Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
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Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
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Estas historias son el resultado de una investigación conjunta de los reporteros Juan O. Tamayo de El Nuevo Herald y Robert Cribb, Jennifer Quinn y Julian Sher del Toronto Star
el Nuevo Herald
James McTurk tiene 78 años. Tiene el cabello ralo y blanco, espejuelos y habla con un suave acento escocés. Vive de su jubilación… en una celda de la cárcel.
Ha sido convicto dos veces de cargos de pornografía infantil y sus problemas legales se han agravado recientemente: McTurk podría convertirse en la primera persona de Canadá en ser convicta de turismo sexual con menores por abusar de niñas en Cuba.
El hombre forma parte ahora de un grupo muy pequeño de canadienses que han sido acusados del delito de turismo sexual con menores. De ellos, solamente se sabe que cinco han sido convictos.
McTurk no viaja a Camboya o Tailandia, los destinos preferidos de los que buscan tener sexo con niños. Todas sus víctimas conocidas y supuestas han sido niñas cubanas. Todas eran menores de edad, y algunas de sólo 4 años de edad.
McTurk lleva varios años en el registro de infractores sexuales de Canadá, pero pudo hacer repetidos viajes al extranjero hasta que fue capturado el verano pasado, casi por accidente. Fue arrestado en el aeropuerto Lester B. Pearson de Toronto cuando regresaba, una vez más, de Cuba. Según documentos judiciales — y según el mismo McTurk, en entrevistas con la policía — él viajaba a menudo a la isla.
Al igual que decenas de miles de infractores sexuales convictos en Canadá, McTurk era libre de ir y venir, cuando se le antojara, a destinos en los que el sexo es barato y las víctimas son jóvenes. A pesar de una adición hecha al Código Criminal en 1997, que permite juzgar a los ciudadanos canadienses por crímenes cometidos contra niños fuera del país, los turistas sexuales con menores parecen no ser molestados, y en su mayoría no son detectados.
Una sucesión de gobiernos canadienses han declarado sus intenciones de erradicar el problema del turismo sexual con menores, al argumentar que los niños en el extranjero merecen la misma protección contra depredadores que los de Canadá. La UNICEF estima que hay hasta dos millones de niños involucrados en el tráfico sexual.
Pero el sistema canadiense tiene enormes lagunas judiciales. La supervisión de los viajes de los infractores sexuales es laxa. La privacidad de los infractores convictos es considerada una prioridad. El proceso de presentar cargos de turismo sexual es difícil para la policía. En última instancia, todo parece indicar que Canadá está fallando en su obligación moral de proteger a los niños.
“Hablar de protección a los niños es muy fácil para los gobiernos, porque no hay nadie que proteste del otro lado”, afirma Mark Hecht, fundador y asesor legal de Beyond Borders (Más Allá de las Fronteras), un grupo con sede en Winnipeg que combate la explotación infantil a nivel global. “Si como gobierno te paras y dices que estás firmemente en contra de que se abuse sexualmente de los niños, ¿quién va a decir que está en desacuerdo?”
“Pero si uno va a lo que de verdad debe hacerse, ahí es que se encuentra una falta de voluntad política”.
Una investigación del Toronto Star y El Nuevo Herald ha revelado lagunas en el sistema que está encargado de vigilar a los infractores. El resultado es que los infractores sexuales canadienses, a diferencia de los convictos en Estados Unidos, el Reino Unido o Australia, no son supervisados de cerca.
En Canadá, los infractores sexuales no tienen que decirle a nadie que van a viajar si es por un plazo de menos de una semana, y pueden avisar justo antes de subirse al avión. El Reino Unido exige que se reporten todos los viajes de los infractores convictos y se debe informar a las autoridades con al menos siete días de anticipación. Lo mismo sucede en Australia. Muchos estados en Estados Unidos exigen un aviso a las autoridades con 21 días de anticipación.
Penalidades leves
En Canadá, si los infractores deciden no informar a nadie de que viajan y son capturados, las penalidades son leves: un máximo de dos años de prisión y el pago de una multa de $10,000. En el Reino Unido, la penalidad puede ser de hasta cinco años tras las rejas y en Estados Unidos la penalidad federal por incumplir las reglas de registro de los infractores sexuales puede llegar a ser de hasta 10 años de cárcel.
En Canadá, incluso si los infractores sexuales notifican a las autoridades que van a viajar, no necesitan decir a dónde van o dar a conocer su itinerario. Estados Unidos, el Reino Unido y Australia exigen por adelantado planes detallados del viaje.
Y a diferencia de otras jurisdicciones, Canadá no supervisa quién sale del país y, por lo tanto, no puede detener a los infractores sexuales al momento de su salida. A su regreso al país, es improbable que el turista involucrado en actividades sexuales con menores en el extranjero sea detectado, porque los agentes fronterizos no los están buscando y no cuentan con las herramientas para detenerlos, como acceso a datos policiales de historial criminal o los nombres incluidos en el registro provincial o nacional de infractores sexuales.
