Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
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Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
lunes 11 de enero de 2010
Crónicas Habaneras (VIII)
En los años 80 funcionaban en la Ciudad de La Habana una serie de establecimientos dedicados a la venta de cerveza. La población los llamaba "cerveceras" y a su alrededor se concentraban bebedores y negociantes de todo tipo.
Los expendios del refrescante y espumoso líquido generaron tantas actitudes delictivas que el propio Fidel Castro tomó cartas en el asunto. De la noche a la mañana -algo habitual en Cuba después de la llegada al poder de los barbudos-, las cerveceras capitalinas fueron desactivadas y se declaró que, en lo adelante, la producción de una de las más codiciadas bebidas nacionales, se distribuiría por la libreta de racionamiento, a razón de una caja de 24 botellas por núcleo familiar cada mes y medio.
Como casi siempre ocurre en esta isla surrealista, lo prometido se cumplió solamente en los primeros tiempos. Unos meses más tarde, la cerveza dejó de venderse racionadamente y se comenzó a distribuir para fiestas de quince y bodas. Al principio, diez cajas por festejo. Actualmente son tres, cuyo costo total es de menos de cincuenta pesos (poco más de dos dólares).
El cubano, tan adicto al ron como a la cerveza, no se conformó con la desaparición del líquido amarillo y donde quiera que se anuncia su venta, se personan los cerveceros habituales. Carnavales, bailables, tómbolas o pipas situadas por el comercio estatal suelen concentrar a miles de hombres, solos o acompañados de sus parejas, quienes "perga" (vaso parafinado) en mano, se las ingenian para refrescar con el "laguer", "lagarto" o "fría", tres de los nombres populares de la cerveza.
Con la despenalización del dólar, el 26 de julio de 1993, el ambiente cervecero sufrió un giro de 180 grados. La moda pasó a ser la cerveza "de marca", enlatada, de fabricación nacional o importada. Alrededor de las latas de cerveza surgió un nuevo "bisne": conseguir, a menos precio, cajas de cervezas y venderlas en establecimientos que durante las veinticuatro horas la ofertan bien fría , y a un precio mayor.
Los dependientes se quedan con la mayor parte de las ganancias y con las propinas habituales de los tomadores. Pero como no todos los cubanos tienen dólares, el negocio de la cerveza es rentable también en pesos.
En su edición del 4 de octubre de 1998 el periódico Tribuna, órgano del Partido Comunista en Ciudad de La Habana, sacaba un amplio reportaje sobre el robo de cerveza que a diario ocurre en la empresa Miguel Angel Oramas, antigua La Polar, ubicada en la barriada de Puentes Grandes, aledaña al Parque Almendares, "zona boscosa que favorece la acción delictiva". La periodista Marieta Cabrera ilustró su trabajo con una foto de trabajadores de La Polar reparando los huecos de los techos por donde los ladrones sacan las cajas de cerveza.
En el reportaje se plantea que "en el pasado mes julio fueron sustraídas 800 cajas, en el mes de agosto 3,200 y hasta el 21 de septiembre se registraban 740 cajas perdidas por el concepto de hurto". Al incremento del robo contribuyó el cierre temporal de la otra fábrica capitalina, La Tropical.
En el mercado negro, una caja de 24 botellas de cerveza cuesta entre 150 y 200 pesos (su precio oficial, por caja, es de 14,60 pesos, menos de un dólar al cambio actual). Un pomo plástico -al que le dicen "flecha"- cuesta 15 pesos y cualquiera de las dos variantes, embotellada o de tanque, tiene amplia demanda, mucho más en los meses de verano cuando el cuerpo y el clima piden refrescar con una "cervecita", sea cubana o extranjera.
Como los alimentos, el calzado, la ropa de canastilla, la leche en polvo, el material escolar y los medicamentos, la cerveza forma parte del descomunal saco de carencias de los cubanos y, por eso mismo, es susceptible al "bisne" (negocio) por elementos inescrupulosos y antisociales.
El Estado cubano es dueño de todo, y a él corresponde mejorar los suministros de una población que arribará a un nuevo siglo con el dogal de la escasez y el racionamiento.
Crónicas Habaneras (VIII)
Por Tania Quintero
En los años 80 funcionaban en la Ciudad de La Habana una serie de establecimientos dedicados a la venta de cerveza. La población los llamaba "cerveceras" y a su alrededor se concentraban bebedores y negociantes de todo tipo.
