Palabras leídas en rueda de prensa por Rosa María Payá Acevedo
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Palabras leídas en rueda de prensa por Rosa María Payá Acevedo
Palabras leídas en rueda de prensa por Rosa María Payá Acevedo
No pretendo hoy dar otra versión de lo ocurrido, no estamos en este momento acusando a nadie. Los hechos que relataré a continuación fueron leídos por el capitán Fulgencio Medina, instructor penal, en un salón del Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. La tarde-noche del Domingo 22 de julio. No haré aclaraciones sobre la forma en que estas informaciones han ido llegando a nuestras manos, pues no queremos someter a las presiones de la seguridad del estado a las personas que en solidaridad con nuestra familia nos han hecho llegar estas noticias.
Según nos han dicho, el Capitán Fulgencio Medina, instructor penal, haciendo lectura de las actas de las declaraciones de los testigos de los hechos que terminaron con la vida de mi padre y de Harold, contó lo siguiente a todos los presentes en uno de los salones del hospital:
El capitán dijo que iba a contar como pasó, leyendo las declaraciones de los testigos, decía:
Los testigos de la bicicleta y el del tractor decían que había un lada rojo que viajaba paralelo con el carro siniestrado.
En un momento el carro siniestrado adelanta a todos, a la bicicleta, al tractor y al lada rojo y en ese momento viene el cambio de pavimento, del pavimento al terraplén.
El ciclista dice que él solo ve el polvo cuando cae el carro (pero le pareció normal).
El del tractor comenta que parece que ha pasado algo.
El oficial dice que venía otro tractor de frente pero al parecer la vía era suficientemente ancha y el tractor estaba suficientemente lejos como para provocar ninguna reacción en Ángel. No había ningún peligro de impacto.
Los del lada rojo salen a socorrer, según palabras del testigo en bicicleta y el del tractor.
El oficial dice que los testigos dicen que cuando las personas del lada rojo se acercaron a socorrer al español este reaccionó diciendo: ¿Quienes son ustedes y por qué nos hacen esto?
Primero sacan al español y había uno quejándose (que al parecer era Harold), pero que tenía una pierna muy lastimada y se tocaba el pecho, como si le doliera mucho. Con el otro no hacen nada porque dicen que lo tocaron y se dieron cuenta de que estaba muerto.
Sacaron primero a los dos extranjeros, y los del lada rojo sacan un celular que ellos mismos llevaban y dicen: manden una ambulancia para acá que ha ocurrido un accidente.
En ese momento llega una camioneta azul y allí montan a algunos heridos y salen camino al hospital.
Reciben la llamada de la muchacha y dicen no saber de quién era el celular porque todo estaba revuelto. La atiende primero un oficial de tránsito y luego la médico legal.
Fulgencio Medina dice que sabía que la hija había llamado porque la atendió la médico legal que había ido en la ambulancia.
Aquí terminan las informaciones que nos han llegado sobre lo que el Capitán Fulgencio Medina dijo esa tarde-noche en ese salón ante otros oficiales y todas las demás personas que se encontraban allí.
Nos parece muy raro:
1. Que vinera un médico legal en la ambulancia.
2. Que en ninguna de las versiones oficiales se hable de este lada rojo y de las personas que viajaban en él.
3. De no existir las personas que viajaban en este lada rojo quién pudo entonces llamar a la ambulancia.
4. La reacción que según los testigos tuvo Ángel en el momento de ser socorrido
5. Quién y cómo se diagnóstico tan prematuramente la muerte de mi padre
Nos han hecho llegar otras informaciones, entre ellas:
Tenemos información de que la ambulancia fue pedida por un teniente coronel y que en una ambulancia llevaron a Harold al Hospital, pero antes hicieron una escala en un hospital infantil.
Tenemos información también de que el médico que atendió a Harold (llamado ¨el Nene¨, hijo del Dr. Pérez Profet) se expresó despectivamente de él. Y les dijo a los demás médicos y enfermeras que esas personas traían drogas e iban para Santiago a poner bombas.
Me surgen dudas sobre la atención que recibió mi amigo en ese hospital.
Nos han informado que Ángel llegó al hospital acompañado por un oficial que decía ser testigo ocular del accidente, y que allí Ángel expresó dos veces que el auto había sido embestido por detrás.
