Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
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Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
Analfabetismo medio siglo después ( I )
Julio 25, 2009 at 18:09 · Clasificados en Sin Evasión
Algunos amigos dentro de Cuba que tienen un ordenador propio pero –como es común aquí- no tienen conexión a Internet ni posibilidades de estar gastando dinero en las carísimas tarjetas, leen la versión offline de mi blog, esto es, la que suelo quemar en discos para aquellos interesados en participar en nuestro espacio. Esto ha creado un curioso fenómeno acá: los lectores “de afuera” suelen participar colgando sus comentarios directamente en cada post, en tanto los “de adentro” que no tienen conexión a la Red buscan la manera de contactar –sea personalmente o por teléfono- con esta blogger para transmitirme sus opiniones, contarme sus propias experiencias en algunos temas o, incluso, sugerirme otros. Ocasionalmente también me hacen llegar materiales que han recibido de alguna fuente alternativa, tal es el caso al que quiero hacer referencia en esta ocasión y que, por su particular importancia y complejidad, iré publicando en varias entregas.
En el recién finalizado curso, y tal como se había anunciado en la prensa oficial, se realizaron exámenes diagnóstico a los estudiantes de los años finales de las Sedes Universitarias Municipales (SUM): los resultados fueron catastróficos. Seguramente no tengo que recordar a nadie que este es uno de los postreros experimentos de la Comandancia Suprema, más generalmente conocido como “la municipalización” de la Universidad. Este novedoso método de fabricar graduados universitarios cual si de butifarras se tratase, consiste en agrupar en determinados locales de cada municipio de la ciudad –dicen que de todo el país- a jóvenes (y menos jóvenes) interesados en cursar estudios “superiores”, al frente de los cuales sitúan a los profesores que les impartirán en encuentros periódicos las asignaturas correspondientes a las carreras por ellos seleccionadas dentro de una gama -en la que se incluyen carreras deportivas, de medicina, de estomatología, de oftalmología, pedagógicas (Profesores Generales Integrales)- y en la que destaca la especialidad de “Comunicación Social”, el último alarido de la moda estudiantil, que aquí es una especie de entelequia dirigida a preparar al estudiante lo mismo para hacer trabajo comunitario consolando a los más desposeídos (de todos), que para cuidar ancianos desamparados o distribuir electrodomésticos de fabricación china.
Para ingresar a esta modalidad de “aprendizaje” -la municipalización, iniciada varios años atrás- los estudiantes no son sometidos a los exámenes de ingreso que deben superar los bachilleres que matriculan los cursos regulares de las universidades después de haberse esforzado durante tres cursos de estudios internados lejos de sus casas. Para ser incluidos en el generoso programa basta con tener buenas referencias políticas de sus centros de trabajo (si es que trabajan) o de los comités (CDR) de sus barrios de residencia si no tienen vínculo laboral y manifestar verbalmente su disposición como revolucionarios. Tampoco se precisa de ningún sacrificio extra a la hora de encarar los exámenes; los profesores de las “sedes” saben que los estudiantes tienen que aprobar porque eso es lo que espera de ellos el supremo líder, gestor de la feliz iniciativa, así que son tolerantes y comprensivos, al punto que a veces reparten con igual esplendidez las sencillísimas preguntas de los exámenes y sus respuestas. Porque, si ya en este país no se produce ni siquiera azúcar, ¿qué tal si producimos universitarios? Y mesándose la rala barba el Ancianísimo sacó la cuenta –tal como antiguamente la garabateaban los bodegueros sobre un cartucho- para saber de cuántos universitarios graduados por la revolución podría ufanarse en los venideros (¿años?).
Pero he aquí que sucesivas promociones de graduados que han comenzado a trabajar han venido demostrando una escandalosa ignorancia, no ya solo en el dominio de las especialidades de los estudios cursados, sino en el conocimiento del propio idioma español y de los hechos más elementales y famosos de la historia de Cuba. El Mago Insigne, después de haber destruido concienzudamente todo cuanto tocó, había encontrado otro truco único: convertir –municipalización mediante- miles de analfabetos en universitarios… sin que perdieran por ello la primera cualidad.
Pero comenzaron los rumores, y estos se convirtieron en escándalo, así se determinó que este curso sería diferente: para obtener el título universitario era preciso vencer un examen de ortografía, con dictado, redacción e interpretación incluidos. Los tribunales que aplicarían y calificarían los exámenes serían formados por verdaderos profesores universitarios, y aunque el aprobado se lograba con solo 60 puntos y cada falta de ortografía suponía solo la pérdida de 0,5 puntos, el balance final fue similar al obtenido por Napoleón después de la batalla de Waterloo: un campo cubierto de cadáveres. De esto he conocido el testimonio escrito de un profesor de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, quien fungiera como parte de un tribunal que aplicó los mencionados exámenes a estudiantes de las SUM de esta ciudad y de dicha experiencia escribió un jocoso texto que –se dice- fue publicado en un sitio de Internet, con consecuencias nefastas para el profesor: ha sido sancionado a ocupar una responsabilidad inferior con menor salario dentro de la propia Facultad donde trabaja; y esto gracias a la mediación de sus compañeros que se opusieron a la verdadera intención de las autoridades universitarias, que era expulsarlo de la Universidad.
Es de suponer que, de alguna manera, la lectura y revisión de tantos disparates creó una suerte de espejismo o alucinación en este profesional, distorsionando su percepción de la realidad cubana: olvidó que aquí está prohibido publicar verdades, sobre todo si quien las divulga es asalariado de esa mentira mayúscula que es el gobierno.
