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El suicidio, primera causa de muerte en juventud española

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El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Empty El suicidio, primera causa de muerte en juventud española

Mensaje por luik Dom Mayo 20, 2012 9:24 pm


http://www.lavanguardia.com/salud/20120419/54284935013/carmentejedor-por-oir-hablar-suicidio-nadie-se-quita-la-vida.html
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El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Empty Re: El suicidio, primera causa de muerte en juventud española

Mensaje por Azali Dom Mayo 20, 2012 9:50 pm

En Mexico tambien es un problemon

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=498629



En Cuba es un problema muy serio tambien.

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El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Cdba10
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El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Empty Re: El suicidio, primera causa de muerte en juventud española

Mensaje por Tetro Dom Mayo 20, 2012 10:17 pm


  • Carmen Tejedor: "Por oír hablar de suicidio nadie se quita la vida"


    Esta psiquiatra del hospital Sant Pau de Barcelona defiende que hay que dar visibilidad a este problema para poder erradicarlo


    Salud | 19/04/2012 - 00:02h




    El suicidio, primera causa de muerte en juventud española El-estres-laboral-en-aumento_54284594008_51351706917_600_226
    El suicidio, un problema de salud pública GYI


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    })(jQuery);



    El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Josep-Fita_54063343748_40_40
    Josep Fita


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  • Directora durante varios años del programa de prevención del suicidio de l’Eixample, esta facultativa, que ha dedicado más de 20 años al estudio del fenómeno del suicidio, sostiene que la mejor fórmula para combatirlo es no escondiéndolo ni tratándolo como un tema tabú. "En esta sociedad nos parece que si no se habla de un problema no existe", denuncia. Un total de 3.145 personas se quitaron la vida en España en 2010, lo que supone la primera causa externa de defunción.

    "El suicidio se evita hablando de él", le he escuchado decir. Entonces, ¿por qué continúa siendo un tema tabú para muchos?
    Ahora se habla mucho más que hace un tiempo. Es verdad que en los países mediterráneos el suicidio no es tan frecuente como, por ejemplo, más allá de los Pirineos, en Francia sin ir más lejos. El tabú tiene su origen en el hecho de que se cree que el suicidio es una decisión libre. Entonces, con ese concepto romántico de la libertad del suicidio, si hay libertad hay culpables. La sociedad acusa o responsabiliza de la muerte por suicidio a los que están alrededor de la persona que se mata, y eso es un motivo para ocultarlo.

    Por mucho que se evite, es un problema que está encima de la mesa. Las cifras así lo indican: diez personas se quitan la vida a diario en España…
    Así es. Es la primera causa de muerte entre los 15 y los 35 años. Pero más que el suicidio consumado, el problema también está en los intentos de suicidio, las personas que ponen en juego su vida para cambiar su realidad, para que se les ayude. Por cada suicidio consumado hay treinta intentos de suicidio, es una verdadera epidemia. Y el mayor problema es que repiten.

    ¿Qué posibilidad hay de que una persona que ya lo ha intentado vuelva a repetirlo?
    En los años 70 repetía el 10%. Ahora es el 50%, sobre todo entre las mujeres jóvenes. Esto se debe a que desde que tenemos psicofármacos hemos puesto en manos de la población unos venenos suaves. Y en el lenguaje de la gente joven, sobre todo, está el “me empastillo y ya está”, que parece que está muy integrado en su cultura. El problema radica en que la toxicología de estos fármacos no la conocen muy bien y pueden salir malparados.

    La OMS, la ONU y la UE señalan el suicidio como un problema de salud pública. ¿Estamos preparados para hacerle frente?
    En otros países de nuestro entorno hay programas de prevención, centros de referencia y asociaciones de ayuda a las personas que sobreviven a un suicidio, a familiares o a los que están en riesgo… En este país no hay nada todavía, es de una precariedad que llama la atención. Se trata dentro de la red general de salud mental.

    Y es insuficiente…
    No pienso que tenga que haber centros especializados. Sólo con organizar la miseria y hacer unos programas dirigidos a detectar a la población en riesgo se podrían prever muchos suicidios.

    Si me tuviera que hacer el retrato robot de un suicida sería…
    En todo el mundo el retrato es igual: varones, mayores de 65 años, que viven solos, que tienen una enfermedad médica crónica y un trastorno depresivo y, además, sufren aislamiento social. En los jóvenes sería un chaval que tiene un diagnóstico de enfermedad mental o consumo de drogas y que tiene una desadaptación social, un desarraigo, con fracaso escolar, que está en paro, con una familia desestructurada… una desgracia. El pensar o el haber hecho el intento de suicidarse y los acontecimientos estresantes de la vida, sobre todo la ruptura de la relación amorosa, son también factores de riesgo.

    Supongo que debe ser difícil predecir si alguien tiene intención de quitarse la vida, ¿pero es posible intuirlo?
    Sí, se puede detectar dentro de un plazo razonable. A veces sabes que una persona intentará quitarse la vida, pero no sabes el momento en el que lo intentará. Y claro, tampoco la puedes tener ingresada en un psiquiátrico atada a la cama para que no se mate.

