Harlem Suárez: ¿Terrorista o sólo un ingenuo?
Página 1 de 1.
Harlem Suárez: ¿Terrorista o sólo un ingenuo?
Harlem Suárez: ¿Terrorista o sólo un ingenuo?
Harlem Suarez se toma un selfie sin una fecha determinada. Cortesía
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
Harlem Suarez se toma un selfie sin una fecha determinada. Cortesía
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
1 of 2
i
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
Cammy Clark
Especial para The Miami Herald
Stock Island
El 27 de julio corrió la noticia por todo el país que el FBI acababa de capturar a otro terrorista nacional inspirado por los extremistas islámicos, esta vez un inmigrante cubano de 23 años que compró una “bomba de tiempo” en $100 que planeaba hacer explotar en una playa de Cayo Hueso.
Vecinos y visitantes en la ciudad turística quedaron asombrados, y también aliviados, de que el cerebro detrás de semejante plan maléfico hubiera sido capturado a tiempo y que estuviera tras las rejas, donde enfrenta cadena perpetua por tratar de usar un arma de destrucción masiva.
El FBI pregonó el arresto como otro triunfo contra un plan terrorista en suelo estadounidense. Pero en el caso de los familiares, amigos y ex compañeros de trabajo del supuesto terrorista, quien vivía con sus padres en un modesto apartamento en la cercana Stock Island, su reacción fue de incredulidad total: “¿Harlem? ¿Terrorista? Imposible”.
Ellos afirman que el Harlem Suárez que ellos conocen es un tipo pacífico, despreocupado y trabajador que literalmente no haría daño a una hormiga, y que tiene la capacidad mental de un niño de 12 años.
El inglés no le entra, y es fácil de manipular, deseoso de complacer a todos y se cree prácticamente todo lo que ve en la televisión o en la internet.
¿Los zombies? Cree que existen. Lo mismo le pasa con los vampiros, los hombres lobo y los Pitufos azules.
Recientemente vio un video sobre Dios en que se decía que era celestial, y entendió que Dios era un extraterrestre, contó la madre de Suárez, Vilma Quintana Suárez. Según cuenta, ella le dijo que él estaba enredando las cosas en inglés: “Dios no es un extraterrestre, hijo. Dios es el Padre Celestial. Hijo, no mires las noticias”.
La reciente atracción de Suárez hacia la retórica de las organizaciones terroristas islámicas –como la existencia de su página en Facebook bajo el sobrenombre de Almlak Benítez en que publicaba videos a favor de ISIS que mostraban decapitaciones, según el FBI– resultó una sorpresa para la mayoría de sus amigos y familiares.
Pero, agregaron, “simpatizante del Estado Islámico” era probablemente una más de las etapas inofensivas de Suárez.
En los dos últimos años había pasado por etapas en las que quería ser afroamericano, mexicano, puertorriqueño, pandillero, vampiro, hombre lobo, piloto de embarcaciones de carrera y el capo de la droga de Cayo Hueso.
“Todo el que conoce a Harlem sabe cómo él es”, dijo su ex novia Diane, quien pidió que no se usara su apellido. “Harlem puede ser cualquier cosa en su mente. Pero lo que sí no es, es un terrorista o un criminal. El es todo, blablablá. Y, como le dijo mi amiga al agente del FBI, Harlem no tiene agallas para hacer semejante cosa”.
A pesar de que Suárez siempre se está haciendo el duro entre sus amigos, lo único que tiene en su expediente delictivo son 24 multas de tráfico, por infracciones que van desde exceso de velocidad a no usar gafas mientras conducía una de sus dos motos Yamaha rojiblancas.
“Maneja como un loco y le gusta hacer piruetas en la moto”, dijo otro amigo y compañero de trabajo, quien pidió no ser identificado porque podría perder su empleo. “Es como un niño y sus motocicletas son sus juguetes”.