Julio 25, 2009 at 18:09 · Clasificados en Sin Evasión
Algunos amigos dentro de Cuba que tienen un ordenador propio pero –como es común aquí- no tienen conexión a Internet ni posibilidades de estar gastando dinero en las carísimas tarjetas, leen la versión offline de mi blog, esto es, la que suelo quemar en discos para aquellos interesados en participar en nuestro espacio. Esto ha creado un curioso fenómeno acá: los lectores “de afuera” suelen participar colgando sus comentarios directamente en cada post, en tanto los “de adentro” que no tienen conexión a la Red buscan la manera de contactar –sea personalmente o por teléfono- con esta blogger para transmitirme sus opiniones, contarme sus propias experiencias en algunos temas o, incluso, sugerirme otros. Ocasionalmente también me hacen llegar materiales que han recibido de alguna fuente alternativa, tal es el caso al que quiero hacer referencia en esta ocasión y que, por su particular importancia y complejidad, iré publicando en varias entregas.
En el recién finalizado curso, y tal como se había anunciado en la prensa oficial, se realizaron exámenes diagnóstico a los estudiantes de los años finales de las Sedes Universitarias Municipales (SUM): los resultados fueron catastróficos. Seguramente no tengo que recordar a nadie que este es uno de los postreros experimentos de la Comandancia Suprema, más generalmente conocido como “la municipalización” de la Universidad. Este novedoso método de fabricar graduados universitarios cual si de butifarras se tratase, consiste en agrupar en determinados locales de cada municipio de la ciudad –dicen que de todo el país- a jóvenes (y menos jóvenes) interesados en cursar estudios “superiores”, al frente de los cuales sitúan a los profesores que les impartirán en encuentros periódicos las asignaturas correspondientes a las carreras por ellos seleccionadas dentro de una gama -en la que se incluyen carreras deportivas, de medicina, de estomatología, de oftalmología, pedagógicas (Profesores Generales Integrales)- y en la que destaca la especialidad de “Comunicación Social”, el último alarido de la moda estudiantil, que aquí es una especie de entelequia dirigida a preparar al estudiante lo mismo para hacer trabajo comunitario consolando a los más desposeídos (de todos), que para cuidar ancianos desamparados o distribuir electrodomésticos de fabricación china.
Para ingresar a esta modalidad de “aprendizaje” -la municipalización, iniciada varios años atrás- los estudiantes no son sometidos a los exámenes de ingreso que deben superar los bachilleres que matriculan los cursos regulares de las universidades después de haberse esforzado durante tres cursos de estudios internados lejos de sus casas. Para ser incluidos en el generoso programa basta con tener buenas referencias políticas de sus centros de trabajo (si es que trabajan) o de los comités (CDR) de sus barrios de residencia si no tienen vínculo laboral y manifestar verbalmente su disposición como revolucionarios. Tampoco se precisa de ningún sacrificio extra a la hora de encarar los exámenes; los profesores de las “sedes” saben que los estudiantes tienen que aprobar porque eso es lo que espera de ellos el supremo líder, gestor de la feliz iniciativa, así que son tolerantes y comprensivos, al punto que a veces reparten con igual esplendidez las sencillísimas preguntas de los exámenes y sus respuestas. Porque, si ya en este país no se produce ni siquiera azúcar, ¿qué tal si producimos universitarios? Y mesándose la rala barba el Ancianísimo sacó la cuenta –tal como antiguamente la garabateaban los bodegueros sobre un cartucho- para saber de cuántos universitarios graduados por la revolución podría ufanarse en los venideros (¿años?).
Pero he aquí que sucesivas promociones de graduados que han comenzado a trabajar han venido demostrando una escandalosa ignorancia, no ya solo en el dominio de las especialidades de los estudios cursados, sino en el conocimiento del propio idioma español y de los hechos más elementales y famosos de la historia de Cuba. El Mago Insigne, después de haber destruido concienzudamente todo cuanto tocó, había encontrado otro truco único: convertir –municipalización mediante- miles de analfabetos en universitarios… sin que perdieran por ello la primera cualidad.
Pero comenzaron los rumores, y estos se convirtieron en escándalo, así se determinó que este curso sería diferente: para obtener el título universitario era preciso vencer un examen de ortografía, con dictado, redacción e interpretación incluidos. Los tribunales que aplicarían y calificarían los exámenes serían formados por verdaderos profesores universitarios, y aunque el aprobado se lograba con solo 60 puntos y cada falta de ortografía suponía solo la pérdida de 0,5 puntos, el balance final fue similar al obtenido por Napoleón después de la batalla de Waterloo: un campo cubierto de cadáveres. De esto he conocido el testimonio escrito de un profesor de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, quien fungiera como parte de un tribunal que aplicó los mencionados exámenes a estudiantes de las SUM de esta ciudad y de dicha experiencia escribió un jocoso texto que –se dice- fue publicado en un sitio de Internet, con consecuencias nefastas para el profesor: ha sido sancionado a ocupar una responsabilidad inferior con menor salario dentro de la propia Facultad donde trabaja; y esto gracias a la mediación de sus compañeros que se opusieron a la verdadera intención de las autoridades universitarias, que era expulsarlo de la Universidad.
