Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
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Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
En fin, siempre nos tiran al mar…•Febrero 11, 2010 • 1 comentario
Tengo un hijo de 14 años, se llama Dayron Sarduy Jova. Una esposa a la que amo, Amparo Jova Hart. Mi nombre es Joaquín Sarduy Gómez. Como ves, muestra familia es pequeña.
Vivimos en Carretera de Luyanó, Comunidad El Lucero, Km ½, apto 21, Mantilla, Arroyo Naranjo, Ciudad de La Habana, Cuba. No tengo teléfono en casa pero me pueden contactar a través del e-mail de mi amigo Sergio Pastor: carrazanalibertad@yahoo.com
Hemos sido reprimidos por la fuerza incalculable de un régimen dictatorial. Y al no soportarlo más, y por cuidar a los míos, solicité asilo político en la oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba. El 19 de mayo de 2009 fuimos todos acogidos por el Programa Mundial de Refugiados que ofrece dicho país.
En junio de 2009 comenzamos los trámites establecidos por la oficina de Inmigración y Extranjería asignada a nuestra zona de residencia; pero, los funcionarios encargados, solamente repetían “Aún no están autorizados para salir del país”.
Así sucedió por meses hasta que en enero del 2010, las autoridades migratorias cubanas – y yo creo que es una burla -, autorizaron el “Permiso de Salida” para mi esposa y mi hijo. Y así, como si la vida fuera un sueño (y digo “como si fuera” porque, según Calderón, nuestros sueños, sueños son), me informaron que, como “Padre” de mi hijo debía redactar un “amplio poder notarial” autorizándolo a emigrar. Y alegando, con total desfachatez, que yo aún no he sido aprobado por “El Proceso Selectivo Migratorio”.
A estas alturas yo espero que el gobierno de mi país no disfrute de un “Proceso Selectivo” para dividir familias, separar hijos de padres, alejar esposas de esposos. Aspiro a que, las autoridades cubanas, permitan un día emigrar tal y como lo recogen los “Acuerdos Migratorios”: de un modo legal, ordenado y seguro.
En fin, siempre nos tiran al mar…; pero esta opción ni es “legal” ni “ordenada” ni “segura”.
Tengo un hijo de 14 años, se llama Dayron Sarduy Jova. Una esposa a la que amo, Amparo Jova Hart. Mi nombre es Joaquín Sarduy Gómez. Como ves, muestra familia es pequeña.
Vivimos en Carretera de Luyanó, Comunidad El Lucero, Km ½, apto 21, Mantilla, Arroyo Naranjo, Ciudad de La Habana, Cuba. No tengo teléfono en casa pero me pueden contactar a través del e-mail de mi amigo Sergio Pastor: carrazanalibertad@yahoo.com
Hemos sido reprimidos por la fuerza incalculable de un régimen dictatorial. Y al no soportarlo más, y por cuidar a los míos, solicité asilo político en la oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba. El 19 de mayo de 2009 fuimos todos acogidos por el Programa Mundial de Refugiados que ofrece dicho país.
En junio de 2009 comenzamos los trámites establecidos por la oficina de Inmigración y Extranjería asignada a nuestra zona de residencia; pero, los funcionarios encargados, solamente repetían “Aún no están autorizados para salir del país”.
Así sucedió por meses hasta que en enero del 2010, las autoridades migratorias cubanas – y yo creo que es una burla -, autorizaron el “Permiso de Salida” para mi esposa y mi hijo. Y así, como si la vida fuera un sueño (y digo “como si fuera” porque, según Calderón, nuestros sueños, sueños son), me informaron que, como “Padre” de mi hijo debía redactar un “amplio poder notarial” autorizándolo a emigrar. Y alegando, con total desfachatez, que yo aún no he sido aprobado por “El Proceso Selectivo Migratorio”.
A estas alturas yo espero que el gobierno de mi país no disfrute de un “Proceso Selectivo” para dividir familias, separar hijos de padres, alejar esposas de esposos. Aspiro a que, las autoridades cubanas, permitan un día emigrar tal y como lo recogen los “Acuerdos Migratorios”: de un modo legal, ordenado y seguro.
En fin, siempre nos tiran al mar…; pero esta opción ni es “legal” ni “ordenada” ni “segura”.
