La Guerra de Iom Kipur dejó una herida difícil de cerrar
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La Guerra de Iom Kipur dejó una herida difícil de cerrar
La Guerra de Iom Kipur dejó una herida difícil de cerrar
La
Guerra de Iom Kipur se libró del 6 al 26 octubre de 1973 entre Israel y
una coalición de Egipto y Siria. La Guerra comenzó con un ataque
sorpresa conjunto de Egipto y Siria en el Sinaí y las Alturas del
Golán, respectivamente, que habían sido capturados por Israel seis años
antes durante la Guerra de Seis Días. Los egipcios y los sirios
efectuaron su avanzada durante las primeras 24 a 48 horas del operativo
militar, después que el impulso empezó a oscilar en favor de Israel. En
la segunda semana de la Guerra, los sirios fueron desplazados por
completo de las Alturas del Golán. En el Sinaí, al sur, los israelíes
golpearon en la ``bisagra'' entre dos divisiones militares egipcias,
cruzaron el Canal de Suez (en la antigua línea de alto el fuego era el
límite entre los bandos) y aisló la Armada egipcia antes que entre en
vigor el cese de fuego alcanzado con la mediación de la ONU.
La Guerra tuvo consecuencias de gran alcance para muchas naciones. El
mundo árabe, que había sido humillado por la derrota contundente de la
alianza sirio-egipcio-jordana durante la Guerra de los Seis Días, se
sintió psicológicamente animado por su serie de victorias iniciales en
el conflicto.
Esta reivindicación allanó el camino para el proceso de paz con Israel,
que sobrevino luego así como las liberalizaciones políticas que se
aplicaron en Egipto. Los Acuerdos de Camp David, que llegó poco
después, llevaron a normalizar las relaciones entre Egipto e Israel,
siendo la primera vez que un país árabe reconoció el Estado de Israel.
Egipto, que dependía de la Unión Soviética, quedó fuera de su círculo
de influencia casi por completo.
Comentaristas militares señalan que el 6 de octubre de 1973, en pleno
Iom Kipur, el día más sagrado del calendario judío, Egipto y Siria
comenzaron un ataque coordinado por sorpresa contra Israel. El
equivalente del total de las fuerzas de la OTAN en Europa se movilizó
sobre las fronteras de Israel. En las Alturas del Golán,
aproximadamente 180 tanques israelíes se enfrentaron a un ataque de
1.400 tanques sirios. A lo largo del Canal de Suez, 436 defensores
israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios.
El respaldo del mundo árabe
Al menos nueve Estados árabes, entre ellos cuatro que no pertenecen a
Oriente Medio, ofrecieron ayuda activa al esfuerzo de guerra
egipcio-sirio. Unos meses antes de la guerra, Irak transfirió un
escuadrón de aviones de tipo Hunter a Egipto. Durante la Guerra, una
división iraquí de unos 18.000 hombres y varios cientos de tanques se
desplegó en el centro del Golán y participó en el ataque del 16 de
octubre contra posiciones israelíes. Aviones Mig iraquíes comenzaron a
operar sobre las Alturas del Golán ya el 8 de octubre, el tercer día de
la Guerra. Además de servir como garantes financieros, Arabia Saudita y
Kuwait enviaron hombres a la batalla. Una brigada saudita de
aproximadamente 3.000 soldados fue enviada a Siria, donde participó en
la lucha a lo largo de las cercanías de Damasco. Además, violando la
prohibición de París sobre la transferencia de armas de fabricación
francesa, Libia envió aviones Mirage a Egipto. A partir de 1971 y hasta
1973, el presidente Muamar Kadafi otorgó a El Cairo más de 1.000
millones de dólares para rearmar a Egipto y pagar a los soviéticos por
las armas suministradas. Otros países de África del Norte respondieron
a las llamadas del mundo árabe y la Unión Soviética para ayudar a los
Estados de la línea frontal. Argelia envió tres escuadrones de aviones de
cazas y bombarderos, una brigada blindada y 150 tanques.
