Richard Dawkins es el perfecto idiota
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Richard Dawkins es el perfecto idiota
Para Pierre Brochant y sus amigos, el miércoles es el día de los idiotas.
El principio es simple, cada uno debe aportar un idiota. El que consiga
llevar a la cena el idiota más espectacular de todos es el ganador.
Esta noche, Brochant está pletórico… Ha encontrado una
auténtica joya. Un idiota redomado. ¡El campeón mundial de los idiotas! François Pignon, un contable chupatintas empleado en el Ministerio de Finanzas, un hombre devoto de sus construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant desconoce es que Pignon es un
auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes.
Hoy es miércoles y yo he encontrado al verdadero campeón, Richard Dawkins, el autoproclamado «apostol del ateísmo». Lo siento Brochant, cualquier deposición del fanático ateo es superior a la Torre Eiffel de cerillas de François.
Pignon aportaba el book fotográfico de sus construcciones,
yo me he tomado la molestia de traducir una de las últimas entrevistas
de Dawkins en The Washington Post [Ratzinger is the perfect pope].
No me extraña que haya sido ocultada al público general. Si aguantáis
hasta el final, os ocurrirá como en la obra de teatro, pasaréis de la
conmiseración a la vergüenza ajena. ¡Ánimo Richard!, Allez Olympique!
y tus padres no tienen nada que ver. Un psico[anal]ista haría
maravillas contigo. Reproduzco lo que Dawkins escribía en el «libro de
oraciones ateo», The God Delusion, en 2006 (la traducción es horrorosa, pero no es mía):
«pensamiento» laicista. Me extraña que no lo haya publicado El País o Religión Digital, está a su altura.
Y yo, que presuponía que, al menos tendría algo de lógica, coherencia, o un poco de memoria, ¿qué ingenuidad la mía?, es que no da una. Sinceramente, o bien es una treta del Washington Post para dejarlo en ridículo, o es que las ventas del último libro le van muy
mal, no encuentro otra explicación.
El principio es simple, cada uno debe aportar un idiota. El que consiga
llevar a la cena el idiota más espectacular de todos es el ganador.
Esta noche, Brochant está pletórico… Ha encontrado una
auténtica joya. Un idiota redomado. ¡El campeón mundial de los idiotas! François Pignon, un contable chupatintas empleado en el Ministerio de Finanzas, un hombre devoto de sus construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant desconoce es que Pignon es un
auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes.
Hoy es miércoles y yo he encontrado al verdadero campeón, Richard Dawkins, el autoproclamado «apostol del ateísmo». Lo siento Brochant, cualquier deposición del fanático ateo es superior a la Torre Eiffel de cerillas de François.
Pignon aportaba el book fotográfico de sus construcciones,
yo me he tomado la molestia de traducir una de las últimas entrevistas
de Dawkins en The Washington Post [Ratzinger is the perfect pope].
No me extraña que haya sido ocultada al público general. Si aguantáis
hasta el final, os ocurrirá como en la obra de teatro, pasaréis de la
conmiseración a la vergüenza ajena. ¡Ánimo Richard!, Allez Olympique!
Richard Dawkins, yo también te quiero, eres hijo de Dios,
¿Debería considerarse a Benedicto XVI responsable de la escalda de escándalos por los abusos sexuales del clero en Europa?
Sí, debería, y esto va a ir a más y más según las víctimas se liberen del adoctrinamiento de su infancia y den pasos adelante.
¿Debería ser investigado por cómo gestionó los casos bajo su
mandato como arzobispo de Munich o como jefe del Vaticano encargado de
hacer cumplir la ortodoxia doctrinal?
Sí, por supuesto que debería. Este ex-jefe de la Inquisición debería
ser arrestado en el mismo momento que se atreva aponer un pie fuera del
feudo de pacotilla del Vaticano, y debe ser juzgado por un tribunal
civil, no uno eclesiástico. Lamentablemente, todos sabemos que nuestros
gobiernos
atontados por sus creencias serán demasiado cobardes para hacerlo.
¿Debería dimitir el Papa?
No. Como ha reconocido el Colegio de Cardenales cuando le eligieron,
el está perfectamente capacitado —es el ideal— para dirigir la Iglesia
Católica. Es un viejo lascivo revestido, que conspiró a puerta cerrada
durante décadas para alcanzar la posición que hoy tiene, un hombre que
cree que
es infalible e interpreta el papel, un hombre que predicando la falsedad
científica es responsable de las incontables muertes de SIDA en África,
un hombre cuya primera reacción cuando sus sacerdotes son cogidos con
los pantalones bajados es cubrir el escándalo y condenar a las jóvenes
víctimas al
silencio, en resumen es el hombre adecuado para este trabajo. No debería
dimitir, porque está en la posición perfecta para acelerar la caída del
mal, es el personaje que se adapta como un guante a la corrupta
organización, de la que es absoluta e históricamente el monarca
adecuado.
No, el Papa Ratzinger no debería dimitir. Debe permanecer como
responsable de todo el edificio podrido — especulación, temor a la
mujer, complejo de culpa, odiadores de la verdad, institución violadora
de niños— mientras resuena con estruendo la caída cerca de sus oídos, en
medio de un hedor
a incienso y lluvia de Sagrados Corazones para turistas-kitsch y
vírgenes coronadas absurdamente.
y tus padres no tienen nada que ver. Un psico[anal]ista haría
maravillas contigo. Reproduzco lo que Dawkins escribía en el «libro de
oraciones ateo», The God Delusion, en 2006 (la traducción es horrorosa, pero no es mía):
En esto es lo que deviene el ateísmo. Creo que es un buen resumen del
El abuso sacerdotal de niños significa hoy en día abuso sexual; por
lo que me siento obligado, de entrada, a colocar a todo el asunto del
abuso sexual en proporción y fuera del camino. Otros han notado que
nosotros vivimos en un tiempo de histeria y pedofilia, una sicología de
masas que nos
recuerda a las cacerías de brujas de Salem en 1692 […]
La Iglesia Católica Romana ha soportado una pesada parte de tal
oprobio retrospectivo. Por todo tipo de razones a mí no me gusta la
Iglesia Católica Romana. Pero a mi me disgusta más la injusticia; y no
puedo evitar preguntarme si esta institución ha sido injustamente
demonizada sobre este
asunto; especialmente en Irlanda y en los Estados Unidos de América.