“Estas personas pasan justo por debajo de nuestras narices”, dijo Jean-Pierre Fortin, jefe del sindicato de Aduanas e Inmigración, que ha estado presionando para que los inspectores de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos tengan acceso a bases de datos policiales.
La labor de dar seguimiento a los turistas involucrados en actividades sexuales con menores se ha vuelto aún más difícil con el surgimiento de nuevos destinos, como Cuba, que están eclipsando las zonas tradicionales del sureste de Asia. Un informe interno de la Real Policía Montada Canadiense (RPMC), que el Toronto Star obtuvo bajo la ley de Acceso a la Información, cita a Cuba como uno de los cinco destinos más populares en América para el turismo sexual con menores
McTurk, afirma la policía de Toronto, era uno de esos turistas.
Hasta el momento no se han presentado pruebas contra McTurk en corte y las acusaciones en su contra no han sido demostradas. El caso contra él y sus anteriores condenas criminales están detallados en una orden de cateo, a la que el Toronto Star tuvo acceso, y en entrevistas con los investigadores.
La investigación que llevó a las acusaciones de turismo sexual con menores contra el trabajador postal retirado, que podrían acarrear una sentencia de 14 años de prisión, se inició en la primavera del año pasado.
Fotos de menores
El gerente de una tienda de la cadena de supermercados Loblaws llamó a la policía de Toronto después de que una empleada vio unas fotografías, que se habían mandado a imprimir, con menores semidesnudos.
La orden de cateo incluye la descripción de la empleada: “Los niños no estaban sonriendo y a ella le parecía que se veían asustados”.
Cuando la policía vio quién había puesto la orden para imprimir las fotos, James McTurk, un agente reconoció el nombre. La policía está obligada a verificar las direcciones de los infractores una vez al año.
El caso llegó a Unidad de Explotación Infantil, que investiga los crímenes sexuales contra niños, y se le asignó al detective Paul Robb.
Robb y su jefa, la sargenta Kim Gross, concluyeron que se justificaban las acusaciones de pornografía infantil y rápidamente se formularon tres cargos. Pero esta vez, Gross quería que su equipo buscara presentar cargos contra McTurk por turismo sexual con menores.
“En lo que a mí concierne, tenemos una obligación de proteger a los niños en otros países además de Canadá”, dijo Gross.
Robb redactó la solicitud de cateo bajo juramento, al argumentar que una vez que estuviera dentro del apartamento de McTurk en el barrio de North York, encontraría pruebas de crímenes sexuales contra niños cometidos en Cuba.
“Es un territorio legal nuevo, porque no puedo proporcionar declaraciones de la víctimas o las fechas y el lugar del crimen”, dijo Robb.
La orden cita las dos condenas previas a McTurk por pornografía infantil en 1995 y 1998, que involucraban ambas a niñas en Cuba. También detalla su registro de viajes, que la policía obtuvo de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos, que indica que McTurk visitó Cuba en docenas de ocasiones en un período de cuatro años.
Robb descubrió que McTurk había hecho ocho viajes a Cuba en el 2009, otros ocho al año siguiente, 10 más en el 2011 y cinco en sólo los primeros meses del 2012. En los cuatro meses que la policía estuvo investigando a McTurk en el 2012, el hombre viajó dos veces a la isla.
“Con base en el historial previo de James McTurk y su aparente comportamiento que ha continuado, los investigadores están muy preocupados por la seguridad de esas jóvenes niñas cubanas”, indica la orden de arresto preparada por Robb.
Cuando la orden fue aprobada, Robb se dirigió al apartamento de McTurk en North York. Cuando el agente, con una experiencia de 10 años, tocó a la puerta el 11 de julio del 2012, McTurk no estaba ahí.
Estaba en Cuba.
Dos semanas después
El 24 de julio del 2012, dos semanas después de que Robb registró el apartamento, McTurk llegó en un vuelo charter procedente de Varadero. El detective estaba en el aeropuerto para darle la bienvenida.
Robb hizo los trámites para que McTurk fuera detenido por los funcionarios de Aduanas, que normalmente no hubieran tenido razón para sospechar del anciano que llegaba de viaje, y esperó.
McTurk presentó su pasaporte. Los agentes le pidieron a McTurk que pasara a un lado para una inspección “secundaria” y fue ahí que Robb y otro agente de la policía lo arrestaron.
En una entrevista, Robb dijo que McTurk llevaba sólo un maletín consigo cuando fue arrestado. En su interior, la policía halló una docena de dispositivos electrónicos, incluyendo una cámara, tarjetas de almacenamiento digital y unidades de memoria USB con imágenes de su viaje. La policía obtuvo pruebas de video y fotografías e indicó que parecía haber tenido contacto físico ilegal con cuatro niñas diferentes con edades que parecían ir de los 4 a los 12 años.