El jueves, Suárez fue encausado bajo cargos de tratar de usar un arma de destrucción masiva y por intento de brindar apoyo material a un grupo terrorista, por la creación de un video de reclutamiento de ISIS en un hotel de Homestead. El segundo delito puede ser castigado con hasta 20 años de cárcel.
Familiares y amigos afirman que el FBI se aprovechó de un joven crédulo con la mentalidad de un niño, enredándolo en una cuestionable operación antiterrorista encubierta en la cual empleados encubiertos animaron a Suárez a cocinar el plan y luego le entregaron una bomba falsa. Un indignado amigo de la familia dijo a reporteros de la televisión acampados frente al apartamento de Suárez que los verdaderos criminales estaban en Miami vestidos de traje y corbata.
El abogado de Suárez, Richard Della Fera, planea hacer que su cliente se someta a extensas evaluaciones de salud mental.
El martes, Bernardo Suárez y Quintana, su esposa durante 27 años, estaban sentados en la oficina de Della Fera en Fort Lauderdale. Ambos se veían cansados. Los ojos de Quintana estaban enrojecidos de tanto llorar. Pocos días antes se habían enterado de que el edificio de apartamentos en que llevan viviendo 11 años no les renovará el contrato de alquiler cuando se venza en octubre.
“[Los padres] han decidido hablar porque quieren que el público conozca al hijo que ellos conocen”, dijo Della Fera.
El matrimonio se conoció a mediados de la década de 1980 en la empresa de transporte en la que ambos trabajaban en Cuba.
Luego de un largo noviazgo, se casaron en una ceremonia sencilla. Vivían en Cienfuegos, una ciudad en la costa sur de Cuba.
En 1991 Quintana quedó embarazada de Harlem. Ella ya tenía una hija de un matrimonio anterior. Fue un embarazo difícil, con náuseas y vómitos extremos que nunca se le quitaban. Le aconsejaron que se hiciera inducir el parto antes de tiempo porque no podía retener comida ni agua en el estómago, pero no lo hizo porque quería que el bebé naciera a su debido tiempo.
Harlem nació azul, privado de oxígeno. Lo llevaron de la clínica al hospital, donde permaneció tres días. Los padres consideran que eso llevó a su lento desarrollo mental.
En el 2004, el cartero les entregó una carta que cambiaría sus vidas. Habían ganado “el bombo”, la lotería de inmigración. Fueron un caso de alrededor de 20,000 cubanos afortunados que recibieron estatus legal permanente para vivir en Estados Unidos. Tras una entrevista y mucho papeleo, la familia se mudó a Cayo Hueso, donde vivía el hermano de Quintana.
Harlem tenía 12 años y no sabía una palabra de inglés. Se matriculó en la Escuela Primaria Horace O’Bryant. El nuevo idioma no se le hizo fácil.
En la Secundaria Básica Key West, las jovencitas se le acercaban por bien parecido. “Las mujeres se sentían atraídas hacia él, pero lamento decir que en el momento que abría la boca era un joven muy inmaduro”, dijo Quintana. Algunas muchachas se aprovecharon de él, entre ellas una que aceptó un anillo de $400 que él le compró y y entonces se rió de él.
Suárez entonces tuvo varios empleos de poca paga, y siempre hacía turnos extra. Diane, su antigua novia, dijo que en un momento Suárez tuvo cuatro empleos a la vez. Para divertirse, trabajaba y montaba sus motocicletas, se dedicaba a su embarcación paseaba por Duval Street, la principal arteria turística de Cayo Hueso, con sus amigos.
Durante unos 16 meses trabajó en el Aeropuerto Internacional de Cayo Hueso para Envoy Air Inc., filial de American Airlines. Allí tuvieron que ayudarlo a llenar la solicitud de empleo. Pero tras aprobar una verificación federal de antecedentes penales y una prueba de drogas, consiguió el empleo, con un sueldo de $9.70 la hora, en que hacía diferentes labores, desde cargar y descargar equipaje, hasta sacar la basura de los aviones, procesar a los pasajeros en el mostrador y guiar aviones que se alejaban de la terminal”.