Es de suponer que, de alguna manera, la lectura y revisión de tantos disparates creó una suerte de espejismo o alucinación en este profesional, distorsionando su percepción de la realidad cubana: olvidó que aquí está prohibido publicar verdades, sobre todo si quien las divulga es asalariado de esa mentira mayúscula que es el gobierno.
Última edición por Azali el Jue Ago 13, 2009 11:34 pm, editado 1 vez
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
Esa es una gran realidad de la mentira de la educacion en Cuba. Por eso siempre he estado en contra de creer que la educacion cubana es un logro de la revolucion, cuando la realidad es que la educacion en Cuba bajo el regimen comunista es un desastre que costara muchisimos años superar y volverla a llevar al nivel educativo de antes de que la "revolucion" usurpara el poder.
He estado mas de veinte y cinco años trabajando en el sistema de educacion de adultos en Miami y por mi han pasado miles de estudiantes de Cuba "graduados" de todas las profesiones habidas y por haber o graduados de los Pre Universitarios y su educacion general deja bastante que desear, ademas de vivir en el siglo XIX con referencia a los adelantos tecnologicos.
He visto escritos, no editados, de supuestos graduados de periodismo en Cuba donde no saben distinguir entre el "ha" de haber y el "a" propocision y laS usan arbitrariamente segun le venga la idea.
Y ni hablar de historia, no solo cubana, de historia universal o geografia, son mas que ignorantes, si siguimos pensando en literatura solo concocen las obras marxistas que les meten en la cabeza desde que empiezan a pensar.
En resumidas cuentas creo que tal vez a los ojos de una poblacion mas ignorante, como lo es por desgracia la de la America Hispana sean los "dioses" de la cultura pero ante el conocimiento de verdaderos profesionales graduados al principio de la revolucion o antes son casi analfabetos.
Como e sposible por ejemplo que un ingeniero electrico no conozca difentes sistemas de medidas porque al regimen de Cuba se le ocurrio implantar el sistema metrico decimal como "unico existente en el mundo" y chocan con una realidad terrible cuando ven el los documentos de Estados Unidos medidas en pies y pulgadas. Como es posible crear profesionales asi cuando en cualquier educacion formal esos sistemas de medida y sus conversiones y equivalentes, eran enseñados a los niños en un cuarto o quinto grado de primaria.
Que horrible sistema de calificar los niveles de ortografia cuando en Cuba tradicionalmente, no para ingresar a las universidades, para ingresar al Bachillerato, con doce anos de edad, tenia que pasar un examen de ortografia, donde el alumno solo podia tener tres errores ortograficos en un dictado de mas de cien palabras.
La educacion en Cuba actual es una verdadera desgracia en todos los sentidos, desde la educacion general hasta la educacion universitaria. Ademas de ser otra de la asquerosas patrañas y mentirosas consignas del regimen de la ausencia de analfabetismo, cuando, hasta en documentales hechos por el mismo regimen, donde hay participacion popular, se nota la falta de educacion elemental del pueblo cubano.
LA EDUCACION ES CUBA ES OTRA DE LAS MILES DE MENTIRAS DEL REGIMEN.
He estado mas de veinte y cinco años trabajando en el sistema de educacion de adultos en Miami y por mi han pasado miles de estudiantes de Cuba "graduados" de todas las profesiones habidas y por haber o graduados de los Pre Universitarios y su educacion general deja bastante que desear, ademas de vivir en el siglo XIX con referencia a los adelantos tecnologicos.
He visto escritos, no editados, de supuestos graduados de periodismo en Cuba donde no saben distinguir entre el "ha" de haber y el "a" propocision y laS usan arbitrariamente segun le venga la idea.
Y ni hablar de historia, no solo cubana, de historia universal o geografia, son mas que ignorantes, si siguimos pensando en literatura solo concocen las obras marxistas que les meten en la cabeza desde que empiezan a pensar.
En resumidas cuentas creo que tal vez a los ojos de una poblacion mas ignorante, como lo es por desgracia la de la America Hispana sean los "dioses" de la cultura pero ante el conocimiento de verdaderos profesionales graduados al principio de la revolucion o antes son casi analfabetos.
Como e sposible por ejemplo que un ingeniero electrico no conozca difentes sistemas de medidas porque al regimen de Cuba se le ocurrio implantar el sistema metrico decimal como "unico existente en el mundo" y chocan con una realidad terrible cuando ven el los documentos de Estados Unidos medidas en pies y pulgadas. Como es posible crear profesionales asi cuando en cualquier educacion formal esos sistemas de medida y sus conversiones y equivalentes, eran enseñados a los niños en un cuarto o quinto grado de primaria.
Que horrible sistema de calificar los niveles de ortografia cuando en Cuba tradicionalmente, no para ingresar a las universidades, para ingresar al Bachillerato, con doce anos de edad, tenia que pasar un examen de ortografia, donde el alumno solo podia tener tres errores ortograficos en un dictado de mas de cien palabras.
La educacion en Cuba actual es una verdadera desgracia en todos los sentidos, desde la educacion general hasta la educacion universitaria. Ademas de ser otra de la asquerosas patrañas y mentirosas consignas del regimen de la ausencia de analfabetismo, cuando, hasta en documentales hechos por el mismo regimen, donde hay participacion popular, se nota la falta de educacion elemental del pueblo cubano.
LA EDUCACION ES CUBA ES OTRA DE LAS MILES DE MENTIRAS DEL REGIMEN.