Los expendios del refrescante y espumoso líquido generaron tantas actitudes delictivas que el propio Fidel Castro tomó cartas en el asunto. De la noche a la mañana -algo habitual en Cuba después de la llegada al poder de los barbudos-, las cerveceras capitalinas fueron desactivadas y se declaró que, en lo adelante, la producción de una de las más codiciadas bebidas nacionales, se distribuiría por la libreta de racionamiento, a razón de una caja de 24 botellas por núcleo familiar cada mes y medio.
Como casi siempre ocurre en esta isla surrealista, lo prometido se cumplió solamente en los primeros tiempos. Unos meses más tarde, la cerveza dejó de venderse racionadamente y se comenzó a distribuir para fiestas de quince y bodas. Al principio, diez cajas por festejo. Actualmente son tres, cuyo costo total es de menos de cincuenta pesos (poco más de dos dólares).
El cubano, tan adicto al ron como a la cerveza, no se conformó con la desaparición del líquido amarillo y donde quiera que se anuncia su venta, se personan los cerveceros habituales. Carnavales, bailables, tómbolas o pipas situadas por el comercio estatal suelen concentrar a miles de hombres, solos o acompañados de sus parejas, quienes "perga" (vaso parafinado) en mano, se las ingenian para refrescar con el "laguer", "lagarto" o "fría", tres de los nombres populares de la cerveza.
Con la despenalización del dólar, el 26 de julio de 1993, el ambiente cervecero sufrió un giro de 180 grados. La moda pasó a ser la cerveza "de marca", enlatada, de fabricación nacional o importada. Alrededor de las latas de cerveza surgió un nuevo "bisne": conseguir, a menos precio, cajas de cervezas y venderlas en establecimientos que durante las veinticuatro horas la ofertan bien fría , y a un precio mayor.
Los dependientes se quedan con la mayor parte de las ganancias y con las propinas habituales de los tomadores. Pero como no todos los cubanos tienen dólares, el negocio de la cerveza es rentable también en pesos.
En su edición del 4 de octubre de 1998 el periódico Tribuna, órgano del Partido Comunista en Ciudad de La Habana, sacaba un amplio reportaje sobre el robo de cerveza que a diario ocurre en la empresa Miguel Angel Oramas, antigua La Polar, ubicada en la barriada de Puentes Grandes, aledaña al Parque Almendares, "zona boscosa que favorece la acción delictiva". La periodista Marieta Cabrera ilustró su trabajo con una foto de trabajadores de La Polar reparando los huecos de los techos por donde los ladrones sacan las cajas de cerveza.
En el reportaje se plantea que "en el pasado mes julio fueron sustraídas 800 cajas, en el mes de agosto 3,200 y hasta el 21 de septiembre se registraban 740 cajas perdidas por el concepto de hurto". Al incremento del robo contribuyó el cierre temporal de la otra fábrica capitalina, La Tropical.
En el mercado negro, una caja de 24 botellas de cerveza cuesta entre 150 y 200 pesos (su precio oficial, por caja, es de 14,60 pesos, menos de un dólar al cambio actual). Un pomo plástico -al que le dicen "flecha"- cuesta 15 pesos y cualquiera de las dos variantes, embotellada o de tanque, tiene amplia demanda, mucho más en los meses de verano cuando el cuerpo y el clima piden refrescar con una "cervecita", sea cubana o extranjera.
Como los alimentos, el calzado, la ropa de canastilla, la leche en polvo, el material escolar y los medicamentos, la cerveza forma parte del descomunal saco de carencias de los cubanos y, por eso mismo, es susceptible al "bisne" (negocio) por elementos inescrupulosos y antisociales.
El Estado cubano es dueño de todo, y a él corresponde mejorar los suministros de una población que arribará a un nuevo siglo con el dogal de la escasez y el racionamiento.
(Publicado en octubre de 1998 en Cubafrepress).
Foto: Cuba 2006, Flickr.
Foto: Cuba 2006, Flickr.
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
A esos tanques donde almacenaban cerveza a granel y salian a venderlas en los pueblos o calles,las conoci como PIPAS.
