Granma: la mentira y el cinismo

Granma: la mentira y el cinismo

El reciente editorial publicado por el periódico Granma resulta una clara definición de mediocridad y pobreza de pensamiento de un sistema que ya aúlla desesperado por su cercano fin. El texto es una apología al cinismo de una elite y sus siervos, que intentan descalificar y silenciar las voces independientes que brotan de la sociedad cubana y así ocultar su total descalabro.

Resulta indignante ver que el mismo gobierno y los mismos personajes criminales que instituyeron los fusilamientos y las largas condenas, en condiciones infrahumanas, como forma de mantener el terror; los mismos que ordenan los actos de repudio y las golpizas, poniendo el nombre del pueblo como autor de estos actos abominables, se intenten erigir ante Cuba y el mundo como paradigmas de honestidad y limpieza.

El país yace en ruinas y no les importa, no muestran la más mínima dignidad. Desean permanecer hasta el último momento, a cualquier precio, incluso provocando la violencia civil, viendo a sus aliados como simples objetos para su uso. Ya lo hizo Fidel Castro en el Moncada, cuando supuestamente se extravió en un Santiago de Cuba que conocía muy bien, mientras los otros asaltantes combatían y eran asesinados. También lo hizo Raúl Castro en el combate de Marcos Sánchez, en aquel muy lejano 1958, cuando cobarde y vergonzosamente salió huyendo y dejó detrás a toda su tropa.

Estos dos personajes mantienen en ruinas al país. Constantemente aumentan las cifras de cubanos aplastados por sus desastrosas viviendas, mientras sus descendientes asumen que les corresponde el derecho de seguir desvalijando los fondos de la nación y sin rendir cuentas a nadie.

Ellos y sus compinches pretenden que entre cubanos nos destrocemos como perros rabiosos, y vender aún más caro el desastre provocado a nuestra nación; son insaciables porque profesan un total desprecio por lo humano, por la tolerancia, por la humildad, por nuestra tierra.

Quienes lanzaron la mañana del día 24 de julio a una turba rabiosa a golpear durante el sepelio del líder opositor Oswaldo Payá, serán los mismos que darán la orden de disparar a una masa indefensa, son los mismos que prefieren que se ahoguen miles y miles en un mar insondable, antes que aceptar su ignorancia y decrepitud.

Ojalá los peones que forman parte y cooperan con esa maquinaria nefasta comiencen a entender, por el bien de todos, que no hay acción sin consecuencia y que los vientos comienzan a soplar a favor de la verdad.

Antonio Rodiles
La Habana

http://www.penultimosdias.com/2012/08/01/granma-la-mentira-y-el-cinismo/

Miami, 31 de julio 2012. El choque automovilístico que el
pasado 22 de julio causó la muerte de Oswaldo Payá, importante líder
opositor de Cuba, y de Harold Cepero, joven miembro de su movimiento,
ocurrió en circunstancias sospechosas y está rodeado de muchas preguntas
sin respuesta. Angel Carromero de España y Aron Modig de Suecia, ambos
de 27 años, sobrevivieron el siniestro. Estando detenidos por las
autoridades cubanas, por separado hicieron declaraciones públicas donde
se incriminan y validan la versión oficial del gobierno cubano. (El
testimonio de Carromero fue filmado para la televisión estatal cubana,
el de Modig fue en presencia de periodistas cubanos y de medios
extranjeros acreditados en Cuba). Cada uno enfrentaba largos años de
prisión, parece ser que a raíz de eso perdonados, por delitos contra
leyes tiránicas de seguridad nacional e inmigración que prohíben
actividades políticas “contra el orden constitucional.” Ambos militan
en grupos juveniles de partidos políticos de sus respectivos países que
promueven la democratización de Cuba por la vía pacífica. A raíz de su
conferencia de prensa, Modig fue liberado y salió del país. Su
testimonio ha de tomarse dentro del marco de la continua detención en
Cuba de su amigo Carromero, acusado de dos homicidios involuntarios con
penas de hasta 20 años de prisión.



