El escritor Rolando Sánchez Mejías asegura que Fidel Castro nunca hizo una revolución

El escritor Rolando Sánchez Mejías defendió este miércoles en Barcelona, ciudad en la que reside, que la Revolución cubana no ha existido en el sentido que, según su opinión, la "creación" de Fidel Castro "en realidad no fue una revolución, sino un Estado totalitario". 
Sánchez Mejías consideró, durante la segunda sesión del ciclo "Pensar Cuba Hoy" en la Universidad de Barcelona (UB), que la Revolución cubana fue en realidad un accidente histórico "casual" que gracias a la "confabulación" de dos factores —el panorama político internacional y personalidades como las de Fidel Castro y el Che Guevara— originó esa "noción".
El escritor afirmó que Fidel Castro sabía que la revolución que sería posible sería la que se impusiera "a base de un control férreo" de la población. Para Sánchez Mejías la creación política de Fidel pudo haber sido cualquier otro tipo de dictadura, "no tenía porque pasar por comunismo". 
Lo que aprovechó Fidel en ese momento, señaló el autor, "fue la institucionalidad del comunismo en el mundo, que ya tenía todos los mecanismos implementados" para que pudiera usarlo alguien con las ambiciones como las del dictador. 
El autor invitó a reflexionar acerca de los posibles desarrollos que podría haber tenido Cuba sin la confluencia de los factores que dieron pie a la Revolución cubana. "Se puede pensar en las historias alternativas, de historia ciencia ficción, sobre qué hubiese pasado, qué tipo de dictadura se habría implementando si no se hubiese encontrado este modelo". 
El escritor recordó que "todas las revoluciones se personifican en alguien, necesitan una tipología de hombres y nosotros chocamos con una tipología producida por Cuba, por el cubano, un hombre de capacidad y astucia, aunque no creo que Fidel Castro sea un hombre inteligente —precisó—, sí tiene mucha astucia para mantenerse en el poder y también para darle coherencia a un proyecto de Estado".
El autor prosiguió reflexionando sobre el papel de los cubanos en la construcción política en torno a un personaje como Fidel: "La historia de desarraigos en Cuba facilitó la invención del sujeto, los cubanos vieron la posibilidad de dimensionarse al fin en un proyecto que los configurara en la temporalidad y se crea a partir de aquí una ficción interesante en términos emocionales para gran parte de los cubanos, una ficción que actúa en el tiempo, de una manera u otra". 
Sánchez Mejías consideró importante que los cubanos se planteen estas interrogantes respecto al pasado para "enfrentar dentro de cuatro o cinco años" nuevos retos para el futuro político de la Isla.
"Es más productivo pensar en las alternativas de futuro, pero debemos estudiar qué es lo que ha pasado y por qué razón, sin culpabilizarse, aunque sí tenemos que dar diversos tipos de responsabilidades ante lo ocurrido".
Edición 'marginal' en Cuba 
La intervención de Sánchez Mejías estuvo precedida por una exposición del escritor, editor y colaborador de DIARIO DE CUBA Ernesto Santana sobre proyectos editoriales y artísticos alternativos en la Isla. 
Santana presentó la iniciativa editorial Atom Press, que durante algún tiempo ha editado la obra de autores de la Isla fuera del ámbito de la oficialidad, así como también el proyecto plástico P350, que usa como soporte el papel reciclado de sacos de cemento. 
Santana defendió los proyectos alternativos y "marginales" que en Cuba tienen un papel importante debido al estricto control ejercido por la Estado sobre los contenidos que circulan entre el público. 
"Ese control absoluto de la información deja un margen grande para las publicaciones alternativas —dijo Santana—. Los marginales pueden desempeñar un papel importante y éticamente superior al que desempeñan los medios oficiales".
"Pensar Cuba Hoy" es un ciclo organizado por los estudios de Filosofía de la UB que presentará en Barcelona a lo largo de este año seis mesas redondas en torno a la Isla. Las primeras dos sesiones estuvieron protagonizadas, además de Rolando Sánchez Mejías y Ernesto Santana, el historiador Boris González y el escritor Raúl Flores.
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