defensa de la dignidad de la mujer, pero por si acaso ya resulta que la mujer es una derivación del hombre, una compañía para el hombre, algo secundario, algo hecho en función del hombre y no al revés ni al mismo nivel. Todo está planteado desde la perspectiva del hombre, así que ya vemos cuánta categoría para la mujer.
LA CAÍDA DEL HOMBRE
Antes de crear Dios al hombre, creó a los ángeles, que son espíritus puros, que no tienen cuerpo ni están destinados a vivir unidos a ningún cuerpo. Pero tienen inteligencia y voluntad; más inteligencia, fuerza, poder y hermosura que los hombres.
Los demonios son algunos de los ángeles, que, ensoberbecidos de lo fuertes, poderosos y guapos que son, se rebelaron contra Dios y quisieron asemejarse a Él. Para castigarlos, Dios creó el infierno y en él los precipitó. El jefe de ellos fue Luzbel o Lucifer y contra éstos pelearon los ángeles buenos, a cuyo frente estaba San Miguel, no con espadas, sino con su inteligencia, diciendo a los soberbios: “¿Quién como Dios?” Como podemos observar, el nivel intelectual necesario para creer esto es semejante al que hay que tener para creer la mitología griega de Zeus y compañía.
Adán y Eva en el paraíso
Había plantado Dios un jardín delicioso, en la región del Edén, en el que colocó al hombre que había formado. El Señor había hecho nacer de la tierra toda suerte de árboles, hermosos a la vista y de frutas suaves al paladar. Puso en medio del paraíso el árbol de la vida, comiendo de cuyo fruto no morirían, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. En este jardín de delicias puso Dios al hombre para que lo cultivara y lo guardara. Había adornado al hombre de la gracia con la cual había de conseguir el cielo y le había dado este precepto: “Come de todos los árboles del paraíso, pero del fruto del “árbol de la ciencia del bien y del mal” no comas, porque en cualquier día que comieres de él infaliblemente morirás”.
Pero la carne, el pescado y hasta los grelos, ya se sabe, es débil, y va el cabrón del demonio, toma la forma de serpiente (todo esto vuelve a ser simbólico, según la Iglesia católica de hoy en día) y se dirige a tentar a Eva, diciéndole: “¿Por qué os ha mandado Dios que no comáis de todos los árboles del paraíso?”
Respondió la mujer a la serpiente parlante: “Tía, es que si comemos de ese arbolito de marras dice el jefe que la palmamos”.
Dijo la serpiente a Eva: “No seas tonta, lo que quiere Dios es que no lleguéis a ser tan poderosos como él, seréis conocedores del bien y del mal, venga, come y no le hagas caso, que son unas manzanas de p. m.”
Vio, pues, la mujer, que el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal era bueno para comer, bello a los ojos, y le pareció de aspecto deleitable y en su irreflexión cogió del fruto, comió y dio también a su marido, el cual también comió.
Apenas habían pecado, conocieron la enormidad de su falta y fueron a ocultarse en medio de los árboles del paraíso.
Pero para Dios no hay escondite posible, y llamó a Adán, diciéndole: “¿Por qué te escondes, pecador de la pradera?”
“Porque estoy en pelotas”.
Replicóle el Señor: “¿Y qué es lo que hace que te dés cuenta de eso, sino el haber comido del fruto del que yo te había vedado que comieses, fistro diodenal?”
A ello Adán respondió preguntándole si era Dios o Chiquito de la Calzada, y añadió: “Fue por culpa de Eva, que me convenció de que comiera, que eran unas manzanas de p.m.”
Y va Dios y le dice a Eva: “¿Por qué has hecho eso?”
“Por culpa de la serpiente, y además la carne es débil y el marisco muy caro, aunque ya sé que tú no tienes esos problemas porque para eso eres Dios”.
Primera promesa mesiánica
Dios se cabreó mucho por lo de la manzanita, y le dedica estos versos a la serpiente, que no tenía culpa de nada:
“Por haber hecho esto,
Maldita serás entre todas las bestias
Y entre todos los animales del campo…
Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer (¿?)
Y entre tu linaje y el suyo;
Éste te aplastará la cabeza,
Y tú le morderás a él el calcañar”.
(muy lógico)
Anuncia aquí la enemistad entre la serpiente y la mujer, entre el demonio y los hombres, a quienes procurará llevar al infierno. Pero Dios, muy misericordioso él, hace algo nuevamente lleno de lógica: promete que, aunque va a castigar a los hombres, finalmente podrán salvarse. Se refería a todos los hombres (varones y mujeres), no sólo a Adán y Eva. Es una gran aportación al mundo jurídico, así que aprendamos: a partir de ahora, siguiendo la Sagrada Escritura, todas las legislaciones del mundo civilizado deberían incluir el castigo para todos los descendientes de quien comete un delito. ¿Cómo vamos a poner en duda la justicia divina?
Pero sigamos, porque la implacable lógica divina expuesta en la Biblia no termina ahí.
En pura coherencia con lo anterior, dice Dios que la manera de salvarse los hombres (esto no lo veo aquí, pero sí que lo interpreta así la Iglesia católica; de todas formas, no hay duda de que lo dice más adelante la Biblia, con los profetas) será por medio del sacrificio humano de alguien que no sólo nada tenía que ver con el pecado original, como todos los hombres menos Adán y Eva, sino que además sería el único hombre que pagaría por todos los demás. No cabe duda de que éste era un Dios justo y coherente a más no poder. Todo un modelo. Nueva aportación jurídica: si dos cometen un delito, crucifíquese a otro ajeno a todo y castíguese más levemente a todos los demás. Portentoso cerebro el de quien ideó esto.
Sigue este Dios cubriéndose de gloria al decir a la mujer (a todas las mujeres) que multiplicará sus padecimientos y que estará sujeta al hombre. Sí, sí, más claro agua. Un Dios muy feminista, como vemos. Con lo cual, no cabe duda de la gran inteligencia de todas las mujeres que, conociendo la Biblia, creen en ella, así como la gran dignidad de todos los hombres que hacen lo propio. ¿Podemos decir que quien escribió esto estaba adoctrinando a la sociedad para un sistema un poco machista? No, por favor.
A Adán le anunció que la tierra le produciría espinas y abrojos: “Con el sudor de tu frente ganarás el pan hasta que vuelvas a la tierra, de la que fuiste formado”.
Colocó Dios delante del paraíso un querubín con una espada de fuego para guardar el camino que conducía al árbol de la vida. Las fuerzas del orden expulsan a nuestros primeros papis del paraíso.
Caín y Abel
Adán y Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel. Abel fue pastor de ovejas y Caín labrador. Abel era un bendito y Caín un cabronazo.
Un día Caín presentó al Señor ofrenda de frutos de la tierra y Abel lo mejor de sus ganados (como si el Señor necesitara algo), y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda (Abel era un poco enchufado), pero de Caín no hizo caso. Entonces Caín se mosqueó y le dijo Dios: “¿Por qué te cabreas? ¿No es cierto que, si obraras bien, serías recompensado?”
Pero Caín no hizo caso y se dejó llevar de la envidia. Un día le dijo a su hermano Abel: “Vamos a dar una vuelta”. Abel salió inocentemente con su hermano y, estando los dos en el campo, Caín se lo cargó.
Dijo Dios: “Caín, ¿dónde está Abel?”
Caín replicó: “No sé, yo no soy el guardián de mi hermano”.
El Señor: “¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra. Maldito, pues, serás tú desde ahora sobre la tierra que ha recibido la sangre de tu hermano. Vivirás errante y fugitivo sobre la tierra”.
Caín vivió prófugo sobre la tierra al oriente del Edén. Sus descendientes –otra vez los descendientes- fueron malos y fueron llamados “hijos de los hombres” o “del mundo”.
La Sagrada Escritura atribuye a los descendientes de Caín la invención de las artes y el progreso material que utiliza la inteligencia para satisfacer sus pasiones (sensualidad, ambición, etc.). Las artes y el progreso material son muy, muy malos. ¡Abajo el ordenador!
Adán y Eva tuvieron otro hijo al que llamaron Set. Sus descendientes fueron piadosos y llamados hijos de Dios.
De Set viene la línea de los Patriarcas, el pueblo de Israel y finalmente el Redentor del mundo. Set sí que vale.
Los patriarcas antediluvianos (anteriores al diluvio) vivieron más que Franco. ¡Hay que ver lo que vivieron! Seguro que hacían una vida muy sana. Oscilaban entre los 969 años de Matusalén (rey de los viejos) y los 365 de Henoch, que tampoco está mal. Por cierto que este Henoch no murió nunca, ya que un día dijo: “voy a dar un paseo a ver si veo a Dios”, y resulta que se puso a andar y andar, hasta que llegó Dios y se lo llevó. O sea, que fue a por tabaco…y hasta ahora.
Esto es del “Génesis”, y vemos, muy resumidamente, cómo desde antiguo se elaboran cuentos y mitos con la finalidad de configurar y justificar un sistema social basado en el conformismo acrítico, la obediencia al poder y la aceptación de la sinrazón, con el dominio de unas clases por otras y de la mujer por el hombre, con roles diferenciados: el hombre mantiene a la mujer y la mujer se esfuerza por gustarle y le obedece, y no valía cambiar el rol ni de broma, y unos hombres (las clases inferiores) obedecen a otros (los que mandan, clases superiores, Patriarcas, reyes).
Hasta hace poco en muchas bodas católicas (y en muchas confesiones cristianas me temo que aún ahora) se exigía a la mujer prometer obediencia al marido. Así como suena, y lo aceptaban y se casaban. Todo muy digno, liberador y santo.
Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Como dije, publico estas historias bíblicas, y es una manera objetiva de ver las cosas, con espíritu crítico y no reverencial, como se suele enseñar y leer la Biblia.
No se puede acercar uno a la Biblia estando predispuesto a tragarse todo lo que allí se diga aunque sean los mayores disparates. Hay que leer la Biblia sin desprenderse de la lógica más elemental con la que nos movemos por la vida para otras cuestiones. Un ejemplo solamente: quien cree que está bien y es orden de Dios lapidar a alguien por lo que sea, pero incluso, como se dice en la Biblia, por recoger leña un sábado, es un perfecto estúpido.
No se puede acercar uno a la Biblia estando predispuesto a tragarse todo lo que allí se diga aunque sean los mayores disparates. Hay que leer la Biblia sin desprenderse de la lógica más elemental con la que nos movemos por la vida para otras cuestiones. Un ejemplo solamente: quien cree que está bien y es orden de Dios lapidar a alguien por lo que sea, pero incluso, como se dice en la Biblia, por recoger leña un sábado, es un perfecto estúpido.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
y unos hombres (las clases inferiores) obedecen a otros (los que mandan, clases superiores, Patriarcas, reyes). <---------~~~ eso es basicamente el castrismo...
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Azali- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
La logica (bue' ante tanto ilogico) seria que Adan fuera que el siquiera pariendo y no Eva...
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Sócrates escribió: quien cree que está bien y es orden de Dios lapidar a alguien por lo que sea, pero incluso, como se dice en la Biblia, por recoger leña un sábado, es un perfecto estúpido.
Precisamente Jesús se rebeló contra esa costumbre del descanso forzoso sabatino.
Incluso desde antes de Jesús ya existían muchas controversias respecto de la interpretación bíblica.