    ¿Y es cierto que ellos tienen más tendencia que ellas a la hora de intentarlo?
    Sí, hay tres o cuatro varones por cada mujer. Es curioso, porque las mujeres tenemos más trastornos depresivos y hacemos más intentos de suicidio que los hombres. En cambio, el hombre tiene una mayor impulsividad y agresividad y cuando lo intenta utiliza métodos más radicales.

    ¿Nos falta información sobre esta problemática?
    Cuanto mejor conoces los síntomas que te pueden llevar al suicidio, en ti o en los de alrededor (que no es nada de lo que dice la literatura o el romanticismo) más fácil es que encuentres ayuda. Nosotros, en el programa de l’Eixample, llevamos a cabo en su día un proyecto, conjuntamente con el centro de Salud Mental de la Dreta de l’Eixample, a través del cual intentamos informar a la población. Hicimos, un programa comunitario en el que intervenían todos los agentes sociales, había unos centros de referencia… Y el programa todavía continúa, lo llevan otras personas, pero sin el aspecto comunitario. Se hace la asistencia clásica a pacientes mentales.

    La prevención y la comunicación, entonces, se han mostrado efectivas…
    En el programa de l’Eixample, en un año hicimos un seguimiento de 2.000 tentativas de suicidio que teníamos en el hospital [Sant Pau]. Unas 300 eran de l’Eixample y el resto del Guinardó, de Gràcia, de la Verneda… Pues bien, en l’Eixample, donde estaba este programa comunitario y esta organización asistencial, solamente repetía un 10%. En cambio, donde no había este programa, los que repetían eran un poco más del 30%. Es decir, habíamos conseguido reducir a una tercera parte, o menos, la repetición de intentos de suicidio, lo que es un gran avance. Cuanto más tiempo pasa sin que una persona vuelva a intentarlo, menos probable es que lo haga. El mayor riesgo a la hora de repetir está en los primeros meses.

    Detrás del suicidio, ¿hay, por norma general, alguna patología mental asociada?
    El diagnóstico más frecuente es el trastorno depresivo. No sé si alguien puede llegarse a suicidar sin tener, aunque sea, un síndrome depresivo durante tres minutos. Cuando hablo de trastorno depresivo me refiero a no sentir la vida, a no encontrar satisfacción en nada y pensar que estás mejor muerto que vivo. Luego estarían los trastornos psicóticos y los abusos de sustancias.

    Cuando uno de sus pacientes no responde al tratamiento y decide acabar de manera trágica sus días, ¿qué sensación le queda a usted? ¿Impotencia? ¿Fracaso?
    No es lo mismo que se te muera un enfermo que se te suicide. Ahora en breve publicaremos un trabajo sobre 94 suicidas. Ir a 94 funerales tiene miga. La reacción que tienes es como si fuera mucho más impactante a nivel personal. Si se muere de un paro cardíaco o un cáncer es muy triste, pero…

    ¿Y qué pasa con los familiares?
    Les ocurre lo mismo. Ahora tengo entre manos un proyecto basado en hacer una asociación de familiares que sobreviven al suicidio. Son personas que se quedan muy afectadas, y además de por vida. Es un duelo muy difícil de realizar, no hay ningún tipo de asociación que les ayude… Todo el mundo diciendo “se le ha matado el hijo, se le ha matado el padre, que habrá en esa familia”. Hay que afrontar todo esto. “¿Por qué lo hizo?”, “¿Qué más podía haber hecho por él?”

    Seguramente no lo vieron venir…
    Hay una cosa que se llama autopsia psicológica, que se trata de preguntar a las personas que han estado alrededor del suicida en los últimos meses. Más o menos un 27% de los familiares veía muy probable que lo iban a intentar, lo que no se sabía era el preciso instante en que lo harían. Un 33% pensaba que era posible, pero no a corto plazo, mientras que un 40% no lo preveía. En el caso de los psiquiatras, un 35% lo veía también como algo poco previsible. Si el suicidio es completamente imprevisto, a parte del duelo aparece la confusión. “¿Qué se me ha escapado?”… Es una muerte muy complicada.

    Algunas personas piensan que el suicidio es un acto premeditado, pero usted defiende que no es una decisión libre…
    Es como si el impulso suicida durara unas horas. Es un tiempo. Es como si una mujer viene de la peluquería, se arregla para ir a una fiesta y acaba tirándose por la ventana. En estudios que hemos efectuado, hemos concluido que desde que el suicida lo piensa hasta que pasa a la acción no ha llegado a la media hora en el 70% de los casos. Es impulsivo. Eso de que uno lo piensa, y está escribiendo notas, es muy literario, muy poco frecuente.

    ¿Quien tiene pensamientos autodestructivos acostumbra a buscar ayuda?
    Sí. Lo que pasa es que lo pide de una manera un poco oscura, sin hablar claro. Y si lo pide, los que estamos alrededor tendemos a negar la posibilidad del suicidio, porque creemos que para suicidarse hay que estar poco menos que en un estado de gran tragedia. Pero claro, cada uno tiene su nivel de tolerancia.