La policía acusó de inmediato a McTurk de posesión, acceso e importación de pornografía infantil. Y entonces comenzó el arduo proceso legal de agregar los cargos por turismo sexual con menores.
La policía de Toronto no puede presentar esos cargos por sí misma y debe obtener primero la aprobación de la fiscalía de Ontario. Así que Robb redactó una solicitud al fiscal general detallando el caso. La solicitud fue aprobada por los fiscales locales y de la región de Crown, y llegó finalmente a la oficina de la fiscalía general a fines de enero.
Las acusaciones —seis cargos de interferencia sexual, uno por invitación a un tocamiento sexual, otro por realizar pornografía infantil y uno más por exposición— fueron finalmente firmadas el 12 de febrero. El lunes próximo, el caso de McTurk será presentado ante un juez de una corte del norte de Toronto. A través de su abogado, McTurk declinó hacer comentarios al Toronto Star.
El primer roce de McTurk con la ley se dio en 1995, cuando fue declarado culpable de posesión de pornografía infantil. Un empleado de una planta de revelado fotográfico reportó “algunas fotos perturbadoras” que “presentaban a muchachas adolescentes en actividad sexual con un hombre mayor”, de acuerdo con el reporte policial de la época.
Cuando fue interrogado por la policía de Stratford, la ciudad donde vivía entonces, McTurk hizo una declaración voluntaria por escrito en la que admitió que tuvo “relaciones sexuales con dos de las muchachas de las fotografías cuando estuvo de vacaciones en Cuba”, indicó un reporte policial. El reporte dice que McTurk afirmó que las muchachas tenían 17 años de edad, mientras que él tenía en ese tiempo 61.
Edad de consentimiento sexual
En Cuba, la edad de consentimiento sexual es de 16 años, así que las relaciones sexuales con esas muchachas no hubieran sido ilegales en Cuba. Pero bajo el Código Criminal canadiense, tomar imágenes de menores de 18 años teniendo actividad sexual sí lo es.
Según la orden de cateo del detective Robb, McTurk se declaró culpable en 1995 de posesión de pornografía infantil y recibió una sentencia de dos años de libertad condicional, sin ir a prisión ni un récord criminal, sólo la promesa de que mantendría un buen comportamiento.
Tres años después, estaba nuevamente en problemas, esta vez después de que un conocido suyo le dijo a la policía que había visto videos de McTurk teniendo relaciones sexuales con varias muchachas cubanas.
Se realizó otro cateo y, cuando la policía entró a su nuevo apartamento en North York, encontró numerosas fotografías y videos, incluyendo uno que mostraba a “tres personas del sexo femenino, de aproximadamente 14 años de edad, desnudas y siendo manoseadas por McTurk”, indica la orden de cateo de Robb.
La policía arrestó a McTurk el 12 de septiembre de 1998, a sólo horas de otro viaje que tenía previsto a Cuba.
El informe sobre turismo sexual con menores de la RPMC dice que tomar imágenes de actividad sexual es común: están consideradas como trofeos, o una manera de “revivir” la experiencia. Y el reporte de noviembre del 2012 agrega que los menores son embaucados con “promesas de dinero, ropa y bienes materiales” y que las familias pueden “recibir compensación financiera por permitir el acceso” a los niños.
Culpable de posesión
Por los videos filmados en Cuba, McTurk fue declarado culpable de posesión de pornografía infantil, y otra sentencia condicional de 18 meses, más 18 meses adicionales de libertad supervisada. De acuerdo con documentos de la corte, McTurk tuvo que entregar su pasaporte y someterse a terapia. Así que los viajes a Cuba tendrían que parar, al menos hasta que recuperara su pasaporte.
Pero su condena tuvo otra consecuencia. En el 2001, Ontario puso en marcha el primer registro de infractores sexuales en Canadá, tras la muerte en 1988 de Christopher Stephenson, quien fue asesinado por un pedófilo convicto. Debido a que McTurk estaba todavía en libertad condicional como infractor sexual, fue agregado a la lista, indicó la policía.
Ser colocado en el registro de infractores sexuales puede parecer un castigo. Pero en realidad, las condiciones no son tan difíciles: quienes están en la lista deben informar a la policía dónde viven y trabajan, y sus direcciones son verificadas anualmente. No hay necesidad de informar sobre viajes si se trata de una salida corta y no se requiere informar sobre el destino.
Cuando a McTurk le devolvieron su pasaporte, volvió a viajar al sur. Continuó siendo un visitante regular a Cuba, como la policía de Toronto descubrió cuando las actividades de McTurk salieron a la luz por tercera ocasión en la primavera del año pasado, gracias a la empleada de fotografía del supermercado Loblaws.
Y mientras McTurk espera en una celda en la cárcel de Milton, los oficiales que investigan su caso se preguntan cuántos infractores sexuales salen de viaje sin ser detectados por las lagunas en la legislación.