Me pregunto, Si este oficial era testigo:
¿Qué hacía allí?
¿Por qué no traslado a los heridos en su carro?
¿Si fue él quien llamó, cómo sabía el teléfono del hospital?
¿Sería uno de los del lada rojo?
Me surgen dudas también respecto al estado técnico del auto en que viajaban mi padre y Harold.
A nuestros amigos, las personas que nos representaban ese día en el hospital hasta que mi madre pudiese llegar, no les dejaron ver el cuerpo de mi padre hasta pasadas las 8 de la noche. Ellos nos contaron que el cadáver tenía una jeringuilla puesta a la altura de la ingle, una camisa, su pitusa y los zapatos y que a esa hora el cuerpo todavía estaba sin recibir ningún tratamiento de conservación, ni refrigeración.
Sobre el estado de Harold, un médico les comentó que el muchacho iba a morir porque tenía muerte encefálica. Dato, este último, que no coincide con la versión oficial sobre la causa de muerte de Harold Cepero y que también es muy extraño pues los testigos dicen haber visto a Harold consciente según la información que nos llegó sobre las palabras leídas por el Capitán Fulgencio Medina.
Nuestros amigos no tuvieron acceso a los sobrevivientes hasta después de que Ángel estaba sedado por lo que nunca pudieron hablar con él. Con Aron apenas pudieron identificarse porque ellos no hablaban inglés.
Aron, Ángel y yo nos vimos la tarde del viernes y conversamos, como conversan tres jóvenes con inquietudes sociales, sin agendas injerencistas ni dinero de por medio.
Mi padre se enfrentó al poder de un estado, un estado totalitario con 53 años de experiencia. Y ese estado viene dejando caer toda su fuerza contra una familia, mi familia hace ya muchos años. Reitero mi temor por la vida de mis hermanos, de mi madre y de toda mi familia. Reitero que responsabilizo al gobierno por la integridad física de los miembros de mi familia.
Tenemos el apoyo de muchos dentro y fuera de Cuba, lo agradecemos profundamente. Por otro lado, sabemos que estos sucesos se han convertido en un asunto de estado y sabemos que entre estados en ocasiones se pacta y se calla, pero aunque otros callen nosotros no callaremos, no dejaremos de buscar la verdad aunque eso signifique quedarnos solos. Mi padre, el Movimiento Cristiano Liberación y mi familia nos hemos visto solos antes, no le tememos a la soledad. Sabemos, porque nos parece haber estado tocándolo en los últimos días, que solo el mal teme a la verdad.
1 de Agosto 2012
http://www.oswaldopaya.org/es/2012/08/07/palabras-leidas-en-rueda-de-prensa-por-rosa-maria-paya-acevedo/
No pretendo hoy dar otra versión de lo ocurrido, no estamos en este momento acusando a nadie. Los hechos que relataré a continuación fueron leídos por el capitán Fulgencio Medina, instructor penal, en un salón del Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. La tarde-noche del Domingo 22 de julio. No haré aclaraciones sobre la forma en que estas informaciones han ido llegando a nuestras manos, pues no queremos someter a las presiones de la seguridad del estado a las personas que en solidaridad con nuestra familia nos han hecho llegar estas noticias.
Según nos han dicho, el Capitán Fulgencio Medina, instructor penal, haciendo lectura de las actas de las declaraciones de los testigos de los hechos que terminaron con la vida de mi padre y de Harold, contó lo siguiente a todos los presentes en uno de los salones del hospital:
El capitán dijo que iba a contar como pasó, leyendo las declaraciones de los testigos, decía:
Los testigos de la bicicleta y el del tractor decían que había un lada rojo que viajaba paralelo con el carro siniestrado.
En un momento el carro siniestrado adelanta a todos, a la bicicleta, al tractor y al lada rojo y en ese momento viene el cambio de pavimento, del pavimento al terraplén.
El ciclista dice que él solo ve el polvo cuando cae el carro (pero le pareció normal).
El del tractor comenta que parece que ha pasado algo.
El oficial dice que venía otro tractor de frente pero al parecer la vía era suficientemente ancha y el tractor estaba suficientemente lejos como para provocar ninguna reacción en Ángel. No había ningún peligro de impacto.
Los del lada rojo salen a socorrer, según palabras del testigo en bicicleta y el del tractor.