Ron- Cantidad de envíos : 1227
Fecha de inscripción : 23/10/2008
Localización : Miami Destierro de los cubanos con dignidad
Re: Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
ESTE COMENTARIO LO COPIE DEL TEMA DE AZALI PERO VIENE MUY BIEN EN ESTE TEMA PARA QUE LOS ENGAÑADOS CON LA FALSA EDUCACION EN CUBA VEAN LA VERDAD.
Llama la atencion que haya tantas personas "rasgandonse las vestiduras" por este articulo que lo menos que aporta es llamar la atencion sobre la pobre formacion general del cubano en esa "potencia mundial" de la educacion que venden las momias al exterior.Mi experiencia personal es haber conocido muchisimos egresados de universidades con un vocabulario muy exiguo despues del asere,que vola,de ping..,sing..aunque tambien he conocido gente maravillosa,pero son una "muy" minoria.Causa tristeza,pero esta ahi afuera.
Llama la atencion que haya tantas personas "rasgandonse las vestiduras" por este articulo que lo menos que aporta es llamar la atencion sobre la pobre formacion general del cubano en esa "potencia mundial" de la educacion que venden las momias al exterior.Mi experiencia personal es haber conocido muchisimos egresados de universidades con un vocabulario muy exiguo despues del asere,que vola,de ping..,sing..aunque tambien he conocido gente maravillosa,pero son una "muy" minoria.Causa tristeza,pero esta ahi afuera.
Ron- Cantidad de envíos : 1227
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Localización : Miami Destierro de los cubanos con dignidad
Re: Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
Analfabetismo II
Agosto 8, 2009 at 09:22 · Clasificados en Sin Evasión
Por muy dramático que se presente hoy el cuadro de la educación en Cuba, así como la palmaria caída de la calidad de la enseñanza y, en consecuencia, del aprendizaje en general, sería ingenuo suponer que este haya sido un fenómeno súbito o que se pueda achacar a la crisis de los años 90 cuando desaparecieron los subsidios soviéticos y la Isla se precipitó al fondo del pozo (en el que continuamos cavando hasta hoy).
Es cierto que aquel período estuvo marcado por el éxodo de maestros y profesores hacia labores mejor pagadas o en las que obtenían por cualquier vía ingresos o bienes adicionales, sin embargo las malas políticas educacionales aplicadas desde mucho tiempo antes apuntaban al proceso de deterioro del sistema educacional.
Para un mejor análisis propongo la separación por niveles de enseñanza, empezando por la educación primaria. En este nivel, la creación de escuelas formadoras de maestros para preparar en apenas unos meses el personal docente que debían cubrir las crecientes necesidades, no siempre cumplieron con los requisitos mínimos indispensables de exigencia para el ingreso a ellas por parte de los futuros educadores. Hay que reconocer que tradicionalmente esta profesión no ha atraído a la mayoría de los jóvenes estudiantes, de manera que las autoridades idearon –entonces y ahora- ciertos “sobornos” que estimulasen la elección del magisterio como vía para obtener determinados beneficios.
Una de las primeras experiencias de la revolución fue la creación de las escuelas llamadas “Antón Makarenkov”, nombre de un pedagogo soviético, que marcarían el inicio de la sacralización de la doctrina comunista para ser inculcada a los educandos cubanos. A todas luces, aquello no fue suficiente: la falta de maestros era notoria y continuaron los esfuerzos oficiales para captar “educadores” destinados a formarse en los nuevos valores socialistas.
En el curso 1972-1973, a la escuela secundaria básica donde yo cursaba estudios llegó una convocatoria para matricular un curso acelerado para la formación de maestros primarios. El “gancho” principal era que los varones que se acogieran a este programa estarían exentos de pasar el Servicio Militar Obligatorio, que entonces tenía tres años de duración. Aquel llamamiento encontró eco en un buen número de estudiantes que cursaban el octavo grado y que arrastraban asignaturas que no habían aprobado en séptimo, muchos de ellos con atraso escolar de dos y tres cursos (porque entonces sí se suspendían exámenes y se repetían cursos), que encontraban así una forma de escapar de dos cargas a la vez: los estudios regulares y el servicio militar. Ni un mínimo de vocación, ni un test psicométrico que midiera sus capacidades, ni una referencia a sus condiciones morales y familiares. Al llamamiento se sumaron, pues, en su mayoría, los estudiantes menos aventajados y peor calificados.
La experiencia demostró ser tan calamitosa, que obligó a rectificar parcialmente la senda. Se creó entonces la Escuela Formadora de Maestros Primarios “Salvador Allende”, que captaba estudiantes de la enseñanza media pero con ciertos requerimientos básicos. De ella emergieron muchos maestros mediocres pero también –es preciso reconocerlo- otros tantos con verdadera vocación pedagógica. La especialización de maestros primarios se convirtió por un tiempo en una verdadera preocupación oficial: se desarrolló el “plan título” para recalificar a aquellos maestros que se habían formado en cursillos emergentes pero que se habían mantenido frente a las aulas y habían adquirido en la práctica suficiente experiencia pedagógica, se estableció la licenciatura en educación primaria e incluso se formaron maestros especialistas en defectología, graduados en la antigua Unión Soviética, para la atención a educandos con discapacidades.