«pensamiento» laicista. Me extraña que no lo haya publicado El País o Religión Digital, está a su altura.
Y yo, que presuponía que, al menos tendría algo de lógica, coherencia, o un poco de memoria, ¿qué ingenuidad la mía?, es que no da una. Sinceramente, o bien es una treta del Washington Post para dejarlo en ridículo, o es que las ventas del último libro le van muy
mal, no encuentro otra explicación.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Tomás Alfaro Drake
Otra vez el inefable Richard Dawkins, el mal
científico que tiene que buscar notoriedad en su polémico ateísmo en vez
de en su ciencia, salta a la palestra sin réplica, boxeando con el
aire, haciendo fintas y filigranas sin un rival. Esta vez, eso sí, sube
de nivel, al pasar de los autobuses a la prensa. Me refiero a una
entrevista en el diario “El mundo” de ayer. La verdad es que me produce
una mezcla de asombro y diversión las cosas que dice, si bien es cierto
que en alguna destila una mala voluntad palpable. Señalaré sólo algunas
perlas cultivadas.
“Nadie puede demostrar que no existe Dios.
Solo que no hay una sola evidencia de ello. Pero la carga de la prueba
debe recaer en aquellos que creen en algo que tiene las mismas
probabilidades de existir que un hada o un unicornio”. No, desde
luego que no se puede demostrar la existencia ni la no existencia de
Dios. Jamás lo he intentado. Eso no quiere decir que no se pueda tener
certeza de esa existencia, pero esa certeza, aunque racional, no es del
tipo silogístico ni empírico, sino existencial. En otras entradas de
este blog he hablado de la fuente de esa certeza y no quiero repetirme
aquí. Pero comparar la posibilidad de la existencia de Dios con la de
las hadas o el unicornio es de una simpleza tal, que en un debate
abierto, a poco hábil que fuese su oponente hubiese cubierto al señor
Dawkins de ridículo. Las hadas y el unicornio, sencillamente, no
existen. Punto. Pero el mundo que observamos, con su orden, su belleza,
su exquisito equilibrio y su sutileza, reclama, para una mente abierta e
inquisitiva, una explicación. Aristóteles se la dio. Era necesaria una
causa primera. No digo que esto sea una prueba de la existencia de Dios,
digo que fenomenológicamente, las hadas y los unicornios son
innecesarios para la razón, mientras que la postulación de una causa
primera, llámese como se llame, parece que es algo requerido por la
insaciable mente humana desde que el hombre empezó a pensar. Decir que
el universo ha aparecido sólo y es fruto del azar es una muestra de
irracionalidad, porque uno de los tres postulados en los que se basa la
capacidad de razonar es el de que “no hay efecto sin causa suficiente”.
Y no está nada mal el dicho que afirma que la ciencia se remonta de los
efectos a las causas. El hecho de que la estupidez de la creencia en el
azar como causa de todo sea hoy día un dogma de fe para mucha gente, es
tan sólo porque se ha repetido muchas veces y ha tenido mucho eco de “el coro de los grillos que cantan a la luna”. Pero un sabio dicho popular afirma que “una tontería repetida millones de veces no deja de ser una tontería”.
El propio Darwin, a quien Dawkins venera –y a quién yo respeto y apoyo,
como se puede ver en otras entradas de este blog– afirma en “El origen
de las especies”, refiriéndose al recurso al azar: “Hasta aquí he hablado como si las variaciones (mutaciones) [...],
fuesen debidas a la casualidad. Es sin duda una expresión totalmente
incorrecta, pero se utiliza para confesar francamente nuestra ignorancia
de la causa de cada variación particular. [...] Consideraciones de este
tipo me inclinan a atribuir menos peso a la acción directa de las
condiciones ambientes, que a una tendencia a variar debida a causas que
ignoramos por completo[1]”.
Por tanto no parece ni muy científico, ni muy acorde con alguien que
busca la verdad, elevar la ignorancia a dogma de fe. Así que el sentido
común no requiere ni hadas ni unicornios mientras que sí exige una
explicación de cuál pueda ser esta causa primera. Que eso pruebe la
existencia de Dios no es cosa que yo defienda, pero que es una simpleza
indigna de un buen científico poner a Dios a la altura de los unicornios
es algo evidente.
Lo del peso de la prueba es un término
jurídico que, sacado de su contexto –es mejor que un culpable quede
libre que que un inocente sea condenado, de donde procede la presunción
de inocencia y la necesidad de probar la culpabilidad–, es irrelevante.
Pero si queremos aplicarlo, creo que la afirmación tajante de que el
universo es fruto del azar es algo que debe ser probado. Y que yo sepa,
ni Dawkins ni nadie que lo sostenga, lo ha hecho. No creo que requiera
esa prueba con la misma urgencia la afirmación de que parece racional
pensar que todo esto debe tener una causa primera, se llame como se
llame. Porque Dios puede ser una respuesta a las grandes preguntas del
ser humano. Quienes somos, para qué estamos aquí, qué va a ser de
nosotros. El ciego azar da una respuesta también a estas preguntas. La
pone Shakespeare en labios de Macbeth: “La vida es un cuento sin sentido, contado con gran aparato por un idiota”.
¿No es más racional lo primero? Así lo han creído hasta la aparición
del dogma ateo la inmensa mayoría de las mejores mentes de la humanidad.
Preguntado
insistentemente por el periodista si había educado a su hija en los
principios ateos que profesa y tras varias respuestas esquivas, ni sin
cierta agresividad, Dawkins aclara su método educativo: “Yo le
escribí una carta, cuando tenía 10 años, en la que le animaba a pensar
por sí misma y eso es lo mejor que un padre puede hacer por su hija”.
La frase suena en los oídos modernos como cargada de tolerancia y
respeto por otra persona. Pero no deja de ser una simpleza estúpida,
aunque su mucha repetición haya hecho que cale en la mentalidad actual.