El oficial dice que los testigos dicen que cuando las personas del lada rojo se acercaron a socorrer al español este reaccionó diciendo: ¿Quienes son ustedes y por qué nos hacen esto?
Primero sacan al español y había uno quejándose (que al parecer era Harold), pero que tenía una pierna muy lastimada y se tocaba el pecho, como si le doliera mucho. Con el otro no hacen nada porque dicen que lo tocaron y se dieron cuenta de que estaba muerto.
Sacaron primero a los dos extranjeros, y los del lada rojo sacan un celular que ellos mismos llevaban y dicen: manden una ambulancia para acá que ha ocurrido un accidente.
En ese momento llega una camioneta azul y allí montan a algunos heridos y salen camino al hospital.
Reciben la llamada de la muchacha y dicen no saber de quién era el celular porque todo estaba revuelto. La atiende primero un oficial de tránsito y luego la médico legal.
Fulgencio Medina dice que sabía que la hija había llamado porque la atendió la médico legal que había ido en la ambulancia.
Aquí terminan las informaciones que nos han llegado sobre lo que el Capitán Fulgencio Medina dijo esa tarde-noche en ese salón ante otros oficiales y todas las demás personas que se encontraban allí.
Nos parece muy raro:
1. Que vinera un médico legal en la ambulancia.
2. Que en ninguna de las versiones oficiales se hable de este lada rojo y de las personas que viajaban en él.
3. De no existir las personas que viajaban en este lada rojo quién pudo entonces llamar a la ambulancia.
4. La reacción que según los testigos tuvo Ángel en el momento de ser socorrido
5. Quién y cómo se diagnóstico tan prematuramente la muerte de mi padre
Nos han hecho llegar otras informaciones, entre ellas:
Tenemos información de que la ambulancia fue pedida por un teniente coronel y que en una ambulancia llevaron a Harold al Hospital, pero antes hicieron una escala en un hospital infantil.
Tenemos información también de que el médico que atendió a Harold (llamado ¨el Nene¨, hijo del Dr. Pérez Profet) se expresó despectivamente de él. Y les dijo a los demás médicos y enfermeras que esas personas traían drogas e iban para Santiago a poner bombas.
Me surgen dudas sobre la atención que recibió mi amigo en ese hospital.
Nos han informado que Ángel llegó al hospital acompañado por un oficial que decía ser testigo ocular del accidente, y que allí Ángel expresó dos veces que el auto había sido embestido por detrás.
Me pregunto, Si este oficial era testigo:
¿Qué hacía allí?
¿Por qué no traslado a los heridos en su carro?
¿Si fue él quien llamó, cómo sabía el teléfono del hospital?
¿Sería uno de los del lada rojo?
Me surgen dudas también respecto al estado técnico del auto en que viajaban mi padre y Harold.
A nuestros amigos, las personas que nos representaban ese día en el hospital hasta que mi madre pudiese llegar, no les dejaron ver el cuerpo de mi padre hasta pasadas las 8 de la noche. Ellos nos contaron que el cadáver tenía una jeringuilla puesta a la altura de la ingle, una camisa, su pitusa y los zapatos y que a esa hora el cuerpo todavía estaba sin recibir ningún tratamiento de conservación, ni refrigeración.
Sobre el estado de Harold, un médico les comentó que el muchacho iba a morir porque tenía muerte encefálica. Dato, este último, que no coincide con la versión oficial sobre la causa de muerte de Harold Cepero y que también es muy extraño pues los testigos dicen haber visto a Harold consciente según la información que nos llegó sobre las palabras leídas por el Capitán Fulgencio Medina.
Nuestros amigos no tuvieron acceso a los sobrevivientes hasta después de que Ángel estaba sedado por lo que nunca pudieron hablar con él. Con Aron apenas pudieron identificarse porque ellos no hablaban inglés.
Aron, Ángel y yo nos vimos la tarde del viernes y conversamos, como conversan tres jóvenes con inquietudes sociales, sin agendas injerencistas ni dinero de por medio.
Mi padre se enfrentó al poder de un estado, un estado totalitario con 53 años de experiencia. Y ese estado viene dejando caer toda su fuerza contra una familia, mi familia hace ya muchos años. Reitero mi temor por la vida de mis hermanos, de mi madre y de toda mi familia. Reitero que responsabilizo al gobierno por la integridad física de los miembros de mi familia.