Azali- Admin
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Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Somos un matrimonio normal, tan “normal” como otro cualquier a; pero…•Febrero 9, 2010 • 2 comentarios
Auxilio.
Somos Yuney Alvarado Esquivel y Sergio Pastor Martínez Carrazana, vivimos en Avenida 29 D # 7011, apartamento B, entre 70 y 72, Buenavista, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. Somos un matrimonio normal, tan normal como otro cualquiera; pero más “normal” aún fuera si, por culpa de nuestras ideas, no cumpliéramos sanción de “Prohibición de Salida”.
Cómo podría explicar, o pedir que alguien me entienda, que después de soportar muchísimas amenazas, detenciones, citaciones y varios actos de repudio; después de vivir obstinados y hostigados como animales cazados, presentamos nuestro caso ante el plan de refugiados que ofrece el gobierno americano y fuimos legalmente aceptados el día 14 de julio de 2009; pero el desgobierno cubano, no satisfecho aún con todo el daño que nos hace, nos niega el derecho a viajar. Esto es una violación.
Por favor, escuchen nuestro reclamo: Añoramos que se nos conceda lo que a fin de cuentas fue para los esclavos “La Carta de Libertad”.
Auxilio.
Somos Yuney Alvarado Esquivel y Sergio Pastor Martínez Carrazana, vivimos en Avenida 29 D # 7011, apartamento B, entre 70 y 72, Buenavista, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. Somos un matrimonio normal, tan normal como otro cualquiera; pero más “normal” aún fuera si, por culpa de nuestras ideas, no cumpliéramos sanción de “Prohibición de Salida”.
Cómo podría explicar, o pedir que alguien me entienda, que después de soportar muchísimas amenazas, detenciones, citaciones y varios actos de repudio; después de vivir obstinados y hostigados como animales cazados, presentamos nuestro caso ante el plan de refugiados que ofrece el gobierno americano y fuimos legalmente aceptados el día 14 de julio de 2009; pero el desgobierno cubano, no satisfecho aún con todo el daño que nos hace, nos niega el derecho a viajar. Esto es una violación.
Por favor, escuchen nuestro reclamo: Añoramos que se nos conceda lo que a fin de cuentas fue para los esclavos “La Carta de Libertad”.
Azali- Admin
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Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Y la respuesta fue peor•Febrero 7, 2010 • 6 comentarios
Soy Roby Gonzáles Torres, defensor y promotor de los derechos humanos. Vivo en calle 70 #2715, apartamento 3, entre 27 y 29, Playa, Ciudad Habana, Cuba. Y quien desee confirmar me puede llamar al (537) 2073196 o escribirme a roby2006x@yahoo.com
Durante años he sido victima de represión y acoso por parte este gobierno a través de sus órganos de la Seguridad del Estado y sus consabidos lacayos. El 22 de junio de 2009 fui visado por el programa para refugiados políticos de la Sección de Intereses de Los Estados Unidos de Norteamérica. El 7 de julio del mismo año, en la oficina territorial de inmigración y extranjería, solicité el “Permiso de Salida Definitiva” para mí y para mi familia. Después de varias negativas, le escribí a Raúl Castro Ruz, a la Asamblea Nacional, a la dirección del Ministerio de Interior y a la Dirección de Inmigración y Extranjería. Y la respuesta fue peor: a mi esposa y a mis hijos les dieron la autorización, dejaron la escuela en septiembre y desde entonces no estudian. Si esto no se agiliza tendrán que repetir el grado.
Pero eso no es todo el problema. Mi padre está muy enfermo, padece demencia senil, está mal. Y claro, el gobierno cubano, basándose en leyes injustas, absurdas e irracionales, le da facultad a un fiscal (que ni conoce a mi padre, ni lo baña ni le da de comer ni saca a tomar el sol en las tardes) para poder decidir si mi padre sale o no del territorio nacional. Todo eso sin contar el engorroso y dilatado proceso por el que tengo que pasar contratando abogados, etc, etc, etc.
Demasiado el peaje a pagar por vivir en libertad, ¿será que el gobierno cubano es el papá de mi papá?