Claro, lo mejor para educar a un hijo es dejarle que él descubra por sí
solo el teorema de Pitágoras, o los principios del derecho, o que matar y
robar es malo. Lo mejor es no llevarle al colegio, no vaya a ser que le
enseñen algo que no descubra él por sí mismo, ni a la universidad. Tal
vez, lo mejor sea dejarle en la jungla de pequeño, como al Mowgli de
Rudyard Kipling, a ver si se convierte en un buen salvaje. Así las ideas
de los siglos anteriores a él que ha ido creando la humanidad, las iría
descubriendo él solito, en vez de ir a hombros de gigantes. Al fin y al
cabo, así lo hizo Rousseau con sus hijos dejándoles en la exclusa. Se
dirá que Dawkins no se refiere a eso, sino a ser neutral en cuanto a lo
que se le explica sobre Dios. Pero apuesto mi brazo derecho a que,
aparte de esa carta tan aséptica Dawkins se habrá ocupado personalmente
de adoctrinar a su hija y de llevarla a los colegios en los que le
adoctrinasen como él quería. Y está en su derecho. Lo que pasa es que me
parece un hipócrita doble rasero decir que él es neutral y respetuoso
por aquello de la carta y que los padres que educan a sus hijos en la fe
son adoctrinadores y manipuladores. ¡Venga ya! La neutralidad no existe
y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios que
ellos creen y respetan. Y lo tienen, sencillamente, porque les quieren y
quieren para ellos lo mejor. Naturalmente, tanto Dawkins como un padre
creyente pueden equivocarse, pero eso no les quita ese derecho. Y me
parece mejor método de educación el del amor que la educación por carta.
“Yo le puse una carta a mi hijo en la mesa del desayuno el día que cumplió diez años en la que le decía que le quería”. ¿Os imagináis el engendro que saldría? Pero, dicho en una entrevista queda muy bonito, aunque sea una simpleza.
En un momento de la entrevista, el periodista le hace una pregunta clave: “Hay gente que no entiende su voluntad de extender el ateísmo. ¿Qué les diría?”. A lo que contesta Dawkins: “Les
diría que lo que de verdad me apasiona es la verdad científica y que lo
que deseo es abrir los ojos a la gente sobre el hecho maravilloso de su
propia existencia. Mientras el adoctrinamiento religioso interfiera con
el conocimiento de la verdad científica lo combatiré. No le quede duda”.
A
Dawkins le sale de dentro el caballero andante justiciero. Pero un
caballero andante justiciero de una causa inexistente es, sencillamente,
patético. Le apasiona la verdad científica. Desea abrir los ojos a la
gente sobre el hecho maravilloso de su propia existencia. Combatiré el
“adoctrinamiento” religioso mientras interfiera con la verdad
científica. Pues podría dejar de hacerlo ya, porque NUNCA la religión
católica ha interferido con la verdad científica, más allá de una
leyenda urbana. Y cuando digo NUNCA, digo NUNCA. Ni con heliocentrismo y
Galileo, ni con la evolución ni con nada. Sobre la evolución y la fe he
hablado ya en bastantes entradas de este blog y JAMÁS la Iglesia
católica lo ha condenado. Sobre el caso Galileo, he escrito un libro; “La victoria del sol[2]”
y, para ahorrar comprárselo a los lectores de este blog, dedicaré
alguna entrada a este tema, pero tampoco la Iglesia católica condenó
JAMÁS el heliocentrismo salvo, insisto, en leyendas que faltan a la
verdad y que de repetidas, han llegado a hacer que mucha gente se las
crea. Cierto que hay fanáticos creacionistas que niegan la evolución,
pero no son católicos, salvo excepciones ni, JAMÁS, el magisterio de la
Iglesia les ha apoyado. A esos creacionistas también los combato yo. A
Kepler, a Galileo y a Newton también les apasionaba la verdad científica
y eran creyentes convencidos. Einstein no era un creyente practicante,
pero sí creía en una causa primera. Ante el universo que había
descubierto, decía sentirse “como un niño que entra en una
biblioteca inmensa cuyas paredes están cubiertas de libros escritos en
muchas lenguas distintas. Entiende que alguien ha de haberlos escrito,
pero no sabe ni quién ni cómo. Tampoco comprende los idiomas. Pero
observa un orden claro en su clasificación, un plan misterioso que se le
escapa, pero que sospecha vagamente. Esa es, en mi opinión, la actitud
de la mente humana frente a Dios, incluso la de las personas más
inteligentes”. Sobre todo de las personas más inteligentes y honestas, diría yo. Otro gran científico, Max Planck afirmaba: “el
progreso de la ciencia consiste en el descubrimiento de un nuevo
misterio cada vez que se cree haber descubierto una verdad fundamental
[...]. La ciencia es incapaz de resolver el misterio último de la
naturaleza”. Podría citar decenas de frases de grandísimos
científicos –mucho más grandes que Dawkins, desde luego– que no veían
ninguna razón para una cruzada antirreligiosa por defender las verdades
científicas, sino más bien al contrario. Pero acabaré con una cita que
tal vez debiera leer Dawkins –si no lo ha hecho y ha preferido tacharla
de su acerbo. Es de un científico ateo, Robert Jastrow que tuvo, sin
embargo, la honestidad de reconocer que la ciencia del siglo XX parece
confirmar muchas cuestiones dichas desde hace siglos por la Revelación,
naturalmente, con otro lenguaje. “Para el científico que ha basado
su vida en la fe en el poder de la razón, la historia acaba como un mal
sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia, está a punto de
conquistar el pico más alto y, cuando se alza sobre la roca final, es
recibido por un grupo de teólogos que estaban sentados allí desde hace
siglos[3]”.
Así es que parece que el pobre Dawkins se ha quedado sin causa para su
cruzada. De forma que ya puede abandonarla o buscarse otra excusa mejor
para su fijación obsesiva.
