Herbert Marcuse
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Herbert Marcuse
Herbert Marcuse
El pensamiento de Marcuse se enmarca dentro de las aproximaciones entre el psicoanálisis y el marxismo que se dieron en la década del 30 dentro de la linea teórica de la Escuela de Frankfurt.
En el "hombre unidimensional", Marcuse se pregunta por las tendencias del capitalismo americano. El autor considera que son tiempos gobernados por una racionalidad que ama el rendimiento, la productividad y la eficacia, así imagina que el cuerpo social, marcha de acuerdo a esas lógicas. Porque la racionalidad necesita gobernar los deseos improductivos.
Marcuse observa una asimilación de las fuerzas en tanto que los intereses que antes se opinían al capitalismo, ahora reproducen la represión sufrida más que en ninguna época anterior.
La racionalidad tiene que enfrentar el problema del deseo. El matrimonio entre la racionalidad y el deseo conforman una sociedad de conveniencia. El modo racional de canalizar el deseo es el mercado , la racionalidad trata de seducir al deseo a través de la publicidad. El ideal de una racionalidad capitalista es que el deseo desee mercancías. Entonces el deseo de comprar regula el trabajo. Lo que es falso no es el materialismo sino la falta de libertad que encubre: la mercancía es un fetiche. Se exporta un modo de vida. La satisfacción aumenta en función de la masa de mercancías. Entonces le da la razón a Marx cuando considera que la solidaridad ha sido quebrada por la lógica del capitalismo y por el poder absoluto de su maquina de propaganda, publicidad y administración.
El pensamiento de Marcuse se enmarca dentro de las aproximaciones entre el psicoanálisis y el marxismo que se dieron en la década del 30 dentro de la linea teórica de la Escuela de Frankfurt.
En el "hombre unidimensional", Marcuse se pregunta por las tendencias del capitalismo americano. El autor considera que son tiempos gobernados por una racionalidad que ama el rendimiento, la productividad y la eficacia, así imagina que el cuerpo social, marcha de acuerdo a esas lógicas. Porque la racionalidad necesita gobernar los deseos improductivos.
Marcuse observa una asimilación de las fuerzas en tanto que los intereses que antes se opinían al capitalismo, ahora reproducen la represión sufrida más que en ninguna época anterior.
La racionalidad tiene que enfrentar el problema del deseo. El matrimonio entre la racionalidad y el deseo conforman una sociedad de conveniencia. El modo racional de canalizar el deseo es el mercado , la racionalidad trata de seducir al deseo a través de la publicidad. El ideal de una racionalidad capitalista es que el deseo desee mercancías. Entonces el deseo de comprar regula el trabajo. Lo que es falso no es el materialismo sino la falta de libertad que encubre: la mercancía es un fetiche. Se exporta un modo de vida. La satisfacción aumenta en función de la masa de mercancías. Entonces le da la razón a Marx cuando considera que la solidaridad ha sido quebrada por la lógica del capitalismo y por el poder absoluto de su maquina de propaganda, publicidad y administración.
Dalton77- Cantidad de envíos : 3837
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