Soy Roby Gonzáles Torres, defensor y promotor de los derechos humanos. Vivo en calle 70 #2715, apartamento 3, entre 27 y 29, Playa, Ciudad Habana, Cuba. Y quien desee confirmar me puede llamar al (537) 2073196 o escribirme a roby2006x@yahoo.com
Durante años he sido victima de represión y acoso por parte este gobierno a través de sus órganos de la Seguridad del Estado y sus consabidos lacayos. El 22 de junio de 2009 fui visado por el programa para refugiados políticos de la Sección de Intereses de Los Estados Unidos de Norteamérica. El 7 de julio del mismo año, en la oficina territorial de inmigración y extranjería, solicité el “Permiso de Salida Definitiva” para mí y para mi familia. Después de varias negativas, le escribí a Raúl Castro Ruz, a la Asamblea Nacional, a la dirección del Ministerio de Interior y a la Dirección de Inmigración y Extranjería. Y la respuesta fue peor: a mi esposa y a mis hijos les dieron la autorización, dejaron la escuela en septiembre y desde entonces no estudian. Si esto no se agiliza tendrán que repetir el grado.
Pero eso no es todo el problema. Mi padre está muy enfermo, padece demencia senil, está mal. Y claro, el gobierno cubano, basándose en leyes injustas, absurdas e irracionales, le da facultad a un fiscal (que ni conoce a mi padre, ni lo baña ni le da de comer ni saca a tomar el sol en las tardes) para poder decidir si mi padre sale o no del territorio nacional. Todo eso sin contar el engorroso y dilatado proceso por el que tengo que pasar contratando abogados, etc, etc, etc.
Demasiado el peaje a pagar por vivir en libertad, ¿será que el gobierno cubano es el papá de mi papá?
Azali- Admin
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Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Y si el gobierno no me escucha, entonces que me escuche Dios.•Febrero 2, 2010 • 2 comentarios
Mi nombre es Carmelo Díaz Fernández, vivo en la calle Neptuno número 307, Centro habana. No intento pelearme con nadie ni intento tumbar el gobierno, solo quiero que me den el permiso de salida y la dichosa tarjeta blanca para olvidarme de todo, de todo lo que ya he sufrido.
En el año 2003 me arrestaron durante “La Primavera Negra”, fui uno de los 75 prisioneros de consciencia. No me fugué de la cárcel, me soltaron junto a otros compañeros bajo una licencia extra penal, y, al salir de la prisión, me dijeron que, si me buscaba una visa, me dejarían salir de este país. Solicité mi asilo a la embajada americana y me lo otorgaron, les mostré los documentos a los funcionarios cubanos, vinieron, me visitaron, me hicieron una inspección aquí mismito en casa, me retiraron el titulo de propiedad de mi vivienda, y así, como para molestar, me lo inventariaron todo: el radio, la cama, la mesa, el refrigerador, las sillas, cada cubierto,… todo. Digamos que me permitieron continuar viviendo aquí, pero encerrado y prestado.
El gobierno se olvidó de lo que un día me prometió y desde entonces estoy cumpliendo otra sanción, otro castigo.
Te estoy contando mi historia porque ya no aguanto más. Ojala y el mundo sepa lo único que yo le pido al gobierno cubano: Le pido que, por favor, reconsidere su actitud y me dé el permiso de salida, a mí y a cualquier otro paisano que tampoco esté dispuesto a soportar estas terribles condiciones.
No estoy pidiendo nada extraño, lo que demando está claramente plasmado en los artículos 13 y 14 de la declaración universal de los Derechos Humanos.
Y si, por alguna razón misteriosa, el gobierno no me escucha, entonces que me escuche Dios.
Mi nombre es Carmelo Díaz Fernández, vivo en la calle Neptuno número 307, Centro habana. No intento pelearme con nadie ni intento tumbar el gobierno, solo quiero que me den el permiso de salida y la dichosa tarjeta blanca para olvidarme de todo, de todo lo que ya he sufrido.