Tenemos el apoyo de muchos dentro y fuera de Cuba, lo agradecemos profundamente. Por otro lado, sabemos que estos sucesos se han convertido en un asunto de estado y sabemos que entre estados en ocasiones se pacta y se calla, pero aunque otros callen nosotros no callaremos, no dejaremos de buscar la verdad aunque eso signifique quedarnos solos. Mi padre, el Movimiento Cristiano Liberación y mi familia nos hemos visto solos antes, no le tememos a la soledad. Sabemos, porque nos parece haber estado tocándolo en los últimos días, que solo el mal teme a la verdad.
1 de Agosto 2012
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Re: Palabras leídas en rueda de prensa por Rosa María Payá Acevedo
Cuba. Texto íntegro del Comunicado de la familia del asesinado líder opositor Oswaldo Paya Sardiñas, leido en la Conferencia de Prensa ofrecida el 1 de agosto de 2012
Hace hoy 10 días del suceso en que perdieron la vida mi esposo, Oswaldo Paya Sardiñas; coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación y del joven Harold Cepero Escalante; miembro de dicho movimiento.
El suceso es explicado por la Televisión Nacional en Cuba, algo inusual ya que accidentes de tránsito fatales ocurren todos los días y nunca le han dado esta cobertura televisiva.
No voy a entrar en detalles acerca del análisis técnico del hecho según la versión oficial, no soy una experta, aunque no hace falta serlo para cuestionarlo. Quiero aclarar que me enteré por la televisión del cómo ocurrió el suceso ya que solo tuve una muy breve versión verbal del hecho dada por un oficial de criminalística, Mayor Sánchez, cuando me entregó el cadáver de mi esposo. A él le expresé que no creía en esa versión y que necesitaba entrevistarme con los testigos sobrevivientes. Nunca me fue comunicado por ninguna autoridad el fallecimiento de mi esposo. Ayer día 31 de Julio a las 8 y 45 de la noche, a 10 días de la muerte de Oswaldo y Harold, fui visitada por dos oficiales del Centro de Investigación Criminal y Operaciones con una citación a mi nombre para hoy a las 11am, con el fin de “ventilar asuntos relacionados con la responsabilidad civil derivada del accidente”.
Yo como esposa de Oswaldo Payá Sardiñas en representación de la familia que vive dentro y fuera de Cuba, quiero declarar.
No aceptamos la explicación del hecho transmitida por la televisión porque:
1. La presenta los mismos órganos de la Seguridad del Estado del gobierno que lo han amenazado con matarlo múltiples veces a través de sus agentes durante todos estos años, en que han difamado, ofendido, vigilado, desacreditado con campañas televisivas dentro y fuera de Cuba, los mismos que han colocado micrófonos sobre nuestra cama en cajas telefónicas, los mismos que, sabiendo que su madre tenía cáncer la visitaron para intimidarla cobardemente, y no permitieron que sus hijos, que viven fuera de Cuba, pudieran visitarla, que prohibieron a mi hijo mayor, un estudiante de 24 años ir a visitar a su tía durante sus vacaciones el año pasado a España, no dejan salir ni entrar a Cuba a nadie de nuestra familia, son los mismos que intimidan a nuestros vecinos, a los compañeros de trabajo de mi esposo, a mis hermanos de la comunidad cristiana, a aquellas personas que necesito contratar para realizar reparaciones en mi casa, que van a los centros de estudio de mis hijos a alertar a sus compañeros para evitar que se relacionen con ellos, son los mismos que irrumpen en los hospitales, intimidan a los médicos cada vez que mis hijos tienen algún problema de salud, son los mismos que han atacado mi casa con turbas que traen de otros lugares y pintado mi fachada con letreros ofensivos, han manchado mi puerta con pintura roja simulando sangre, han rodeado de letreros los muros del vecindario con frases llenas de amenazas y odio. Son los mismos que en varias ocasiones han aflojado las tuercas de las ruedas de nuestro carro estando estacionado y sabiendo que viajábamos toda la familia y hasta amigos. Solo el día 2 de junio pasado mientras él y yo viajábamos en nuestro coche (comby VW del año 1964), hacia casa de mi madre en La Lisa transitando por la calzada del Cerro y habiendo prácticamente rebasado la intersección de la avenida de Rancho Boyeros fuimos impactados por un carro americano antiguo por la rueda derecha trasera de nuestro vehículo, con tal fuerza que nuestro carro se balanceó, mi esposo no pudo controlarlo y después de deslizarnos con solo las dos ruedas del lado izquierdo se volcó sobre la senda contraria quedando atrapados dentro y cubiertos de vidrio del parabrisas roto. Oswaldo resultó herido en el brazo izquierdo por el codo y a mí no me ocurrió nada.