Tras perder el empleo en el aeropuerto, Suárez se fue a trabajar a un restaurante en Cayo Hueso. El día antes de ser arrestado, su madre dijo que la llamó desde el gimnasio muy entusiasmado: “Mira, mama, unos muchachos se van y van a darme todas esas horas. Voy a ganar más dinero que nunca. Mira, papa, me voy a comprar este carro”.
Al día siguiente, mientras su madre estaba en emergencias ayudando a una amiga, Suárez dobló sus ropas en la habitación y se marchó para encontrarse con un hombre que le había preparado una bomba de tiempo colocada dentro de una mochila, dos cajas de clavos galvanizados y un teléfono celular que Suárez había entregado una semana antes.
Todo era parte de una operación que comenzó a principios de mayo, cuando un empleado encubierto del FBI le pidió a Suárez que lo aceptara como amigo en Facebook .
En abril, el FBI había recibido un informe de la Policía de Palm Beach con información sobre la página de Facebook de Almlak Benítez, donde se defendía la retórica extremista y donde Benítez exhortaba a los demás a unirse al Estado Islámico de Irak y a USIS. Entre los mensajes había uno que expresaba: “Sean guerreros, aprendan a cortarle la cabeza a sus enemigos y a quemar sus cuerpos, aprendan cómo será el futuro del Califato Mundial”.
El FBI también identificó que en la página de Facebook, bajo el nombre real de Harlem Suárez, había marcado con “likes” “Jihadist” (Yihadistas), “Extraordinary Prayer for ISIS” (Oración Extraordinaria para ISIS) y “Prayers for ISIS: Weapons of our Warfare” (Oraciones para ISIS: Armas de nuestra Guerra).
Aunque el FBI comenzó a investigar a Suárez como terrorista en potencia, un buen amigo y ex colega de trabajo de Suárez, quien no quiso ser identificado porque perdería su empleo, dijo que cuando escuchó el deseo de Suárez de “unirse a los musulmanes”, lo consideró sencillamente otra frase.
“Me dijo que sería ser musulmán para poder perder peso, porque pensaba que estaba gordo”, dijo el amigo. “Debe haber visto una nueva dieta que mencionaba a los musulmanes. Pero cuando le dije que no podía comer cerdo, que es importante en la dieta cubana, dijo que no sabía eso”.
Quintana, quien tiene puesto un crucifijo al cuello y crió a su hijo como católico, dijo que Suárez es “curioso”.
De alguna manera, pasó de querer ser musulmán a perder peso, a decir que abogado lo odiaba porque no sabía mucho inglés, y ciertamente no sabe qué significa la palabra “califato”.
Después de ver en YouTube una parodia en que el presidente Barack Obama declaraba la ley marcial y que toda California se levantaba en armas contra el gobierno, le dijo a un amigo que tenían que comenzar a preparar las armas. “No entendía que eso no era real”, dijo su amigo.
De la misma manera, su madre no pudo convencerlo que el programa que mostraba vampiros en Pennsylvania era una “mentira”. La mujer dijo que después de ver programas sobre vampiros o zombies, se asustaba tanto por la noche que tenía pesadillas.
Cuando quiso ser negro, se dejó crecer el cabello para hacerse trenzas y se compró un diente de oro.
Amigos y familiares tienen mucho que contar sobre la incapacidad de Suárez de hacerle daño a nada. El padre dijo que su hijo no puede siquiera escamar un pescado y su madre dijo que una vez que mató a una hormiga que llevaba a cuestas un pedazo de alimento su hijo se molestó. “Me dijo que la hormiga estaba trabajando muy duro para conseguir ese pedacito de comida”.