El desplome del socialismo en la URSS y Europa del Este tuvo un efecto de tsunami en el sistema de educación cubano. De la noche a la mañana escasearon hasta casi desaparecer los medios de enseñanza, la base material de estudio y, lo que fue peor, los propios maestros. La respuesta oficial fue la mentira, la mascarada para disimular el verdadero alcance de los daños: por cada maestro graduado que comenzó a faltar se colocó un improvisado, mal preparado y peor pagado, que se encargaría sistemáticamente de deformar a los niños. Se proscribió el suspenso: pese a la mala calidad de la enseñanza y a la abrumadora falta de conocimiento de maestros y alumnos, ningún niño cubano repite un grado en la primaria. Se apela a recursos que van desde el facilismo hasta el fraude para garantizar la promoción de la mentira. Los niños que no cuentan en sus hogares con padres suficientemente calificados y responsables como para suplir las incapacidades de los maestros, quedan condenados a la ignorancia. Es así que, curiosamente, a medida que se ha desplomado la calidad en el sistema educativo se han elevado los índices de promoción. Es preciso aparentar que ahora estamos incluso mejor que antes, cuando la Unión Soviética nos proveía de libros, papel, lápices y cuanto material lectivo hiciese falta, para demostrar la superioridad del socialismo de Estado.
La historia más reciente se conoce: los maestros emergentes constituyen el sumun del fracaso oficial del sistema. Así, sin base en los conocimientos, sin la guía de un verdadero maestro que los instruya y eduque, y con grandes deformaciones en sus valores, los niños pasan sin el menor esfuerzo y con el beneplácito de maestros y padres, a otro nivel de enseñanza, donde vivirán un proceso similar. El Estado ha descubierto un sistema capaz de embrutecer al hombre desde el punto de vista de la instrucción, pero también destinado a envilecerlo desde el punto de vista moral; una situación que se arrastra hasta hoy y para la que no se vislumbra solución a corto o a mediano plazo.
Agosto 8, 2009 at 09:22 · Clasificados en Sin Evasión
Por muy dramático que se presente hoy el cuadro de la educación en Cuba, así como la palmaria caída de la calidad de la enseñanza y, en consecuencia, del aprendizaje en general, sería ingenuo suponer que este haya sido un fenómeno súbito o que se pueda achacar a la crisis de los años 90 cuando desaparecieron los subsidios soviéticos y la Isla se precipitó al fondo del pozo (en el que continuamos cavando hasta hoy).
Es cierto que aquel período estuvo marcado por el éxodo de maestros y profesores hacia labores mejor pagadas o en las que obtenían por cualquier vía ingresos o bienes adicionales, sin embargo las malas políticas educacionales aplicadas desde mucho tiempo antes apuntaban al proceso de deterioro del sistema educacional.
Para un mejor análisis propongo la separación por niveles de enseñanza, empezando por la educación primaria. En este nivel, la creación de escuelas formadoras de maestros para preparar en apenas unos meses el personal docente que debían cubrir las crecientes necesidades, no siempre cumplieron con los requisitos mínimos indispensables de exigencia para el ingreso a ellas por parte de los futuros educadores. Hay que reconocer que tradicionalmente esta profesión no ha atraído a la mayoría de los jóvenes estudiantes, de manera que las autoridades idearon –entonces y ahora- ciertos “sobornos” que estimulasen la elección del magisterio como vía para obtener determinados beneficios.
Una de las primeras experiencias de la revolución fue la creación de las escuelas llamadas “Antón Makarenkov”, nombre de un pedagogo soviético, que marcarían el inicio de la sacralización de la doctrina comunista para ser inculcada a los educandos cubanos. A todas luces, aquello no fue suficiente: la falta de maestros era notoria y continuaron los esfuerzos oficiales para captar “educadores” destinados a formarse en los nuevos valores socialistas.
En el curso 1972-1973, a la escuela secundaria básica donde yo cursaba estudios llegó una convocatoria para matricular un curso acelerado para la formación de maestros primarios. El “gancho” principal era que los varones que se acogieran a este programa estarían exentos de pasar el Servicio Militar Obligatorio, que entonces tenía tres años de duración. Aquel llamamiento encontró eco en un buen número de estudiantes que cursaban el octavo grado y que arrastraban asignaturas que no habían aprobado en séptimo, muchos de ellos con atraso escolar de dos y tres cursos (porque entonces sí se suspendían exámenes y se repetían cursos), que encontraban así una forma de escapar de dos cargas a la vez: los estudios regulares y el servicio militar. Ni un mínimo de vocación, ni un test psicométrico que midiera sus capacidades, ni una referencia a sus condiciones morales y familiares. Al llamamiento se sumaron, pues, en su mayoría, los estudiantes menos aventajados y peor calificados.
La experiencia demostró ser tan calamitosa, que obligó a rectificar parcialmente la senda. Se creó entonces la Escuela Formadora de Maestros Primarios “Salvador Allende”, que captaba estudiantes de la enseñanza media pero con ciertos requerimientos básicos. De ella emergieron muchos maestros mediocres pero también –es preciso reconocerlo- otros tantos con verdadera vocación pedagógica. La especialización de maestros primarios se convirtió por un tiempo en una verdadera preocupación oficial: se desarrolló el “plan título” para recalificar a aquellos maestros que se habían formado en cursillos emergentes pero que se habían mantenido frente a las aulas y habían adquirido en la práctica suficiente experiencia pedagógica, se estableció la licenciatura en educación primaria e incluso se formaron maestros especialistas en defectología, graduados en la antigua Unión Soviética, para la atención a educandos con discapacidades.
