Elecciones en Chile...Dicen que el giro sera' a la derecha.

más de 8 millones de votantes eligen al sucesor de la socialista Michelle bachelet
La derecha prepara su fiesta en Chile


Todas las encuestas auguran para hoy un triunfo del candidato conservador Sebastián Piñera, aunque insuficiente para vencer en primera vuelta al oficialista Eduardo Frei. El nombre del futuro presidente podría definirse en un ballottage el 17 de enero.


A.G.B., desde Valparaíso / Santiago de Chile
13.12.2009



A paso redoblado. El gobierno de Chile dispuso el despliegue de 17 mil carabineros para resguardar 34.325 mesas electorales dispuestas en 367 sedes en todo el país.


En estas elecciones pletóricas de escepticismos, nadie duda sin embargo de que sean las más reñidas que conoce Chile desde 1989. Los cuatro candidatos para suceder a la socialista Michelle Bachelet en marzo de 2010 son el empresario Sebastián Piñera, de Renovación Nacional, pero que lidera la opositora Coalición por el Cambio; el democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, abanderado de la Concertación; el independiente escindido de las filas concertadas, Marco Enríquez-Ominami, y Jorge Arrate, representante de la izquierda extraparlamentaria. Los sondeos eran unánimes en señalar que, pese a su condición de favorito, Sebastián Piñera no lograría esa mayoría absoluta en la primera vuelta que lo eximiría de enfrentar en ballottage el próximo 17 de enero al candidato que quede en segunda posición.

Por primera vez en la historia, la derecha va primera en las encuestas. Las encuestas apuntan a que Frei será quien deba luchar contra la derecha en la segunda vuelta electoral. Pero, con cierta paradoja, “la mayoría de los electores cree que Marco Enríquez tiene más posibilidades de derrotar a Piñera”, explican algunos analistas. Si tan difícil es para los chilenos decidir entre estos tres candidatos, es que las diferencias que los separan son más de estilo y formas que de fondo.

Después de 20 años de variados éxitos, que colocaron a Chile como odioso modelo para el resto del continente cuando las felicitaciones provenían del FMI, ninguno de los tres candidatos puede renegar del legado de la Concertación; por el contrario, cada uno quiere presentarse como el mejor gestor del legado de las dos décadas en las que el país creció en democracia.

Como Frei, Piñera también tiene raíces familiares democristianas, pero su vocación empresarial (y las críticas de la DC a sus ambiciones desmedidas) lo apartaron de la política activa hasta que volvió a impulsar su candidatura en el partido de centroderecha RN. Piñera cuenta también con el apoyo condicionado de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), formación más próxima a sectores pinochetistas. Con una fortuna personal valorada en 1.000 millones de dólares, el candidato elogia el legado económico de Pinochet, pero critica las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

En los intersticios entre Piñera y Frei está Marco Enríquez-Ominami, joven diputado hijo del guerrillero Miguel Enríquez, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), asesinado durante la dictadura. Aunque procede de las filas de la Concertación, Enríquez-Ominami tuvo que renunciar al Partido Socialista después de fracasar en su intento de que esa formación celebrara internas para elegir a su candidato.

Hijo adoptivo del senador Carlos Ominami, figura clave de la Concertación, el llamado “diputado díscolo” ha amalgamado un movimiento integrado por políticos desencantados del oficialismo, jóvenes profesionales y partidos minoritarios.

La discusión sobre la transición chilena puede cerrarse hoy, y acabará de cerrarse en enero, cuando, como en 1973, un presidente de derechas reemplace a una presidenta socialista. Pero esta vez será el voto obligatorio, aunque sólo de aquellos que decidieron inscribirse en un padrón electoral. La inscripción no es forzosa, pero sí el sufragio una vez que se ha decidido hacerlo.

De hecho, en los Barrios Altos de Santiago ya hay bullicio, compras de vinos y espumantes (ex champagnes) en las botellerías finas. Como para compensar la derrota de Universidad Católica por el popular Colo Colo.

Las contradicciones de un millonario

Dos actos aparentemente contradictorios de Sebastián Piñera hicieron pensar a muchos que el cambio de los ánimos políticos es definitivo en Chile. Primero habló con varios militares sobre posibles indultos presidenciales en casos de violaciones de derechos humanos y luego incluyó en sus spots de propaganda a una pareja del mismo sexo. La primera decisión fue más comentada que la segunda, pero ninguno le trajo consecuencias negativas al empresario derechista que no sabe hacer malos negocios (es curioso comparar con las decisiones políticas de los argentinos Kirchner y Macri). O sólo fueron positivas. La decisión de apoyar públicamente las uniones homosexuales antes habría hecho perder la elección a cualquier candidato. Más aún en Chile, uno de los últimos países en reformar su Código Civil para admitir el divorcio vincular. La Iglesia católica protestó y un representante de la Democracia Cristiana salió a recordar la pedofilia sacerdotal.

En las concurridas discos gays de Santiago y Valparaíso, todo era fiesta como siempre en el fin de semana electoral. Guardias uniformados buscan con linternas los vasos vacíos que haya en el suelo, mientras algunos bailarines aspiran cocaína sin ser molestados y desean el ingreso pleno de Chile al Mercosur.