En el año 2003 me arrestaron durante “La Primavera Negra”, fui uno de los 75 prisioneros de consciencia. No me fugué de la cárcel, me soltaron junto a otros compañeros bajo una licencia extra penal, y, al salir de la prisión, me dijeron que, si me buscaba una visa, me dejarían salir de este país. Solicité mi asilo a la embajada americana y me lo otorgaron, les mostré los documentos a los funcionarios cubanos, vinieron, me visitaron, me hicieron una inspección aquí mismito en casa, me retiraron el titulo de propiedad de mi vivienda, y así, como para molestar, me lo inventariaron todo: el radio, la cama, la mesa, el refrigerador, las sillas, cada cubierto,… todo. Digamos que me permitieron continuar viviendo aquí, pero encerrado y prestado.
El gobierno se olvidó de lo que un día me prometió y desde entonces estoy cumpliendo otra sanción, otro castigo.
Te estoy contando mi historia porque ya no aguanto más. Ojala y el mundo sepa lo único que yo le pido al gobierno cubano: Le pido que, por favor, reconsidere su actitud y me dé el permiso de salida, a mí y a cualquier otro paisano que tampoco esté dispuesto a soportar estas terribles condiciones.
No estoy pidiendo nada extraño, lo que demando está claramente plasmado en los artículos 13 y 14 de la declaración universal de los Derechos Humanos.
Y si, por alguna razón misteriosa, el gobierno no me escucha, entonces que me escuche Dios.
Azali- Admin
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Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Perdono, sí; pero no olvido•Febrero 1, 2010 • 2 comentarios
Me llamo Soledad Rivas Verdecia y soy una DAMA DE BLANCO. Mi esposo, Roberto de Miranda, fue uno de los 75 prisioneros de la “Primavera Negra”.
Debido a tanta represión mis hijos se tuvieron que ir de Cuba, a todos los vi partir y a ninguno vi volver porque aún a estas alturas no les permiten entrar ni a mí me dejan salir. También se marcharon mis nietos y otros nacieron allá. Ese es el costo a pagar por pensar un poquito diferente a lo que el gobierno exige. Pero lo voy a pagar, nunca voy a claudicar.
Somos personas pacíficas, tenemos una biblioteca en casa y, como ves, nos visitan los niños del barrio, ellos vienen a pintar, a leer, a soñar. Y eso es lo que buscamos: despertar una linda sonrisa en los muchachos más humildes.
Perdí a mi madre en un acto de repudio, escuchando aquellas cosas le subió mucho la presión y la turba enardecida no nos permitió ni llevarla al hospital. El día nueve de diciembre salimos las DAMAS DE BLANCO a marchar pidiendo la libertad de nuestros seres amados. Era víspera del día internacional de los Derechos Humanos. ¿Sabes lo que sucedió? Fuimos bárbaramente agredidas, terminé en el hospital con un policía de guardián parado al lado de mi cama y vigilándome mi suero…
Pero el peor día de mi vida fue cuando mi hija Iraidita vino a Cuba a visitarnos, yo estaba en el aeropuerto, los pasajeros salían todos y mi hija no salía. Pensé que pasaba algo o que había salido por otra puerta. Pregunté a las autoridades del aeropuerto y me dijeron que con ese nombre no había ningún pasajero en la lista de ese vuelo. Pero, entiende, las madres tenemos un sentido que no sé como explicar pero existe, yo sabía que estaba cerca, sabía que pasaba algo. Es que casi hasta la olía.
Después de muchos problemas salimos del aeropuerto. Imagínate, estamos en Centrohabana y aquí la gente es solidaria. Todos nuestros vecinos la estaban también esperando, le habíamos preparado una comidita rica y cada quien puso lo suyo. Pero al llegar a la casa me llamó mi hijo desde Miami y me dijo que a Iraidita no la dejaron entrar, que estuvo aquí en el aeropuerto y en el mismo avión que vino la viraron para atrás. Luego me cayó la bomba. Producto de los malos tratos y la tremenda emoción, a Iraidita le subió mucho la presión y sufrió una parálisis facial. Ese fue un día fatal. ¿Quién puede pagar por eso?
Mi otro hijo está en España y tampoco lo dejan entrar.
De verdad, yo nunca me imaginé que hubiese personas tan crueles. Muchas veces me pregunto de qué material están hecho, cómo es que pueden jugar tanto con el sentimiento humano.
Pero yo no soy la única y ahí es donde está lo peor porque hay muchísimas familias cubanas que están sufriendo esto mismo. Le pido a Dios todos los días que algún día me permitan abrazar a nuestros hijos, y quiero besar a nuestros nietos.