Aproximadamente 1.000 a 2.000 soldados tunecinos se posicionaron en el
delta del Nilo Occidental. Marruecos envió tres brigadas a las líneas
del frente, incluyendo 2.500 hombres a Siria. Unidades de radar
libanesas fueron usadas por las fuerzas de defensa aérea de Siria. El
Líbano también permitió a los terroristas palestinos bombardear los
asentamientos civiles israelíes desde su territorio. Los palestinos
lucharon en el frente sur con los egipcios y los kuwaitíes.
El participante que mostró menos entusiasmo con el ataque fue el rey
Hussein de Jordania, que al parecer estaba informado de los planes de
Egipto y Siria acerca de la Guerra. Hussein envió a dos de sus mejores
unidades -las Brigadas 40 y 60 blindadas- a Siria. Esta fuerza tomó
posiciones en el sector sur, en la defensa de la principal ruta de Amán
a Damasco y atacó las posiciones israelíes a lo largo de la carretera
de Kuneitra a Sassa el 16 de octubre.
Tres baterías de artillería jordanas también participaron en un asalto,
llevado a cabo por cerca de 100 tanques. Arrojado a la defensiva
durante los primeros dos días de combate, Israel movilizó sus reservas
y finalmente rechazó a los invasores, llevando la Guerra hasta Siria y
Egipto.
Los Estados árabes fueron rápidamente reabastecidos por mar y aire por
la Unión Soviética, que rechazó los esfuerzos americanos para trabajar
hacia un inmediato alto el fuego. Como resultado de ello, Estados
Unidos comenzó con retraso su propio puente aéreo a Israel. Dos semanas
después, Egipto fue salvado de una desastrosa derrota por el Consejo de
Seguridad de la ONU, que había dejado de actuar mientras la marea
estuvo a favor de los árabes. La Unión Soviética no mostró ningún
interés en iniciar las gestiones de paz mientras parecía que los árabes
podrían ganar.
Lo mismo fue cierto para el secretario general de las Naciones Unidas
Kurt Waldheim (que perteneció a una unidad del Ejército alemán en la
Segunda Guerra Mundial, culpable de crímenes de guerra en los Balcanes,
como consecuencia de lo cual se le prohibió entrar a Estados Unidos
después de su elección como presidente de Austria).
El 22 de octubre, el Consejo de Seguridad aprobó la Resolución 338
llamando a ``todas las partes en la presente lucha a cesar el fuego y
poner fin a toda actividad militar inmediatamente''. La votación se
produjo el día en que las fuerzas israelíes habían aislado al Tercer
Ejército egipcio y se encontraban en posición de destruirlo. Pese al
éxito de Tzáhal (las Fuerzas de Defensa de Israel) en el campo de
batalla, la Guerra fue considerada en Israel como un fracaso
diplomático y militar.
Un total de 2.688 soldados murieron y 7.250 resultaron heridos. El
debate de paz al final de la Guerra fue la primera vez que funcionarios
árabes e israelíes se reunieron para hablar desde la finalización de la
Guerra de Independencia de Israel.
Israel recuperó el territorio perdido
Para los árabes (y los egipcios, en particular), el trauma
psicológico de su derrota en la Guerra de Seis Días había sido superado
en muchos sentidos y les permitió negociar con los israelíes como
iguales.
La Guerra comenzó tan bien como los árabes desearon pero al final su
ganancia territorial fue limitada en el frente del Sinaí, mientras que
Israel obtuvo más territorio en las Alturas del Golán del que tenía
antes de la Guerra y también logró poner un pie en suelo africano al
oeste del Canal de Suez. Esto ayudó a convencer a muchos en el mundo
árabe de que Israel no podía ser derrotado militarmente, fortaleciendo
así los movimientos de paz.
La Guerra tuvo un efecto dramático en la población de Israel. La
conmoción y las derrotas repentinas que se produjeron al comienzo,
resultaron un golpe psicológico duro para los israelíes, que estaban
convencidos de poseer la supremacía militar en la región.