Me acuerdo que una vez,estando de visita en casa de mi abuela,llego' la pipa esa ,que por cierto algunas veces la gente sabia que venia y desde horas antes se plantaban en una cola a esperarla y siempre se formaba alguna bronca.Ese dia la pipa llego' de repente cuando nadie la esperaba y agarro' a mi primo fuera de base.El ,para no perder el turno en la cola ,le gritaba de lejisimo a la novia que la pipa habia llegado y que le llevara un cubo o una jarra o algo para echarla,y parece que del nerviosismo,la prisa o de tan rápido que quería hablar ,no hablaba claro y el gritaba y repetía ,la pipa,llego la pipa' ,y ella creía que decía algo de lápiz... Y ella,como no escuchaba bien le preguntaba ,que' lapiz,quieres que te alcance un lápiz?tE JURO aZALI QUE ESO FUE VERDAD.
Lo de Cuba es tremendo.
alver.
Me acuerdo que una vez,estando de visita en casa de mi abuela,llego' la pipa esa ,que por cierto algunas veces la gente sabia que venia y desde horas antes se plantaban en una cola a esperarla y siempre se formaba alguna bronca.Ese dia la pipa llego' de repente cuando nadie la esperaba y agarro' a mi primo fuera de base.El ,para no perder el turno en la cola ,le gritaba de lejisimo a la novia que la pipa habia llegado y que le llevara un cubo o una jarra o algo para echarla,y parece que del nerviosismo,la prisa o de tan rápido que quería hablar ,no hablaba claro y el gritaba y repetía ,la pipa,llego la pipa' ,y ella creía que decía algo de lápiz... Y ella,como no escuchaba bien le preguntaba ,que' lapiz,quieres que te alcance un lápiz?tE JURO aZALI QUE ESO FUE VERDAD.
Lo de Cuba es tremendo.
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Última edición por KminoxCuba el Lun Ene 11, 2010 2:04 pm, editado 1 vez
Alver- Cantidad de envíos : 6935
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Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
Y las pipas del refresco?? y ahi manos y "churres" juntos
Y hubia un vino espumoso, un engendro " a granel" tambien
Que asco y antihigienico todo eso..pobre Cuba.
Y hubia un vino espumoso, un engendro " a granel" tambien
Que asco y antihigienico todo eso..pobre Cuba.
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
Verdad que SI...Mira,sin ir muy lejos..Un dia,en una fiesta por la tarde que dieron en un centro juvenil,nosotros ,un grupo de amigos estabamos ahi y a la hora de vender la cerveza,qu etambien lo anunciaron de repente,nosotros no teniamos donde echar la cerveza para tomárnosla,y te lo puedo jurar por la memoria de mi madre ,que no enocntrabamos alli quien nos prestara ni un vaso,y una amiga mia cojio',se levanto' y regreso' ,para echar la cerveza,nadamas y nadamenos,que con un cubo de limpiar de los que habia ahi en ese lugar ...Te lo juro por Dios! y yo se' que tu no crees mucho en Dios,pero yo SI...Ahi echamos la cerveza y todos la tomamos...Por suerte y de milagros no cojimos una buena infeccion...te lo repito y lo juro.
Fijate nadamas.Fue una irresponsabilidad tremenda lo que hicimos ,hay que estar loco para hacer algo como eso,pero asi fue'.Para tomarse un poquito de cerveza hubo que hacerse de un cubo(balde) de limpieza...Eso es increible.
alver.
Fijate nadamas.Fue una irresponsabilidad tremenda lo que hicimos ,hay que estar loco para hacer algo como eso,pero asi fue'.Para tomarse un poquito de cerveza hubo que hacerse de un cubo(balde) de limpieza...Eso es increible.
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Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
Alver, pero si eso lo he visto hacer mas de una vez, como no creer , si tome agua sucia en la escuela, y vi lavar cubos y ahi preparar cosas,
En la "beca" un dia compartiamos una lata de leche condensada, todo un tesoro..puaj hasta que alguien se chupaba las patas de una cucaracha
En la "beca" un dia compartiamos una lata de leche condensada, todo un tesoro..puaj hasta que alguien se chupaba las patas de una cucaracha
Azali- Admin
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Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
Y no oias mucho el dicho, lo que no mata engorda?
Azali- Admin
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Re: Crónicas Habaneras (VIII) Por Tania Quintero
Si.Si, lo de las becas es terrible.Yo lo vivi.
alver.
alver.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
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