Amigos dicen que una vez salvó a una paloma herida y que llevó el animal a un albergue para que lo trataran, que nunca le disparó a iguanas o participó en peleas de gallos, como han hecho muchos jóvenes que viven en Cayo Hueso.
Así las cosas, no podían creer ninguna de las cosas violentas que le dijo a empleados encubiertos del FBI o que escribió en internet, como: “Un día voy a cocinar a varios estadounidenses” … “en jaulas” … “con fuego”.
Suárez se puso un chaleco táctico, una camisa negra, una máscara negra y una bufanda negra y amarilla para grabar un video de reclutamiento de ISIS, indica la denuncia penal federal.
Suárez también habló de probar la bomba para asegurarse que explotara, en el garaje abierto debajo de su propio apartamento, agregó la denuncia penal.
Dos meses y medio después de comenzar la operación, el empleado encubierto le preguntó a Suárez si estaba “jugando o si en verdad seguía al Estado Islámico”
“Si conoces a Harlem, sabes que es como un niño”, dijo el amigo de Suárez, quien pidió no ser identificado por temor a perder su empleo en el aeropuerto. “No podía construir la bomba él mismo. No es tan inteligente. Yo estoy convencido de que nunca hubiera hecho nada de eso”.
Pero el 27 de julio, Suárez subió a un vehículo con el empleado encubierto que le había llevado la bomba de tiempo dentro de una mochila y le mostró cómo detonarla. Cuando Suárez se bajó del vehículo, varios agentes lo arrestaron.
Jennifer Luna y Mónica Leal, reporteras de The Miami Herald, contribuyeron a este reportaje.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article30526032.html#storylink=cpy
Harlem Suarez se toma un selfie sin una fecha determinada. Cortesía
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
Harlem Suarez se toma un selfie sin una fecha determinada. Cortesía
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
1 of 2
i
Las motos son para Harlem Suárez como sus juguetes, afirman los amigos. Cortesía
Cammy Clark
Especial para The Miami Herald
Stock Island
El 27 de julio corrió la noticia por todo el país que el FBI acababa de capturar a otro terrorista nacional inspirado por los extremistas islámicos, esta vez un inmigrante cubano de 23 años que compró una “bomba de tiempo” en $100 que planeaba hacer explotar en una playa de Cayo Hueso.
Vecinos y visitantes en la ciudad turística quedaron asombrados, y también aliviados, de que el cerebro detrás de semejante plan maléfico hubiera sido capturado a tiempo y que estuviera tras las rejas, donde enfrenta cadena perpetua por tratar de usar un arma de destrucción masiva.
El FBI pregonó el arresto como otro triunfo contra un plan terrorista en suelo estadounidense. Pero en el caso de los familiares, amigos y ex compañeros de trabajo del supuesto terrorista, quien vivía con sus padres en un modesto apartamento en la cercana Stock Island, su reacción fue de incredulidad total: “¿Harlem? ¿Terrorista? Imposible”.
Ellos afirman que el Harlem Suárez que ellos conocen es un tipo pacífico, despreocupado y trabajador que literalmente no haría daño a una hormiga, y que tiene la capacidad mental de un niño de 12 años.
El inglés no le entra, y es fácil de manipular, deseoso de complacer a todos y se cree prácticamente todo lo que ve en la televisión o en la internet.
¿Los zombies? Cree que existen. Lo mismo le pasa con los vampiros, los hombres lobo y los Pitufos azules.
Recientemente vio un video sobre Dios en que se decía que era celestial, y entendió que Dios era un extraterrestre, contó la madre de Suárez, Vilma Quintana Suárez. Según cuenta, ella le dijo que él estaba enredando las cosas en inglés: “Dios no es un extraterrestre, hijo. Dios es el Padre Celestial. Hijo, no mires las noticias”.
La reciente atracción de Suárez hacia la retórica de las organizaciones terroristas islámicas –como la existencia de su página en Facebook bajo el sobrenombre de Almlak Benítez en que publicaba videos a favor de ISIS que mostraban decapitaciones, según el FBI– resultó una sorpresa para la mayoría de sus amigos y familiares.