No me escondo para hablar, a quien me quiera visitar, mis puertas están siempre abiertas. Nuestra dirección particular es calle Campanario 354 entre Neptuno y San Rafael, Centro Habana. Aquí encontrarán una casa, mi casa, tu casa, humilde pero muy sincera. Muy sincera. Estamos haciendo un llamado para que el mundo se entere de estos actos tan brutales que comete el gobierno cubano para con sus ciudadanos.
Yo perdono, sí; pero no olvido. Esto tiene que acabar.
Nadie sabe lo que siento cuando mi nieta me llama y la escucho decir “Abuelita”.
Me llamo Soledad Rivas Verdecia y soy una DAMA DE BLANCO. Mi esposo, Roberto de Miranda, fue uno de los 75 prisioneros de la “Primavera Negra”.
Debido a tanta represión mis hijos se tuvieron que ir de Cuba, a todos los vi partir y a ninguno vi volver porque aún a estas alturas no les permiten entrar ni a mí me dejan salir. También se marcharon mis nietos y otros nacieron allá. Ese es el costo a pagar por pensar un poquito diferente a lo que el gobierno exige. Pero lo voy a pagar, nunca voy a claudicar.
Somos personas pacíficas, tenemos una biblioteca en casa y, como ves, nos visitan los niños del barrio, ellos vienen a pintar, a leer, a soñar. Y eso es lo que buscamos: despertar una linda sonrisa en los muchachos más humildes.
Perdí a mi madre en un acto de repudio, escuchando aquellas cosas le subió mucho la presión y la turba enardecida no nos permitió ni llevarla al hospital. El día nueve de diciembre salimos las DAMAS DE BLANCO a marchar pidiendo la libertad de nuestros seres amados. Era víspera del día internacional de los Derechos Humanos. ¿Sabes lo que sucedió? Fuimos bárbaramente agredidas, terminé en el hospital con un policía de guardián parado al lado de mi cama y vigilándome mi suero…
Pero el peor día de mi vida fue cuando mi hija Iraidita vino a Cuba a visitarnos, yo estaba en el aeropuerto, los pasajeros salían todos y mi hija no salía. Pensé que pasaba algo o que había salido por otra puerta. Pregunté a las autoridades del aeropuerto y me dijeron que con ese nombre no había ningún pasajero en la lista de ese vuelo. Pero, entiende, las madres tenemos un sentido que no sé como explicar pero existe, yo sabía que estaba cerca, sabía que pasaba algo. Es que casi hasta la olía.
Después de muchos problemas salimos del aeropuerto. Imagínate, estamos en Centrohabana y aquí la gente es solidaria. Todos nuestros vecinos la estaban también esperando, le habíamos preparado una comidita rica y cada quien puso lo suyo. Pero al llegar a la casa me llamó mi hijo desde Miami y me dijo que a Iraidita no la dejaron entrar, que estuvo aquí en el aeropuerto y en el mismo avión que vino la viraron para atrás. Luego me cayó la bomba. Producto de los malos tratos y la tremenda emoción, a Iraidita le subió mucho la presión y sufrió una parálisis facial. Ese fue un día fatal. ¿Quién puede pagar por eso?
Mi otro hijo está en España y tampoco lo dejan entrar.
De verdad, yo nunca me imaginé que hubiese personas tan crueles. Muchas veces me pregunto de qué material están hecho, cómo es que pueden jugar tanto con el sentimiento humano.
Pero yo no soy la única y ahí es donde está lo peor porque hay muchísimas familias cubanas que están sufriendo esto mismo. Le pido a Dios todos los días que algún día me permitan abrazar a nuestros hijos, y quiero besar a nuestros nietos.
No me escondo para hablar, a quien me quiera visitar, mis puertas están siempre abiertas. Nuestra dirección particular es calle Campanario 354 entre Neptuno y San Rafael, Centro Habana. Aquí encontrarán una casa, mi casa, tu casa, humilde pero muy sincera. Muy sincera. Estamos haciendo un llamado para que el mundo se entere de estos actos tan brutales que comete el gobierno cubano para con sus ciudadanos.
Yo perdono, sí; pero no olvido. Esto tiene que acabar.
