Cuba, el país comunista más loco
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Cuba, el país comunista más loco
Cuba, el país comunista más loco
Acabo de volver de tres semanas en Cuba. Sé que hoy la actualidad está en Siria. En los próximos días hablaré del probable ataque. De momento, este aperitivo cubano en un post doble. La segunda parte está aquí.*
Cuba es un país socialista. La revolución que culminó con la huida del dictador Batista en 1959 colocó a Fidel Castro en el poder; en 2008 Fidel abandonó la presidencia en favor de su hermano Raúl. Desde 2011, Raúl es también secretario del Partido Comunista.La historia de Cuba tiene dos grandes etapas: antes y después de la caída del bloque comunista en 1990. La descripción más común que he oído del periodo anterior a 1990 ha sido “era algo mejor que ahora”; unos decían “mucho mejor” y otros “solo un poquitico mejor”.
La diferencia básica para la vida de los cubanos es que los sueldos en los treinta primeros años de la revolución alcanzaban a cubrir las necesidades: la educación era universal y gratis, el Estado vendía casas a precios irrisorios -ayudó que muchas quedaran vacías tras la revolución y el estado se las quedara-, la cartilla de racionamiento daba comida y hasta ropa, el transporte al trabajo era gratis, en el trabajo daban billetes para cenar fuera e ir a cabarets de vez en cuando e incluso los mejores trabajadores se llevaban a veces unas vacaciones en la playa.
El sistema tenía defectos
Un ex profesor universitario me contaba con nostalgia la calma de aquellos años, con la vida resuelta. A pesar de que todo acabó en el 90, ya antes se veía que la idea no iba a resistir. El principal problema era simple: “No todos somos iguales”, me dijo el profesor, que simpatizaba con la revolución. Esa frase la he oído varias veces, a menudo de gente a favor del sistema. En Cuba hicieron la prueba práctica.
El profesor me explicó el problema con la historia de la zafra de 1970. Cuba producía mucho azúcar. En 1970 Fidel se propuso llegar a los 10 millones de toneladas. Era una cantidad exagerada, pero factible. Cuba movilizó a toda la población. Otras industrias quedaron desatendidas, incluso se suspendieron las celebraciones de fin de año en 1969.
Los campesinos y todos sus ayudantes debían trabajar como nunca. Los desafíos técnicos y agrícolas de la zafra eran enormes, pero el profesor se centró en un asunto de fondo: “Cada trabajador tenía unos objetivos: uno podía llegar a trabajar 12 horas diarias y 7 días a la semana, pero el de al lado, cumplía con ocho horas y el domingo descansaba. Pero los dos iban a ganar lo mismo”.
Ahí empezó a complicarse. No solo uno trabajaba menos, el otro se cansaba de esforzarse más para nada. Cuando Fidel anunció que no se iba a llegar a los 10 millones, el profesor lloró ante la tele junto a su mujer. El país no había estado a la altura de la construcción del socialismo, ni nunca iba a estarlo.
El periodo especial
Cuando el apoyo soviético se acabó en 1990, empezó el “periodo especial”. Cuba no tenía recursos para comprar del extranjero lo que necesitaba. Además de la comida, el recuerdo más persistente de los cubanos cuando hablan de aquellos años es la falta de jabón y detergente (“nos lavábamos con con agua sola”) y los desplazamientos en bicicleta porque no había petróleo: “Podías cruzar la calle leyendo el periódico”, me dijo un cubano en La Habana.
Cuba optó entonces por el turismo como nueva fuente de ingresos. Era un principio de solución. Hoy la ayuda o intercambio de servicios de otros países (con Venezuela a la cabeza, “nuestro mejor amigo”, según montones de carteles; abajo en una biblioteca de Santiago de Cuba) ha mejorado la situación general. Pero los progresos son lentos. Hoy el problema es que los sueldos de las empresas estatales no bastan para sobrevivir.
La época de los inventos
Los cubanos empezaron a inventar, que es el modo nacional de decir “buscarse la vida”. Como me dijo un cubano, en Cuba no se pregunta “¿cuánto ganas en el trabajo?”, sino “¿cuánto te buscas?” El sentido es claro: cuánto dinero logras sacar a través de tu empleo o en otros asuntos, no cuanto te pagan, que seguro que rondará entre unos 10 y 25 euros mensuales.
El descubrimiento de inventos -y la vista gorda o promoción del nuevo gobierno de Raúl- ha sido un pasatiempo de mi viaje. El Estado permite desde los 90 cierta iniciativa privada, que ha tenido altibajos. Con la llegada de Raúl, las reformas parecen más consistentes y constantes. Algunas novedades eran imprescindibles por dignidad: los cubanos pueden ya entrar en todos los hoteles del país, pueden salir del país (si tienen dinero y un visado), pueden comprar y vender sus casas (con limitaciones), pueden tener móvil (pero aún no internet).
Hay cambios, pero aunque todo sea algo mejor, el aspecto general es aún destartalado. (Las fotografías son de Cristina Redondo.)
Las tiendas estatales tienen lo que pueden, como esta farmacia.
Parte del transporte interurbano es así.
