Los abogados que explican a Trump en 34 tuits por qué las elecciones no pueden amañarse

Los abogados que explican a Trump en 34 tuits por qué las elecciones no pueden amañarse Los abogados que explican a Trump en 34 tuits por qué las elecciones no pueden amañarse
Para alterar los resultados de la votación "harían falta habilidades tecnológicas que sólo existen en las películas de Misión Imposible", dice el gabinete en la cadena de Twitter.
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El proceso electoral explicado en 140 caracteres AP


Por: Mónica Parga

Publicado: oct 17, 2016 | 03:10 PM EDT
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Ante las insinuaciones de Donald Trump de que los resultados electorales serán alterados en su contra, un grupo de abogados ha decidido poner un poco de cordura.
En una cadena de 34 tuits, el gabinete Ashby Law, especializado en ley electoral, ha explicado cómo se desarrolla el proceso de votación, cuáles son los mecanismos de supervisión, quiénes se encarga de vigilar el correcto funcionamiento, y el peligro que supone que un candidato esté llamando a sus seguidores para que saboteen el proceso.
"Cuando Donald Trump insinúa que sus seguidores deben tomarse la ley por su mano el día de las elecciones, está manipulándolos terriblemente", escribe el abogado Chris Ashby, miembro del bufete, "[está] incitándolos a que perturben las elecciones, llevándolos a que rompan la ley y sean arrestados. Que podría ser exactamente lo que quiere".
Los mensajes, publicados el pasado sábado, han sido compartidos más de 5,000 veces. El tuit con mayor éxito fue el que dice: "Vigilar no significa merodear amenazadoramente dentro y en los alrededores de un colegio electoral. Eso no es observar las urnas, es intimidar a los votantes".
Ashby también señala la diferencia entre decir que unas elecciones están amañadas y decir que se harán trampas. Para que estén amañadas significa que el sistema completo está corrupto de antelación, mientras que las pequeñas trampas se preveen en el desarrollo de todas las elecciones, existiendo mecanismos para corregirlas.

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La serie completa se puede leer en Storify, y también en un artículo de texto.


Vamos a deshacernos de esta idea de que las elecciones están amañadas, ¿les parece?


Primero, las elecciones estadounidenses se desarrollan en lugares públicos, en habitaciones abiertas, a plena vista de todos los reunidos. No hay salas de atrás, puertas secretas o pasillos.


Ciudadanos comunes, no burócratas del gobierno, sirven de oficiales electorales y conducen las elecciones. Registran la entrada de los votantes, confirman su identificación, y mantienen los registros.


Las leyes requieren que estos oficiales electorales sean republicanos y demócratas, sacados de las listas proporcionadas por los partidos políticos locales.


Las leyes también permiten que los partidos y candidatos dispongan a observadores en cada uno de los lugares de los lugares de votación para estar junto a los oficiales electorales y monitorearlos mientras trabajan.


Los partidos políticos pueden (y deberían) formar a sus observadores para que entiendan cómo deben ser desarrolladas las elecciones.


Los observadores pueden cuestionar las elecciones señalando errores e irregularidades a los oficiales electorales y pidiendo que se corrijan.


Si los oficiales electorales renuncian corregir los errores, los abogados de los partidos están allí para interceder con los administradores electorales estatales y las cortes si fuera necesario.


Nuestras elecciones se conducen con un equipamiento que ha sido examinado, en un proceso público observado por representantes del partido y los candidatos.


Después de esos exámenes, el equipamiento de votación es asegurado y sellado, y las llaves son aseguradas y enviadas por separado.


Las máquinas de votación están equipadas con múltiples contadores interconectados que hacen imposible añadir o quitar votos en secreto.


Representantes de los candidatos y los partidos pueden vigilar y chequear los contadores en las pruebas antes de que las urnas abran y después de que cierren.


Cuando la votación se ha completado, los oficiales electorales cuentan los votos y computan los resultados. Representantes de los candidatos y los partidos observan este proceso, también.


Entonces, después de la votación, hay un sondeo público en el cual los resultados se comprueban de nuevo, para asegurarse de que lo hemos hecho bien.


El sondeo es un proceso público conducido por los mismos ciudadanos comunes que desarrollaron las elecciones, republicanos y demócratas.


Y al igual que en el día de las elecciones, representantes de los candidatos y el partido pueden observar el trabajo de los oficiales del sondeo, objetar si hay errores y procedimientos inadecuados.


Durante las elecciones, los oficiales mantienen registros detallados – quién votó, dónde, cuándo y cuánta gente votó en general.


Después de las elecciones, estos registros se ponen a inspección del público. Cualquiera que sepa lo que hace puede reconstruir las elecciones.


Hay errores humanos en todas elecciones – muchos, de hecho. Pero nuestras leyes electorales los preveen y están diseñadas para detectarlos y corregirlos.


Hay intentos de hacer trampas también – y una muy pequeña parte de ellas tienen éxito probablemente. Por esto es que las leyes permiten a los partidos tener observadores.


Pero las elecciones no están amañadas.


Para amañar unas elecciones, necesitarías (1) habilidades tecnológicas que sólo existirían en películas de 'Misión Imposible'...


además de (2) la cooperación de los republicanos y demócratas que están sirviendo como oficiales electorales del precinto, y (3) la vista gorda de los observadores republicanos y demócratas


y (4) la cooperación de otro grupo de republicanos y demócratas – los oficiales en el sondeo post-electoral, y (5) la vista gorda de los observadores...


Y entonces aún tendrías que engañar a los abogados, operarios y administradores electorales, que están examinando los resultados a nivel precintal en busca de desviaciones.


Así que cualquier candidato que insinúe que sus seguidores deben tomarse la ley por su mano durante el día de las elecciones está manipulándolos terriblemente,


incitándolos a perturbar las elecciones, animándolos a romper las leyes y llevándolos a ser arrestados. Que puede ser justo lo qu él/ella quiera.


Esto no significa que no debamos vigilar las elecciones. Definitivamente deberíamos.


Pero vigilar significa registrarse, recibir una formación, entender el proceso electoral y comportarse apropiadamente durante el día de las elecciones.


Vigilar no significa merodear amenazadoramente dentro y en los alrededores de un colegio electoral. Eso no es observar las urnas, es intimidar a los votantes


Líderes republicanos y abogados deberían pronunciarse contra este sinsentido fantasioso.


Además de debilitar la fe y confianza pública en nuestro sistema electoral, algo que es fundacional respecto a la legitimidad de nuestro gobierno,


está dañando los esfuerzos legítimos por reclutar y formar a observadores para que vigilen estas elecciones y asegurar que son libres, abiertas, justas, y honestas. Fin.

http://www.univision.com/estilo-de-vida/trending/un-gabinete-de-abogados-explica-a-trump-en-34-tuits-por-que-las-elecciones-no-pueden-amanarse