“Quizá deberíamos empezar a ver la historia de viajes de todas las personas a las que arrestamos por posesión de pornografía infantil”, dijo Robb.
“Hay un sentido de desamparo en las caras de estas niñas que es muy impactante”, agregó la detective Gross. “Tanto si es dentro de nuestras fronteras como si es fuera de nuestras fronteras... tenemos una obligación con estos niños”.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/03/15/v-fullstory/1432051/canadiense-es-acusado-de-abusar.html#storylink=cpy
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Estas historias son el resultado de una investigación conjunta de los reporteros Juan O. Tamayo de El Nuevo Herald y Robert Cribb, Jennifer Quinn y Julian Sher del Toronto Star
el Nuevo Herald
James McTurk tiene 78 años. Tiene el cabello ralo y blanco, espejuelos y habla con un suave acento escocés. Vive de su jubilación… en una celda de la cárcel.
Ha sido convicto dos veces de cargos de pornografía infantil y sus problemas legales se han agravado recientemente: McTurk podría convertirse en la primera persona de Canadá en ser convicta de turismo sexual con menores por abusar de niñas en Cuba.
El hombre forma parte ahora de un grupo muy pequeño de canadienses que han sido acusados del delito de turismo sexual con menores. De ellos, solamente se sabe que cinco han sido convictos.
McTurk no viaja a Camboya o Tailandia, los destinos preferidos de los que buscan tener sexo con niños. Todas sus víctimas conocidas y supuestas han sido niñas cubanas. Todas eran menores de edad, y algunas de sólo 4 años de edad.
McTurk lleva varios años en el registro de infractores sexuales de Canadá, pero pudo hacer repetidos viajes al extranjero hasta que fue capturado el verano pasado, casi por accidente. Fue arrestado en el aeropuerto Lester B. Pearson de Toronto cuando regresaba, una vez más, de Cuba. Según documentos judiciales — y según el mismo McTurk, en entrevistas con la policía — él viajaba a menudo a la isla.
Al igual que decenas de miles de infractores sexuales convictos en Canadá, McTurk era libre de ir y venir, cuando se le antojara, a destinos en los que el sexo es barato y las víctimas son jóvenes. A pesar de una adición hecha al Código Criminal en 1997, que permite juzgar a los ciudadanos canadienses por crímenes cometidos contra niños fuera del país, los turistas sexuales con menores parecen no ser molestados, y en su mayoría no son detectados.
Una sucesión de gobiernos canadienses han declarado sus intenciones de erradicar el problema del turismo sexual con menores, al argumentar que los niños en el extranjero merecen la misma protección contra depredadores que los de Canadá. La UNICEF estima que hay hasta dos millones de niños involucrados en el tráfico sexual.
Pero el sistema canadiense tiene enormes lagunas judiciales. La supervisión de los viajes de los infractores sexuales es laxa. La privacidad de los infractores convictos es considerada una prioridad. El proceso de presentar cargos de turismo sexual es difícil para la policía. En última instancia, todo parece indicar que Canadá está fallando en su obligación moral de proteger a los niños.
“Hablar de protección a los niños es muy fácil para los gobiernos, porque no hay nadie que proteste del otro lado”, afirma Mark Hecht, fundador y asesor legal de Beyond Borders (Más Allá de las Fronteras), un grupo con sede en Winnipeg que combate la explotación infantil a nivel global. “Si como gobierno te paras y dices que estás firmemente en contra de que se abuse sexualmente de los niños, ¿quién va a decir que está en desacuerdo?”
“Pero si uno va a lo que de verdad debe hacerse, ahí es que se encuentra una falta de voluntad política”.
Una investigación del Toronto Star y El Nuevo Herald ha revelado lagunas en el sistema que está encargado de vigilar a los infractores. El resultado es que los infractores sexuales canadienses, a diferencia de los convictos en Estados Unidos, el Reino Unido o Australia, no son supervisados de cerca.
En Canadá, los infractores sexuales no tienen que decirle a nadie que van a viajar si es por un plazo de menos de una semana, y pueden avisar justo antes de subirse al avión. El Reino Unido exige que se reporten todos los viajes de los infractores convictos y se debe informar a las autoridades con al menos siete días de anticipación. Lo mismo sucede en Australia. Muchos estados en Estados Unidos exigen un aviso a las autoridades con 21 días de anticipación.
Penalidades leves
En Canadá, si los infractores deciden no informar a nadie de que viajan y son capturados, las penalidades son leves: un máximo de dos años de prisión y el pago de una multa de $10,000. En el Reino Unido, la penalidad puede ser de hasta cinco años tras las rejas y en Estados Unidos la penalidad federal por incumplir las reglas de registro de los infractores sexuales puede llegar a ser de hasta 10 años de cárcel.