Una protesta contra el Gobierno israelí comenzó cuatro meses después de
la Guerra. La ira contra el Gobierno y Moshé Dayán, en particular,
cobró mayor volumen. Al juez Shimon Agranat, presidente de la Corte
Suprema, se le pidió que dirija una investigación, por medio de lo que
luego se conoció como la Comisión Agranat, de los acontecimientos que
condujeron a la Guerra y los reveses de los primeros días.
La Comisión Agranat
La Comisión publicó sus resultados preliminares el 2 de abril de
1974, donde varias personas fueron señaladas en particular como
responsables de los fracasos de Israel.
He aquí algunas conclusiones. Recomendó el despido del comandante en
hefe de Tzáhal, David Elazar. La Comisión aseguró que tenía
``responsabilidad personal en la evaluación de la situación y la
preparación de Tzáhal''. Recomendó el despido del jefe de Inteligencia
Eli Zeira y su adjunto, Arie Shalev. Recomendó el traslado del teniente
coronel Bandman, jefe de asuntos de Egipto en el arma de Inteligencia y
del jefe de Inteligencia del Comando Sur.
Por último, el 11 de abril de 1974 Golda Meir renunció y su gabinete
hizo lo mismo, incluyendo a Dayán, quien previamente había presentado
su renuncia dos veces, siendo rechazado por Meir. Itzjak Rabin, que
pasó la mayor parte de la Guerra como asesor de Elazar, se convirtió en
jefe del nuevo Gobierno, que asumió en junio.
Las discusiones en torno al trabajo del Servicio de Inteligencia en las
semanas previas a la Guerra de Iom Kipur, al hecho de que informes
seriamente basados no llegaron a los despachos de las personas
encargadas de tomar decisiones tiene ecos hasta nuestros días y eso se
refleja claramente en los artículos de prensa y debates radiales y
televisivos que tienen lugar cuando se conmemora este nuevo aniversario
de la única guerra que, según los reconocen los expertos, puso en
peligro la existencia del Estado.
(Fuentes: Global Oneness Encyclopedia y artículos de prensa de la época).
La
Guerra de Iom Kipur se libró del 6 al 26 octubre de 1973 entre Israel y
una coalición de Egipto y Siria. La Guerra comenzó con un ataque
sorpresa conjunto de Egipto y Siria en el Sinaí y las Alturas del
Golán, respectivamente, que habían sido capturados por Israel seis años
antes durante la Guerra de Seis Días. Los egipcios y los sirios
efectuaron su avanzada durante las primeras 24 a 48 horas del operativo
militar, después que el impulso empezó a oscilar en favor de Israel. En
la segunda semana de la Guerra, los sirios fueron desplazados por
completo de las Alturas del Golán. En el Sinaí, al sur, los israelíes
golpearon en la ``bisagra'' entre dos divisiones militares egipcias,
cruzaron el Canal de Suez (en la antigua línea de alto el fuego era el
límite entre los bandos) y aisló la Armada egipcia antes que entre en
vigor el cese de fuego alcanzado con la mediación de la ONU.
La Guerra tuvo consecuencias de gran alcance para muchas naciones. El
mundo árabe, que había sido humillado por la derrota contundente de la
alianza sirio-egipcio-jordana durante la Guerra de los Seis Días, se
sintió psicológicamente animado por su serie de victorias iniciales en
el conflicto.
Esta reivindicación allanó el camino para el proceso de paz con Israel,
que sobrevino luego así como las liberalizaciones políticas que se
aplicaron en Egipto. Los Acuerdos de Camp David, que llegó poco
después, llevaron a normalizar las relaciones entre Egipto e Israel,
siendo la primera vez que un país árabe reconoció el Estado de Israel.
Egipto, que dependía de la Unión Soviética, quedó fuera de su círculo
de influencia casi por completo.