En particular, después del contacto con griegos y persas fue cuando se formaron las sectas de los fariseos y saduceos.
luik- Cantidad de envíos : 9436
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
El Jesús del Evangelio contradice el Antiguo Testamento, lo corrige, y sin embargo las iglesias crisitanas, tanto católicos como protestantes en sus diversas ramas, y también los ortodoxos (iglesia católica de oriente, con Rusia como símbolo) si no estoy equivocado, siguen considerando el Antiguo Testamento palabra de Dios a pesar de la clara contradicción con lo que se dice en el Nuevo Testamento, al menos en los evangelios. Pretenden hacer compatibles las dos cosas, cuando el mensaje cristiano parece incompatible con los mandatos del Dios de Moisés y demás tropa.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Sócrates escribió: Pretenden hacer compatibles las dos cosas, cuando el mensaje cristiano parece incompatible con los mandatos del Dios de Moisés y demás tropa.
El propio judaísmo tiene sus propios líos interpretativos, las mentadas halajás:
http://es.wikipedia.org/wiki/Halaj%C3%A1
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Desde el diluvio hasta Abraham
Corrupción de los hombres
Pasaron muchos siglos y los descendientes de Set, llamados “hijos de Dios”, se casaron con los descendientes de Caín, o “hijos de los hombres”, y todos se corrompieron. Claro, porque los descendientes de Caín eran culpables de todo lo que había hecho Caín, y lógicamente eran de la piel de Satanás.
Entonces Dios, viendo que los hombres no hacían lo que le salía de sus divinos testículos –testículos de Jehová, lógicamente- y que las mujeres no obedecían lo suficiente a sus maridos, algunos tenían relaciones homosexuales, otros no le ofrecían sangrientos sacrificios de animales, ni lo alababan, ni le rendían pleitesía, ni le rezaban ni le hacían la pelota lo suficiente, y encima había algunos que coleccionaban sellos, montó en cólera, y dijo: “Yo borraré sobre la faz de la tierra al hombre a quien crié, desde el hombre hasta los animales, desde el reptil hasta las aves del cielo, pues siento ya el haberlos hecho”. Lo de los animales creo que era por tener hijos sin estar casados.
El arca de Noé
Entre tantos impíos vivía Noé, “hombre justo y perfecto”, a quien encargó el Señor la construcción de un arca con tres pisos y varios compartimentos, que tenía unas dimensiones de 300 x 50 x 30 codos (equivalentes a medio metro), que descansaba sobre una balsa con ventanas en la parte superior de sus lados, embreada por dentro y por fuera y con la puerta que había de cerrar el Señor.
Dijo Dios: “Noé, voy a inundar la tierra con un diluvio para hacer morir a todo bicho viviente, para que se jodan por no hacer lo que a mí me sale de los esos que tú sabes, pero no a ti ni a tu familia, que entraréis en el arca y yo estableceré una alianza contigo”.
Desde el primer anuncio del castigo hasta el comienzo del diluvio transcurrieron 120 años (nada, un abrir y cerrar de ojos), durante los cuales Noé, con fe inquebrantable, anunció el castigo a sus contemporáneos por falta de veneración de las esposas a los maridos, homosexualidad, ofrecer escasos sacrificios sangrientos al Señor, escasez de alabanzas al Señor, falta de pleitesía, rezar poco, insuficiente peloteo a Señor y coleccionismo de sellos. Pero nadie le hacía caso, creían que estaba pirado, y le decían cosas como: “si llueve ya compraremos paraguas”, “¿qué coño vas a hacer con esa arca que construyes, un crucero por el Mediterráneo?”, “eres más tonto que un Testigo de Jehová”. Sí, sí, pero vino el diluvio y todos a.t.p.c.
El diluvio
Noé tenía 600 años (aún joven) cuando entró en el arca con su familia y con los animales que habían de salvarse: una pareja de animales impuros y siete parejas de animales puros (es que había animales a medias y puros animales, es decir, animales por completo, o sea, parecidos a ese Dios bíblico), según le había mandado el Señor, el cual cerró la puerta por fuera.
Pasados siete días el Señor dio las órdenes oportunas a los meteorólogos y las aguas del diluvio inundaron la tierra. Y se rompieron las fuentes del abismo (aguas interiores de la tierra y del mar) y se abrieron las compuertas del cielo (fuertes aguaceros) y estuvo lloviendo durante 40 días y 40 noches y subieron las aguas hasta quince codos sobre los montes que cubrió y perecieron todos los hombres, aves y animales terrestres, fieras y reptiles, pues las aguas cubrieron la tierra por espacio de 150 días. Sólo quedó Noé y los que estaban en el arca. Es que Dios es muy bueno y es todo amor, pero si le tocan los esos de Jehová…le sale un pronto que…
Dios, que no olvidaba a Noé y a los animales que estaban con él en el arca, hizo soplar un viento sobre la tierra, con lo cual fueron disminuyendo las aguas y el arca reposó sobre los montes de Armenia (Ararat).
A los ocho meses del comienzo del diluvio se descubrieron las cumbres de los montes. Pasados cuarenta días, abrió Noé la ventana que tenía hecha en el arca y soltó un cuervo, el cual no volvió al arca. Después de él, soltó una paloma, la cual, como no halló dónde posar su pie, volvió al arca. Esperó otros siete días más y por segunda vez echó a volar la paloma, mas ella volvió a Noé por la tarde, trayendo en el pico un ramo de olivo con hojas verdes. Conoció Noé que las aguas habían cesado de cubrir la tierra y después de algunos días abrió la cubierta del arca, miró y vio que se había secado la superficie de la tierra.
Entonces salió Noé con los suyos del arca, como también salieron del arca todos los animales. Noé edificó un altar al Señor y escogiendo de los animales puros ofreció un holocausto al Señor (otra vez esa costumbre de muchas religiones de honrar a sus dioses a base de demostrar su cariño a los animales). Por supuesto, el Señor estaba muy necesitado de que le halagaran su ego, y nada mejor para ello que trincar a algún animal.
Alianza de Dios con Noé
Dios bendijo a Noé y a sus hijos y les dijo: “creced, multiplicaos y llenad la tierra. Sabed que voy a establecer mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia y no habrá en lo venidero diluvio que destruya la tierra. Pondré mi arco en las nubes (el arco iris), y será la señal de la alianza entre mí y la tierra, y, cuando cubriere el cielo de nubes, aparecerá mi arco en ellas y me acordaré de mi alianza con vosotros”. Era necesario porque el Señor no andaba muy bien de memoria.
Los hijos de Noé que salieron con él del arca fueron Sem, Cam y Jafet.
Noé fue labrador y plantó una viña, y, como no sabía que el vino emborrachaba, empezó a beber del vino que había hecho y acabó cantando el “Asturias, patria querida” en pelotas en medio de su tienda. Cam lo vio, no pudo aguantar la risa y salió a contárselo a sus hermanos, pero Sem y Jafet, echándose una capa sobre los hombros y caminando hacia atrás, cubrieron a su padre, teniendo vueltos sus rostros para no ver su desnudez.
Luego que despertó Noé de la borrachera y supo lo que había hecho Cam con él, echó una de las típicas maldiciones de la Biblia: “Maldito sea Canán (hijo de Cam); esclavo será de los esclavos de sus hermanos” (de los hermanos de Cam). Y añadió: “Bendito el Señor, Dios de Sem; sea Canán esclavo suyo. Dilate Dios a Jafet y habite éste en las tiendas de Sem y sea Canán su siervo”.
Noé vivió 950 años y murió.
No se agobie el lector, reconozco que asimilar estas últimas cosas que acabo de contar es asunto peliagudo. Vamos a ver: resulta que como Cam fue malo por reírse de su padre borracho y despelotado, ¿qué más lógico que hacer esclavo a su hijo? Hay que entender la lógica divina, hay que saber interpretarlo y meterse en la mentalidad de la época, hombre. “Dios dilate a Jafet” quiere decir que aumente su volumen, no pueda por tanto vivir en su tienda por quedarle pequeña y pase a vivir en las de Sem, que son más grandes, y de paso sea Canán también siervo suyo para pagar la gran culpa de tener por padre a Cam. Y los 950 años que vivió Noé, porque no fumaba (y conste que los que escribieron esto no estaban fumados, lo sé de buena tinta).
En esta maldición y bendición de Noé a sus hijos se manifiesta la revelación hecha por Dios a Noé acerca de los futuros destinos de la humanidad después del diluvio.
Sem fue el heredero de las promesas, y de él proceden el pueblo escogido y el Mesías. Los descendientes de Jafet (los gentiles) reciben también, aunque indirectamente, la promesa, porque se extendieron mucho y al fin entraron en la Iglesia en lugar de los judíos que rechazaron y dieron muerte a Jesucristo.
La torre de Babel
Al principio todos los hombres hablaban un mismo lenguaje. Mas, partiendo de Oriente, estos pueblos hallaron una vega en la tierra de Senaar donde acamparon. Y se dijeron unos a otros: “Vamos a edificar una ciudad y una torre cuya cumbre llegue hasta el cielo y hagamos célebre nuestro nombre antes de esparcirnos por toda la faz de la tierra”, y se sirvieron de ladrillos en lugar de piedras y de betún (asfalto) en vez de argamasa y comenzaron a construir la ciudad y la torre.
Y descendió el Señor a ver la ciudad y la torre que edificaban los descendientes de Adán (porque desde el cielo no se veía bien y además Dios en esa época usaba gafas y no sabía dónde podía haberlas metido) y dijo: “hay que bajarles un poco los humos a esta gente, voy a aguarles la fiesta, que estoy aburrido”, y entonces confundió allí mismo su lengua de manera que el uno no entendía al otro. Dios se partía de risa. Y de esta suerte se vieron obligados a dejar la torre sin concluir y cesaron de edificar la ciudad, dispersándose por toda la faz de la tierra. Se dio a esta torre el nombre de “Babel” (o confusión) porque allí fue confundido el lenguaje de toda la tierra en castigo del orgullo humano.
La dispersión
Después del diluvio, Sem pobló gran parte de Asia; Jafet, casi toda Europa, y Cam África, habiéndose poblado después América y Oceanía.
Los patriarcas posteriores al diluvio vivieron la mitad de los años de sus predecesores anteriores al diluvio (es que no eran capaces de contar hasta tanto y así no podían saber cuántas velas había que poner en el pastel de su cumple) y sus descendientes cayeron en una nueva apostasía, olvidándose del Dios único, creador y conservador del hombre, comenzando a dar culto a los dioses (paganismo) y ofreciéndoles sacrificios humanos. ¡Uy, uy, uy! Es que el Señor les había dado un ejemplo…
*Todo esto es un resumen de lo que está en el “Génesis”6-11
DESPUÉS VENDRÍA LO DE ABRAHAM…
Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Eso es "Biblia a la española", porqu elo de cantar "Asturias, patria querida" no lo entiende todo el mundo.
luik- Cantidad de envíos : 9436
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luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Así es, eso no se entiende en general fuera de España, pero es un canto típico y tópico de borrachos o gente que está "alegre".
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Y desde que hay autonomías después de la muerte de Franco pusieron esa canción como himno de Asturias, lo cual no deja de ser gracioso.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Sócrates escribió:Así es, eso no se entiende en general fuera de España, pero es un canto típico y tópico de borrachos o gente que está "alegre".
Lo mismo esta abreviatura:
}y todos a.t.p.c.
Significa "a tomar por culo", pero fuera de España no se usa esa expresión.
En México decimos "a chingar a su madre".
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Otro Génesis español:
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Tardas mucho de un capitulo al otro..
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Azali- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Abraham
(Génesis)
(Génesis)
Para conservar esta fe en el verdadero Dios y la esperanza en el Redentor prometido, Dios se formó para sí un pueblo, el pueblo de Israel o pueblo hebreo, y le confió el depósito de su revelación y la esperanza en el Mesías, para que los guardase como tesoro familiar en medio de un pueblo pagano y corrompido, pero esto en beneficio de todas las gentes, para que toda la tierra se llenara de su gloria cuando viniera el Mesías, el Deseado de todas las naciones. Chan-tata-chán…
Entre los Patriarcas posteriores al diluvio sen encuentra Taré, descendiente de Sem, el cual tuvo tres hijos: Abraham, Nacor y Arán.
