Pecado original: la gente sigue pariendo con dolor, ganando el pan con sudor...
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Pecado original: la gente sigue pariendo con dolor, ganando el pan con sudor...
por luik Lun Dic 14, 2015 10:49 am
El Dios bíblico es pintado como un tirano receloso, rencoroso y nepotista.
En el caso del pecado original, su coraje fue que Adán, su primera criatura terrestre, pudiera comer del árbol que le desarrollaría la corteza cerebral, y entonces sería tan inteligente como esa supuesta raza de ángeles que vivía arriba de las nubes. En el caso del zigurat de Babel, lo mismo: temía que algún día pudieran alcanzar su reino.
Entonces ese Dios rencoroso se puso a castigar a toda la descendencia de Adán, hasta que se le antojó una humana, la Virgen, y al más puro estilo de una deidad griega, la violó y le fabricó a un semidios, Jesús.
Y como Dios tenía a Miriam o María como su novia terrícola, pues a ella la exentó de tener que seguir pagando la afrenta del alebrestado Adán. Y para ya terminar de sosegar su furia, dejó sin ejército de ángeles a su hijo y permitió que los romanos lo masacraran como solían hacer con los humanos (crucificaban a quinientos al día).
Lo malo es que no se vio que la gente dejara de parir con dolor, de ganar el pan con el sudor de su frente ni de morir; tampoco dejó de haber plantas desérticas, todos ellos supuestos castigos divinos.
En el caso del pecado original, su coraje fue que Adán, su primera criatura terrestre, pudiera comer del árbol que le desarrollaría la corteza cerebral, y entonces sería tan inteligente como esa supuesta raza de ángeles que vivía arriba de las nubes. En el caso del zigurat de Babel, lo mismo: temía que algún día pudieran alcanzar su reino.
Entonces ese Dios rencoroso se puso a castigar a toda la descendencia de Adán, hasta que se le antojó una humana, la Virgen, y al más puro estilo de una deidad griega, la violó y le fabricó a un semidios, Jesús.
Y como Dios tenía a Miriam o María como su novia terrícola, pues a ella la exentó de tener que seguir pagando la afrenta del alebrestado Adán. Y para ya terminar de sosegar su furia, dejó sin ejército de ángeles a su hijo y permitió que los romanos lo masacraran como solían hacer con los humanos (crucificaban a quinientos al día).
Lo malo es que no se vio que la gente dejara de parir con dolor, de ganar el pan con el sudor de su frente ni de morir; tampoco dejó de haber plantas desérticas, todos ellos supuestos castigos divinos.
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