En Canadá, incluso si los infractores sexuales notifican a las autoridades que van a viajar, no necesitan decir a dónde van o dar a conocer su itinerario. Estados Unidos, el Reino Unido y Australia exigen por adelantado planes detallados del viaje.
Y a diferencia de otras jurisdicciones, Canadá no supervisa quién sale del país y, por lo tanto, no puede detener a los infractores sexuales al momento de su salida. A su regreso al país, es improbable que el turista involucrado en actividades sexuales con menores en el extranjero sea detectado, porque los agentes fronterizos no los están buscando y no cuentan con las herramientas para detenerlos, como acceso a datos policiales de historial criminal o los nombres incluidos en el registro provincial o nacional de infractores sexuales.
“Estas personas pasan justo por debajo de nuestras narices”, dijo Jean-Pierre Fortin, jefe del sindicato de Aduanas e Inmigración, que ha estado presionando para que los inspectores de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos tengan acceso a bases de datos policiales.
La labor de dar seguimiento a los turistas involucrados en actividades sexuales con menores se ha vuelto aún más difícil con el surgimiento de nuevos destinos, como Cuba, que están eclipsando las zonas tradicionales del sureste de Asia. Un informe interno de la Real Policía Montada Canadiense (RPMC), que el Toronto Star obtuvo bajo la ley de Acceso a la Información, cita a Cuba como uno de los cinco destinos más populares en América para el turismo sexual con menores
McTurk, afirma la policía de Toronto, era uno de esos turistas.
Hasta el momento no se han presentado pruebas contra McTurk en corte y las acusaciones en su contra no han sido demostradas. El caso contra él y sus anteriores condenas criminales están detallados en una orden de cateo, a la que el Toronto Star tuvo acceso, y en entrevistas con los investigadores.
La investigación que llevó a las acusaciones de turismo sexual con menores contra el trabajador postal retirado, que podrían acarrear una sentencia de 14 años de prisión, se inició en la primavera del año pasado.
Fotos de menores
El gerente de una tienda de la cadena de supermercados Loblaws llamó a la policía de Toronto después de que una empleada vio unas fotografías, que se habían mandado a imprimir, con menores semidesnudos.
La orden de cateo incluye la descripción de la empleada: “Los niños no estaban sonriendo y a ella le parecía que se veían asustados”.
Cuando la policía vio quién había puesto la orden para imprimir las fotos, James McTurk, un agente reconoció el nombre. La policía está obligada a verificar las direcciones de los infractores una vez al año.
El caso llegó a Unidad de Explotación Infantil, que investiga los crímenes sexuales contra niños, y se le asignó al detective Paul Robb.
Robb y su jefa, la sargenta Kim Gross, concluyeron que se justificaban las acusaciones de pornografía infantil y rápidamente se formularon tres cargos. Pero esta vez, Gross quería que su equipo buscara presentar cargos contra McTurk por turismo sexual con menores.
“En lo que a mí concierne, tenemos una obligación de proteger a los niños en otros países además de Canadá”, dijo Gross.
Robb redactó la solicitud de cateo bajo juramento, al argumentar que una vez que estuviera dentro del apartamento de McTurk en el barrio de North York, encontraría pruebas de crímenes sexuales contra niños cometidos en Cuba.
“Es un territorio legal nuevo, porque no puedo proporcionar declaraciones de la víctimas o las fechas y el lugar del crimen”, dijo Robb.
La orden cita las dos condenas previas a McTurk por pornografía infantil en 1995 y 1998, que involucraban ambas a niñas en Cuba. También detalla su registro de viajes, que la policía obtuvo de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos, que indica que McTurk visitó Cuba en docenas de ocasiones en un período de cuatro años.
Robb descubrió que McTurk había hecho ocho viajes a Cuba en el 2009, otros ocho al año siguiente, 10 más en el 2011 y cinco en sólo los primeros meses del 2012. En los cuatro meses que la policía estuvo investigando a McTurk en el 2012, el hombre viajó dos veces a la isla.
“Con base en el historial previo de James McTurk y su aparente comportamiento que ha continuado, los investigadores están muy preocupados por la seguridad de esas jóvenes niñas cubanas”, indica la orden de arresto preparada por Robb.
Cuando la orden fue aprobada, Robb se dirigió al apartamento de McTurk en North York. Cuando el agente, con una experiencia de 10 años, tocó a la puerta el 11 de julio del 2012, McTurk no estaba ahí.
Estaba en Cuba.
Dos semanas después
El 24 de julio del 2012, dos semanas después de que Robb registró el apartamento, McTurk llegó en un vuelo charter procedente de Varadero. El detective estaba en el aeropuerto para darle la bienvenida.
Robb hizo los trámites para que McTurk fuera detenido por los funcionarios de Aduanas, que normalmente no hubieran tenido razón para sospechar del anciano que llegaba de viaje, y esperó.