Vivían en la ciudad de Ur, en la Caldea, entre el Tigris y el Éufrates (actual Irak, pero aún sin los yanquis). De allí salieron con ánimo de pasar a la tierra de Canán (o Canaán), pero llegaron a la ciudad de Harán, a unos mil kilómetros y se establecieron allí.
En Harán murió Taré (a los 205 años de edad, que cada vez morían más jóvenes). El Señor dijo a Abraham: “Sal de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre y ven a la tierra que te mostraré y te haré cabeza de una nación grande y te bendeciré y ensalzaré tu nombre. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan, y en ti serán benditas todas las naciones de la tierra”. Mira que tenía suerte ese Abraham…
Abraham se dirige desde Harán hasta Canaán
Después de la muerte de su padre, según orden del Señor, Abraham partió con su mujer Sara y su sobrino Lot y con cuanta hacienda había adquirido en Harán y llegó a Siquén, al famoso valle en la tierra de Canaán (o Canán).
Y apareció el Señor a Abraham y le dijo: “Esta tierra daré a tu descendencia”. Y él edificó allí mismo un altar al Señor, siguió caminando hacia el Sur y pasó a Egipto, de donde volvió con muchos ganados y riquezas.
Abraham se separa de Lot
Abraham y Lot poseían muchos rebaños y no podían caber en aquel terreno y los pastores de ambos llegaron a enfrentarse. Para evitar la riña, Abraham dijo a Lot: “Te ruego que te separes de mí. Si tú fueres a la izquierda, yo iré a la derecha. Si tú escogieres la derecha, yo iré a la izquierda”. Lot escogió para sí la hermosa región del Jordán y fijó su residencia en Sodoma (¡cuidado: Sodoma, la de Sodoma y Gomorra!). Los sodomitas eran muy malos, cobardes y pecadores de la pradera.
Después de la separación de Lot, dijo Dios a Abraham: “Toda esta tierra que ves yo te daré a ti y a tu posterioridad y multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra”. Abraham se puso en camino y fue a morar junto al valle de Mambré, que está al pie de Hebrón, y edificó un altar al Señor. Era un pelota de los que le gustaban a Yahvé.
Melquisedech
Algún tiempo después sucedió que, viviendo Lot en Sodoma, unos reyes extranjeros invadieron aquella región y saquearon las ciudades de Sodoma y Gomorra y se apoderaron de Lot y de su hacienda. Abraham libertó y recobró a Lot con sus bienes y a los demás prisioneros.
Cuando regresaba Abraham le salió al encuentro Melquisedech, rey de Salem, presentando pan y vino para el sacrificio, pues ese rey era un sacerdote del Dios Altísimo y le dio la bendición diciendo: “Oh Abraham, bendito eres del Dios Excelso que creó el cielo y la tierra y bendito sea el Excelso por cuya protección han caído en tus manos sus enemigos”. Abraham le dio el diezmo de todo lo que traía.
Promesa de Dios a Abraham
Después de esto habló el Señor a Abraham: “No temas, Abraham, yo soy tu protector y tu galardón será sobremanera grande”, prometiéndole que su descendencia sería numerosa.
Abraham dijo al Señor: “Oh, Señor, ¿qué es lo que me has de dar? Yo no tengo hijos. Ha de ser mi heredero Eliécer, este siervo nacido en mi casa”. Al punto le replicó el Señor: “No será este tu heredero”. Y sacóle fuera y le dijo: “Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas; pues así -le dijo- será tu descendencia”.
Cuando Abraham tenía 99 años se le apareció de nuevo el Señor y le dijo: “Ya no te llamarás Abrán, sino que serás llamado Abraham, porque te tengo destinado para padre de muchas naciones y estableceré mi pacto contigo y con tu posteridad con alianza sempiterna, para ser yo tu Dios y el de tu posteridad. A este fin te daré a ti y a tus descendientes la tierra en que estás como peregrino, toda la tierra de Canaán, en posesión perpetua. Pero tú también y tu descendencia habéis de guardar mi pacto: Circuncidaréis vuestra carne en señal de alianza contraída entre Mí y vosotros. Todos los niños, a los ocho días de nacer, serán circuncidados”.
Además prometió Dios a Abraham que Sara tendría un hijo, al que pondría el nombre de Isaac, con el cual confirmaría su pacto con alianza sempiterna. Esta promesa se la repitió a Sara, la cual, como tenía mucha edad, no quiso creerla.
Abraham intercede por Sodoma
Se le apareció de nuevo el Señor en el valle de Mambré, estando Abraham a la puerta de su tienda. Vio cerca de sí parados a tres personajes en forma humana (sólo forma); corrió a su encuentro, les hizo reverencia inclinándose hasta el suelo y dijo: “Señor, si yo, tu siervo, he hallado gracia en tu presencia, no pases adelante, traeré un poco de agua y lavaréis vuestros pies y descansaréis a la sombra de este árbol y os pondré un bocado de pan para que reparéis vuestras fuerzas; después pasaréis adelante”. Y es que también los ángeles se lavan, descansan, comen pan, judías y hasta hamburguesas.
Ellos aceptaron la invitación y les preparó unos panes en el rescoldo y un ternerillo de su vacada. ¡Menudas viandas se zampaban esos seres espirituales y celestiales! Levantados de allí, dirigieron su vista hacia Sodoma, y Abraham los iba acompañando hasta despedirlos. Le dijo el Señor: “El clamor (los pecados) de Sodoma y Gomorra se aumenta más y más y la gravedad de su pecado ha subido hasta el sumo”. Y partiendo de allí los dos ángeles, que acompañaban al Señor, tomaron el camino de Sodoma.
Abraham estaba de pie delante del Señor y acercándose le dijo: “Por ventura destruirás al justo por el impío. ¿Si se hallaren cincuenta justos en aquella ciudad han de perecer ellos también?”
Y dijo el Señor: “Si se hallaren en Sodoma cincuenta justos, perdonaré a todo el pueblo por amor de ellos”.
E instando Abraham bajó hasta cuarenta, treinta, veinte, diez. Y el Señor le contestó: “No la destruiré por amor a los diez”. Si hubiera menos de diez, ya sería poca cosa, simples “daños colaterales”. Y desapareció el Señor luego que acabó de hablar con Abraham, el cual se volvió a su casa.
Castigo de las ciudades de Pentápolis
Los dos ángeles llegaron al caer la tarde a Sodoma al tiempo que Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad, el cual los hospedó en su casa.
Los ángeles dijeron a Lot, que era justo: “Huye con los tuyos de esta ciudad, pues vamos a destruirla”.
Apenas amaneció, los ángeles daban prisa a Lot para que saliera con su mujer y sus dos hijas. Como Lot y los suyos tardaran, los ángeles los tomaron de la mano diciéndoles: “No miréis atrás, sino daos prisa a salvaros”.
A la salida del sol, llegaban a la ciudad de Segor y en aquel momento hizo el Señor descender fuego y azufre sobre Sodoma, Gomorra y toda la región de Pentápolis (cinco ciudades), quedando convertidas en polvo y cenizas.
La mujer de Lot, que no creyó en la advertencia de los ángeles y miró atrás, quedó convertida en estatua de sal. Muy justo eso, por tocarle las narices a Dios.
Ismael e Isaac
Hacía unos diez años que Abraham y Sara vivían en Canaán y no habían tenido el consuelo de tener un hijo que heredara las promesas de Dios.
Sara instó a su marido y tomó como segunda esposa a Agar , una de las criadas de Sara (como vemos, Sara no era nada celosa; en aquella época toleraba Dios la poligamia -ahora no, que Dios también tiene derecho a variar, si no la cosa es muy aburrida-, pero sólo en un sentido: un hombre podía tener varias esposas, no al revés), y de Agar tuvo un hijo que se llamó Ismael. Abraham tuvo varias concubinas. Dios le repitió la promesa y le anunció más tarde que de Sara tendría un hijo que sería el heredero de las promesas, y, en efecto, al año siguiente tuvo a Isaac. ¿Inseminación artificial, fecundación “in vitro”, ingeniería genética, transplante de óvulos? Nada de eso, irreverentes, blasfemos, ignorantes, fistros diodenales.
Un día Ismael, envidioso de haber perdido los privilegios de hijo único, maltrató a Isaac y entonces Sara exigió a Abraham que despidiese a Ismael, que entonces tenía unos quince años y a su madre (solución radical y razonable). Así lo hizo Abraham por deseo de Sara, dejaron tirados a la madre y el hijo, que se dirigieron hacia el Sur y llegaron al desierto y allí se les acabó el agua que llevaban en un odre o pellejo. Un ángel se les apareció y les mostró una fuente. Después Ismael vivió en Arabia y de él nacieron los ismaelitas y otras tribus árabes.
Sacrificio de Isaac
Abraham amaba entrañablemente a su hijo Isaac. El Señor, tan cachondo como siempre, quiso probar su fe ciega, papanatismo, falta de dignidad y servilismo, y cuando Isaac tenía 20 o 25 años habló el Señor una noche a Abraham: “Abraham, toma tu hijo Isaac a quien amas; llévalo al monte Moria y ofrécemelo allí como víctima de holocausto, y sin replicar, que para eso soy Dios”, para lo cual había que matarlo y después quemarlo. Había que dar un poco de emoción a la vida, de vez en cuando una canita al aire no tiene importancia, que es muy aburrido tanto pacifismo y Dios también tiene derecho a divertirse, a jugar a Jack el destripador y cumplir siempre su Santa Voluntad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Abraham no vaciló ni replicó, aunque esta orden estaba en contradicción con el mandamiento de no derramar sangre humana y con la promesa de que su hijo sería padre de un gran pueblo.
Se levantó antes del alba, cortó la leña, que había de servir para el sacrifico, la cargó sobre un asno y llevó consigo a dos criados, además de su hijo. Al tercer día llegaron a la falda del monte y dijo a los criados: “Aguardadme aquí con el asno, que nosotros subiremos allá arriba, y, acabada nuestra oración, volveremos a vosotros”. Tomó la leña y la cargó sobre la espalda de su hijo y él llevaba el fuego y el cuchillo.
En el camino le dice el pardillo de Isaac: “Padre mío, veo el fuego y la leña, pero ¿dónde está la víctima del holocausto?”
Abraham le contestó: “Hijo mío, sorpresa, sorpresa”.
Cuando llegaron a la cima del monte, levantó Abraham un altar de piedra y acomodó encima la leña, y, después de atar a su hijo, púsole en el altar encima de la leña y tomó el cuchillo para sacrificarlo. Isaac los tenía de corbata.
De repente el ángel del Señor le gritó: “Detente, Abraham, que todo era de coña, para ver que temes a Dios”. Claro, Abraham se hacía sus necesidades por su túnica del miedo que le tenía al misericordioso Yahvé.
Levantó Abraham los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en unas zarzas y, habiéndolo cogido, lo ofreció como víctima del sacrificio en lugar de su hijo. A Dios le bastaba con cordero asado.
Entonces Dios renovó su promesa a Abraham: “En uno de tus descendientes serán benditas todas las naciones de la tierra”. Bueno, y así quedaron las cosas.
Casamiento de Isaac y Rebeca
A los 127 años falleció Sara. La gente empezaba a morirse joven, ya no era como antes. Abraham le hizo honras fúnebres y la enterró en Hebrón en una cueva que compró, donde fueron enterrados también Abraham, Isaac, Rebeca, Jacob y Lia.