Otra cosa, distinta de la ciencia, es
el cientifismo. El cientifismo parte de un dogma bastante poco
razonable. O, mejor, totalmente irracional. Afirma como axioma de
partida que no hay más realidad que la que se puede pesar, contar, medir
y someter a modelos matemáticos. Es evidente que esto no es así. El
amor y el odio, el heroísmo y la cobardía, la belleza, la bondad y la
maldad, son realidades que no caen en la categoría cientifista. También
hay algún que otro gran científico, como Edwin Schrödinger, que parece
tener ideas claras sobre esto. Nos dice: “La imagen científica del
mundo es muy deficiente. Proporciona una gran cantidad de información
sobre hechos, reduce toda la existencia a un orden maravillosamente
consistente, pero guarda un silencio sepulcral sobre [...] todo lo que
realmente nos importa. [...]... no sabe nada de lo bello o de lo feo, de
lo bueno o de lo malo, de Dios y la eternidad. A veces la ciencia
pretende dar una respuesta a estas cuestiones, pero sus respuestas son a
menudo tan tontas que nos inclinamos a no tomarlas en serio [...]. La
ciencia es incapaz de explicar mínimamente por qué la música puede
deleitarnos, o por qué y cómo una antigua canción puede hacer que se nos
salten las lágrimas”. Pero es que, además, ¿por qué extraña razón
la realidad se va a tener que limitar a las tres dimensiones más el
tiempo en el que vivimos los seres humanos y en las que podemos hacer
nuestras mediciones? ¿Que razonamiento lógico puede llevarnos a
semejante conclusión? ¿No debería ser probada semejante afirmación? Esa
mutilación de la realidad por parte del cientifismo, que no de la
ciencia, es sumamente empobrecedora y acaba en el irracionalismo más
prosaico. Dawkins no es un buen científico. Es un cientifista. Y me temo
que hay una relación causa-efecto entre lo segundo y lo primero. Es, en
definitiva, un hombre que dice simplezas. Un simple soberbio.
Hasta aquí simplezas. Lo que sigue es una muestra de ridícula mala voluntad. Afirma Dawkins: “Nadie que haya leído su vida [se refiere a la de Teresa de Calcuta] puede decir lo mismo [que era una buena persona como se lo parece a Dawkins Desmond Tutu].
A mí me parece que era una mujer malvada. Ella creía que era muy buena,
pero no le importaba nada el sufrimiento de las personas, lo único que
quería era convertirlas”. Es una bajeza ridícula y estúpida decir
eso de una persona como Madre Teresa. Si había algo que ella hacía, era
dejarse la vida por aliviar el sufrimiento de los más miserables de los
hombres, aquellos con los que Dawkins, seguramente no ha pasado ni una
hora. Y lo hacía sin preguntarles en qué creían y sin intentar jamás
convencerles de que se hiciesen creyentes o cristianos. Lo hacía,
sencillamente, por amor. Por amor a un Cristo crucificado que le decía
desde la cruz “tengo sed” y que ella –y todas sus hijas –identificaba con los más pobres y desheredados. Lo hacía porque Cristo había dicho “tuve sed y me distéis de beber cuando les distéis de beber a los más pobres”.
Por un inmenso amor. Por un amor que el ridículo reduccionismo
cientifista de Dawkins quiere “desmitificar” reduciéndolo a química. A
un alma mezquina, la grandeza ajena le produce sarpullidos. Pobre
Dawkins, debe estar muy escocido. La verdad es que me imagino que
cualquier persona de buena voluntad, creyente o no, al leer su
afirmación anterior, sonreirá con lástima.
Claro, Dawkins no se
atreve a discutir estas cosas en terreno abierto y neutral con un buen
polemista cristiano, porque le dejaría en ridículo. Jamás aceptó el
desafío que repetidamente le lanzó su compatriota católico Paul Johnson.
Esas fintas simplistas y mezquinas, con un buen boxeador enfrente, le
mandarían a la lona en el primer asalto. En definitiva, que Dawkins no
goce de gran prestigio dentro de la comunidad científica es algo que la
honra. Que tenga una cátedra en la Universidad de Oxford desde la que
predica el ateísmo con tanta simpleza como ligereza, como si de un
autobús se tratara, es algo que no dice mucho de esa Universidad. Por
mucho prestigio histórico que tenga.
[1] El origen de las especies, Capítulo V, Leyes de la variación. Efectos del cambio de condiciones.
[2] Editorial Palabra.
[3] Dios y los astónomos.
Otra vez el inefable Richard Dawkins, el mal
científico que tiene que buscar notoriedad en su polémico ateísmo en vez
de en su ciencia, salta a la palestra sin réplica, boxeando con el
aire, haciendo fintas y filigranas sin un rival. Esta vez, eso sí, sube
de nivel, al pasar de los autobuses a la prensa. Me refiero a una
entrevista en el diario “El mundo” de ayer. La verdad es que me produce
una mezcla de asombro y diversión las cosas que dice, si bien es cierto
que en alguna destila una mala voluntad palpable. Señalaré sólo algunas
perlas cultivadas.
“Nadie puede demostrar que no existe Dios.
Solo que no hay una sola evidencia de ello. Pero la carga de la prueba
debe recaer en aquellos que creen en algo que tiene las mismas
probabilidades de existir que un hada o un unicornio”. No, desde
luego que no se puede demostrar la existencia ni la no existencia de
Dios. Jamás lo he intentado. Eso no quiere decir que no se pueda tener
certeza de esa existencia, pero esa certeza, aunque racional, no es del
tipo silogístico ni empírico, sino existencial. En otras entradas de
este blog he hablado de la fuente de esa certeza y no quiero repetirme
aquí. Pero comparar la posibilidad de la existencia de Dios con la de
las hadas o el unicornio es de una simpleza tal, que en un debate
abierto, a poco hábil que fuese su oponente hubiese cubierto al señor
Dawkins de ridículo. Las hadas y el unicornio, sencillamente, no
existen. Punto. Pero el mundo que observamos, con su orden, su belleza,
su exquisito equilibrio y su sutileza, reclama, para una mente abierta e
inquisitiva, una explicación. Aristóteles se la dio. Era necesaria una
causa primera. No digo que esto sea una prueba de la existencia de Dios,
digo que fenomenológicamente, las hadas y los unicornios son
innecesarios para la razón, mientras que la postulación de una causa
primera, llámese como se llame, parece que es algo requerido por la
insaciable mente humana desde que el hombre empezó a pensar. Decir que
el universo ha aparecido sólo y es fruto del azar es una muestra de
irracionalidad, porque uno de los tres postulados en los que se basa la
capacidad de razonar es el de que “no hay efecto sin causa suficiente”.