McTurk presentó su pasaporte. Los agentes le pidieron a McTurk que pasara a un lado para una inspección “secundaria” y fue ahí que Robb y otro agente de la policía lo arrestaron.
En una entrevista, Robb dijo que McTurk llevaba sólo un maletín consigo cuando fue arrestado. En su interior, la policía halló una docena de dispositivos electrónicos, incluyendo una cámara, tarjetas de almacenamiento digital y unidades de memoria USB con imágenes de su viaje. La policía obtuvo pruebas de video y fotografías e indicó que parecía haber tenido contacto físico ilegal con cuatro niñas diferentes con edades que parecían ir de los 4 a los 12 años.
La policía acusó de inmediato a McTurk de posesión, acceso e importación de pornografía infantil. Y entonces comenzó el arduo proceso legal de agregar los cargos por turismo sexual con menores.
La policía de Toronto no puede presentar esos cargos por sí misma y debe obtener primero la aprobación de la fiscalía de Ontario. Así que Robb redactó una solicitud al fiscal general detallando el caso. La solicitud fue aprobada por los fiscales locales y de la región de Crown, y llegó finalmente a la oficina de la fiscalía general a fines de enero.
Las acusaciones —seis cargos de interferencia sexual, uno por invitación a un tocamiento sexual, otro por realizar pornografía infantil y uno más por exposición— fueron finalmente firmadas el 12 de febrero. El lunes próximo, el caso de McTurk será presentado ante un juez de una corte del norte de Toronto. A través de su abogado, McTurk declinó hacer comentarios al Toronto Star.
El primer roce de McTurk con la ley se dio en 1995, cuando fue declarado culpable de posesión de pornografía infantil. Un empleado de una planta de revelado fotográfico reportó “algunas fotos perturbadoras” que “presentaban a muchachas adolescentes en actividad sexual con un hombre mayor”, de acuerdo con el reporte policial de la época.
Cuando fue interrogado por la policía de Stratford, la ciudad donde vivía entonces, McTurk hizo una declaración voluntaria por escrito en la que admitió que tuvo “relaciones sexuales con dos de las muchachas de las fotografías cuando estuvo de vacaciones en Cuba”, indicó un reporte policial. El reporte dice que McTurk afirmó que las muchachas tenían 17 años de edad, mientras que él tenía en ese tiempo 61.
Edad de consentimiento sexual
En Cuba, la edad de consentimiento sexual es de 16 años, así que las relaciones sexuales con esas muchachas no hubieran sido ilegales en Cuba. Pero bajo el Código Criminal canadiense, tomar imágenes de menores de 18 años teniendo actividad sexual sí lo es.
Según la orden de cateo del detective Robb, McTurk se declaró culpable en 1995 de posesión de pornografía infantil y recibió una sentencia de dos años de libertad condicional, sin ir a prisión ni un récord criminal, sólo la promesa de que mantendría un buen comportamiento.
Tres años después, estaba nuevamente en problemas, esta vez después de que un conocido suyo le dijo a la policía que había visto videos de McTurk teniendo relaciones sexuales con varias muchachas cubanas.
Se realizó otro cateo y, cuando la policía entró a su nuevo apartamento en North York, encontró numerosas fotografías y videos, incluyendo uno que mostraba a “tres personas del sexo femenino, de aproximadamente 14 años de edad, desnudas y siendo manoseadas por McTurk”, indica la orden de cateo de Robb.
La policía arrestó a McTurk el 12 de septiembre de 1998, a sólo horas de otro viaje que tenía previsto a Cuba.
El informe sobre turismo sexual con menores de la RPMC dice que tomar imágenes de actividad sexual es común: están consideradas como trofeos, o una manera de “revivir” la experiencia. Y el reporte de noviembre del 2012 agrega que los menores son embaucados con “promesas de dinero, ropa y bienes materiales” y que las familias pueden “recibir compensación financiera por permitir el acceso” a los niños.
Culpable de posesión
Por los videos filmados en Cuba, McTurk fue declarado culpable de posesión de pornografía infantil, y otra sentencia condicional de 18 meses, más 18 meses adicionales de libertad supervisada. De acuerdo con documentos de la corte, McTurk tuvo que entregar su pasaporte y someterse a terapia. Así que los viajes a Cuba tendrían que parar, al menos hasta que recuperara su pasaporte.
Pero su condena tuvo otra consecuencia. En el 2001, Ontario puso en marcha el primer registro de infractores sexuales en Canadá, tras la muerte en 1988 de Christopher Stephenson, quien fue asesinado por un pedófilo convicto. Debido a que McTurk estaba todavía en libertad condicional como infractor sexual, fue agregado a la lista, indicó la policía.
Ser colocado en el registro de infractores sexuales puede parecer un castigo. Pero en realidad, las condiciones no son tan difíciles: quienes están en la lista deben informar a la policía dónde viven y trabajan, y sus direcciones son verificadas anualmente. No hay necesidad de informar sobre viajes si se trata de una salida corta y no se requiere informar sobre el destino.