El desplome del socialismo en la URSS y Europa del Este tuvo un efecto de tsunami en el sistema de educación cubano. De la noche a la mañana escasearon hasta casi desaparecer los medios de enseñanza, la base material de estudio y, lo que fue peor, los propios maestros. La respuesta oficial fue la mentira, la mascarada para disimular el verdadero alcance de los daños: por cada maestro graduado que comenzó a faltar se colocó un improvisado, mal preparado y peor pagado, que se encargaría sistemáticamente de deformar a los niños. Se proscribió el suspenso: pese a la mala calidad de la enseñanza y a la abrumadora falta de conocimiento de maestros y alumnos, ningún niño cubano repite un grado en la primaria. Se apela a recursos que van desde el facilismo hasta el fraude para garantizar la promoción de la mentira. Los niños que no cuentan en sus hogares con padres suficientemente calificados y responsables como para suplir las incapacidades de los maestros, quedan condenados a la ignorancia. Es así que, curiosamente, a medida que se ha desplomado la calidad en el sistema educativo se han elevado los índices de promoción. Es preciso aparentar que ahora estamos incluso mejor que antes, cuando la Unión Soviética nos proveía de libros, papel, lápices y cuanto material lectivo hiciese falta, para demostrar la superioridad del socialismo de Estado.
La historia más reciente se conoce: los maestros emergentes constituyen el sumun del fracaso oficial del sistema. Así, sin base en los conocimientos, sin la guía de un verdadero maestro que los instruya y eduque, y con grandes deformaciones en sus valores, los niños pasan sin el menor esfuerzo y con el beneplácito de maestros y padres, a otro nivel de enseñanza, donde vivirán un proceso similar. El Estado ha descubierto un sistema capaz de embrutecer al hombre desde el punto de vista de la instrucción, pero también destinado a envilecerlo desde el punto de vista moral; una situación que se arrastra hasta hoy y para la que no se vislumbra solución a corto o a mediano plazo.
Azali- Admin
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Re: Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
Jesus escrito @ Agosto 8th, 2009 at 12:14
Miriam, lo que escribes es todo una gran verdad, traje a mi hijo de Cuba, el ano pasado, termino el grado 10mo alla, me sorprendio cuando lo puse aqui en la escuela, no sabia lo elemental, ni lo que uno esta supuesto a saber despues de haber terminado secundaria, lo mas que me dolio fue cuando un dia le dije, por que no ves las peliculas en Ingles, lees la traduccion en Espanol (subtitulos) y asi vas aprendiendo Ingles, y me dijo que el no podia leer “esos letreritos” no le daba tiempo, me puse a pensar que no podia pedir mas, hace 3 anos fui a Cuba, a su escuela, y la maestra era una nina de apenas 15 anos, que impartia la clase, con un VCR y TV.
La gran mentira de:”La salud y la educacion”.
kika 66 escrito @ Agosto 8th, 2009 at 13:18
Nací en una familia privilegiada d padres “pinchos” comprometidos al sistema ( no se si por convicción o conveniencia). En el 69 comencé la escuela en lo q se llamaba Planes especiales, mis padres me enviaron a estudiar a una escuela d Hijos d la patria en las bellas casas del Reparto Náutico, muy cerca d nuestra casa en Miramar. Recuerdo q teníamos 5 uniformes y almorzabamos en el amplio comedor d la casona en la playa.Las maestras eran “macarencas” y Javier y yo eramos los únicos entre 20 ò 30 niños q eramos recogidos por nuestros padres cada tarde por lo q nos libbrabamos d las torturas. Por ejemplo pararse al sol con jabon en la boca, golpes en los codos con un lustrador d zapatos, arrodillados en chapas d refresco etc Javier y yo lo veíamos mientras comíamos galleticas maria y refresco prieto. El carvario duró 3 ò 4 meses debimos haber contado la barbarie en casa, nuestros padres hicieron lo q hace un buen comunista hace… cambiarnos para la escuela Ciudad libertad con maestros formados antes del golpe d estado del 59. Este es mi primer recuerdo de las descabelladas ideas d un sistema bárbaro.
españolator escrito @ Agosto 9th, 2009 at 12:05
Ya sé que mal de muchos, consuelo de tontos. En España los niños no repiten curso, sólo dos en toda la obligatoria. Pasan aunque tengan todo suspendido, da igual si no aprueban ni una, y el nivel se coloca al nivel del más bajo.
Pero somos muy modernos…
SAUCEDO MIAMI escrito @ Agosto 9th, 2009 at 20:03
Trabajé en educación universitaria allá por 1978. No estaba mal: La pagaban los rusos. Ahora, me tomé el placer de leer a Antón Semiónovich Makarenko. Su sitema puede funcionar en un país devastado por una guerra mundial y dos guerras civiles, en que la cantidad de padres muertos, o combatiendo en los frentes produce millones de niños bandidos y prostitutas luchando por vivir un día más. Para un país normal el sistema sería un desastre.
LLA escrito @ Agosto 10th, 2009 at 20:25
es imposible describir el deterioro de la educacion en Cuba en un solo articulo. Los ejemplos son miles. Este ha tratado la primaria, para la secundaria supongo que el post sera como la pelicula del sabado: Violencia sexo y lenguaje de adultos. Los que sacamos a nuestros hijos de alli hoy respiramos con mas calma, pero que sera de los miles de miles de jovenes cubanos que estan pasando por todo eso hoy dia? Da miedo pensar en el “hombre nuevo”.