Son los mismos que han intimidado, y amenazado de muerte a los miembros del Movimiento y a sus familiares, los que hoy tienen preso al joven Yosvany Melchor, hijo de Rosa María Rodríguez, miembro del Movimiento, cumpliendo doce años de prisión por un delito que no cometió. Todo con el fin de que abandonen el Movimiento Cristiano Liberación.
No creo en la versión oficial porque:
Fue una búsqueda constante de caminos para que el pueblo ascendiera a los derechos, él decía: Ni el estado ni el mercado pueden dominar la sociedad, ni estar por encima de las decisiones del pueblo, ni de la libertad y la dignidad de las personas.
Ahora tenemos que tratar de encaminar nuestra vida, sin la presencia física de Oswaldo será muy duro, pero para los que vivimos de la fe sabemos que el continuará protegiéndonos, que siempre estará en medio nuestro.
Gracias por escucharnos.
******
Nota del Bloguista de baracutey Cubano
Lo resaltado en letras negritas o ¨bold¨ en las palabras leidas por Rosa María Payá Acevedo fue resaltado por mí.
****************
Tomado de http://www.oswaldopaya.org
Tomado de http://www.oswaldopaya.org
La Habana, 1 de agosto del 2012
Comunicado de la familia de Oswaldo Payá Sardiñas
Rosa María Payá Acevedo y Ofelia Acevedo Maura. Hija y esposa respectivamente de Oswaldo J. Payá Sardiñas
Rosa María Payá Acevedo y Ofelia Acevedo Maura. Hija y esposa respectivamente de Oswaldo J. Payá Sardiñas
Hace hoy 10 días del suceso en que perdieron la vida mi esposo, Oswaldo Paya Sardiñas; coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación y del joven Harold Cepero Escalante; miembro de dicho movimiento.
El suceso es explicado por la Televisión Nacional en Cuba, algo inusual ya que accidentes de tránsito fatales ocurren todos los días y nunca le han dado esta cobertura televisiva.
No voy a entrar en detalles acerca del análisis técnico del hecho según la versión oficial, no soy una experta, aunque no hace falta serlo para cuestionarlo. Quiero aclarar que me enteré por la televisión del cómo ocurrió el suceso ya que solo tuve una muy breve versión verbal del hecho dada por un oficial de criminalística, Mayor Sánchez, cuando me entregó el cadáver de mi esposo. A él le expresé que no creía en esa versión y que necesitaba entrevistarme con los testigos sobrevivientes. Nunca me fue comunicado por ninguna autoridad el fallecimiento de mi esposo. Ayer día 31 de Julio a las 8 y 45 de la noche, a 10 días de la muerte de Oswaldo y Harold, fui visitada por dos oficiales del Centro de Investigación Criminal y Operaciones con una citación a mi nombre para hoy a las 11am, con el fin de “ventilar asuntos relacionados con la responsabilidad civil derivada del accidente”.
Yo como esposa de Oswaldo Payá Sardiñas en representación de la familia que vive dentro y fuera de Cuba, quiero declarar.