Cuando a McTurk le devolvieron su pasaporte, volvió a viajar al sur. Continuó siendo un visitante regular a Cuba, como la policía de Toronto descubrió cuando las actividades de McTurk salieron a la luz por tercera ocasión en la primavera del año pasado, gracias a la empleada de fotografía del supermercado Loblaws.
Y mientras McTurk espera en una celda en la cárcel de Milton, los oficiales que investigan su caso se preguntan cuántos infractores sexuales salen de viaje sin ser detectados por las lagunas en la legislación.
“Quizá deberíamos empezar a ver la historia de viajes de todas las personas a las que arrestamos por posesión de pornografía infantil”, dijo Robb.
“Hay un sentido de desamparo en las caras de estas niñas que es muy impactante”, agregó la detective Gross. “Tanto si es dentro de nuestras fronteras como si es fuera de nuestras fronteras... tenemos una obligación con estos niños”.
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
Y esto viene a corroborar las denuncias del periodista espanol, quien ha sufrido del escarnio de la zurderia espanola , incluso fue puesto preso en Cuba con el apoyo de toda esa zurderia que pulula por internet , defendiendo al regimen, dan verguenza ajena, cada dia mas desacreditados.
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
La trágica muerte de una niña cubana de 12 años
Foto de Simone Pini, italiano encarcelado por la muerte de la menor de 12 años.
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ESTAS HISTORIAS SON EL RESULTADO DE UNA INVESTIGACIÓN CONJUNTA DE LOS REPORTEROS JUAN O. TAMAYO DE EL NUEVO HERALD, Y ROBERT CRIBB, JENNIFER QUINN Y JULIAN SHER DEL TORONTO STAR
Para las dos niñas cubanas, de 12 y 13 años de edad, era una fiesta sexual más con turistas extranjeros: filmada en video, a veces con marihuana y alcohol y, en ocasiones, sexo tanto con hombres como con mujeres.
Pero esta vez, Lilian Ramírez Espinosa, de 12 años, perdió el conocimiento. Su cadáver fue encontrado cinco días después en un área solitaria a las afueras de la ciudad oriental de Bayamo.
Las niñas “se habían estado prostituyendo por seis meses, pero una tuvo que fallecer para que las autoridades prestaran atención”, dijo la abogada de La Habana Laritza Diversent, quien está ayudando con la apelación de uno de los acusados en el caso.
La muerte de Ramírez, el 14 de mayo del 2010, es el ejemplo mejor conocido, mejor documentado y más horripilante de prostitución infantil que ha tenido lugar en Cuba desde que el turismo sexual empezara a florecer en la isla a principios de la década de 1990.
Turistas canadienses, españoles y de otras nacionalidades viajan regularmente a la isla de gobierno comunista para tener sexo con menores de edad, según una investigación conjunta del Toronto Star y El Nuevo Herald, aunque se desconoce el alcance del problema.
El gobierno de Cuba “se resiste a discutir temas que puedan sugerir debilidades en el sistema social y de gobierno” como el turismo sexual con menores, indicó un informe escrito por diplomáticos estadounidenses en La Habana en el 2010.
EL SEXO NUNCA HA ESTADO RACIONADO
Diversent dijo que no le sorprendía que niñas tan jóvenes como las de Bayamo estuvieran teniendo relaciones sexuales por dinero en un país en el que los adolescentes generalmente empiezan a tener relaciones sexuales a los 12 o 13 años, y las familias enfrentan la escasez de todo tipo de artículos, desde tomates a zapatos.
“Lo único que nunca ha estado racionado aqui es el sexo”, dijo la abogada en una entrevista en La Habana.
Lo sorprendente, añadió, es que tres italianos y 10 cubanos fueron juzgados y declarados culpables por la muerte de Ramírez.
Simone Pini, de 45 años, y Angelo Malavasi, de 48, están cumpliendo condenas de 25 años de cárcel por asesinato y corrupción de menores, mientras que Luigi Sartorio, de 48, fue condenado a 20 años. Los cubanos recibieron sentencias de entre 20 y 30 años de cárcel.
Diversent, quien está ayudando con la apelación de Pini y tiene copias de los documentos del juicio realizado en septiembre del 2011, dijo que, aunque aspectos del caso siguen siendo oscuros, ella no duda de que las dos niñas se estuvieran prostituyendo.
Ramírez ya había tenido “relaciones amorosas” con cuatro cubanos de entre 14 y 25 años, añadió la abogado durante una entrevista telefónica, leyendo de un reporte policial. Y las fiestas sexuales habían estado teniendo lugar desde mediados del 2009.
Nancy Muñoz Yero, la madre de una de los adultos cubanos convictos en el caso, dijo que era conocido que Ramírez y una amiga suya andaban con extranjeros, así como con hombres adultos de Bayamo.