Nadie sabe bien dónde se va, pero la convicción de que no hay vuelta atrás es extendida. Estos inventos son solo algunos de los que he podido ver:
1. Los cuartos y paladares de siempre ahora crecen. Con la apertura al turismo de los 90, el gobierno permitió que algunas casas privadas pudieran alquilar cuartos o montar minirestaurantes (los famosos paladares) en su comedor. Durante los años 2000, los impuestos crecieron y menos casas se lanzaron a aventuras privadas: la tasa por cuarto llegó a ser de 200 pesos convertibles al mes (más de 200 dólares hoy).
Para llegar a cubrir gastos había que alquilar el cuarto al menos 15 días mensuales. En esos años, por ejemplo en Cienfuegos solo había “dos paladares legales”, me dijo la dueña de uno. “Hoy vuelve a haber un montón”.
Desde enero de 2013, el impuesto para poder alquilar un cuarto es de 35 pesos más el 10 por ciento de los beneficios. “No hace falta declarar a todos los visitantes que dormimos aquí”, solía decir a los dueños para que evitaran ese 10 por ciento. Pero les parecía un truco peligroso ante posibles inspecciones. Tenían una trampa alternativa: declarar una tarifa por noche menor.
Ahora en 2013 no solo cada vez más cubanos alquilan cuartos o montan paladares en sus casas, sino que más gente amplía su negocio inicial. Ahora en Cuba las casas se pueden comprar y vender. En cuatro casas en las que estuve los propietarios remodelaban edificios cercanos que habían comprado para alquilar más cuartos. Pero el gobierno pone aún otra traba: nadie puede tener más de una propiedad. La trampa es de nuevo evidente: las casas nuevas van a nombre de los hijos, a quienes el Estado apenas da ya casas nuevas.
Junto al turismo, otra fuente enorme de ingresos para los cubanos son las remesas de familiares desde el extranjero. Cien euros dan para pasar el mes en Cuba. Así que poco dinero cunde. En el pueblo de Gibara pasé por delante de una preciosa casa colonial remodelada y con bombillas de luz amarilla (un lujo en un país donde domina la luz blanca del fluorescente y la bombilla de bajo consumo). Mientras intentaba buscar algún signo de dónde habrían sacado el dinero para toda esa obra, pasó un vecino: “Tienen familiares en Alemania”, me dijo.
Otra novedad reciente es que esta industria privada para el turismo ya no se nutre solo del exterior. En Gibara cené en el magnífico paladar Las Terrazas. Ese día -un sábado- habían servido a más de cien clientes, la mayoría cubanos. La facturación debió rondar los mil euros brutos.
2. El turismo en pequeño tiene también trampas. El turismo no solo nutre a pequeños negocios. Las propinas de turistas son básicas en el mundo del invento. Dos de los recursos más rebuscados que he visto tienen que ver con el coche de alquiler que llevaba: una noche, en Remedios, lo dejé en la calle. Por la mañana, tenía los limpiaparabrisas levantados: alguien lo había lavado. En menos de 15 segundos, un señor mayor apareció de la nada para dar los últimos retoques con un trapo seco; esperaba la propina.
Otra noche, en Santa Clara, el propietario de la casa donde me quedaba me dijo que para que el coche estuviera seguro debía dejarlo aparcado en otra calle. Allí, en medio de la calle, un señor vigilaba coches sentado en un portal: cobraba 2 euros por coche. El señor, de más de 70 años, vivía en una residencia de jubilados a las afueras de la ciudad y necesitaba esos ingresos extra. Se turnaba con un amigo; dos noches cada uno.
Los empleos de propinas más buscados por son otros: maleteros, guías, taxistas, camareros. Este chiste que me contaron resume bien la situación: “José Luis es un gran cirujano y una tremenda persona, bueno, honesto, dedicado a su trabajo. Pero cuando bebe se vuelve insoportable y arrogante con sus sueños de grandeza: presume de ser maletero, taxista”.
Un misterio era averiguar cómo se reparten trabajos tan pretendidos y que requieren poca formación como maletero o taxista. La solución es doble: por enchufe o a cambio de dinero.
http://www.obamaworld.es/2013/09/04/cuba-el-pais-comunista-mas-loco/
Tetro- Cantidad de envíos : 5903
Fecha de inscripción : 08/03/2009
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Cuba, el país comunista más loco
¿Un poco sólo? Bastante edulcorada. En ningún lugar se hace constar que el estraperlo se estatalizó para enriquecer a las fuerzas armadas y hala-levitas y delatores, mientras se fine perseguirlo duramente, lo cual es un órgano de represión que posibilita meter preso a cualquiera puesto que todo cubano se entrega necesariamente a eso y se sabe quién puede jurarlo.
El bloqueo interno es pues el mejor negocio de Cuba y complementa el estraperlo.
El estraperlo es imprescindible para mitigar -que no satisfacer- las necesidades más basicas.
Hoy me contaron de un gallego comunistófilo que donó al régimen de Cuba ni se sabe cuánta leche en polvo para regalar a los niños en época de un ciclón y se la encontró a la venta en las tiendas a 6 cucs la mediana.
El bloqueo interno es pues el mejor negocio de Cuba y complementa el estraperlo.
El estraperlo es imprescindible para mitigar -que no satisfacer- las necesidades más basicas.
Hoy me contaron de un gallego comunistófilo que donó al régimen de Cuba ni se sabe cuánta leche en polvo para regalar a los niños en época de un ciclón y se la encontró a la venta en las tiendas a 6 cucs la mediana.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Cuba, el país comunista más loco
En ningún lugar se hace constar que el estraperlo se estatalizó
estraperlo.........
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
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