Y no está nada mal el dicho que afirma que la ciencia se remonta de los
efectos a las causas. El hecho de que la estupidez de la creencia en el
azar como causa de todo sea hoy día un dogma de fe para mucha gente, es
tan sólo porque se ha repetido muchas veces y ha tenido mucho eco de “el coro de los grillos que cantan a la luna”. Pero un sabio dicho popular afirma que “una tontería repetida millones de veces no deja de ser una tontería”.
El propio Darwin, a quien Dawkins venera –y a quién yo respeto y apoyo,
como se puede ver en otras entradas de este blog– afirma en “El origen
de las especies”, refiriéndose al recurso al azar: “Hasta aquí he hablado como si las variaciones (mutaciones) [...],
fuesen debidas a la casualidad. Es sin duda una expresión totalmente
incorrecta, pero se utiliza para confesar francamente nuestra ignorancia
de la causa de cada variación particular. [...] Consideraciones de este
tipo me inclinan a atribuir menos peso a la acción directa de las
condiciones ambientes, que a una tendencia a variar debida a causas que
ignoramos por completo[1]”.
Por tanto no parece ni muy científico, ni muy acorde con alguien que
busca la verdad, elevar la ignorancia a dogma de fe. Así que el sentido
común no requiere ni hadas ni unicornios mientras que sí exige una
explicación de cuál pueda ser esta causa primera. Que eso pruebe la
existencia de Dios no es cosa que yo defienda, pero que es una simpleza
indigna de un buen científico poner a Dios a la altura de los unicornios
es algo evidente.
Lo del peso de la prueba es un término
jurídico que, sacado de su contexto –es mejor que un culpable quede
libre que que un inocente sea condenado, de donde procede la presunción
de inocencia y la necesidad de probar la culpabilidad–, es irrelevante.
Pero si queremos aplicarlo, creo que la afirmación tajante de que el
universo es fruto del azar es algo que debe ser probado. Y que yo sepa,
ni Dawkins ni nadie que lo sostenga, lo ha hecho. No creo que requiera
esa prueba con la misma urgencia la afirmación de que parece racional
pensar que todo esto debe tener una causa primera, se llame como se
llame. Porque Dios puede ser una respuesta a las grandes preguntas del
ser humano. Quienes somos, para qué estamos aquí, qué va a ser de
nosotros. El ciego azar da una respuesta también a estas preguntas. La
pone Shakespeare en labios de Macbeth: “La vida es un cuento sin sentido, contado con gran aparato por un idiota”.
¿No es más racional lo primero? Así lo han creído hasta la aparición
del dogma ateo la inmensa mayoría de las mejores mentes de la humanidad.
Preguntado
insistentemente por el periodista si había educado a su hija en los
principios ateos que profesa y tras varias respuestas esquivas, ni sin
cierta agresividad, Dawkins aclara su método educativo: “Yo le
escribí una carta, cuando tenía 10 años, en la que le animaba a pensar
por sí misma y eso es lo mejor que un padre puede hacer por su hija”.
La frase suena en los oídos modernos como cargada de tolerancia y
respeto por otra persona. Pero no deja de ser una simpleza estúpida,
aunque su mucha repetición haya hecho que cale en la mentalidad actual.
Claro, lo mejor para educar a un hijo es dejarle que él descubra por sí
solo el teorema de Pitágoras, o los principios del derecho, o que matar y
robar es malo. Lo mejor es no llevarle al colegio, no vaya a ser que le
enseñen algo que no descubra él por sí mismo, ni a la universidad. Tal
vez, lo mejor sea dejarle en la jungla de pequeño, como al Mowgli de
Rudyard Kipling, a ver si se convierte en un buen salvaje. Así las ideas
de los siglos anteriores a él que ha ido creando la humanidad, las iría
descubriendo él solito, en vez de ir a hombros de gigantes. Al fin y al
cabo, así lo hizo Rousseau con sus hijos dejándoles en la exclusa. Se
dirá que Dawkins no se refiere a eso, sino a ser neutral en cuanto a lo
que se le explica sobre Dios. Pero apuesto mi brazo derecho a que,
aparte de esa carta tan aséptica Dawkins se habrá ocupado personalmente
de adoctrinar a su hija y de llevarla a los colegios en los que le
adoctrinasen como él quería. Y está en su derecho. Lo que pasa es que me
parece un hipócrita doble rasero decir que él es neutral y respetuoso
por aquello de la carta y que los padres que educan a sus hijos en la fe
son adoctrinadores y manipuladores. ¡Venga ya! La neutralidad no existe
y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios que
ellos creen y respetan. Y lo tienen, sencillamente, porque les quieren y
quieren para ellos lo mejor. Naturalmente, tanto Dawkins como un padre
creyente pueden equivocarse, pero eso no les quita ese derecho. Y me
parece mejor método de educación el del amor que la educación por carta.
“Yo le puse una carta a mi hijo en la mesa del desayuno el día que cumplió diez años en la que le decía que le quería”. ¿Os imagináis el engendro que saldría? Pero, dicho en una entrevista queda muy bonito, aunque sea una simpleza.
En un momento de la entrevista, el periodista le hace una pregunta clave: “Hay gente que no entiende su voluntad de extender el ateísmo. ¿Qué les diría?”. A lo que contesta Dawkins: “Les
diría que lo que de verdad me apasiona es la verdad científica y que lo
que deseo es abrir los ojos a la gente sobre el hecho maravilloso de su
propia existencia. Mientras el adoctrinamiento religioso interfiera con
el conocimiento de la verdad científica lo combatiré. No le quede duda”.