Miriam, lo que escribes es todo una gran verdad, traje a mi hijo de Cuba, el ano pasado, termino el grado 10mo alla, me sorprendio cuando lo puse aqui en la escuela, no sabia lo elemental, ni lo que uno esta supuesto a saber despues de haber terminado secundaria, lo mas que me dolio fue cuando un dia le dije, por que no ves las peliculas en Ingles, lees la traduccion en Espanol (subtitulos) y asi vas aprendiendo Ingles, y me dijo que el no podia leer “esos letreritos” no le daba tiempo, me puse a pensar que no podia pedir mas, hace 3 anos fui a Cuba, a su escuela, y la maestra era una nina de apenas 15 anos, que impartia la clase, con un VCR y TV.
La gran mentira de:”La salud y la educacion”.
kika 66 escrito @ Agosto 8th, 2009 at 13:18
Nací en una familia privilegiada d padres “pinchos” comprometidos al sistema ( no se si por convicción o conveniencia). En el 69 comencé la escuela en lo q se llamaba Planes especiales, mis padres me enviaron a estudiar a una escuela d Hijos d la patria en las bellas casas del Reparto Náutico, muy cerca d nuestra casa en Miramar. Recuerdo q teníamos 5 uniformes y almorzabamos en el amplio comedor d la casona en la playa.Las maestras eran “macarencas” y Javier y yo eramos los únicos entre 20 ò 30 niños q eramos recogidos por nuestros padres cada tarde por lo q nos libbrabamos d las torturas. Por ejemplo pararse al sol con jabon en la boca, golpes en los codos con un lustrador d zapatos, arrodillados en chapas d refresco etc Javier y yo lo veíamos mientras comíamos galleticas maria y refresco prieto. El carvario duró 3 ò 4 meses debimos haber contado la barbarie en casa, nuestros padres hicieron lo q hace un buen comunista hace… cambiarnos para la escuela Ciudad libertad con maestros formados antes del golpe d estado del 59. Este es mi primer recuerdo de las descabelladas ideas d un sistema bárbaro.
españolator escrito @ Agosto 9th, 2009 at 12:05
Ya sé que mal de muchos, consuelo de tontos. En España los niños no repiten curso, sólo dos en toda la obligatoria. Pasan aunque tengan todo suspendido, da igual si no aprueban ni una, y el nivel se coloca al nivel del más bajo.
Pero somos muy modernos…
SAUCEDO MIAMI escrito @ Agosto 9th, 2009 at 20:03
Trabajé en educación universitaria allá por 1978. No estaba mal: La pagaban los rusos. Ahora, me tomé el placer de leer a Antón Semiónovich Makarenko. Su sitema puede funcionar en un país devastado por una guerra mundial y dos guerras civiles, en que la cantidad de padres muertos, o combatiendo en los frentes produce millones de niños bandidos y prostitutas luchando por vivir un día más. Para un país normal el sistema sería un desastre.
LLA escrito @ Agosto 10th, 2009 at 20:25
es imposible describir el deterioro de la educacion en Cuba en un solo articulo. Los ejemplos son miles. Este ha tratado la primaria, para la secundaria supongo que el post sera como la pelicula del sabado: Violencia sexo y lenguaje de adultos. Los que sacamos a nuestros hijos de alli hoy respiramos con mas calma, pero que sera de los miles de miles de jovenes cubanos que estan pasando por todo eso hoy dia? Da miedo pensar en el “hombre nuevo”.
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Re: Analfabetismo medio siglo después ( I ) desde Cuba Mirian Celaya
Analfabetismo III
Agosto 24, 2009 at 18:08 · Clasificados en Sin Evasión
Caminar por las calles de cualquier ciudad de Cuba no es solo un ejercicio sano –e ineludible para muchos- sino también una fuente de observación directa para obtener información de primera mano o percibir en la sociedad el reflejo nítido de la situación nacional. Un elemento valioso para constatar los altísimos niveles de desastre cultural como consecuencia de décadas de deficiente formación educacional, son los carteles y letreros con los que puede tropezar un caminante en cualquier punto de la geografía insular. La ortografía española está en crisis aquí… Y no me refiero a un simple errorcillo, que más o menos podría cometer cualquiera. No; se trata de verdaderos monumentos al irrespeto de las reglas ortográficas.
Este no es un fenómeno nuevo. Yo tengo anécdotas que datan de principios de la década de los 80, cuando era profesora de Español y me sentía en la obligación moral de ayudar en el uso correcto del idioma. Recuerdo un día en que le aclaré al dependiente de una cafetería en el municipio capitalino de La Lisa, que no debía estar escrito en la tablilla un cartelito que decía “cafe mesclado”, sino que “café mezclado” era lo correcto. Casualmente el administrador, que se encontraba cerca, salió de su oficina y medio molesto me preguntó: “¿Usted entiende lo que dice la pizarra?”, y ante mi respuesta afirmativa sentenció: “Me basta”; y me dio la espalda, muy satisfecho de su propia burrada. Fue la última batalla que libré contra la ignorancia del idioma más allá de mi aula. Podría poner multitud de ejemplos de cientos de carteles que he visto desde entonces y que casi me hacen un nudo en el estómago. “Se reparan colshones”, anuncia un tapicero del Cerro; en tanto en Neptuno, muy cerca de la Universidad, un “hierrero” se ofrece para hacerle la reja que usted necesite, mientras una cafetería particular de Centro Habana vende un “delisioso kokito”.