Nadie sabe lo que siento cuando mi nieta me llama y la escucho decir “Abuelita”.
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Inmovilidad como castigo: Una abuela impedida de conocer a su nieta.
•Enero 4, 2010 • 7 comentarios
Ciudad de La Habana, 4 de enero de 2010
Lidia Marta Cortizas Jiménez
Nº. Carnet de Identidad: 45092602277
Aprovecho la oportunidad que me brinda el blog La voz del Morro para denunciar la violación a mi derecho, establecido en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su epígrafe 2 expresa:
“Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Me llamo Lidia Marta Cortizas Jiménez, soy cubana de nacimiento y resido en Ciudad de La Habana. Desde 1995 ostento la nacionalidad española obtenida por línea paterna.
Participé desde su fundación, a finales de 2004, en el consejo de redacción de la revista digital Consenso, cuyas reuniones se efectuaban en mi domicilio. A raíz de la vinculación con ese proyecto mi casa fue objeto de varios mítines de repudio y mi esposo forzado a pedir la baja de su centro laboral. Posteriormente colaboré con la revista Contodos y en la actualidad soy parte del consejo editorial del portal Desdecuba.com, sin que los intentos de estigmatizarnos socialmente hayan cesado.
Mi hija, que vive en los Estados Unidos, decidió invitarme a estar presente en el nacimiento de mi segunda nieta. Para eso pagó 180 dólares por una carta de invitación a mi nombre, el 15 de junio de 2007, en una agencia que se ocupa de esos trámites en la ciudad en que reside. Allí le informaron que demoraría 20 días para entregármela, tiempo más que suficiente para estar junto a ella el día del parto. Después de tres meses de esperar la invitación, fui a la Consultoría Jurídica de La Habana y la carta no aparecía. A su vez, mi hija reclamaba insistentemente en la agencia desde donde la había enviado y le
comunicaban que había sido remitida a Cuba. Después de más de tres meses el documento llegó a mis manos en los primeros días de octubre de 2007, previo pago de 15 CUC. Es de señalar que aquella invitación que finalmente me fue entregada tenía fecha de emisión 26 de septiembre y no
del día real en que había sido confeccionada y pagada. Con este truco las autoridades cubanas intentaron borrar el atraso e invalidar las reclamaciones que estábamos haciendo mi hija y yo por ambas partes.
Fue entonces que pude presentar mis planillas para pedir el denigrante permiso de salida que necesitamos todos los cubanos para viajar fuera de nuestro país. Para ello y junto a los datos personales y las fotos necesarias, llevé mis dos pasaportes: el cubano y el español, a la oficina de inmigración del municipio Plaza, donde resido. Fui citada allí varias veces antes que me anunciaran que la autorización de viaje me había sido denegada. Al preguntar la razón me informaron que no sabían, pero que podía solicitar una entrevista con la jefa de esa institución militar, lo cual hice de inmediato. En el encuentro con ella tampoco recibí respuesta alguna, solo la evasiva frase “no sé, no sé”.
La carta de invitación y mis pasaportes me fueron devueltos junto a un documento donde se anunciaba que la portadora “no viajará por el momento” con el cual el banco me reintegraría los 150 CUC que había abonado por el frustrado permiso de viajar.
En enero de 2008, al acercarse la fecha del parto de mi hija y con menos esperanzas que la vez anterior, repetí los angustiosos trámites. El permiso de salida me fue nuevamente denegado, con el agravante que la oficina de inmigración incautó la carta de invitación, que tenía vigencia hasta septiembre de 2008. Me comunicaron que se me avisaría “cuando esté autorizada a viajar”. Desesperada consulté a un funcionario de la embajada española, acogiéndome al derecho que me da el poseer la nacionalidad de ese país. La respuesta fue también desoladora: “Lamentablemente, tenemos varios casos como el suyo y el gobierno español no puede hacer nada ante eso porque Cuba no reconoce la doble nacionalidad”.
En estos momentos estoy convencida de que mi aporte, dentro de la emergente sociedad civil en Cuba, ha sido la causa de esta violación, pues es uno de los tipos de represalia que el régimen utiliza. Si me hubiera callado mis opiniones, aceptado sin críticas la situación de mi país y aplaudido la actuación del gobierno cubano, probablemente hubiera podido viajar sin dificultades mayores. No poder estar junto a mi hija en un momento tan importante de su vida, ha sido el castigo recibido por creerme una ciudadana con derecho a la opinión. Han pasado dos años, mi pequeña nieta ya dice “abuela”, pero aún no me conoce.