Pero, agregaron, “simpatizante del Estado Islámico” era probablemente una más de las etapas inofensivas de Suárez.
En los dos últimos años había pasado por etapas en las que quería ser afroamericano, mexicano, puertorriqueño, pandillero, vampiro, hombre lobo, piloto de embarcaciones de carrera y el capo de la droga de Cayo Hueso.
“Todo el que conoce a Harlem sabe cómo él es”, dijo su ex novia Diane, quien pidió que no se usara su apellido. “Harlem puede ser cualquier cosa en su mente. Pero lo que sí no es, es un terrorista o un criminal. El es todo, blablablá. Y, como le dijo mi amiga al agente del FBI, Harlem no tiene agallas para hacer semejante cosa”.
A pesar de que Suárez siempre se está haciendo el duro entre sus amigos, lo único que tiene en su expediente delictivo son 24 multas de tráfico, por infracciones que van desde exceso de velocidad a no usar gafas mientras conducía una de sus dos motos Yamaha rojiblancas.
“Maneja como un loco y le gusta hacer piruetas en la moto”, dijo otro amigo y compañero de trabajo, quien pidió no ser identificado porque podría perder su empleo. “Es como un niño y sus motocicletas son sus juguetes”.
El jueves, Suárez fue encausado bajo cargos de tratar de usar un arma de destrucción masiva y por intento de brindar apoyo material a un grupo terrorista, por la creación de un video de reclutamiento de ISIS en un hotel de Homestead. El segundo delito puede ser castigado con hasta 20 años de cárcel.
Familiares y amigos afirman que el FBI se aprovechó de un joven crédulo con la mentalidad de un niño, enredándolo en una cuestionable operación antiterrorista encubierta en la cual empleados encubiertos animaron a Suárez a cocinar el plan y luego le entregaron una bomba falsa. Un indignado amigo de la familia dijo a reporteros de la televisión acampados frente al apartamento de Suárez que los verdaderos criminales estaban en Miami vestidos de traje y corbata.
El abogado de Suárez, Richard Della Fera, planea hacer que su cliente se someta a extensas evaluaciones de salud mental.
El martes, Bernardo Suárez y Quintana, su esposa durante 27 años, estaban sentados en la oficina de Della Fera en Fort Lauderdale. Ambos se veían cansados. Los ojos de Quintana estaban enrojecidos de tanto llorar. Pocos días antes se habían enterado de que el edificio de apartamentos en que llevan viviendo 11 años no les renovará el contrato de alquiler cuando se venza en octubre.
“[Los padres] han decidido hablar porque quieren que el público conozca al hijo que ellos conocen”, dijo Della Fera.
El matrimonio se conoció a mediados de la década de 1980 en la empresa de transporte en la que ambos trabajaban en Cuba.
Luego de un largo noviazgo, se casaron en una ceremonia sencilla. Vivían en Cienfuegos, una ciudad en la costa sur de Cuba.
En 1991 Quintana quedó embarazada de Harlem. Ella ya tenía una hija de un matrimonio anterior. Fue un embarazo difícil, con náuseas y vómitos extremos que nunca se le quitaban. Le aconsejaron que se hiciera inducir el parto antes de tiempo porque no podía retener comida ni agua en el estómago, pero no lo hizo porque quería que el bebé naciera a su debido tiempo.
Harlem nació azul, privado de oxígeno. Lo llevaron de la clínica al hospital, donde permaneció tres días. Los padres consideran que eso llevó a su lento desarrollo mental.
En el 2004, el cartero les entregó una carta que cambiaría sus vidas. Habían ganado “el bombo”, la lotería de inmigración. Fueron un caso de alrededor de 20,000 cubanos afortunados que recibieron estatus legal permanente para vivir en Estados Unidos. Tras una entrevista y mucho papeleo, la familia se mudó a Cayo Hueso, donde vivía el hermano de Quintana.