Abraham era muy anciano y antes de morir pensó buscar para su hijo una mujer que le tuviera miedo a Dios y mandó a Eliecer, su criado más antiguo, a su patria y a sus parientes, para que escogiera esposa para su hijo, que no fuera de las hijas de los cananeos. Prometió hacerlo así el criado y tomando de los bienes de su señor cargó diez camellos y se dirigió a Harán, donde había vivido Nacor, hermano de Abraham. Al llegar a la ciudad se detuvo en las afueras, a la caída de la tarde, junto a un pozo, a donde acostumbraban ir a buscar agua las mujeres de la ciudad.
Eliecer oró en silencio: “Oh Dios, sé propicio a mi señor; he aquí que las hijas de los habitantes de la ciudad vendrán a sacar agua. Yo les pediré de beber; la joven que me responda: Bebe, y también daré de beber a tus camellos, sea la que Tú tienes destinada para tu siervo Isaac”. Buena manera de buscar novia o novio, ya que así los interesados no tienen ni que molestarse.
Apenas había terminado esta oración, apareció Rebeca, honesta y hermosa, la cual llevaba un cántaro al hombro con el cual descendió al pozo para llenarlo. Al volver con el cántaro lleno, el criado salió a su encuentro y le dijo: “Dame un poco de agua de tu cántaro”.
Ella contestó afable: “Bebe, señor mío”, y bajó el cántaro, lo sostuvo sobre el brazo y le dio de beber. Después de que hubo bebido Eliecer, le dijo Rebeca: “Voy también a sacar agua para tus camellos hasta que beban todos”. Lo cual suponía un esfuerzo no pequeño, puesto que eran diez camellos y éstos beben mucha agua.
Y vaciando el cántaro en los abrevaderos corrió a la fuente y sacó agua para todos los camellos. El criado la contemplaba admirado, sin despegar los labios, y, después de que bebieron los camellos, le regaló Eliecer unos pendientes y una pulsera de oro (la tía ya empezaba a escamarse con tantas confianzas), y después le preguntó:
“¿De quién eres hija? Dime si hay espacio para quedarme en la casa de tu padre”.
Contestó Rebeca al criado de Abraham: “Oye, tío, ¿no te estarás pasando tres pueblos? Tienes la suerte de que soy una sumisa e insignificante mujer del Antiguo Testamento, una simple costilla de Adán, porque si no fuera así, ante tanto dar la vara, ya te hubiera mandado a rascar ciertas partes. Soy hija de Batuel y nieta de Nacor y en casa de mi padre hay abundante paja y capacidad suficiente para hospedarte tú y tus camellos”.
Los padres de Rebeca lo agasajaron aun más cuando supieron por su relato que venía de parte de Abraham. Pidió la mano de Rebeca para Isaac. Su hermano Labán y sus padres, así como Rebeca, accedieron gustosos y todos estaban admirados de cómo la Providencia había dirigido los acontecimientos. Eliecer dio a todos, de parte de Abraham, regalos, joyas de oro y plata y ricos vestidos. Y es que las actuales y ridículas (perdón, se dice ilusionantes, encantadoras o algo así) “peticiones de mano” tienen unas raíces muy antiguas.
El criado emprendió pronto el regreso, llevando consigo a Rebeca -no sólo su mano-, su nodriza y algunas criadas. Llegaron a Hebrón, celebraron el matrimonio y Rebeca agradó de tal modo a Isaac por sus cualidades, que pronto se suavizó el dolor producido por la muerte de su madre.
Varios años después falleció Abraham lleno de méritos, siendo considerado este santo varón como el verdadero fundador del pueblo de Dios.
Promesa hecha a Isaac
Hubo una gran hambre en el país, e Isaac pensó bajar a Egipto, como lo había hecho su padre Abraham, pero se le apareció el Señor y le dijo: “No bajes a Egipto. Yo estaré contigo y te bendeciré; multiplicaré tu posteridad como las estrellas del cielo y a ella daré toda esta región y en uno de tus descendientes serán benditas todas las naciones de la tierra”.
Quedóse allí y se enriqueció con la abundante cosecha y tuvo numerosos rebaños, lo cual dio lugar a la envidia de los filisteos, que comenzaron a disputarle los pozos que Abraham y él mismo habían cavado. Es que los filisteos aspiraban a la igualdad y tierra para todos, eran medio socialistas, pero como no sabían historia se creían que ya había nacido Carlos Marx y todo eso, pero no.
Entonces Isaac se retiró a Bersabé y allí, por segunda vez, le dijo el Señor: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, pues estaré contigo y te bendeciré”. De este modo heredó Isaac las promesas mesiánicas.
Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
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CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Moisés
Los 12 hijos de Jacob formaron, ya en Egipto, el pueblo hebreo o israelita.
En la fértil tierra de Gesem se multiplicaron y llenaron el país. Unos 200 años después, un Faraón, que ignoraba la historia de José, temiendo que el pueblo de Israel . fuese más grande y más fuerte que el egipcio, hizo que los trataran como esclavos y mandó que hicieran duros trabajos.
Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban, y entonces mandó el malvado Rey que todos los niños israelitas, al nacer, fueran arrojados al Nilo.
Parece que el Faraón de la opresión fue Tutmosis III (1515-1461 a.C.), de la XVIII Dinastía, y su hijo Amenofis II fue el que reinaba cuando salieron de Egipto.
Nacimiento de Moisés
Una mujer de la tribu de Leví tuvo un hijo. Lo ocultó por espacio de tres meses y después cogió una canastilla de juncos, la barnizó de betún y pez, colocó dentro al niño y la dejó en un juncal a la orilla del río.
La hija del Faraón había ido a bañarse y vio la canastilla, la abrió y vio al niño llorando dentro. Se dio cuenta de que era hebreo. Entonces cobró ánimo la hermana del niño, que se había quedado a distancia observando, se acercó y le dijo si quería que buscase una hebrea que lo críe, a lo que accedió la hija del Faraón.
Lo crió su madre y, cuando ya era mayor, lo llevó a la hija del Faraón, la cual lo adoptó como hijo, poniéndole por nombre Moisés, que significaba “Salvado de las aguas”.
Cierto día, Moisés vio que un egipcio maltrataba a un israelita, y entonces va Moisés y lo mata. Tenía mucho carácter. Para huir, marchó a la edad de 40 años a la tierra de Madián, donde vivían descendientes de Abraham, y allí permaneció 40 años en casa del sacerdote Jetró, pastoreando sus ovejas, y se casó con su hija Séfora.
Un día, cerca del monte Horeb, el Señor se le aparece en una zarza ardiendo y le ordena no acercarse y descalzarse. Tenía una misión para Moisés, al que le dijo: “He visto la miseria de mi pueblo y voy a libertarlo y conducirlo a una tierra que mana leche y miel. Vete a ver al Faraón y y dile que deje salir a mi pueblo de Egipto; yo estaré contigo”.
Entonces Moisés le contestó: “Cuando yo vaya a los hijos de Israel y les diga que el Dios de sus padres me ha enviado a ellos, si ellos me preguntan cómo se llama nuestro Dios, ¿qué responderé?”
“Yo soy el que soy”.
“Pero si les digo que eres el que eres van a creer que los estoy vacilando”, respondió Moisés.
“No seas insolente -le contestó Dios- si no quieres que te facture “ipso facto” al infierno. Les dirás: El que es me ha enviado a vosotros, Yahvé, el Dios de vuestros padres, de Abraham, de Isaac y de Jacob”.
“Pero no me creerán”, dijo Moisés. Y le contestó Dios: “Toma tu vara y arrójala a la tierra”. Y la vara se convirtió en serpiente, dejando pasmado a Moisés. “Haz esto y te creerán”.
La vara era su cayado de pastor que, santificado por Dios, le quedó como señal de su cargo: nada menos que Conductor del Pueblo de Dios. Ya tenía carnet.
Por orden del Señor, su hermano Aarón le salió al encuentro en el monte Horeb. Moisés le refirió las palabras del Señor, y se presentaron ambos al pueblo de Israel, y todo sucedió como estaba previsto.
Después se fueron a ver al Faraón, pero no consiguieron nada, a pesar del numerito de la vara convertida en serpiente. Y esto sucedió la segunda vez que fueron, porque la primera vez lo único que habían conseguido fue que el Faraón ordenara a los intendentes e inspectores oprimir con más dureza a los israelitas, no dándoles paja para los ladrillos, debiendo los hebreos recogerla y hacer la misma cantidad de ladrillos.
Las diez plagas de Egipto
Estas plagas, mandadas por Dios, habían de servir no sólo para quebrantar la resistencia del Faraón sino también para demostrar que sus divinidades terrenas eran falsas y sus sacerdotes impotentes (ante Dios, se entiende).
He aquí la lista de plagas:
1ª) Sangre en lugar de agua, en todos los ríos y pantanos (¡toma castaña!).
2ª) Siete días después, ranas por todas partes (que hicieron cambiar de opinión al Fara, pero cuando se acabó la plaga, otra vez igual de borde).
3ª) Cínifes, mosquitos por todas partes.
4ª) Enjambres de moscas, y cuando se ablandó el corazón del tío Dios mandó que se retiraran las moscas, a ruego de Moisés, pero se endureció, de nuevo, el corazón del Rey y no dejó salir al pueblo.
5ª) Entonces, una peste que mató a los animales menos a los de los israelitas.
6ª) Llagas y úlceras a hombres y animales.
7ª) Hizo caer fuego y granizo, menos en la tierra de Gesem. El granizo destruyó toda la siembra y tronchó todos los árboles del país. La puñeta.
8ª) Langostas, que llegaron con un viento abrasador y lo asolaron todo.
9ª) Extendió después Moisés las manos al cielo y sobrevinieron por tres días tinieblas tan oscuras que no se podían ver unos a otros y nadie se atrevía a moverse.
Después de estas nueve plagas, el Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: “Salid y ofreced sacrificios a Dios, pero vuestras ovejas y ganados mayores permanecerán aquí”. Moisés, más chulo que nadie, contestó: “Todos los ganados saldrán con nosotros”.
Entonces, el Fara, que no aprendía, les mandó retirarse y que no volvieran. Moisés lo amenazó con la última plaga:
10ª) La muerte de los primogénitos de Egipto.
Cuando salieron de la presencia del Rey, les dijo Dios: “Decid a todo el pueblo de Israel: El día 14 de este mes, por la tarde, cada uno de vosotros sacrifique un cordero, sin defecto alguno, cuidando de no romperle ningún hueso (muy delicados). Con un ramo de hiposo deben rociar un poco de sangre sobre el dintel y las dos jambas de las puertas de las casas”. A Moisés le iban estas guarradas.
Esta sería la señal para el ángel exterminador de que aquella casa estaba habitada por israelitas. Éstos habían de comer el cordero pascual asado y aderezado con lechugas amargas. Como inmediatamente después de la comida habían de partir, estarían en actitud de viajeros: de pie, con el bastón en la mano, calzadas las sandalias y la túnica recogida hasta la cintura. Todo dispuesto al detalle, como vemos.
Murieron todos los primogénitos, tanto humanos como animales. Ante ello, aquella misma noche el Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: “Llevaos cuanto antes a vuestro pueblo”.
Los israelitas salieron en número de 600.000, sin contar las mujeres ni los niños, que eran seres de importancia muy secundaria, y llevaron consigo a muchos animales.
Al dejar Egipto, llevaron también los restos de José, el famoso hijo de Jacob. Guiados por Dios, que caminaba delante de ellos, de día en forma de nube y de noche de columna de fuego, se dirigieron, no por el camino más corto, que era el de los filisteos, sino hacia el mar Rojo.