Comentaristas militares señalan que el 6 de octubre de 1973, en pleno
Iom Kipur, el día más sagrado del calendario judío, Egipto y Siria
comenzaron un ataque coordinado por sorpresa contra Israel. El
equivalente del total de las fuerzas de la OTAN en Europa se movilizó
sobre las fronteras de Israel. En las Alturas del Golán,
aproximadamente 180 tanques israelíes se enfrentaron a un ataque de
1.400 tanques sirios. A lo largo del Canal de Suez, 436 defensores
israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios.
El respaldo del mundo árabe
Al menos nueve Estados árabes, entre ellos cuatro que no pertenecen a
Oriente Medio, ofrecieron ayuda activa al esfuerzo de guerra
egipcio-sirio. Unos meses antes de la guerra, Irak transfirió un
escuadrón de aviones de tipo Hunter a Egipto. Durante la Guerra, una
división iraquí de unos 18.000 hombres y varios cientos de tanques se
desplegó en el centro del Golán y participó en el ataque del 16 de
octubre contra posiciones israelíes. Aviones Mig iraquíes comenzaron a
operar sobre las Alturas del Golán ya el 8 de octubre, el tercer día de
la Guerra. Además de servir como garantes financieros, Arabia Saudita y
Kuwait enviaron hombres a la batalla. Una brigada saudita de
aproximadamente 3.000 soldados fue enviada a Siria, donde participó en
la lucha a lo largo de las cercanías de Damasco. Además, violando la
prohibición de París sobre la transferencia de armas de fabricación
francesa, Libia envió aviones Mirage a Egipto. A partir de 1971 y hasta
1973, el presidente Muamar Kadafi otorgó a El Cairo más de 1.000
millones de dólares para rearmar a Egipto y pagar a los soviéticos por
las armas suministradas. Otros países de África del Norte respondieron
a las llamadas del mundo árabe y la Unión Soviética para ayudar a los
Estados de la línea frontal. Argelia envió tres escuadrones de aviones de
cazas y bombarderos, una brigada blindada y 150 tanques.
Aproximadamente 1.000 a 2.000 soldados tunecinos se posicionaron en el
delta del Nilo Occidental. Marruecos envió tres brigadas a las líneas
del frente, incluyendo 2.500 hombres a Siria. Unidades de radar
libanesas fueron usadas por las fuerzas de defensa aérea de Siria. El
Líbano también permitió a los terroristas palestinos bombardear los
asentamientos civiles israelíes desde su territorio. Los palestinos
lucharon en el frente sur con los egipcios y los kuwaitíes.
El participante que mostró menos entusiasmo con el ataque fue el rey
Hussein de Jordania, que al parecer estaba informado de los planes de
Egipto y Siria acerca de la Guerra. Hussein envió a dos de sus mejores
unidades -las Brigadas 40 y 60 blindadas- a Siria. Esta fuerza tomó
posiciones en el sector sur, en la defensa de la principal ruta de Amán
a Damasco y atacó las posiciones israelíes a lo largo de la carretera
de Kuneitra a Sassa el 16 de octubre.
Tres baterías de artillería jordanas también participaron en un asalto,
llevado a cabo por cerca de 100 tanques. Arrojado a la defensiva
durante los primeros dos días de combate, Israel movilizó sus reservas
y finalmente rechazó a los invasores, llevando la Guerra hasta Siria y
Egipto.
Los Estados árabes fueron rápidamente reabastecidos por mar y aire por
la Unión Soviética, que rechazó los esfuerzos americanos para trabajar
hacia un inmediato alto el fuego. Como resultado de ello, Estados
Unidos comenzó con retraso su propio puente aéreo a Israel. Dos semanas
después, Egipto fue salvado de una desastrosa derrota por el Consejo de
Seguridad de la ONU, que había dejado de actuar mientras la marea
estuvo a favor de los árabes. La Unión Soviética no mostró ningún
interés en iniciar las gestiones de paz mientras parecía que los árabes
podrían ganar.
