Por dónde sangran los socialistas . Y la vaca frustrada vaca Matilda.
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Por dónde sangran los socialistas . Y la vaca frustrada vaca Matilda.
Un pueblo sin bienestar no es feliz. No es un pueblo que haya alcanzado objetivos válidos . Y eso es el exilio de Miami.
Cuando cualquier cubano o latinoamericano llega a Miami, se sorprende de la laboriosidad, perseverancia, y status social de los cubanos. Pero aun es más emocionante el florecimiento de la cultura, las costumbres y el modo de vida cubano dentro de los propios Estados Unidos. Allí, en Miami está la patria que perdimos, la isla que nos arrebató por la violencia uno de los más brutales dictadores de Cuba y las Américas.
Fidel Castro les quitó todo: fincas, fábricas, bancos, centrales azucareros, etc. Cuando comenzaban los trámites de salida definitiva del país, iba a sus casas una comisión de Bienes Malversados primero, y luego una comisión de los "factores" (CDR, PCC, FMC, etc) para hacer un inventario de todas las propiedades que poseían: joyas, zapatos, ropas, cuadros de pintura, lámparas, muebles, vasos y hasta cucharitas de café. No escapaba nada. Y, desde luego, sus cuentas bancarias... Vivían, durante el tiempo de la espera de la salida, con un profundo desasosiego, de que algo del inventario se rompiera o se perdiera, porque eso podía significar la derogación del permiso de salida. Fueron objeto de inenarrables humillaciones.
Se convirtieron en las primeras "no personas" del régimen comunista. Y las primeras victimas de los paredones de fusilamientos del dictador. Se les llamaron "gusanos" "escoria".
Salieron de Cuba con una mano delante y otra detrás. Con lo que tenían puesto, excluyendo relojes y joyas.
Pero, lo único que no pudo quitarles, fué su sabio dominio en los negocios y en las leyes del mercado. Su agresividad y voluntad para abrirse paso en la jungla enonómico-industrial y comercial de los EE:UU.
Entre 1959 y 1967 llegaron más de 300 mil cubanos. Cuando llegaron, Miami era - según un amigo que allí encontré en 1995 - "una finca con tres faroles".
Limpiaron pisos, fueron cocineros, barrecalles, empleados de tiendas, trabajadores de factorías y gasolineras, mecánicos y se desempeñaron en mil oficios más. No los detuvo nada ni nadie... Y allí crearon "su Cuba "Una Cuba Libre para ellos" . La "escoria del Mariel" - como les llamó el sátrapa de Birán - hoy tiene ingresos promedios de $37,000 dólares.
En mi artículo " China : Bye Bye Karl Marx" escribí, sobre los cubanos en EE:UU: "Llegaron a EE:UU, España y otras partes del mundo. En EE:UU, de acuerdo a su último censo, hay 300 mil empresas cubanas, con un volúmen de ventas de 90 mil millones (tres veces el PIB de Cuba).. Constituyen sólo el 5% de los hispanos, pero tienen el 35% de las ventas totales del mundo hispano... Sus ventas están al nivel de las ventas de los japoneses asentados en EE :UU y se han convertido en una de las comunidades más poderosas políticamente de ese país, junto a los judíos".
Ellos abrieron el espacio empresarial americano para otras comunidades de América Latina . Nicaraguenses, que huyeron de los sandicomunistas, argentinos, mexicanos, colombianos, dominicanos, venezolanos y otros latinos, crean hoy, con los cubanos, unos 300 mil millones de dólares en sus negocios.
Fueron ellos también, por medio de Gloria Estefan y Miami Sound Machine, los que inauguraron el multimillonario negocio de la música y la cultura hispana en los Estados Unidos.
Han mantenido durante casi medio siglo lo más bello y duradero de la cultura cubana y, la han convertido en algo irreductible. No hay ninguna otra comunidad que haya logrado semejante triunfo cultural. Y por supuesto no los argentinos, a regañadientes en el país ( por la crisis moral y económica de su pais) que más odian (por envidia).
Por eso digo, con extremo orgullo, que el exilio cubano - en EE:UU y en todo el mundo - sus brillantes éxitos económicos, sociales y culturales, constituyen la más esplendorosa derrota sobre la dictadura comunista de Fidel Castro...