Pini dijo que él no conocía a ninguna de las chicas y no sabía nada de fiestas sexuales, pero añadió que residentes de Bayamo le dijeron durante el juicio que las niñas “hacían sus cositas. No jugaban con muñecas”.
Los documentos legales del caso nunca mencionan la palabra prostitución, dijo Diversent, aunque señalan que algunas de las chicas recibían dinero en efectivo o regalos tales como ropa.
Uno de los tres videos presentados por la fiscalía en el tribunal presentó a una niña de 13 años hablando de sus encuentros sexuales tanto con extranjeros como con cubanos de ambos sexos, con lo que Diversent llamó “una naturalidad espantosa”.
Los videos muestran además a algunos de los acusados recreando los hechos en la casa y el cuarto en que tuvieron lugar, así como el descubrimiento del cadáver de Ramírez. Los videos fueron publicados en la internet por la agencia noticiosa disidente Hablemos Press.
Ramírez y una niña de 13 años fueron recogidas por Pini y un joven cubano cerca de una escuela de Bayamo para llevarlas a una fiesta, según uno de los videos. Otras dos niñas de 13 y 14 años, respectivamente, llegaron por separado pero no está claro si llevaron a cabo actos sexuales, dijo Diversent.
ALEGAN PRESIONES DE LA POLICIA
Ramírez era asmática y perdió el conocimiento mientras la filmaban teniendo sexo con un hombre cubano de poco más de 20 años, según un video. También muestra a una niña de 13 años que cuenta en detalle cómo se desmayó Ramírez y se ríe cuando el cubano usa una palabra que en jerga cubana significa extranjero.
Creyendo que Ramírez había muerto, y temerosos de llevarla a un hospital, Pini y otros la pusieron en el maletero de un carro y la abandonaron en un lugar aislado a las afueras de Bayamo, señaló los videos. El municipio tiene unos 220,000 habitantes.
Una autopsia de Ramírez indica que murió de asfixia pero no dice cómo, según Diversent. Su cadáver fue descubierto cuando alguien vio a un perro mordisqueando una mano humana, de acuerdo con los videos.
Los tres italianos y algunos de los cubanos alegan que ellos hicieron confesiones falsas o acusaron falsamente a otros bajo fuerte presión de parte de los interrogadores de la policía y después de semanas en celdas de aislamiento. Pini y Sartorio alegan que ellos tienen recibos que prueban que estaban en Italia cuando murió Ramírez.
“Me dijeron que necesitaban mi ayuda para castigar a los cubanos malos que estaban abusando de las niñas, y entonces me metieron en la cárcel”, dijo Pini a El Nuevo Herald durante una larga entrevista telefónica desde el pabellón para extranjeros de la prisión del Combinado del Este en La Habana.
Muñoz Yero dijo que su hija, Yaina Coset Pardo Muñoz, de 31 años, también aceptó acusar falsamente a otra mujer luego de que la policía la mantuvo en una celda de aislamiento durante 25 días y luego le dijo que los ayudara a meter a los culpables en la cárcel.
“Ahora a ella le da pena haber dicho mentiras”, dijo la madre durante una entrevista telefónica desde Bayamo. La hija cumple una condena de 22 años por asesinato y corrupción de menores.
Lo que es más, Diversent agregó, un vecino de Bayamo firmó recientemente una declaración notarizada para la apelación de Pini diciendo que el día en que Ramírez murió él vio a una chica joven y a un hombre de entre 30 y 40 años entrar en los matorrales donde su cadáver fue encontrado días después.
El hombre, Pedro Medel, dijo haber dicho a la policía lo que había visto, y que días después reconoció a la chica en una foto policial de Ramírez, pero no fue llamado a testificar en el juicio, añadió la abogada.
Al preguntarle lo que pudo haber pasado a Ramírez, Pini dijo que él no podía hablar libremente por el teléfono de la cárcel.
“Yo tengo mucho miedo aquí ... porque ellos pueden hacer cualquier cosa aquí, inventar evidencia, borrar evidencia, desaparecer cualquier cosa”, declaró.
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Re: Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
Lo que me parece mentira, demencial, de juzgado....... es que adultos deseen tener sexo con niños.
Ni entro a leyes divinas... pero sí humanas ¿no hay penas que escarmienten?, ¿no hay "un justo castigo"?
Que pasa..... que no tienen hueVos a "enfrentarse" a una mujer de "verdad" y PODERLA complacer....
No me vale el que "DIGAN" .... que están enfermos.....
¡¡¡¡¡ Y UNA MIERDA!!!!!!
La pena es.... que nadie les pone un alto.... N A D I E.
Ni entro a leyes divinas... pero sí humanas ¿no hay penas que escarmienten?, ¿no hay "un justo castigo"?
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Mar- Cantidad de envíos : 2823
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Re: Depredador convicto canadiense abusó de niñas en Cuba
Una cochinada , por mi dejo que se pudran en la carcel.
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