Paso del Mar Rojo: El Faraón, que era una auténtica veleta, se arrepintió entonces de dejarlos ir, y salió a perseguirlos con todo su ejército, pero... ¡con Dios habían topado! Moisés dijo a los israelitas: “No temáis; el Señor mismo peleará por vosotros”.
En aquel momento se levantó una nube y fue a colocarse entre el campo de los egipcios y el de los israelitas. Por el lado que daba a los egipcios la oscuridad era completa, de suerte que les fue imposible avanzar en toda la noche; mientras que los israelitas caminaban con toda luz.
Al llegar al mar, por orden de Dios, Moisés tomó su vara y la extendió sobre el mar, y, al punto, las aguas se dividieron formando una muralla a ambos lados y los israelitas pasaron a pie tan tranquilos.
Al día siguiente, los egipcios caminaron también hasta la mitad del mar persiguiendo a los israelitas. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende la mano sobre el mar”. Obedeció y al momento las aguas volvieron a juntarse, envolviendo al inmenso ejército del Faraón con sus carros y jinetes, sin que escapara uno sólo. ¡Toma castaña! Milagro tan grande confirmó al pueblo en el temor de Dios y en la confianza en Moisés, entonando todo el pueblo un hermoso cántico, con estribillo y todo, cantado éste por las mujeres, encabezadas por la hermana de Moisés, María. Tenían una marcha impresionante.
Ahora vamos con el numerito del maná. Desde el mar Rojo los israelitas se internaron en el desierto tres días sin encontrar agua hasta que por fin la encontraron en Mara; pero no la pudieron beber porque era amarga. El pueblo entonces murmuró contra Moisés: “Este tío no me gusta”, “no es de fiar”, “a ver adónde nos lleva”, “qué clase de líder de Israel es”, “me cago en su estampa”, etc., decía la gente. Pero el Señor mandó a Moisés que tirara un madero al agua, y el agua se convierte en dulce y potable. Asunto resuelto y a otra cosa, mariposa. Pero penetraron más al Sur y llegaron al desierto de Sin, y allí empezaron otra vez a murmurar, echando de menos las ollas de carne y la abundancia de pan que comían en Egipto, “¡Quién nos mandaría salir de Egipto con Moisés!” “La culpa es nuestra por mamones”. Entonces les dijo Dios: ”Podéis hartaros de pan y así veréis que yo soy el Señor, vuestro Dios”. “¡Pues a ver si es verdad!”, contestaron ellos. Cuando llegó la tarde cayeron sobre el campo bandadas inmensas de codornices, y a la mañana siguiente el suelo estaba cubierto de grano menudo, blanco, parecido al granizo.
Los israelitas, al verlo, preguntaron: “Manhú”, es decir, “¿Qué coño es esto?”, y de ahí viene el nombre de Maná. Moisés les respondió: “Este es el pan que el Señor nos da para comer”.
El maná no duraba más que el día en que había caído, tenía fecha de caducidad. El día sexto (viernes, porque el sábado era el último) tenían doble ración y así tenían también para el día siguiente. Lo malo era que no tuvieron otro alimento por espacio de 40 años hasta que llegaron a la tierra de Canaán. ¡Menuda dieta! La mayor parte de la gente comentaba en voz baja que ya podía haber más variación en el plato del día, qué sé yo, de vez en cuando una paellita, un cocido, una pizza, un café con leche con un croissant, unos calamares en su tinta, una tortillita, unos donuts, unos grelos con patatas, un chocolate con churros, unas gambas al chapapote, una fabada... Pero nada: ¡maná, maná y maná! Y si quieres variar, ¡maná!
Antes de llegar al monte Sinaí fueron atacados por los amalecitas, descendientes de Esaú (el hijo de Isaac y hermano de Jacob), que deseaban conservar para ellos solos los pastos de aquella región.
Atacaron de improviso la retaguardia de los hebreos y los derrotaron fácilmente. Entonces Moisés encargó a Josué, su futuro sucesor, que combatiera a los asaltantes con tropas escogidas, y durante el combate estuvo él mismo de pie sobre una colina vecina con las manos levantadas al cielo para pedir a Dios la victoria. Entonces, con sus 80 años, se cansó pronto de aquella postura y advirtieron los israelitas que, si tenía los brazos levantados, su pueblo iba venciendo, pero si los bajaba, aquélla se ponía de parte de los amalecitas, por lo cual lo hicieron sentar en una piedra y, mientras tanto, su hermano y otro israelita le sostuvieron los brazos hasta el final de la batalla, que terminó con la derrota de los amalecitas. Me río yo de misiles, bombas atómicas, armas químicas y bacteriológicas y todo el imperio yanqui ante el truquito de Moisés.
El Sinaí. A los 46 días desde su salida de Egipto, los israelitas llegaron al pie del monte Sinaí y allí levantaron sus tiendas. Cuatro días más tarde, por la mañana empezó a tronar y relampaguear, mientras una densa nube se extendía sobre el monte y se oía el sonido de trompetas. El pueblo tenía los “congojos“de corbata. Moisés lo condujo al encuentro de Dios al pie del monte.
Dijo entonces el Señor en medio de truenos y relámpagos los Diez Mandamientos, y el pueblo temblaba de terror al oír la voz del Señor. Todos dijeron que cumplirían lo ordenado por el Señor. ¡Cualquiera rechistaba!
Moisés se pasó 40 días en el monte despachando asuntos de la máxima importancia con Dios, el cual le enseñó el modo de regir al pueblo y celebrar el culto, le entregó los Diez Mandamientos, escritos de su propia mano, en dos tablas de piedra.
Para confirmar al pueblo en el propósito de cumplir la ley, Moisés erigió un altar y, para variar, ofreció en él un sangriento sacrificio. Después cogió la sangre del sacrificio, que no era la suya, y roció al pueblo diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que Dios ha pactado con vosotros". El pueblo no dijo pero pensó: “¡Serás guarro! ¿por qué no rocías con sangre a tu señora madre?” El tío no daba más de sí.
Mandó el Señor a Moisés subir de nuevo al monte Sinaí, para pasar otros 40 días, instruyéndolo sobre la construcción del Tabernáculo y las leyes por las que había de regirse el pueblo de Dios. O sea, a la manera del actual integrismo islámico de las repúblicas islámicas, pero en este caso era más bien integrismo bíblico, judío, integrismo con todas las de la ley: lapidaciones, sometimiento de las mujeres y todos los ingredientes clásicos.
Al ver que Moisés no volvía, el pueblo pidió a Aarón que les fabricara un Dios que marchase delante de ellos, “pues no sabemos –decían- lo que le ha ocurrido a Moisés”. Y eso se hizo: se construyó un becerro de oro con las pertenencias de oro de los que las tuvieran. Le hicieron sacrificios y se pusieron a beber y danzar en su honor. ¡Los muy inconscientes!
Cuando Moisés bajó del monte con las dos Tablas de la Ley y vio el becerro y los danzantes, encendido de ira, arrojó las tablas y las hizo pedazos al pie del monte. Tomó después el becerro de oro lo abrasó y lo redujo a cenizas, esparciendo éstas en el agua que dio a beber a los israelitas. Parecido a la Coca-Cola, vamos. Después mandó a los hijos de Leví empuñar las espadas y dar muerte a los idólatras, siendo pasados a cuchillo unos 3.000. ¡Eso es autoridad, y no lo de ahora!
Después, volvió a subir al monte, a la presencia del Señor... A seguir despachando asuntos al más alto nivel.
Dios mismo dio en el monte Sinaí lo que se llama legislación mosaica, por
haberla revelado a Moisés. Se refiere a la vida religiosa, política y social de los israelitas.
Por ejemplo, los sacrificios eran de dos clases: cruentos (matar animales) e incruentos.
Había también disposiciones sobre los ministros del culto, que pertenecían a la tribu de Leví. Los del grado inferior se llamaban “levitas”, encargados de los trabajos pesados del santuario. Los sacerdotes pertenecían a la familia de Aarón, hermano de Moisés, y eran los encargados de poner el incienso y ofrecer las víctimas. Un Dios, pues, que exigía víctimas. Al frente de los sacerdotes estaba el Sumo Sacerdote, que normalmente debía ser de la rama primogénita de Aarón, el cual debía bendecir al pueblo.
También se reglamentaban las fiestas judías: fiesta de Pascua, fiesta de Pentecostés, fiesta de los Tabernáculos, fiesta de la Expiación. La de Pascua era la principal. Digamos que la fiesta de los Tabernáculos, o de las tiendas, se celebraba en otoño, en recuerdo de los 40 años que habían peregrinado por el desierto, antes de la llegada a la Tierra Prometida.
El Tabernáculo era el local para el culto, una tienda portátil formada por tablas y ricas pieles, dividida en dos partes: el Santo o Santuario y el Santísimo o Santo de los Santos. Estas dos partes estaban separadas por ricos tapices, y delante del Santo había un pórtico.
En el Santísimo estaba colocada el Arca de la Alianza, que era un cofre de maderas preciosas recubierto de oro. Sobre la tapa, o “propiciatorio”, había dos querubines que cubrían el arca con las alas extendidas. En el arca se guardaban las Tablas de la Ley y una urna llena de maná.
En el Santo estaba el Altar de oro, o de la incensación, sobre el cual se quemaban por la mañana y por la tarde ricos perfumes; el Candelabro de los siete brazos, cuyas lámparas ardían de día y de noche, la Mesa de los panes de la proposición, sobre la cual se colocaban 12 panes en memoria de las 12 tribus y que se renovaban cada sábado.
En el patio exterior del Tabernáculo se encontraba el altar de los los holocaustos, todo de bronce, sobre cuya reja se quemaban las pobres víctimas ofrecidas en sacrificio, y la gran fuente, cuya agua servía para las frecuentes abluciones de los sacerdotes y levitas.
El Tabernáculo pudo inaugurarse el primer día del segundo año de haber salido de Egipto. Entonces, la nube que había acompañado a los hebreos desde su salida de Egipto vino a colocarse encima del Tabernáculo. La nube era de día oscura y de noche aparecía iluminada.
En cuanto a la legislación política y social, el régimen del “pueblo de Dios” era teocrático, es decir, todo se organizaba en función de la supuesta voluntad divina. Y había una larga serie de disposiciones, en las que se mezclaban elementos que configuraban una sociedad fuertemente patriarcal (todo se formulaba desde el punto de vista del varón), elementos del más puro salvajismo, como la famosa Ley del talión (ojo por ojo y diente por diente, que sólo se aplicaba a petición del ofendido) y otros muchos, y elementos también de justicia.
Después de todo esto, los israelitas debían abandonar el Monte Sinaí y dirigirse a la Tierra Prometida. Hicieron el recuento de los guerreros de cada tribu, excepto los levitas, consagrados al servicio de Dios, y eran algo más de 600.000 hombres, de 20 años para arriba.
La señal para marchar la daba el mismo Dios, apartando un poco la nube que cubría el Tabernáculo. Sonaban después las trompetas sagradas y caminaba cada individuo en su tribu, y cada tribu en el puesto señalado de antemano, llevando los sacerdotes el arca. Cuando se paraba la nube, acampaban extendiendo las tiendas.
Así permanecieron los hebreos 38 años en el desierto de Farán, errantes de un lugar a otro y haciendo prolongadas paradas a veces.
Desde Cades, en el límite Sur de Canaán, había enviado Moisés 12 hombres, uno por tribu, a explorar el país de Canaán. A su regreso, trajeron frutos magníficos, y dijeron: “El país verdaderamente mana leche y miel, pero lo habitan fuertes moradores con grandes ciudades, rodeadas de murallas; sus habitantes son verdaderos gigantes y a su lado nosotros somos como langostas”.