Harlem tenía 12 años y no sabía una palabra de inglés. Se matriculó en la Escuela Primaria Horace O’Bryant. El nuevo idioma no se le hizo fácil.
En la Secundaria Básica Key West, las jovencitas se le acercaban por bien parecido. “Las mujeres se sentían atraídas hacia él, pero lamento decir que en el momento que abría la boca era un joven muy inmaduro”, dijo Quintana. Algunas muchachas se aprovecharon de él, entre ellas una que aceptó un anillo de $400 que él le compró y y entonces se rió de él.
Suárez entonces tuvo varios empleos de poca paga, y siempre hacía turnos extra. Diane, su antigua novia, dijo que en un momento Suárez tuvo cuatro empleos a la vez. Para divertirse, trabajaba y montaba sus motocicletas, se dedicaba a su embarcación paseaba por Duval Street, la principal arteria turística de Cayo Hueso, con sus amigos.
Durante unos 16 meses trabajó en el Aeropuerto Internacional de Cayo Hueso para Envoy Air Inc., filial de American Airlines. Allí tuvieron que ayudarlo a llenar la solicitud de empleo. Pero tras aprobar una verificación federal de antecedentes penales y una prueba de drogas, consiguió el empleo, con un sueldo de $9.70 la hora, en que hacía diferentes labores, desde cargar y descargar equipaje, hasta sacar la basura de los aviones, procesar a los pasajeros en el mostrador y guiar aviones que se alejaban de la terminal”.
Tras perder el empleo en el aeropuerto, Suárez se fue a trabajar a un restaurante en Cayo Hueso. El día antes de ser arrestado, su madre dijo que la llamó desde el gimnasio muy entusiasmado: “Mira, mama, unos muchachos se van y van a darme todas esas horas. Voy a ganar más dinero que nunca. Mira, papa, me voy a comprar este carro”.
Al día siguiente, mientras su madre estaba en emergencias ayudando a una amiga, Suárez dobló sus ropas en la habitación y se marchó para encontrarse con un hombre que le había preparado una bomba de tiempo colocada dentro de una mochila, dos cajas de clavos galvanizados y un teléfono celular que Suárez había entregado una semana antes.
Todo era parte de una operación que comenzó a principios de mayo, cuando un empleado encubierto del FBI le pidió a Suárez que lo aceptara como amigo en Facebook .
En abril, el FBI había recibido un informe de la Policía de Palm Beach con información sobre la página de Facebook de Almlak Benítez, donde se defendía la retórica extremista y donde Benítez exhortaba a los demás a unirse al Estado Islámico de Irak y a USIS. Entre los mensajes había uno que expresaba: “Sean guerreros, aprendan a cortarle la cabeza a sus enemigos y a quemar sus cuerpos, aprendan cómo será el futuro del Califato Mundial”.
El FBI también identificó que en la página de Facebook, bajo el nombre real de Harlem Suárez, había marcado con “likes” “Jihadist” (Yihadistas), “Extraordinary Prayer for ISIS” (Oración Extraordinaria para ISIS) y “Prayers for ISIS: Weapons of our Warfare” (Oraciones para ISIS: Armas de nuestra Guerra).
Aunque el FBI comenzó a investigar a Suárez como terrorista en potencia, un buen amigo y ex colega de trabajo de Suárez, quien no quiso ser identificado porque perdería su empleo, dijo que cuando escuchó el deseo de Suárez de “unirse a los musulmanes”, lo consideró sencillamente otra frase.
“Me dijo que sería ser musulmán para poder perder peso, porque pensaba que estaba gordo”, dijo el amigo. “Debe haber visto una nueva dieta que mencionaba a los musulmanes. Pero cuando le dije que no podía comer cerdo, que es importante en la dieta cubana, dijo que no sabía eso”.