Lo mismo fue cierto para el secretario general de las Naciones Unidas
Kurt Waldheim (que perteneció a una unidad del Ejército alemán en la
Segunda Guerra Mundial, culpable de crímenes de guerra en los Balcanes,
como consecuencia de lo cual se le prohibió entrar a Estados Unidos
después de su elección como presidente de Austria).
El 22 de octubre, el Consejo de Seguridad aprobó la Resolución 338
llamando a ``todas las partes en la presente lucha a cesar el fuego y
poner fin a toda actividad militar inmediatamente''. La votación se
produjo el día en que las fuerzas israelíes habían aislado al Tercer
Ejército egipcio y se encontraban en posición de destruirlo. Pese al
éxito de Tzáhal (las Fuerzas de Defensa de Israel) en el campo de
batalla, la Guerra fue considerada en Israel como un fracaso
diplomático y militar.
Un total de 2.688 soldados murieron y 7.250 resultaron heridos. El
debate de paz al final de la Guerra fue la primera vez que funcionarios
árabes e israelíes se reunieron para hablar desde la finalización de la
Guerra de Independencia de Israel.
Israel recuperó el territorio perdido
Para los árabes (y los egipcios, en particular), el trauma
psicológico de su derrota en la Guerra de Seis Días había sido superado
en muchos sentidos y les permitió negociar con los israelíes como
iguales.
La Guerra comenzó tan bien como los árabes desearon pero al final su
ganancia territorial fue limitada en el frente del Sinaí, mientras que
Israel obtuvo más territorio en las Alturas del Golán del que tenía
antes de la Guerra y también logró poner un pie en suelo africano al
oeste del Canal de Suez. Esto ayudó a convencer a muchos en el mundo
árabe de que Israel no podía ser derrotado militarmente, fortaleciendo
así los movimientos de paz.
La Guerra tuvo un efecto dramático en la población de Israel. La
conmoción y las derrotas repentinas que se produjeron al comienzo,
resultaron un golpe psicológico duro para los israelíes, que estaban
convencidos de poseer la supremacía militar en la región.
Una protesta contra el Gobierno israelí comenzó cuatro meses después de
la Guerra. La ira contra el Gobierno y Moshé Dayán, en particular,
cobró mayor volumen. Al juez Shimon Agranat, presidente de la Corte
Suprema, se le pidió que dirija una investigación, por medio de lo que
luego se conoció como la Comisión Agranat, de los acontecimientos que
condujeron a la Guerra y los reveses de los primeros días.
La Comisión Agranat
La Comisión publicó sus resultados preliminares el 2 de abril de
1974, donde varias personas fueron señaladas en particular como
responsables de los fracasos de Israel.
He aquí algunas conclusiones. Recomendó el despido del comandante en
hefe de Tzáhal, David Elazar. La Comisión aseguró que tenía
``responsabilidad personal en la evaluación de la situación y la
preparación de Tzáhal''. Recomendó el despido del jefe de Inteligencia
Eli Zeira y su adjunto, Arie Shalev. Recomendó el traslado del teniente
coronel Bandman, jefe de asuntos de Egipto en el arma de Inteligencia y
del jefe de Inteligencia del Comando Sur.
Por último, el 11 de abril de 1974 Golda Meir renunció y su gabinete
hizo lo mismo, incluyendo a Dayán, quien previamente había presentado
su renuncia dos veces, siendo rechazado por Meir. Itzjak Rabin, que
pasó la mayor parte de la Guerra como asesor de Elazar, se convirtió en
jefe del nuevo Gobierno, que asumió en junio.
Las discusiones en torno al trabajo del Servicio de Inteligencia en las
semanas previas a la Guerra de Iom Kipur, al hecho de que informes
seriamente basados no llegaron a los despachos de las personas
encargadas de tomar decisiones tiene ecos hasta nuestros días y eso se
refleja claramente en los artículos de prensa y debates radiales y
televisivos que tienen lugar cuando se conmemora este nuevo aniversario
de la única guerra que, según los reconocen los expertos, puso en
peligro la existencia del Estado.