A
Dawkins le sale de dentro el caballero andante justiciero. Pero un
caballero andante justiciero de una causa inexistente es, sencillamente,
patético. Le apasiona la verdad científica. Desea abrir los ojos a la
gente sobre el hecho maravilloso de su propia existencia. Combatiré el
“adoctrinamiento” religioso mientras interfiera con la verdad
científica. Pues podría dejar de hacerlo ya, porque NUNCA la religión
católica ha interferido con la verdad científica, más allá de una
leyenda urbana. Y cuando digo NUNCA, digo NUNCA. Ni con heliocentrismo y
Galileo, ni con la evolución ni con nada. Sobre la evolución y la fe he
hablado ya en bastantes entradas de este blog y JAMÁS la Iglesia
católica lo ha condenado. Sobre el caso Galileo, he escrito un libro; “La victoria del sol[2]”
y, para ahorrar comprárselo a los lectores de este blog, dedicaré
alguna entrada a este tema, pero tampoco la Iglesia católica condenó
JAMÁS el heliocentrismo salvo, insisto, en leyendas que faltan a la
verdad y que de repetidas, han llegado a hacer que mucha gente se las
crea. Cierto que hay fanáticos creacionistas que niegan la evolución,
pero no son católicos, salvo excepciones ni, JAMÁS, el magisterio de la
Iglesia les ha apoyado. A esos creacionistas también los combato yo. A
Kepler, a Galileo y a Newton también les apasionaba la verdad científica
y eran creyentes convencidos. Einstein no era un creyente practicante,
pero sí creía en una causa primera. Ante el universo que había
descubierto, decía sentirse “como un niño que entra en una
biblioteca inmensa cuyas paredes están cubiertas de libros escritos en
muchas lenguas distintas. Entiende que alguien ha de haberlos escrito,
pero no sabe ni quién ni cómo. Tampoco comprende los idiomas. Pero
observa un orden claro en su clasificación, un plan misterioso que se le
escapa, pero que sospecha vagamente. Esa es, en mi opinión, la actitud
de la mente humana frente a Dios, incluso la de las personas más
inteligentes”. Sobre todo de las personas más inteligentes y honestas, diría yo. Otro gran científico, Max Planck afirmaba: “el
progreso de la ciencia consiste en el descubrimiento de un nuevo
misterio cada vez que se cree haber descubierto una verdad fundamental
[...]. La ciencia es incapaz de resolver el misterio último de la
naturaleza”. Podría citar decenas de frases de grandísimos
científicos –mucho más grandes que Dawkins, desde luego– que no veían
ninguna razón para una cruzada antirreligiosa por defender las verdades
científicas, sino más bien al contrario. Pero acabaré con una cita que
tal vez debiera leer Dawkins –si no lo ha hecho y ha preferido tacharla
de su acerbo. Es de un científico ateo, Robert Jastrow que tuvo, sin
embargo, la honestidad de reconocer que la ciencia del siglo XX parece
confirmar muchas cuestiones dichas desde hace siglos por la Revelación,
naturalmente, con otro lenguaje. “Para el científico que ha basado
su vida en la fe en el poder de la razón, la historia acaba como un mal
sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia, está a punto de
conquistar el pico más alto y, cuando se alza sobre la roca final, es
recibido por un grupo de teólogos que estaban sentados allí desde hace
siglos[3]”.
Así es que parece que el pobre Dawkins se ha quedado sin causa para su
cruzada. De forma que ya puede abandonarla o buscarse otra excusa mejor
para su fijación obsesiva.
Otra cosa, distinta de la ciencia, es
el cientifismo. El cientifismo parte de un dogma bastante poco
razonable. O, mejor, totalmente irracional. Afirma como axioma de
partida que no hay más realidad que la que se puede pesar, contar, medir
y someter a modelos matemáticos. Es evidente que esto no es así. El
amor y el odio, el heroísmo y la cobardía, la belleza, la bondad y la
maldad, son realidades que no caen en la categoría cientifista. También
hay algún que otro gran científico, como Edwin Schrödinger, que parece
tener ideas claras sobre esto. Nos dice: “La imagen científica del
mundo es muy deficiente. Proporciona una gran cantidad de información
sobre hechos, reduce toda la existencia a un orden maravillosamente
consistente, pero guarda un silencio sepulcral sobre [...] todo lo que
realmente nos importa. [...]... no sabe nada de lo bello o de lo feo, de
lo bueno o de lo malo, de Dios y la eternidad. A veces la ciencia
pretende dar una respuesta a estas cuestiones, pero sus respuestas son a
menudo tan tontas que nos inclinamos a no tomarlas en serio [...]. La
ciencia es incapaz de explicar mínimamente por qué la música puede
deleitarnos, o por qué y cómo una antigua canción puede hacer que se nos
salten las lágrimas”. Pero es que, además, ¿por qué extraña razón
la realidad se va a tener que limitar a las tres dimensiones más el
tiempo en el que vivimos los seres humanos y en las que podemos hacer
nuestras mediciones? ¿Que razonamiento lógico puede llevarnos a
semejante conclusión? ¿No debería ser probada semejante afirmación? Esa
mutilación de la realidad por parte del cientifismo, que no de la
ciencia, es sumamente empobrecedora y acaba en el irracionalismo más
prosaico. Dawkins no es un buen científico. Es un cientifista. Y me temo
que hay una relación causa-efecto entre lo segundo y lo primero. Es, en
definitiva, un hombre que dice simplezas. Un simple soberbio.
Hasta aquí simplezas. Lo que sigue es una muestra de ridícula mala voluntad. Afirma Dawkins: “Nadie que haya leído su vida [se refiere a la de Teresa de Calcuta] puede decir lo mismo [que era una buena persona como se lo parece a Dawkins Desmond Tutu].
A mí me parece que era una mujer malvada. Ella creía que era muy buena,
pero no le importaba nada el sufrimiento de las personas, lo único que
quería era convertirlas”. Es una bajeza ridícula y estúpida decir
eso de una persona como Madre Teresa. Si había algo que ella hacía, era
dejarse la vida por aliviar el sufrimiento de los más miserables de los
hombres, aquellos con los que Dawkins, seguramente no ha pasado ni una
hora. Y lo hacía sin preguntarles en qué creían y sin intentar jamás
convencerles de que se hiciesen creyentes o cristianos. Lo hacía,
sencillamente, por amor. Por amor a un Cristo crucificado que le decía
desde la cruz “tengo sed” y que ella –y todas sus hijas –identificaba con los más pobres y desheredados. Lo hacía porque Cristo había dicho “tuve sed y me distéis de beber cuando les distéis de beber a los más pobres”.
Por un inmenso amor. Por un amor que el ridículo reduccionismo
cientifista de Dawkins quiere “desmitificar” reduciéndolo a química. A
un alma mezquina, la grandeza ajena le produce sarpullidos. Pobre
Dawkins, debe estar muy escocido. La verdad es que me imagino que
cualquier persona de buena voluntad, creyente o no, al leer su
afirmación anterior, sonreirá con lástima.