Si usted, algun día, viaja a Miami y ve, en las tiendas y en los Mall, un cartel que dice "We speak English", no se asombre. Detrás de ese cartel, está la mano industriosa de los cubanos.
Cuando cualquier cubano o latinoamericano llega a Miami, se sorprende de la laboriosidad, perseverancia, y status social de los cubanos. Pero aun es más emocionante el florecimiento de la cultura, las costumbres y el modo de vida cubano dentro de los propios Estados Unidos. Allí, en Miami está la patria que perdimos, la isla que nos arrebató por la violencia uno de los más brutales dictadores de Cuba y las Américas.
Fidel Castro les quitó todo: fincas, fábricas, bancos, centrales azucareros, etc. Cuando comenzaban los trámites de salida definitiva del país, iba a sus casas una comisión de Bienes Malversados primero, y luego una comisión de los "factores" (CDR, PCC, FMC, etc) para hacer un inventario de todas las propiedades que poseían: joyas, zapatos, ropas, cuadros de pintura, lámparas, muebles, vasos y hasta cucharitas de café. No escapaba nada. Y, desde luego, sus cuentas bancarias... Vivían, durante el tiempo de la espera de la salida, con un profundo desasosiego, de que algo del inventario se rompiera o se perdiera, porque eso podía significar la derogación del permiso de salida. Fueron objeto de inenarrables humillaciones.
Se convirtieron en las primeras "no personas" del régimen comunista. Y las primeras victimas de los paredones de fusilamientos del dictador. Se les llamaron "gusanos" "escoria".
Salieron de Cuba con una mano delante y otra detrás. Con lo que tenían puesto, excluyendo relojes y joyas.
Pero, lo único que no pudo quitarles, fué su sabio dominio en los negocios y en las leyes del mercado. Su agresividad y voluntad para abrirse paso en la jungla enonómico-industrial y comercial de los EE:UU.
Entre 1959 y 1967 llegaron más de 300 mil cubanos. Cuando llegaron, Miami era - según un amigo que allí encontré en 1995 - "una finca con tres faroles".
Limpiaron pisos, fueron cocineros, barrecalles, empleados de tiendas, trabajadores de factorías y gasolineras, mecánicos y se desempeñaron en mil oficios más. No los detuvo nada ni nadie... Y allí crearon "su Cuba "Una Cuba Libre para ellos" . La "escoria del Mariel" - como les llamó el sátrapa de Birán - hoy tiene ingresos promedios de $37,000 dólares.
En mi artículo " China : Bye Bye Karl Marx" escribí, sobre los cubanos en EE:UU: "Llegaron a EE:UU, España y otras partes del mundo. En EE:UU, de acuerdo a su último censo, hay 300 mil empresas cubanas, con un volúmen de ventas de 90 mil millones (tres veces el PIB de Cuba).. Constituyen sólo el 5% de los hispanos, pero tienen el 35% de las ventas totales del mundo hispano... Sus ventas están al nivel de las ventas de los japoneses asentados en EE :UU y se han convertido en una de las comunidades más poderosas políticamente de ese país, junto a los judíos".
Ellos abrieron el espacio empresarial americano para otras comunidades de América Latina . Nicaraguenses, que huyeron de los sandicomunistas, argentinos, mexicanos, colombianos, dominicanos, venezolanos y otros latinos, crean hoy, con los cubanos, unos 300 mil millones de dólares en sus negocios.
Fueron ellos también, por medio de Gloria Estefan y Miami Sound Machine, los que inauguraron el multimillonario negocio de la música y la cultura hispana en los Estados Unidos.
Han mantenido durante casi medio siglo lo más bello y duradero de la cultura cubana y, la han convertido en algo irreductible. No hay ninguna otra comunidad que haya logrado semejante triunfo cultural. Y por supuesto no los argentinos, a regañadientes en el país ( por la crisis moral y económica de su pais) que más odian (por envidia).
Por eso digo, con extremo orgullo, que el exilio cubano - en EE:UU y en todo el mundo - sus brillantes éxitos económicos, sociales y culturales, constituyen la más esplendorosa derrota sobre la dictadura comunista de Fidel Castro...