(Fuentes: Global Oneness Encyclopedia y artículos de prensa de la época).
Dalton77- Cantidad de envíos : 3837
Fecha de inscripción : 19/02/2009
Re: La Guerra de Iom Kipur dejó una herida difícil de cerrar
Irán hará explotar el corazón de Israel si es atacado”
Irán
"hará saltar en pedazos el corazón de Israel" si el estado judío o
Estados Unidos atacan al régimen iraní, advirtió Mojtaba Zolnour
(foto), uno de los oficiales de más alto rango de la poderosa Guardia
Revolucionaria, cuerpo de élite e ideológico del Ejército iraní.
"Si un misil estadounidense o sionista explota en nuestro país,
antes de que el polvo se disipe, habrá estallado el corazón de Israel",
afirmó el militar, segundo en la oficina de representación del líder
supremo, ayatolá Alí Jamenei, en el citado cuerpo, en un discurso en la
ciudad santa de Qom.
En este sentido, Zolnour advirtió que no cree que "ni el régimen
sionista ni Estados Unidos puedan arriesgarse a lanzar un ataque a
Irán".
Israel ha anunciado en los últimos meses que está dispuesta a lanzar
un ataque de precisión contra objetivos nucleares iraníes si Teherán no
pone fin a su controvertido programa de enriquecimiento de uranio.
Expertos afirman, no obstante, que este ataque no sería la solución
del problema, ya que simplemente serviría para retrasar algunos años el
progreso de Irán en la tecnología nuclear y en ningún caso detendría su
programa.
La Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria probó con éxito el mes
pasado una serie de misiles que según fuentes militares iraníes podrían
alcanzar objetivos en el interior de Israel.
El pasado uno de octubre Irán y el 5+1 -integrado por Estados
Unidos, el Reino Unido, Francia, China y Rusia, además de Alemania-
retomaron el diálogo nuclear tras catorce meses, al parecer de forma
alentadora.
Sin embargo, la comunidad internacional afirma que todas las
opciones están sobre la mesa, y exige a Irán garantías de que su
programa es pacífico. EFE y fuentes propias
Irán
"hará saltar en pedazos el corazón de Israel" si el estado judío o
Estados Unidos atacan al régimen iraní, advirtió Mojtaba Zolnour
(foto), uno de los oficiales de más alto rango de la poderosa Guardia
Revolucionaria, cuerpo de élite e ideológico del Ejército iraní.
"Si un misil estadounidense o sionista explota en nuestro país,
antes de que el polvo se disipe, habrá estallado el corazón de Israel",
afirmó el militar, segundo en la oficina de representación del líder
supremo, ayatolá Alí Jamenei, en el citado cuerpo, en un discurso en la
ciudad santa de Qom.
En este sentido, Zolnour advirtió que no cree que "ni el régimen
sionista ni Estados Unidos puedan arriesgarse a lanzar un ataque a
Irán".
Israel ha anunciado en los últimos meses que está dispuesta a lanzar
un ataque de precisión contra objetivos nucleares iraníes si Teherán no
pone fin a su controvertido programa de enriquecimiento de uranio.
Expertos afirman, no obstante, que este ataque no sería la solución
del problema, ya que simplemente serviría para retrasar algunos años el
progreso de Irán en la tecnología nuclear y en ningún caso detendría su
programa.
La Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria probó con éxito el mes
pasado una serie de misiles que según fuentes militares iraníes podrían
alcanzar objetivos en el interior de Israel.
El pasado uno de octubre Irán y el 5+1 -integrado por Estados
Unidos, el Reino Unido, Francia, China y Rusia, además de Alemania-
retomaron el diálogo nuclear tras catorce meses, al parecer de forma
alentadora.
Sin embargo, la comunidad internacional afirma que todas las
opciones están sobre la mesa, y exige a Irán garantías de que su
programa es pacífico. EFE y fuentes propias
Dalton77- Cantidad de envíos : 3837
Fecha de inscripción : 19/02/2009
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