Es sabido que el régimen cubano usa el terror y la violencia para
silenciar a sus detractores. La tortura de los detenidos es común e
incluye el uso de drogas sicotrópicas. De manera que no existen
garantías de que el testimonio incriminatorio no se haya obtenido bajo
presión y/o a cambio de clemencia con respecto a la severidad de las
penas.



La comunidad internacional debe investigar si hay responsabilidad del
estado o agentes del estado involucrados en estas muertes. Si el
gobierno cubano no tuviera nada que ocultar, no tendría por qué objetar.
Si se probara que las sospechas están bien fundadas, debe
responsabilizarse a Cuba en todas las instancias pertinentes –tanto
bilateral como multilateralmente y ante todos los organismos
internacionales competentes. Con urgencia debe exigirse:

1. la seguridad y el bienestar de Angel Carromero así como garantías procesales;
   
2. acceso
   irrestricto a Carromero en un lugar seguro –fuera de Cuba­ o en una
   embajada amiga en La Habana– por parte de las familias de Payá y Cepero,
   así como de personas de su confianza y la prensa, sin presión por parte
   de las autoridades cubanas y luego de que se haya descartado la
   presencia de fármacos;
   
3. transparencia por parte de las familias y colegas de Cepero y Modig
   así como de los gobiernos de Suecia y España en torno a las
   circunstancias del choque, incluyendo la difusión de llamadas y mensajes
   de texto de Carromero y Modig el día del suceso;
   
4. una investigación convincente de las muertes de Payá y Cepero por
   parte de peritos internacionales independientes con pleno acceso a todos
   los testigos y pruebas materiales;
   
5. autopsias de los cadáveres de Payá y Cepero fuera de Cuba.
   

En su editorial del 31 de julio sobre el choque, Granma,
diario oficial del Partido Comunista cubano, ha reiterado “la historia
inmaculada” de la revolución en la que sus líderes absurdamente insisten
haber defendido por medio siglo “sin una sola ejecución extrajudicial,
sin un desaparecido, un torturado, un secuestrado, un solo acto
terrorista.” Esto viene de una dictadura que desde sus inicios ha hecho
manifiesto su profundo desprecio por la santidad de la vida y por normas
de conducta universalmente aceptadas. La evidencia se plasma tanto en
sus propias leyes como en los testimonios de sus propios ciudadanos y en
décadas de informes de organismos internacionales e independientes.



Hasta la fecha nuestro proyecto de Verdad y Memoria ha documentado 27
desapariciones forzadas y 4,652 muertes por fusilamiento y asesinato
extrajudicial ¾estos últimos incluyen a muchas personas
asesinadas en detención. Esta cifra ni siquiera toma en cuenta muchas
muertes en detención por falta de atención médica y desnutrición o
suicidios así reportados, de los cuales Cuba es también responsable.
Esta información hace imperativo que el régimen cubano pruebe la
falsedad de cada uno de estos casos.



Asimismo, Archivo Cuba tiene información de numerosos “accidentes”
extraños y muertes sospechosas de opositores del régimen cubano, tanto
en Cuba como en el exterior, cuyas circunstancias arrojan una alta
probabilidad de ser crímenes o asesinatos de estado. Nuestro informe en
inglés “Cuba: Strange accidents and other unexplained deaths” resume
algunos de estos casos; si ha habido muerte de por medio, aparecen en
nuestra base de datos electrónica (en inglés), todo disponible en
nuestro portal www.ArchivoCuba.org. La repentina y misteriosa muerte deLaura
Pollán, líder de las Damas de Blanco, en octubre pasado merece
destacarse y también exige una investigación. (Ver comunicado del
25/10/2011 en nuestro portal.)



El que la comunidad internacional no haya responsabilizado al
gobierno cubano por violaciones a los derechos humanos de las más obvias
y notorias es lo que lo ha envalentonado. Mientras siga contando con la
impunidad y legitimidad que le brinda el mundo civilizado, continuará
empleando el terror y la violencia para silenciar a sus detractores.