No aceptamos la explicación del hecho transmitida por la televisión porque:
1. La presenta los mismos órganos de la Seguridad del Estado del gobierno que lo han amenazado con matarlo múltiples veces a través de sus agentes durante todos estos años, en que han difamado, ofendido, vigilado, desacreditado con campañas televisivas dentro y fuera de Cuba, los mismos que han colocado micrófonos sobre nuestra cama en cajas telefónicas, los mismos que, sabiendo que su madre tenía cáncer la visitaron para intimidarla cobardemente, y no permitieron que sus hijos, que viven fuera de Cuba, pudieran visitarla, que prohibieron a mi hijo mayor, un estudiante de 24 años ir a visitar a su tía durante sus vacaciones el año pasado a España, no dejan salir ni entrar a Cuba a nadie de nuestra familia, son los mismos que intimidan a nuestros vecinos, a los compañeros de trabajo de mi esposo, a mis hermanos de la comunidad cristiana, a aquellas personas que necesito contratar para realizar reparaciones en mi casa, que van a los centros de estudio de mis hijos a alertar a sus compañeros para evitar que se relacionen con ellos, son los mismos que irrumpen en los hospitales, intimidan a los médicos cada vez que mis hijos tienen algún problema de salud, son los mismos que han atacado mi casa con turbas que traen de otros lugares y pintado mi fachada con letreros ofensivos, han manchado mi puerta con pintura roja simulando sangre, han rodeado de letreros los muros del vecindario con frases llenas de amenazas y odio. Son los mismos que en varias ocasiones han aflojado las tuercas de las ruedas de nuestro carro estando estacionado y sabiendo que viajábamos toda la familia y hasta amigos. Solo el día 2 de junio pasado mientras él y yo viajábamos en nuestro coche (comby VW del año 1964), hacia casa de mi madre en La Lisa transitando por la calzada del Cerro y habiendo prácticamente rebasado la intersección de la avenida de Rancho Boyeros fuimos impactados por un carro americano antiguo por la rueda derecha trasera de nuestro vehículo, con tal fuerza que nuestro carro se balanceó, mi esposo no pudo controlarlo y después de deslizarnos con solo las dos ruedas del lado izquierdo se volcó sobre la senda contraria quedando atrapados dentro y cubiertos de vidrio del parabrisas roto. Oswaldo resultó herido en el brazo izquierdo por el codo y a mí no me ocurrió nada.
Son los mismos que han intimidado, y amenazado de muerte a los miembros del Movimiento y a sus familiares, los que hoy tienen preso al joven Yosvany Melchor, hijo de Rosa María Rodríguez, miembro del Movimiento, cumpliendo doce años de prisión por un delito que no cometió. Todo con el fin de que abandonen el Movimiento Cristiano Liberación.
No creo en la versión oficial porque:
- 1. Porque mi esposo Oswaldo Payá se distinguía por su sentido sin límite de la responsabilidad hacia todas las personas, en especial aquellos que se relacionaban con él, jamás permitiría que el chófer del auto que los conducía viajara a exceso de velocidad. Sus amigos y quienes lo conocen saben que digo verdad cuando afirmo esto. El sabía el riesgo que corría su vida cada día en Cuba.
- 2. Porque recibí la noticia de Madrid del supuesto accidente del carro en que viajaba mi esposo, a las tres y dieciocho de la tarde del domingo 22 de julio donde me comunicaron: “viajaban cuatro personas, solo tres en el hospital, uno no se sabe. Dos amigos, uno de ellos sin conocimiento. Fueron embestidos y sacados de la carretera. ¿Saben quiénes eran los otros dos? Uno de ellos no se sabe dónde está.”
- 3. Porque no me permitieron entrevistarme con el muchacho sueco y aun no me han permitido hacerlo con el español que fueron los sobrevivientes del hecho.
- 4. Por todos estos antecedentes y las informaciones que nos han hecho llegar sobre lo ocurrido en Granma, mi familia pide a las instituciones internacionales una investigación independiente del gobierno cubano sobre los hechos.
- 5. Quiero decir, que estoy muy orgullosa de haber compartido 26 años de la vida con un hombre extraordinario y de la familia que fundamos. EL tenía el pesar de no haberle podido dedicar a su familia todo el tiempo que el deseaba, pero su vocación de servicio lo llevo siempre a trabajar por el bien común. Toda su inteligencia, capacidad intelectual
Fue una búsqueda constante de caminos para que el pueblo ascendiera a los derechos, él decía: Ni el estado ni el mercado pueden dominar la sociedad, ni estar por encima de las decisiones del pueblo, ni de la libertad y la dignidad de las personas.
Ahora tenemos que tratar de encaminar nuestra vida, sin la presencia física de Oswaldo será muy duro, pero para los que vivimos de la fe sabemos que el continuará protegiéndonos, que siempre estará en medio nuestro.
Gracias por escucharnos.
******
Nota del Bloguista de baracutey Cubano
Lo resaltado en letras negritas o ¨bold¨ en las palabras leidas por Rosa María Payá Acevedo fue resaltado por mí.
Tomado de http://www.oswaldopaya.org
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