Quintana, quien tiene puesto un crucifijo al cuello y crió a su hijo como católico, dijo que Suárez es “curioso”.
De alguna manera, pasó de querer ser musulmán a perder peso, a decir que abogado lo odiaba porque no sabía mucho inglés, y ciertamente no sabe qué significa la palabra “califato”.
Después de ver en YouTube una parodia en que el presidente Barack Obama declaraba la ley marcial y que toda California se levantaba en armas contra el gobierno, le dijo a un amigo que tenían que comenzar a preparar las armas. “No entendía que eso no era real”, dijo su amigo.
De la misma manera, su madre no pudo convencerlo que el programa que mostraba vampiros en Pennsylvania era una “mentira”. La mujer dijo que después de ver programas sobre vampiros o zombies, se asustaba tanto por la noche que tenía pesadillas.
Cuando quiso ser negro, se dejó crecer el cabello para hacerse trenzas y se compró un diente de oro.
Amigos y familiares tienen mucho que contar sobre la incapacidad de Suárez de hacerle daño a nada. El padre dijo que su hijo no puede siquiera escamar un pescado y su madre dijo que una vez que mató a una hormiga que llevaba a cuestas un pedazo de alimento su hijo se molestó. “Me dijo que la hormiga estaba trabajando muy duro para conseguir ese pedacito de comida”.
Amigos dicen que una vez salvó a una paloma herida y que llevó el animal a un albergue para que lo trataran, que nunca le disparó a iguanas o participó en peleas de gallos, como han hecho muchos jóvenes que viven en Cayo Hueso.
Así las cosas, no podían creer ninguna de las cosas violentas que le dijo a empleados encubiertos del FBI o que escribió en internet, como: “Un día voy a cocinar a varios estadounidenses” … “en jaulas” … “con fuego”.
Suárez se puso un chaleco táctico, una camisa negra, una máscara negra y una bufanda negra y amarilla para grabar un video de reclutamiento de ISIS, indica la denuncia penal federal.
Suárez también habló de probar la bomba para asegurarse que explotara, en el garaje abierto debajo de su propio apartamento, agregó la denuncia penal.
Dos meses y medio después de comenzar la operación, el empleado encubierto le preguntó a Suárez si estaba “jugando o si en verdad seguía al Estado Islámico”
“Si conoces a Harlem, sabes que es como un niño”, dijo el amigo de Suárez, quien pidió no ser identificado por temor a perder su empleo en el aeropuerto. “No podía construir la bomba él mismo. No es tan inteligente. Yo estoy convencido de que nunca hubiera hecho nada de eso”.
Pero el 27 de julio, Suárez subió a un vehículo con el empleado encubierto que le había llevado la bomba de tiempo dentro de una mochila y le mostró cómo detonarla. Cuando Suárez se bajó del vehículo, varios agentes lo arrestaron.
Jennifer Luna y Mónica Leal, reporteras de The Miami Herald, contribuyeron a este reportaje.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article30526032.html#storylink=cpy
_________________
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Harlem Suárez: ¿Terrorista o sólo un ingenuo?
Pero es que a los "pocos inteligentes" es a los que s les hace facil manipular ...y son peligrosisimos, alguien con "dos dedos de frente" no se meteria a cosas asi.
_________________
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Temas similares
» Leo Harlem
» Cuervo Ingenuo
» Victoria del FMLN, una victoria del pueblo y su lucha
» Y SÓLO ESTAMOS A 18 DE ENERO: “Amnistía Internacional denuncia 40 ejecuciones en Irán solo en 2014
» Carta de un ingenuo joven a Capriles
» Cuervo Ingenuo
» Victoria del FMLN, una victoria del pueblo y su lucha
» Y SÓLO ESTAMOS A 18 DE ENERO: “Amnistía Internacional denuncia 40 ejecuciones en Irán solo en 2014
» Carta de un ingenuo joven a Capriles
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.