Con este motivo el pueblo comenzó a murmurar y a hablar de volver a Egipto, pero Josué y Caleb, que eran dos de los exploradores, decían: “El país es bueno. No temáis a sus habitantes, pues Dios está con nosotros”. Es decir, no había problema porque Dios era de ellos y no de los otros, lo que se dice un Dios justo, objetivo y universal.
Rebelión y castigo.
Durante este tiempo tuvo lugar la rebelión de Coré, Datán y Abirón y 250 levitas que se habían rebelado contra Moisés y Aarón, con el pretexto de que Moisés había sido un tirano y Aarón un pontífice ambicioso, intentando despojarlos del cargo que Dios les había confiado. Pero -¡pobres desgraciados!- tuvieron su justo castigo, va la tierra y se abre, tragando así a los rebeldes, y los 250 levitas murieron abrasados por fuego milagroso. ¡Toma castaña!
Después de este hecho, el Señor quiso confirmar a Aarón en su dignidad de Sumo Sacerdote, y, colocados en el Tabernáculo los bastones de mando de los 12 príncipes de cada una de los 12 príncipes de cada una de las tribus, apareció al día siguiente el de Aarón, que era una vara de almendro, reverdecido con hojas, flores y frutos, siendo conservada después en el Arca de la Alianza como señal de la protección especial que Dios otorgaba al Sumo Sacerdote.
En este tiempo también mandó el misericordioso Dios que muriera apedreado un israelita por blasfemo y otro por recoger leña en día de sábado. Sí, señor, lo que había que hacer hoy en día, y no habría mejor medida para evitar la superpoblación en el mundo.
Al principio del año 40 de la salida de Egipto, se encontraban de nuevo los israelitas en Cades, en la frontera de Canaán, y no teniendo agua murmuraban de nuevo contra el Señor, el cual mandó a Moisés herir la roca, como ya había hecho en otra ocasión. Moisés obedeció, tomó la vara del Tabernáculo, reunió al pueblo junto a la roca y le dijo: “¿Podremos acaso hacer salir agua de esta roca para vosotros?” Y entonces levantó la mano e hirió la roca con su vara, brotando el agua abundantemente a la segunda vez.
Pero Moisés había dudado y había golpeado dos veces, por lo cual el Señor lo castigó diciéndole: “Como no me has creído firmemente, te vas a joder y no llegarás con tu pueblo a la tierra que yo les daré”.
Poco después, cansados de andar errantes por el desierto, murmuraron de nuevo contra el Señor y contra Moisés, ante lo cual Dios envió serpientes venenosas, cuyas picaduras quemaban como fuego, siendo mordidos muchos y muriendo en medio de terribles dolores. Dios no se andaba con coñas.
El pueblo arrepentido pidió a Moisés que intercediera ante Dios, y entonces le dijo el Señor: “Haz una serpiente de bronce y ponla por señal en un palo, de modo que el que, habiendo sido mordido, la mire, quedará con vida”.
Balaán y sus profecías
Los israelitas habían llegado a los límites de Moab, en las cercanías del Jordán. En medio de este pueblo vivía un varón llamado Balaán que adivinaba según las costumbres de los paganos, aunque, sin embargo, reconocía al verdadero Dios.
El rey de los moabitas, Balac, lo llamó y le dijo: “Un pueblo numeroso ha venido de Egipto; ven y maldícelo”. Pero el Señor se apareció por la noche a Balaán y le dijo que de eso nada, que fuera y esperara órdenes suyas.
En el viaje, que, según antigua costumbre, hacía montado en una pollina, por un camino muy estrecho entre dos muros, se le paró la burra de repente, porque un ángel, invisible para Balaán, le impedía el paso, blandiendo una espada.
Y atención a esto: habiendo golpeado el profeta a la burra para que continuara su marcha, ésta habló milagrosamente, y le dijo: “¿Qué te he hecho yo para que me golpees tres veces?” Entonces vio al ángel, que le repitió lo que ya le había ordenado Dios: que no dijese ante el rey de Moab más que lo que Dios le revelase.
Así lo hizo, y el rey se quedó con un palmo de narices.
En este tiempo se apoderaron los israelitas de casi todo el territorio que se extiende a la orilla izquierda de Jordán, y que era una extensa llanura de buenos regadíos, abundantes pastos y bosques, a propósito para la cría de ganados, por lo cual las tribus de Rubén y Gad pidieron este territorio a Moisés, que se lo concedió, así como el Norte de estos territorios a una parte de la tribu de Manases, con la condición de que los varones de estas tribus, que formaban parte del ejército, habían de acompañar a las demás tribus a conquistar la otra orilla del Jordán, que era lo que propiamente se llamaba Canaán.
Profecía mesiánica de Moisés y su muerte
Moisés fue avisado por Dios de su próxima muerte, y por orden de Dios reunió al pueblo y transmitió sus poderes a Josué, escogido por Dios para sucederle.
Les hizo las últimas recomendaciones y los exhortó al cumplimiento de la Ley.
Escribió un resumen completo de la Ley del Sinaí y lo depositó en el Arca de la Alianza, para que sirviera de testimonio contra el pueblo, si éste prevaricaba.
Moisés recibió también una profecía mesiánica que anunciaba a Jesucristo.
Bendijo Moisés a todo el pueblo y subió al monte Nebo, situado al oriente del Mar Muerto, desde donde le mostró el Señor el país de Canaán, diciéndole: “Esta es la tierra que he prometido a Abraham, Isaac y Jacob; la ves, pero no llegarás a ella”. Murió tranquilo y dulcemente, a la edad de 120 años.
Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Se anuncia un nuevo y emocionante capítulo próximamente.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Lo de los ojos objetivos ....SERA coña ....¿no?
Ya que si es así... afirmo, que o bien eres ciego........
O sigues teniendo las mismas gafas de madera del año 2004
como el "eterno" adolescente
Te digo lo de siempre, si quieres debatir en "serio" aquí estoy
si no........ ni entro a leer, ya que a mi como bien sabéis todos, el copia y pega sin más.......... no me mola.
Copia y pega si quieres........ pero después ""racionaliza"" y PON....tus ideas.
Ya que si es así... afirmo, que o bien eres ciego........
O sigues teniendo las mismas gafas de madera del año 2004
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si no........ ni entro a leer, ya que a mi como bien sabéis todos, el copia y pega sin más.......... no me mola.
Copia y pega si quieres........ pero después ""racionaliza"" y PON....tus ideas.
Mar- Cantidad de envíos : 2823
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
No hay copia y pega, eso lo hice yo basándome en la Biblia. La copia y pega que hay es de mis propios escritos, puesto que eso lo puse en Creencias hace unos años.
Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
La Tierra Prometida
(RESUMEN)
(RESUMEN)
Se llama Tierra Prometida porque muchas veces prometió Dios a los patriarcas que se la daría a sus descendientes.
Tierra Santa, por los hechos sagrados que en ella tuvieron lugar en al Antiguo Testamento, y sobre todo en el Nuevo Testamento.
Tierra de Canaán, porque la ocuparon los descendientes de Canaán, nieto de Noé, y Palestina, porque una parte la ocuparon los filisteos.
Límites y extensión de Palestina
Limita al Norte con Fenicia y Siria; al Este con Siria y el desierto; al Sur con Arabia y al Oeste con el mar Mediterráneo.
Su extensión es más pequeña que la de Bélgica, más pequeña que Extremadura; tiene algo más de 25.000 km2. De Norte a Sur tiene una longitud de 200 km. y de Este a Oeste unos 150.
Orografía e hidrografía
Palestina está dividida por el río Jordán, que la cruza de Norte a Sur, en dos partes, la de acá es la Cisjordania y la de más allá Transjordania.
El Jordán nace al pie del monte Hermón y desemboca en el Mar Muerto, lago de agua altamente salada a 393 km. bajo el nivel del mar.
El Mar de Tiberíades, o lago de Genesaret, es un gran ensanchamiento del Jordán.
Los montes son prolongación del Líbano y Antilíbano, siendo también célebre el Monte Gelboé, el Monte Carmelo y el Garizín, en Samaria.
La Palestina cisjordánica desciende suavemente hacia el Mediterráneo y más rápidamente hacia el Jordán.
La transjordánica es una meseta de unos 800 metros de altura, que desciende casi perpendicularmente en el Jordán.
Clima y producciones
Clima en general templado; más cálido en el Jordán y en el Mar Muerto.
Hay dos estaciones: la de las lluvias, de noviembre a marzo, y la de la sequía, de abril a octubre. Si no falta la lluvia, la cosecha es abundante, “tierra que mana leche y miel”. En aquellos tiempos había bosques y el país era fértil, produciendo cereales y legumbres. Había viñas, higueras y olivos.
Existían rebaños de ovejas y cabras, asnos y, entre los animales salvajes, no eran raros el zorro, el chacal, el leopardo y el oso.
Pobladores de Palestina
Antes de ser conquistada por los israelitas la habitaban los cananeos, divididos en varias tribus. Así, los jesubeos vivían en Jerusalén y daban culto a Baal, al que ofrecían sacrificios humanos, por lo cual el Señor mandó exterminarlos. Así de radical.
Al Suroeste estaban los filisteos, que pelearon muchas veces contra los hebreos.
Al Noroeste, los fenicios, pueblo comercial, con sus ciudades Tiro y Sidón.
Al Sur del Mar Muerto, los edomitas, descendientes de Esaú, y los amonitas y moabitas, descendientes de Lot.
Josué
Era hijo de Nun y había sido educado por Moisés para sucederle, confiándole, por último, la autoridad suprema mediante la imposición de las manos.
Tenía el apoyo de Dios, que le dijo apenas murió Moisés: “Levántate y pasa con mi pueblo al otro lado del Jordán y condúcelo a la tierra que he de darle (quitándosela a sus habitantes, se entiende). Como estuve con Moisés, así estaré contigo”.
Josué ordenó al pueblo que se preparara para entrar en la batalla dentro de tres días, y, como la primera ciudad importante que debía atacar era Jericó, situada al otro lado del Jordán, envió dos espías para que explorasen toda la región, especialmente esta ciudad. Los espías penetraron en la ciudad, pero pronto fue notada su presencia y tuvieron que esconderse en casa de Rahab, y desde allí pudieron volver a los israelitas sanos y salvos.
Observemos cómo ese Dios se comportaba como Dios de toda la humanidad y no sólo de unos, y cómo promovía la paz y el amor al prójimo, sobre todo cuando ese prójimo no era judío.
Paso del Jordán
Antes de llegar a Jericó, los israelitas tenían que atravesar el Jordán, y, como se encontraban en primavera, este río iba crecido por el deshielo de las nieves del Hermón, y, al llegar a la orilla del río, mandó a los sacerdotes adelantarse con el Arca de la Alianza. Éstos, al llegar al río, penetraron sin vacilar y por un prodigio, semejante al del mar Rojo, las aguas que descendían cesaron de correr y se amontonaron en la parte superior del río, mientras que las que estaban debajo, proseguían su curso hacia el Mar Muerto.
Los sacerdotes, que llevaban el Arca, se detuvieron en medio del cauce seco del Jordán, hasta que pasó todo el pueblo, continuando después, y apenas salieron del cauce del río, las aguas acumuladas volvieron a correr. Así cualquiera.
En frente de Jericó celebraron la Pascua y desde entonces dejó de caer el maná, alimentándose de los frutos del país. Por fin, dieta variada.
Toma de Jericó
Jericó era una ciudad fortificada, cerca del Jordán, y al pie de la montaña que más tarde se llamó Monte de la Cuarentena.