Si usted, algun día, viaja a Miami y ve, en las tiendas y en los Mall, un cartel que dice "We speak English", no se asombre. Detrás de ese cartel, está la mano industriosa de los cubanos.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: Por dónde sangran los socialistas . Y la vaca frustrada vaca Matilda.
Y es cierto, y tambien es cierto que somos despojados de todos los bienes cuando salimos y por ahi siempre anda el Papiyo diciendo que nos robamos "algo", cuando nos han robado, pues batista y camarilla que dicen que se llevaron 100 y pico millones (que nada tiene que ver con la gran mayoria de de los exiliados), es bien poco comparado con los miles de millones que se ha robado fidel y su camarilla..
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50980
Fecha de inscripción : 27/10/2008
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: Por dónde sangran los socialistas . Y la vaca frustrada vaca Matilda.
Envidia: Ni Sana, Ni Azul
¿Qué es un envidioso?
Un ingrato que detesta la luz
que le alumbra y le calienta.
Francisco de Quevedo
¿Puede alguien ser mezquino y bueno al mismo tiempo? No, por supuesto. Sin embargo, en varias oportunidades he visto cómo ante el éxito de amigos, compañeros de aula o trabajo aparece quien afirma: «Siento una sana envidia». Otras veces le ponen un camuflaje azul, con la intención de advertir que no es dañina, sino suave, delicada, generosa… sin malas intenciones.
¡Imposible!, digo y reflexiono sobre tamaña contrariedad. La envidia es tristeza o pesar del bien ajeno y emulación. Significa desear algo que no se posee. Constituye un sentimiento malsano. De tal modo, resulta inverosímil sentir desazón y a la vez agrado por la felicidad, bienestar y logros de otros.
«Es el gusano roedor del mérito y de la gloria», así la definió el poeta ruso Yevgeny Yevtushenko. Como raíz de la inquina, provoca en los envidiosos aislamiento de los grupos sociales y afán por el fracaso del envidiado. Jamás produce emociones positivas. Por el contrario, constituye una insalvable amargura.
Para disgusto de muchos, tales resentimientos laceran las relaciones interpersonales. Y peor aún, le impide a quienes la llevan dentro alcanzar las mismas cosas celadas a sus iguales. Bien lo describió el escritor español Miguel de Cervantes y Saavedra: «La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren».
De ahí que ningún hombre en la historia, por mucha que fuera su degradación, tuvo el coraje de declararse envidioso. Constituye la peor de las lacras que arrastra la pobreza espiritual. El envidioso no genera; ni en beneficio propio, ni en el de los demás. Se contenta con que el prójimo pierda, aunque él no gane.
Respecto a su color, resulta satírico atribuirle alguno. Todos encierran hermosura. ¿Cómo vincularlos a las fealdades de la rivalidad perversa? Si fuera necesario, optaría por el negro. Solo un alma oscura puede albergar semejante malevolencia. Aunque, según un proverbio árabe, por morder y no comer, la envidia más bien es flaca y amarilla.
Opino que en su lugar sería mejor preponderar el reconocimiento sincero de las virtudes ajenas. Cuestión un tanto difícil de alcanzar en un mundo de competencias, pero no imposible. Considero válido medirnos entre compañeros por las cualidades físicas o intelectuales, el estatus profesional y destrezas para el desenvolvimiento social. Cuando ocurre sin la naturaleza destructiva de la ambición, permite incentivar el intercambio para el bien colectivo. Se trata de un modo de emular legítimo para alcanzar metas, sin perjudicar a nadie. La sociedad en su conjunto se beneficia con la prosperidad individual de sus miembros.
Todo depende de cuánta empatía, solidaridad y comprensión se alcance entre las amistades, familiares, colegas de labor o estudio. De tal manera, al conocer de sus triunfos no aparecerán remordimientos, ni rencores.
Mas, como el ser humano no está exento de defectos, quizá alguien lleve en sí uno tan reprochable como la envidia. Entonces, deberá asumirlo como tal. De lo contrario, no necesitará ocultar detrás de adjetivos —sana o azul— la verdadera admiración por el buen desempeño de quienes nos rodean. Lo justo, en ese caso, será decir con honestidad: «Te felicito» o «Me alegro por ti».