    Hay quien tilda el fenómeno de acción cobarde, mientras otros lo tachan de valiente…
    Pero eso es no entender nada. Es como preguntarse: “¿vivir es de valientes o de cobardes?” No es esa la pregunta. Son gente profundamente desgraciada que no tiene otra salida que acabar con todo, y es que no sienten la vida. Están muy trastornados, muy alterados, están enfermos.

    ¿La crisis ha hecho aumentar el número de suicidios?
    No, por ahora no. Ni aquí ni en ninguna parte. La tasa de suicidios en todos los países es muy estable. Eso sí, también hay que tener en cuenta que se calcula que el 30% de los suicidios no se reconocen, aspecto que se trata mucho en los congresos. En este país hay lugares en donde no se suicida nadie, pero es porque no lo recogen. En cambio hay otros, como puede ser Lugo u Orense, que tienen una tasa altísima. ¿Por qué? Porque son poblaciones pequeñas en las que no puedes ocultar que alguien se ha quitado la vida. También está la problemática de la justicia, que tiene que ser el juez el que determine que es suicidio. Y ya sabemos cómo va la justicia de rápida…

    Si hablamos abierta y públicamente del suicidio, ¿existe riesgo de contagio?
    Sí que existe ese riesgo, pero los que se contagian ya están enfermos. Por oír hablar de suicidio nadie se quita la vida. Los beneficios de hablar sobre el suicidio son mucho mayores que los riesgos. Esa misma discusión existe en relación a la violencia de género. El hablar de ello que hace, ¿que crezcan los maltratadotes y maten más? ¿O es la manera de que ayudemos a las mujeres maltratadas? Las ventajas son muy superiores al riesgo.

    ¿Algunos de los que lo han intentado y han sobrevivido, después se han arrepentido?
    Sí, casi siempre. Hay un documental muy interesante que se llama ‘The Bridge’, que ha sido muy cuestionado en el festival de cine de Ámsterdam, que filma los suicidios en el puente de San Francisco [EE.UU.]. El autor grababa a toda la gente que se tiraba del puente, una persona cada diez o quince días, y lo hizo durante un año. En el documental habla con un solo superviviente, sobreviven muy pocos. Este chico, que lo tienen ahora como agente antisuicida, lo dice. Pero a mí también me lo han explicado. Me acuerdo de un hombre que tenía las manos desolladas que nada más tirarse se agarró a una de esas fachadas de l’Eixample que tienen esos salientes decorados. Cuando consigues que hablen, ellos mismos se horrorizan. “¿Pero cómo pude llegar a eso?¿Qué tenemos dentro que nos conduce a eso?”.

    Si yo me tropiezo con alguien que pretende quitarse la vida tendría que…
    Hacer cuatro cosas. Primero: no negarlo. El que habla de suicidio es el que lo hace. Segundo: preguntarle qué planes tiene: si es algo inmediato, qué método utilizará… Tercero: pedirle que aplace la decisión, no llevarle la contraria, “siempre te puedes suicidar mañana”, que es lo que siempre les digo. Y en cuarto lugar, no dejarlo solo y buscarle una entrevista con alguien de salud mental, o llevarle a un servicio de urgencias de un hospital.

    ¿Y si me encuentro a alguien que está a punto de llevarlo a cabo?
    Yo haría lo que explican los bomberos. O sea, no llevarle la contraria, ganar tiempo, llamarle por su nombre, porque eso le orienta (¿quién es? ¿De donde es? Si quiere un cigarrillo), y mientras tanto, dar tiempo por otro lado a que actúen los bomberos y puedan cogerlo. Es lo que le decía, pedirle a la persona que aplace la decisión.

    ¿Qué países son los que sufren más este problema?
    Tradicionalmente, desde que se tienen datos en las parroquias, son Hungría, Austria y los Países Bálticos (Lituania, Letonia y Estonia). Pero no hay ninguna explicación. El clima no lo es. Luego estarían los países nórdicos y los anglosajones. Sin embargo, una de las cosas que me maravillan es que en nuestro caso no llega al 8 por 100.000 los habitantes que se suicidan, pero en Perpinyà están en el 19 por 100.000. Aquí falla algo. Supongo que tiene que ver con los registros. Yo recuerdo que los suicidólogos franceses ponían mucho empeño en que se recogieran todos. Sea como sea, lo que está claro es que, por causas externas, el suicidio es la primera en el ranking.

    http://www.lavanguardia.com/salud/20120419/54284935013/carmentejedor-por-oir-hablar-suicidio-nadie-se-quita-la-vida.html

    Tetro

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    El suicidio, primera causa de muerte en juventud española Empty Re: El suicidio, primera causa de muerte en juventud española

    Mensaje por CalaveraDeFidel Lun Mayo 21, 2012 4:27 am

    Para ser la primera causa de muerte no conozco ni un solo caso, ni en mi entorno personal ni en los medios. Lo que se oye de muertes es accidentes por conducir borracho, por el mal estado y los puntos negros de las carreteras y por la violencia de género. No se mencionan los muertos de enfermedades, lógico.

    Y lo que se oye de México es los muertos de balas perdidas, de venganzas y los crímenes horribles de una sociedad podrida en manos de la ambición y bajo la balacera.