El Señor mandó a Josué que durante siete días todos los hombres de guerra dieran cada día una vuelta a la ciudad con el Arca de la Alianza. El último día, dieron siete veces la vuelta a la ciudad, y la séptima vez el pueblo mezcló sus gritos con el ruido de las trompetas y las murallas de Jericó se desplomaron de repente, siendo exterminada la población, menos Rahab (la “quintacolumnista”) y su familia. Ahí queda eso. No se andaban con bromas estos piadosos y caritativos hebreos a las órdenes de su misericordioso Dios. Cumplían la convención de Ginebra.
Conquista de Canaán
Después de varios heroicos combates, Josué fue apoderándose, poco a poco, de todo el país, que fue dividido como botín entre las doce tribus que formaban los descendientes de los doce hijos de Jacob, con excepción de los levitas, que por tener que dedicarse al culto divino, no podían estar ocupados en la agricultura, recibiendo, en cambio, parte completa los descendientes de Efraín y Manasés, hijos de José, según lo había dispuesto el mismo Jacob en su lecho de muerte.
Habiéndose coaligado el rey de Jerusalén y otros cuatro reyes de Canaán para oponerse al avance de los israelitas, Josué los derrtotó, y queriendo completar su victoria, en su euforia y delirio entró en éxtasis y mandó parar el sol. Y además el sol le obedeció e incluso la luna, que no quería perderse detalle, y convertida en fan de los buenos, se quedó inmóvil hasta que Josué aniquiló el ejército enemigo, siendo a continuación muy aplaudido por todos los astros del firmamento.
Estando Josué próximo a la muerte, reunió a todas las tribus, recordándoles los beneficios recibidos de Dios y exhortándoles a permanecer fieles al Señor, muriendo a los 110 años, después de haber vencido, con el auxilio milagroso de Dios, a 31 reyes.
· Pero hay muchas más cosas en esta historia de la conquista de la Tierra Prometida, y vamos a destacar una que refleja una vez más el carácter misericordioso, pacifista y de amor a sus criaturas por parte del gran Yahvé, así como el alto grado de civilización del pueblo judío:
Pecado y castigo de Acán
Los hijos de Israel cometieron una prevaricación en lo del anatema (ofrendas a Dios, que el pobre estaba muy necesitado). Acán, hijo de Jarmi, hijo de Zabdi, hijo de Zare, de la tribu de Judá, se apropió objetos de los dados al anatema, y la cólera de Yahvé (¡qué mala milk tenía el tío!) se encendió contra los hijos de Israel.
Después de una derrota de Josué en la guerra por la conquista de la Tierra Prometida, éste rasgó sus vestiduras -costumbre de los israelitas que resultaba muy beneficiosa para el negocio de los sastres- , y se postró rostro en tierra ante el arca de Yahvé, hasta la tarde, tanto él como los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas. Repito: no, no hay error, esto lo hacían Josué y los ancianos de Israel, no los niños de cinco años. Josué dijo: “¡Oh, Señor, Yahvé!, ¿por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, para entregarnos a manos de los amorreos y que nos aniquilen? ¡Ojalá hubiéramos intentado quedarnos al otro lado del Jordán! Por favor, Yahvé, ¿qué voy a poder decir yo después de haber vuelto Israel las espaldas ante los enemigos? Lo sabrán los cananeos y todos los habitantes del país, y nos envolverán, haciendo desaparecer nuestro nombre de la tierra. Y ¿qué harás entonces por tu gran nombre?”
Yahvé dijo a Josué: “Levántate; ¿por qué te echas sobre tu rostro? Israel ha pecado y ha llegado a traspasar mi alianza, la que yo he mandado guardar, hasta tomar cosas dadas en anatema, robarlas, mentir y guardarlas entre sus enseres. Por eso los hijos de Israel no han podido resistir ante sus enemigos y les dieron las espaldas, porque han venido a ser anatema. Ya no estaré yo en adelante en medio de ellos si no quitáis de en medio de vosotros el anatema. Os presentaréis mañana por tribus; y la tribu que Yahvé designe se presentará por clanes; y el clan que Yahvé señale se presentará por familias; y la familia que determine Yahvé se presentará por varones. El que fuere sorprendido en anatema será quemado al fuego con cuanto tiene por haber traspasado la alianza de Yahvé y haber cometido en Israel una infamia”. Es que Yahvé era muy bondadoso, como vemos.
Al día siguiente, de mañana, Josué hizo una serie de llamamientos a las tribus de Israel, hasta llegar a Acán, que era lo que pretendía, y le dijo: “Hijo mío, da gloria a Yahvé, Dios de Israel, y tribútale alabanza, manifestándome lo que has hecho, sin ocultármelo”. Acán respondió a Josué, diciendo: “Es cierto, soy yo el que ha pecado contra Yahvé, Dios de Israel. He aquí lo que he hecho: Vi entre los despojos un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso; y codicioso los tomé, y los enterré en medio de mi tienda, poniendo debajo el dinero”. Josué mandó entonces comisionados que fueron corriendo a la tienda y vieron los objetos enterrados en la tienda de Acán, y debajo el dinero. Tomáronlo de en medio de la tienda y se lo llevaron a Josué y a los hijos de Israel, y lo depositaron ante Yahvé.
Tomó entonces Josué a Acán, hijo de Zeraj; la plata, el manto, la barra de oro, sus hijos, sus hijas, sus vacas, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que le pertenecía (sin distinguir entre hijos-as, animales y objetos), y, acompañado de Israel en pleno, los hizo subir al valle de Acor. Dijo entonces Josué: “¿Por qué nos atrajiste la adversidad? ¡Que Yahvé hoy te traiga la desgracia!” E Israel en pleno lo lapidó, como se hace con los y las adúlteras o con las mujeres que no van vírgenes al matrimonio, prendiéndole luego fuego y lanzándole piedras, y echaron sobre Acán un gran montón de piedras, que todavía hoy subsiste. No hay bromas con el simpático y bondadoso Dios de Israel. Yahvé se quedó contento y aplacó el ardor de su cólera (en el fondo era un pedazo de pan). Por eso se llamó a aquel lugar valle de Acor hasta el día de hoy. Todo muy bíblico y digno de encomio.
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TODO ESTO ES DEL LIBRO DE JOSUÉ
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Sócrates- Admin
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Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Elías y Eliseo, los profetas majaretas
Antecedentes
Después de la muerte de Salomón fue proclamado rey su hijo Roboán, poco inteligente y falto de talento práctico.
Por haber seguido Roboán el consejo de los jóvenes que habían crecido con él (aumentar la opresión), se separaron las Diez Tribus del Norte y formaron el Reino de Israel y eligieron rey a Jeroboán, y le quedaron sólo a Roboán las tribus de Judá, Benjamín y la pequeña de Simeón, formando éstas el Reino de Judá, al Sur, conservando a Jerusalén como capital, mientras la capital del Reino de Israel se estableció en Samaria.
Éste es el Cisma o separación que se produjo en el 975 a.C. El reino de Israel duró sólo 2 siglos y medio, y el de Judá casi 4 siglos.
Consecuentes
El 7º rey de Israel fue Acab, y fue el más impío de todos. Se casó con Jezabel, hija del rey de Sidón, y dio culto a Baal.
Jezabel, mujer cruel y fanática, quiso extirpar el culto al Señor en el reino de Israel y reemplazarlo por el culto a Baal. Consiguió de su marido que se construyera un templo en honor de Baal e hizo ir allí a 450 sacerdotes de Baal y 400 de Astarté, mandando quitar la vida a los profetas del Señor. Nada menos, pero…¡desdichada de ella!.
Entonces el Señor montó en cólera e hizo que se presentara ante el impío Acab el profeta Elías, el cual, vestido con su reglamentario uniforme de profeta y presentando los documentos que lo acreditaban como titulado por la Facultad de Profecías de la Universidad de Jerusalén, le declaró que no llovería durante tres años y medio en todo el país, lo cual quería decir que el hambre sería espantosa.
Para huir de la indignación del rey, Dios ordenó al profeta que fuera a esconderse al oriente del Jordán. Allí le dijo: “Beberás el agua del torrente y he ordenado a los cuervos que te alimenten”. No había problema, los cuervos se pusieron militarmente a las órdenes de Dios. Y, en efecto, los cuervos le traían por la tarde y por la mañana pan para su alimento. Pero al cabo de algún tiempo se secó el torrente, porque no llovía en la comarca, y entonces el Señor envió al profeta a Sarepta, ciudad fenicia en la costa del Mediterráneo, entre Tiro y Sidón, encargando a una viuda que tuviera cuidado de él. Ignoramos hasta qué punto lo cuidó.
Después de tres años y medio, durante los cuales no había llovido, mandó el Señor a Elías que fuera por segunda vez a presentarse ante el rey de Acab, al cual reprendió por haber abandonado los mandamientos de Dios para seguir a Baal, y le mandó que reuniese sobre el monte Carmelo a todo Israel y a los 400 sacerdotes de Baal. Hízolo así Acab y él mismo asistió en persona, y Elías, en presencia de una gran multitud, dijo: “Si el Señor es el Dios verdadero, caminad en pos de Él, y si es Baal, seguid a éste. Yo estoy aquí solo de entre los profetas del Señor y hay aquí 400 de Baal. Prepárense dos toros; elijan ellos uno, divídanlo en partes (siempre hay que joder a algún animal) y pónganlo sobre la leña del altar sin encender fuego; yo tomaré otro, lo colocaré sobre la leña, sin encender tampoco fuego. Después invocad el nombre de vuestro dios y yo invocaré el nombre del Señor. Y el dios que responda enviando fuego, será reconocido por Dios”. Eso era pan comido.
-“Está bien”, contestó el pueblo.
Los profetas de Baal eligieron su toro y lo prepararon para el sacrificio y desde la mañana hasta el mediodía estuvieron gritando: “¡Baal, óyenos!”, y los tíos no se quedaban afónicos. Pero no recibieron ninguna respuesta de su falso dios.
A mediodía Elías les dijo: “Gritad más fuerte; seguramente Baal está en alguna entrevista, o en el bar, o haciendo sus necesidades, o de camino, o tal vez está durmiendo, levantad la voz para que despierte”. Ellos clamaban con más fuerza, y llegaron a herirse con cuchillos hasta correr de su cuerpo la sangre. Pero la respuesta no llegaba.
Hacia las tres de la tarde Elías dijo al pueblo: “Acercaos todos”. Tomó doce piedras de un antiguo altar consagrado al Señor, edificó con ellas un altar y abrió una zanja, dividió la víctima en trozos y los colocó sobre la leña y por tres veces hizo arrojar agua abundante sobre la leña hasta inundar el foso.
Al concluir estos preparativos, se dirigió al Señor para decirle: “Señor, Dios de Abraham…(todo ese rollo), que sepan que sois el Dios de Israel, que yo soy vuestro siervo…(lo consabido)”.
Apenas había pronunciado estas palabras, cuando un fuego milagroso cayó sobre el altar, consumió la víctima y la leña, calcinó las mismas piedras del altar y hasta evaporó el agua del foso. A la vista de este prodigio, el pueblo se postró, diciendo: “Yahvé es el Dios”.
Elías respondió: “Prended a los profetas de Baal y que ninguno se escape”, y los hizo degollar, como Dios manda, junto al torrente Cisón. ¡Toma misericordia divina y libertad religiosa!.
Después Elías subió a la cima del monte Carmelo, se inclinó profundamente y oró al Señor, pidiendo la lluvia. Se formó a lo lejos una pequeña nube del lado del mar, que fue creciendo rápidamente hasta cubrir por completo el cielo y cayó una lluvia abundante que puso fin al hambre.
Al regresar Acab, contó a la reina lo que había visto y ésta, que parecía tonta, mandó decir a Elías que se vengaría de él, por lo cual huyó el profeta.