--------------------------
Esto me lo encontre' en un blog de internet ...
Le viene muy bien a todos los latinoamericanos o no,que despotrican en contra de los cubanos exiliados y lo que muchos han alcanzado y logrado en Miami y en los otros lugares donde se han establecido.
Solo es ENVIDIA.
alver.
¿Qué es un envidioso?
Un ingrato que detesta la luz
que le alumbra y le calienta.
Francisco de Quevedo
¿Puede alguien ser mezquino y bueno al mismo tiempo? No, por supuesto. Sin embargo, en varias oportunidades he visto cómo ante el éxito de amigos, compañeros de aula o trabajo aparece quien afirma: «Siento una sana envidia». Otras veces le ponen un camuflaje azul, con la intención de advertir que no es dañina, sino suave, delicada, generosa… sin malas intenciones.
¡Imposible!, digo y reflexiono sobre tamaña contrariedad. La envidia es tristeza o pesar del bien ajeno y emulación. Significa desear algo que no se posee. Constituye un sentimiento malsano. De tal modo, resulta inverosímil sentir desazón y a la vez agrado por la felicidad, bienestar y logros de otros.
«Es el gusano roedor del mérito y de la gloria», así la definió el poeta ruso Yevgeny Yevtushenko. Como raíz de la inquina, provoca en los envidiosos aislamiento de los grupos sociales y afán por el fracaso del envidiado. Jamás produce emociones positivas. Por el contrario, constituye una insalvable amargura.
Para disgusto de muchos, tales resentimientos laceran las relaciones interpersonales. Y peor aún, le impide a quienes la llevan dentro alcanzar las mismas cosas celadas a sus iguales. Bien lo describió el escritor español Miguel de Cervantes y Saavedra: «La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren».
De ahí que ningún hombre en la historia, por mucha que fuera su degradación, tuvo el coraje de declararse envidioso. Constituye la peor de las lacras que arrastra la pobreza espiritual. El envidioso no genera; ni en beneficio propio, ni en el de los demás. Se contenta con que el prójimo pierda, aunque él no gane.
Respecto a su color, resulta satírico atribuirle alguno. Todos encierran hermosura. ¿Cómo vincularlos a las fealdades de la rivalidad perversa? Si fuera necesario, optaría por el negro. Solo un alma oscura puede albergar semejante malevolencia. Aunque, según un proverbio árabe, por morder y no comer, la envidia más bien es flaca y amarilla.
Opino que en su lugar sería mejor preponderar el reconocimiento sincero de las virtudes ajenas. Cuestión un tanto difícil de alcanzar en un mundo de competencias, pero no imposible. Considero válido medirnos entre compañeros por las cualidades físicas o intelectuales, el estatus profesional y destrezas para el desenvolvimiento social. Cuando ocurre sin la naturaleza destructiva de la ambición, permite incentivar el intercambio para el bien colectivo. Se trata de un modo de emular legítimo para alcanzar metas, sin perjudicar a nadie. La sociedad en su conjunto se beneficia con la prosperidad individual de sus miembros.
Todo depende de cuánta empatía, solidaridad y comprensión se alcance entre las amistades, familiares, colegas de labor o estudio. De tal manera, al conocer de sus triunfos no aparecerán remordimientos, ni rencores.
Mas, como el ser humano no está exento de defectos, quizá alguien lleve en sí uno tan reprochable como la envidia. Entonces, deberá asumirlo como tal. De lo contrario, no necesitará ocultar detrás de adjetivos —sana o azul— la verdadera admiración por el buen desempeño de quienes nos rodean. Lo justo, en ese caso, será decir con honestidad: «Te felicito» o «Me alegro por ti».
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Esto me lo encontre' en un blog de internet ...
Le viene muy bien a todos los latinoamericanos o no,que despotrican en contra de los cubanos exiliados y lo que muchos han alcanzado y logrado en Miami y en los otros lugares donde se han establecido.
Solo es ENVIDIA.
alver.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
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