Conocedores de mi interés en el tema, muchos amigos me traen informaciones o fotografías de estos hallazgos que, rotulados de disímiles maneras y estilos, abundan por doquier. Por esa vía me ha llegado una verdadera joya, que ilustra el encabezamiento de este post, foto que tomó mi amigo Dimas Castellanos en un viaje que hiciera a la ciudad de Bayamo. Se trata de un anuncio que exhibe la asociación de cocheros frente a la estación de ferrocarriles de dicha ciudad. Transcribo textualmente lo que dice el cartel para los que –como yo- tengan problemas con la vista “corta”:
Compañeros Asociados
Para hacer documentos en la A.S.S tiene que llebar dos –fotos- si tienes carne –una para el espediente – una.
Mantén tu saco y doble saco en –buen estado. Cuida la limpiesa de tu ciudad.
“Gracias”
Cuatro faltas de ortografía y un error de concordancia en tan breve mensaje. Es de suponer que la segunda parte del cartel se refiere a los sacos que usan los típicos coches de esa querida ciudad para recoger las excretas de los caballos, y parece que al menos se cumple la exhortación porque Bayamo es, en efecto, una ciudad limpia.
Pero qué vamos a pedir a los rotulistas populares cuando incluso algunos periodistas cometen sus pifias y los correctores de estilo pierden algún que otro gazapo en la fastidiosa revisión de tanto bodrio “informativo”. He aquí que el Granma del 12 de agosto de 2009 exhibe orgulloso en su página final un pie de foto que reza así: “Equipos de empresas constructoras camagüeyanas proceden a la desobstrucción del cause dentro de la ciudad”. He revisado desde entonces cada día, a ver si aparece una fe de errata que enmiende la plana. Nada. Probablemente ni el propio director del periódico lo lea, o acaso no sepa que el río Hatibonico no tiene “cause”, sino cauce. En fin, parece que tampoco tiene caso insistir.
Agosto 24, 2009 at 18:08 · Clasificados en Sin Evasión
Caminar por las calles de cualquier ciudad de Cuba no es solo un ejercicio sano –e ineludible para muchos- sino también una fuente de observación directa para obtener información de primera mano o percibir en la sociedad el reflejo nítido de la situación nacional. Un elemento valioso para constatar los altísimos niveles de desastre cultural como consecuencia de décadas de deficiente formación educacional, son los carteles y letreros con los que puede tropezar un caminante en cualquier punto de la geografía insular. La ortografía española está en crisis aquí… Y no me refiero a un simple errorcillo, que más o menos podría cometer cualquiera. No; se trata de verdaderos monumentos al irrespeto de las reglas ortográficas.
Este no es un fenómeno nuevo. Yo tengo anécdotas que datan de principios de la década de los 80, cuando era profesora de Español y me sentía en la obligación moral de ayudar en el uso correcto del idioma. Recuerdo un día en que le aclaré al dependiente de una cafetería en el municipio capitalino de La Lisa, que no debía estar escrito en la tablilla un cartelito que decía “cafe mesclado”, sino que “café mezclado” era lo correcto. Casualmente el administrador, que se encontraba cerca, salió de su oficina y medio molesto me preguntó: “¿Usted entiende lo que dice la pizarra?”, y ante mi respuesta afirmativa sentenció: “Me basta”; y me dio la espalda, muy satisfecho de su propia burrada. Fue la última batalla que libré contra la ignorancia del idioma más allá de mi aula. Podría poner multitud de ejemplos de cientos de carteles que he visto desde entonces y que casi me hacen un nudo en el estómago. “Se reparan colshones”, anuncia un tapicero del Cerro; en tanto en Neptuno, muy cerca de la Universidad, un “hierrero” se ofrece para hacerle la reja que usted necesite, mientras una cafetería particular de Centro Habana vende un “delisioso kokito”.
Conocedores de mi interés en el tema, muchos amigos me traen informaciones o fotografías de estos hallazgos que, rotulados de disímiles maneras y estilos, abundan por doquier. Por esa vía me ha llegado una verdadera joya, que ilustra el encabezamiento de este post, foto que tomó mi amigo Dimas Castellanos en un viaje que hiciera a la ciudad de Bayamo. Se trata de un anuncio que exhibe la asociación de cocheros frente a la estación de ferrocarriles de dicha ciudad. Transcribo textualmente lo que dice el cartel para los que –como yo- tengan problemas con la vista “corta”:
Compañeros Asociados
Para hacer documentos en la A.S.S tiene que llebar dos –fotos- si tienes carne –una para el espediente – una.
Mantén tu saco y doble saco en –buen estado. Cuida la limpiesa de tu ciudad.
“Gracias”
Cuatro faltas de ortografía y un error de concordancia en tan breve mensaje. Es de suponer que la segunda parte del cartel se refiere a los sacos que usan los típicos coches de esa querida ciudad para recoger las excretas de los caballos, y parece que al menos se cumple la exhortación porque Bayamo es, en efecto, una ciudad limpia.
Pero qué vamos a pedir a los rotulistas populares cuando incluso algunos periodistas cometen sus pifias y los correctores de estilo pierden algún que otro gazapo en la fastidiosa revisión de tanto bodrio “informativo”. He aquí que el Granma del 12 de agosto de 2009 exhibe orgulloso en su página final un pie de foto que reza así: “Equipos de empresas constructoras camagüeyanas proceden a la desobstrucción del cause dentro de la ciudad”. He revisado desde entonces cada día, a ver si aparece una fe de errata que enmiende la plana. Nada. Probablemente ni el propio director del periódico lo lea, o acaso no sepa que el río Hatibonico no tiene “cause”, sino cauce. En fin, parece que tampoco tiene caso insistir.
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