Después de internarse en el desierto y de ser alimentado milagrosamente y de caminar 40 días, se le presentó el Señor, el cual le mandó emprender el regreso y consagrar a Eliseo como profeta, que aún no tenía el título y no conseguía aprobar el último curso.
Elías volvió a atravesar el desierto y la mitad de Palestina y encontró a Eliseo, que cultivaba un campo con doce pares de bueyes. Arrojó sobre él su manto y el joven se despidió de su padre y siguió a Elías como criado y discípulo.
El rey quiso agrandar los jardines del palacio, comprando para ello la viña que junto a él poseía Nabot, pero éste no quiso vender la herencia de sus padres, por lo cual Acab volvió disgustado a su palacio y se acostó sin querer comer.
Cuando supo Jezabel la causa, mandó acusar falsamente a Nabot de haber maldecido a Dios y al rey, y entonces Nabot murió apedreado, siguiendo la civilizada costumbre del pueblo de Israel según la sagrada “ley mosaica”.
Acab bajó a la viña tan codiciada para tomar posesión de ella, pero entonces se presentó Elías y le dijo: “Tú has asesinado y recibido la herencia; pues esto dice el Señor: En el sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot lamerán también la tuya; Jezabel va a ser comida de perros”. Ante esta amenza, el rey, “acongojado”, se arrepintió.
A los tres años fue herido gravemente Acab en una batalla contra los sirios, viniendo los perros a lamer su sangre cuando limpiaban su carruaje. Algunos años después, cuando el nuevo rey Jehú entraba en la ciudad, mandó precipitar a la calle a Jezabel, que fue tirada por la ventana, en la línea habitual de resolución de conflictos. Su cadáver fue devorado por los perros, como había sido profetizado por Elías, de modo que cuando quisieron enterrarla encontraron únicamente la cabeza, los pies y las manos, que no eran manjares del gusto de los perros.
Cuando el Señor se proponía arrebatar a Elías de la tierra, éste se despidió de los discípulos de los profetas, pero Eliseo no quería separarse de él.
Llegaron ambos al Jordán y Elías tomó su manto, lo plegó, golpeó con él las aguas del río y éstas se separaron para dejarles paso. Así cualquiera, todo se lo facilitaba Dios, ventajas de ser profetas. Pasaron el Jordán y Eliseo le dijo: “Pide que sea duplicado en mí tu espíritu”. Y Elías replicó: “Pides una cosa difícil pero, si me ves cuando sea separado de ti, te será concedida”. Y mientras caminaban juntos, apareció un carro de fuego tirado por dos caballos de fuego, y Elías fue levantado por los aires, como un torbellino, exclamando Eliseo, antes de que hubiese desaparecido: “¡padre mío!, ¡padre mío!”.
Así fue librado de la muerte Elías, como en otro tiempo el patriarca Enoch (enchufados de Yahvé…, eso no vale), y ambos han de volver, al fin de los tiempos, para trabajar en la conversión de los hijos de Israel.
Milagros de Eliseo
Eliseo recogió el manto, que su maestro había dejado caer al ser arrebatado al cielo, y se volvió al Jordán, para llegar a Samaria, atravesando de nuevo el río, como la vez anterior.
Eliseo llegó a Jericó y los habitantes de la ciudad le dijeron: “Es cosa deliciosa morar aquí en la ciudad, pero el agua no es sana”.
Eliseo pidió una vasija con sal, se acercó al manantial, echó la sal pronunciando estas palabras: “Esto dice el Señor:
De Jericó Eliseo se dirigió a Betel, para lo cual tenía que subir una pendiente, y allí unos chavales de la ciudad lo insultaron diciendo: “¡Sube, calvo!, ¡sube, calvo!”. El santo profeta, que ya le había pedido en vano al Señor un crecepelo, cabreado, se volvió a ellos y los amenazó en nombre de Yahvé. Entonces, fíjense ustedes lo que pasó, llegaron dos osos y despedazaron a 42 chavales.
En cierta ocasión se presentó a Eliseo una viuda de Samaria diciéndole: “Mi marido murió y un acreedor viene a apoderarse de mis dos hijos para hacerlos esclavos suyos”. Como no tuviera esta mujer en su casa más que un poco de aceite, le dijo el profeta: “Anda, y toma prestadas de todos tus vecinos vasijas en gran número; vete luego a casa, cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y ve echando aceite en todas las vasijas”.
Hízolo así la mujer y llenó todas las vasijas, dejando correr el aceite, cuando llenó la última. Vino a contarlo al profeta, el cual la mandó vender el aceite, pagar a los acreedores y que del resto vivieran ella y sus hijos. Así de fácil.
Naamán, general del rey de Siria y hombre rico, estaba atacado de lepra. Supo por su criada israelita los milagros de Eliseo y con varios criados y espléndidos regalos se presentó al profeta, el cual le mandó decir por su criado: “Ve, lávate siete veces en el Jordán y quedarás sano”.
Ante esta respuesta, quería volverse inmediatamente a Siria, por creer que sus ríos eran mejores que todas las aguas de Israel, pero uno de sus criados le dijo: “Padre mío, si el profeta te hubiera pedido una cosa difícil, ¿no lo hubieras hecho…? Cuánto más debes hacer todo lo que te ha dicho”.
Entonces Naamán bajó, se lavó siete veces en el Jordán y quedó sano, volviendo luego a encontrar a Eliseo para mostrarle su agradecimiento.
-“Ahora conozco que no hay en la tierra otro Dios que el Dios de Israel”. Y quiso regalarle presentes, pero el profeta no los admitió.
Más cosas asombrosas:
Cuando ya Naamán se había alejado, Jiezi, criado del profeta, tentado de avaricia, corrió detrás de él y le dijo: “Mi señor Eliseo me manda decirte que acaban de llegar a su casa dos profetas. Da para ellos un talento de plata y dos vestidos. Naamán respondió: “Coge mejor dos talentos”.
Tomó Jiezi los talentos, los guardó y se volvió a su señor. Al preguntarle Eliseo de dónde venía, Jiezi respondió: “Tu siervo no ha salido a ninguna parte”. Pero Eliseo le dijo: “La enfermedad de Naamán pasará a ti y a tu posteridad -nuevamente los castigos bíblicos recayendo sobre los descendientes, como Dios manda- para siempre”, y la piel de Naamán se puso blanca como la nieve, señal característica de la lepra. Menuda broma.
Aun después de su muerte, Dios obró un milagro por medio de los huesos de Eliseo. Unos bandidos penetraron en el país en el momento en que ciertos hombres estaban ocupados en dar tierra a un difunto y, asustados, cuando vieron a los bandidos, arrojaron el cadáver al sepulcro de Eliseo, y, apenas hubo tocado el cadáver los huesos de Eliseo, el cadáver…¡volvió a la vida!
Hay que hacerse profetas, no hay quien pueda con ellos.
A todo esto, los acontecimientos políticos eran los siguientes:
Como ni el rey ni el pueblo de Israel escucharon las exhortaciones y amenazas de los profetas, especialmente de Oseas (que amenazaba y reprendía a los reyes de Israel y anunciaba la llegada del Mesías) y Amós (que anunciaba el castigo a los habitantes de Israel por la idolatría e inmoralidad de aquellos fistros cobardes pecadores de la pradera), el rey de Asiria, Teglat-Falasar, invadió el territorio israelita.
Su hijo, Salmanasar IV, sometió el reino de Israel e impuso al rey Oseas un pesado tributo anual, y, cuando éste quiso sacudir el yugo, fue derrotado por Salmanasar, que se apoderó del rey, cargándolo de cadenas.
Después puso sitio a Samaria, que, por estar bien defendida y fortificada, no se rindió hasta pasados tres años, siendo entonces deportados la mayoría de sus habitantes y de la región de Nínive.
Esto sucedió en el año 722 a.C.
Para que el país no quedara despoblado, el rey de Asiria, Sargón, estableció colonias de distintas razas, resultando una raza híbrida, con una religión, mezcla del culto al verdadero Dios y del paganismo, constituyendo el pueblo samaritano un pueblo aparte, edificando un templo cismático en el Monte Garizín.
· Todos estos relatos, muy resumidos, son de los libros de la Biblia Reyes 1 y Reyes 2.
· Animo a tod@s a que leáis la Biblia lo más ampliamente posible y veáis así lo curiosa e interesante que es, con sus relatos que reflejan el ambiente y manera de pensar de unas épocas, con sus cuentos, con sus historias, con sus fantasías, con sus mentiras, con sus atrocidades, con el conocimiento que nos da sobre la raíz de grandes religiones de hoy en día, etc., sobre todo para criticarla y desmentir a los que quieren dar lecciones a los demás libro en mano, aunque tampoco hace falta leer la Biblia para refutar lo que va contra la razón.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11527
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Muy Ameno,.pero que tal le resulta David,..?..Sobre todo,.me gustaria saber,.que opina de ese pasaje,.donde se fija en la Mujer,.de el subalterno,.lo manda para la guerra y sas,.?
Saludos y Respetos,..el tuerto.
Saludos y Respetos,..el tuerto.
el tuerto- Cantidad de envíos : 224
Fecha de inscripción : 30/10/2011
Edad : 65
Localización : Miami
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
el tuerto escribió:Muy Ameno,.pero que tal le resulta David,..?..Sobre todo,.me gustaria saber,.que opina de ese pasaje,.donde se fija en la Mujer,.de el subalterno,.lo manda para la guerra y sas,.?
Saludos y Respetos,..el tuerto.
Ese pasaje dio origen a salmos de arrepentimiento por la muerte de Urías.
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
el tuerto escribió:Muy Ameno,.pero que tal le resulta David,..?..Sobre todo,.me gustaria saber,.que opina de ese pasaje,.donde se fija en la Mujer,.de el subalterno,.lo manda para la guerra y sas,.?
Saludos y Respetos,..el tuerto.
Eso es muy curioso pero muy repetido en la Biblia: David se arrepiente y Dios lo perdona por eso, pero en cambio hace que muera su hijo, el hijo de David. O sea, quien no tiene ninguna culpa paga por el que tiene culpa. Es como lo del llamado "pecado original". Adán y Eva pecan y lo pagamos todos sus descendientes.
Y hay más casos en que Dios o los que actúan en su nombre hacen pagar a justos por pecadores. Por eso la Biblia no se podría tomar en serio si no fuera porque hay mucha gente que se maleduca con esas enseñanzas y actúa con la misma lógica.
Saludos.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Sócrates escribió:[
Eso es muy curioso pero muy repetido en la Biblia: David se arrepiente y Dios lo perdona por eso, pero en cambio hace que muera su hijo, el hijo de David. O sea, quien no tiene ninguna culpa paga por el que tiene culpa.
Saludos.
Ezequiel había dicho que se suprimían las penas trascendentales. Sin embargo, prueba de que no pudieron erradicarse es la misma leyenda de Jesús: el hijo de Dios paga por los pecados del populacho.
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Son cosas contradictorias y absurdas pero que sirven de "panem et circenses" (dicho romano) para los pueblos o, como dijo Marx, "opio del pueblo". La religión ha predicado casi siempre la resignación y el sometimiento al orden establecido.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11527
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
¿Sigues guardando aquellas cosas?Sócrates escribió:No hay copia y pega, eso lo hice yo basándome en la Biblia. La copia y pega que hay es de mis propios escritos, puesto que eso lo puse en Creencias hace unos años.
Mar- Cantidad de envíos : 2823
Fecha de inscripción : 05/04/2010
Edad : 68
Localización : Madrid
Re: HISTORIAS BÍBLICAS VISTAS CON OJOS OBJETIVOS
Oíme Sócrates, vos sos un gran escritor. Cómo me gustan tus historias bíblicas, che.
Gardel- Cantidad de envíos : 199
Fecha de inscripción : 22/06/2011
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