Claro, Dawkins no se
atreve a discutir estas cosas en terreno abierto y neutral con un buen
polemista cristiano, porque le dejaría en ridículo. Jamás aceptó el
desafío que repetidamente le lanzó su compatriota católico Paul Johnson.
Esas fintas simplistas y mezquinas, con un buen boxeador enfrente, le
mandarían a la lona en el primer asalto. En definitiva, que Dawkins no
goce de gran prestigio dentro de la comunidad científica es algo que la
honra. Que tenga una cátedra en la Universidad de Oxford desde la que
predica el ateísmo con tanta simpleza como ligereza, como si de un
autobús se tratara, es algo que no dice mucho de esa Universidad. Por
mucho prestigio histórico que tenga.
[1] El origen de las especies, Capítulo V, Leyes de la variación. Efectos del cambio de condiciones.
[2] Editorial Palabra.
[3] Dios y los astónomos.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Pero apuesto mi brazo derecho a que,
aparte de esa carta tan aséptica Dawkins se habrá ocupado personalmente
de adoctrinar a su hija y de llevarla a los colegios en los que le
adoctrinasen como él quería. Y está en su derecho. Lo que pasa es que me
parece un hipócrita doble rasero decir que él es neutral y respetuoso
por aquello de la carta y que los padres que educan a sus hijos en la fe
son adoctrinadores y manipuladores. ¡Venga ya! La neutralidad no existe
y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios que
ellos creen y respetan. Y lo tienen, sencillamente, porque les quieren y
quieren para ellos lo mejor. Naturalmente, tanto Dawkins como un padre
creyente pueden equivocarse, pero eso no les quita ese derecho. Y me
parece mejor método de educación el del amor que la educación por carta.
“Yo le puse una carta a mi hijo en la mesa del desayuno el día que cumplió diez años en la que le decía que le quería”. ¿Os imagináis el engendro que saldría? Pero, dicho en una entrevista queda muy bonito, aunque sea una simpleza.
En un momento de la entrevista, el periodista le hace una pregunta clave: “Hay gente que no entiende su voluntad de extender el ateísmo. ¿Qué les diría?”. A lo que contesta Dawkins: “Les
diría que lo que de verdad me apasiona es la verdad científica y que lo
que deseo es abrir los ojos a la gente sobre el hecho maravilloso de su
propia existencia. Mientras el adoctrinamiento religioso interfiera con
el conocimiento de la verdad científica lo combatiré. No le quede duda”.
A
------
Dawkin puede decir lo que quiera y creer o no creer lo que le de su reverendísima gana.El es ateo,pues...¡Que' le aproveche!
Si existe Dios o no existe y hay gente que cree en Dios,no es problema de Dawkin;eso a el no le importa;no es asunto suyo...Yo creo en Dios...Y Punto! Todo lo demas que pueda decir Dawkin o quienes piensan como el,simplemente,me tiene sin cuidado.
Alv.
aparte de esa carta tan aséptica Dawkins se habrá ocupado personalmente
de adoctrinar a su hija y de llevarla a los colegios en los que le
adoctrinasen como él quería. Y está en su derecho. Lo que pasa es que me
parece un hipócrita doble rasero decir que él es neutral y respetuoso
por aquello de la carta y que los padres que educan a sus hijos en la fe
son adoctrinadores y manipuladores. ¡Venga ya! La neutralidad no existe
y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios que
ellos creen y respetan. Y lo tienen, sencillamente, porque les quieren y
quieren para ellos lo mejor. Naturalmente, tanto Dawkins como un padre
creyente pueden equivocarse, pero eso no les quita ese derecho. Y me
parece mejor método de educación el del amor que la educación por carta.
“Yo le puse una carta a mi hijo en la mesa del desayuno el día que cumplió diez años en la que le decía que le quería”. ¿Os imagináis el engendro que saldría? Pero, dicho en una entrevista queda muy bonito, aunque sea una simpleza.
En un momento de la entrevista, el periodista le hace una pregunta clave: “Hay gente que no entiende su voluntad de extender el ateísmo. ¿Qué les diría?”. A lo que contesta Dawkins: “Les
diría que lo que de verdad me apasiona es la verdad científica y que lo
que deseo es abrir los ojos a la gente sobre el hecho maravilloso de su
propia existencia. Mientras el adoctrinamiento religioso interfiera con
el conocimiento de la verdad científica lo combatiré. No le quede duda”.
A
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Dawkin puede decir lo que quiera y creer o no creer lo que le de su reverendísima gana.El es ateo,pues...¡Que' le aproveche!
Si existe Dios o no existe y hay gente que cree en Dios,no es problema de Dawkin;eso a el no le importa;no es asunto suyo...Yo creo en Dios...Y Punto! Todo lo demas que pueda decir Dawkin o quienes piensan como el,simplemente,me tiene sin cuidado.
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
KminoxCuba escribió: ¡Venga ya! La neutralidad no existe
y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en los principios que
ellos creen y respetan. Y lo tienen, sencillamente, porque les quieren y
quieren para ellos lo mejor. Naturalmente, tanto Dawkins como un padre
creyente pueden equivocarse, pero eso no les quita ese derecho.
No estamos de acuerdo. Los padres tienen la obligación de dejar que sus hijos tengan una educación OBJETIVA. Sí, neutral, para que los niños no estén manipulados y puedan decidir ellos libremente cuando se hayan formado un criterio, sin manipulaciones ni condicionamientos tendenciosos. Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana. Lo que tienen es la obligación de darles una educación objetiva, y nada más. Y si la neutralidad no existe (que es un argumento al que se recurre por conveniencia) hay que procurar que la educación sea lo más neutral posible, ya que si no hay neutralidad es simplemente porque no se quiere.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Oye,Sóc ,yo no me refería a eso que mencionas,sino,al hecho de que Dawking puede creer o no creer ,o hacer lo que el quiera con su vida .
Respecto a la crianza de los hijos ,no dije ni pio...
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Eso es ser mentirosa ante la evidencia, que para contestarte te he puesto lo que tú decías precisamente.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
La familia es la que influencia en los hijos, quiera Socrates o no, total viene un laguleyo comunistoide y les ensena el odio a que acostumbran y tienen dentro, porque hoy por hoy en eso se ha convertido el comunismo, o suciolismo, odio , intriga mentiras , oportunismos etc ..pues eso, viene un maestrucho de quinta y comienza a sembrar odios en los nenes, quien SI QUE DEBE SER NEUTRAL SON LOS MAESTROS, QUE DE LO DEMAS SE OCUPA LA FAMILIA..
_________________
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana. Lo que tienen es la obligación de darles una educación objetiva, y nada más.
Sóc.
------
Por eso defiendes que sea "el gobierno quien decida la educacion que deben tener los niños....¿Que' no?! Que eso que digo no es verdad y te estoy calumniando!
Nada de calumnias,porque ,es evidente que tú apruebas al gobierno castrista y nadie mejor que ese gobierno y todos los gobiernos zurdo-comunustas "para DECIDIR lo que los niños deben aprender y que' educacion frecibir y en quien creer!
Alv.
¡Ah! Y deja ya esa mala costumbre de estar llamando mentiros@ a todo el mundo! ,que más mentiroso que tú ,ni mandado a fabricar.Siempre tergiversando las cosas y enmarañándolas.
Alv.
Sóc.
------
Por eso defiendes que sea "el gobierno quien decida la educacion que deben tener los niños....¿Que' no?! Que eso que digo no es verdad y te estoy calumniando!
Nada de calumnias,porque ,es evidente que tú apruebas al gobierno castrista y nadie mejor que ese gobierno y todos los gobiernos zurdo-comunustas "para DECIDIR lo que los niños deben aprender y que' educacion frecibir y en quien creer!
Alv.
¡Ah! Y deja ya esa mala costumbre de estar llamando mentiros@ a todo el mundo! ,que más mentiroso que tú ,ni mandado a fabricar.Siempre tergiversando las cosas y enmarañándolas.
Alv.
Última edición por KminoxCuba el Miér Dic 26, 2012 7:23 pm, editado 1 vez
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Sócrates escribió:Eso es ser mentirosa ante la evidencia, que para contestarte te he puesto lo que tú decías precisamente.
Mira quien fue a hablar, el que le parece mal que se enseñe religión e impondría el marxismo como asignatura.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
CalaveraDeFidel escribió:Sócrates escribió:Eso es ser mentirosa ante la evidencia, que para contestarte te he puesto lo que tú decías precisamente.
Mira quien fue a hablar, el que le parece mal que se enseñe religión e impondría el marxismo como asignatura.
Eso ya es una prueba de tergiversación de lo que yo digo. Afirmación gratuita, como acostumbra Calavera. Mentira, por tanto.
Yo creo que en la escuela no se debe adoctrinar. Deben estudiarse todas las filosofías, y estaría de acuerdo con una asignatura llamada Historia de las Religiones o algo parecido, pero no una asignatura adoctrinante ni para defender una religión concreta sino simplemente para presentar el fenómeno de la existencia de religiones, no una sola.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Vamos pioneritos y estudiantes cubanos,adorar y obedecer sólo al Comandante en Jefe y a la robolucion!¡Nunca lo olviden!Y cuidadito con cambiar a Fidel por Dios o por sus padres ,cuidado con prestar atencion a otro sistema de educacion que no sea el dispuesto por el Máximo Líder, y prohibido no obedecer los dictámenes del gobierno!
Y que' Viva la educacion robolucionario-castrista!
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana. Lo que tienen es la obligación de darles una educación objetiva, y nada más.
Sóc.
La familia tiene derechos..
Sóc.
La familia tiene derechos..
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
La zurdería--entre tantos otros propósitos--tiene ese:el de "quitarle derechos a los padres sobre sus hijos"...Y no me refiero a tal asunto como si yo quisiera creerme que los hijos son propiedad de los padres y que por ende estos padres pueden hacer de ellos y con ellos,los que le de la gana,sin que los pobres hijos tengan derechos , libertades y determinaciones propias.
Pero es que abogan por quitarle "derechos a los padres sobre los hijos",pero son tan hipócritas estos zurdos,que ninguno aboga porque "los gobiernos no sean quienes "se apropien de esos derechos" y se los roben ,se los aplasten y limiten, a las personas todas,ya sean niños,jóvenes,adultos,etc .
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
En paises como Cuba,o en todos los paises gobernados por zurdo-comunistas,un estudiante no puede negarse a estudiar Marxismo,ni Leninismo,ni a Stalin,ni fidelismo,ni a ninguna filosofía izquierda que se le ocurra a la zurdería colocarla como tema de estudio..Esta' OBLIGADO a hacerlo!
Y lo más bonito,que esa lata politiquera "obligada" es el plato fuerte del dia...Lo meten en todo.Ni en las novelas ,ni en el deporte,ni en nada,te le puedesc escapar ni puedes sacártela de encima.
Alv..
Y lo más bonito,que esa lata politiquera "obligada" es el plato fuerte del dia...Lo meten en todo.Ni en las novelas ,ni en el deporte,ni en nada,te le puedesc escapar ni puedes sacártela de encima.
Alv..
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Azali escribió:Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana. Lo que tienen es la obligación de darles una educación objetiva, y nada más.
Sóc.
La familia tiene derechos..
Los hijos no son juguetes de los padres, la familia no tiene ningún derecho a manipular a los hijos como le dé la gana.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Y quien habla de juguetes? quien unico cree que las personas son juguetes seras tu, que te atreves a pensarlo.
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana.
Es la afirmación más imbécil concebible, digna de su autor, Mierdócrates.
Es la afirmación más imbécil concebible, digna de su autor, Mierdócrates.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
CalaveraDeFidel escribió:Los padres no tienen ningún derecho a darles a sus hijos la educación que les dé la gana.
Es la afirmación más imbécil concebible, digna de su autor, Mierdócrates.
Lo imbécil es decir lo contrario.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Socrates, esconde la cabeza en una bolsa antes de repetir la burrada...fijate que hasta tu adorado marxismo dice que la familia es la base fundamental de la sociedad.
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
No tengo nada que rectificar. Me reafirmo, y punto.
Sócrates- Admin
- Cantidad de envíos : 11525
Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: Richard Dawkins es el perfecto idiota
Recuerdo que allá por mis inicios de cibernauta, frecuentaba foros de ateísmo. Mas esos foros no prosperaron porque por desgracia, los ateos estaban siguiendo el mismo camino que los religiosos: usar su postura para justificar el crimen.
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
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