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marta cortizas
•Enero 4, 2010 • 7 comentarios
Ciudad de La Habana, 4 de enero de 2010
Lidia Marta Cortizas Jiménez
Nº. Carnet de Identidad: 45092602277
Aprovecho la oportunidad que me brinda el blog La voz del Morro para denunciar la violación a mi derecho, establecido en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su epígrafe 2 expresa:
“Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Me llamo Lidia Marta Cortizas Jiménez, soy cubana de nacimiento y resido en Ciudad de La Habana. Desde 1995 ostento la nacionalidad española obtenida por línea paterna.
Participé desde su fundación, a finales de 2004, en el consejo de redacción de la revista digital Consenso, cuyas reuniones se efectuaban en mi domicilio. A raíz de la vinculación con ese proyecto mi casa fue objeto de varios mítines de repudio y mi esposo forzado a pedir la baja de su centro laboral. Posteriormente colaboré con la revista Contodos y en la actualidad soy parte del consejo editorial del portal Desdecuba.com, sin que los intentos de estigmatizarnos socialmente hayan cesado.
Mi hija, que vive en los Estados Unidos, decidió invitarme a estar presente en el nacimiento de mi segunda nieta. Para eso pagó 180 dólares por una carta de invitación a mi nombre, el 15 de junio de 2007, en una agencia que se ocupa de esos trámites en la ciudad en que reside. Allí le informaron que demoraría 20 días para entregármela, tiempo más que suficiente para estar junto a ella el día del parto. Después de tres meses de esperar la invitación, fui a la Consultoría Jurídica de La Habana y la carta no aparecía. A su vez, mi hija reclamaba insistentemente en la agencia desde donde la había enviado y le
comunicaban que había sido remitida a Cuba. Después de más de tres meses el documento llegó a mis manos en los primeros días de octubre de 2007, previo pago de 15 CUC. Es de señalar que aquella invitación que finalmente me fue entregada tenía fecha de emisión 26 de septiembre y no
del día real en que había sido confeccionada y pagada. Con este truco las autoridades cubanas intentaron borrar el atraso e invalidar las reclamaciones que estábamos haciendo mi hija y yo por ambas partes.
Fue entonces que pude presentar mis planillas para pedir el denigrante permiso de salida que necesitamos todos los cubanos para viajar fuera de nuestro país. Para ello y junto a los datos personales y las fotos necesarias, llevé mis dos pasaportes: el cubano y el español, a la oficina de inmigración del municipio Plaza, donde resido. Fui citada allí varias veces antes que me anunciaran que la autorización de viaje me había sido denegada. Al preguntar la razón me informaron que no sabían, pero que podía solicitar una entrevista con la jefa de esa institución militar, lo cual hice de inmediato. En el encuentro con ella tampoco recibí respuesta alguna, solo la evasiva frase “no sé, no sé”.
La carta de invitación y mis pasaportes me fueron devueltos junto a un documento donde se anunciaba que la portadora “no viajará por el momento” con el cual el banco me reintegraría los 150 CUC que había abonado por el frustrado permiso de viajar.
En enero de 2008, al acercarse la fecha del parto de mi hija y con menos esperanzas que la vez anterior, repetí los angustiosos trámites. El permiso de salida me fue nuevamente denegado, con el agravante que la oficina de inmigración incautó la carta de invitación, que tenía vigencia hasta septiembre de 2008. Me comunicaron que se me avisaría “cuando esté autorizada a viajar”. Desesperada consulté a un funcionario de la embajada española, acogiéndome al derecho que me da el poseer la nacionalidad de ese país. La respuesta fue también desoladora: “Lamentablemente, tenemos varios casos como el suyo y el gobierno español no puede hacer nada ante eso porque Cuba no reconoce la doble nacionalidad”.
En estos momentos estoy convencida de que mi aporte, dentro de la emergente sociedad civil en Cuba, ha sido la causa de esta violación, pues es uno de los tipos de represalia que el régimen utiliza. Si me hubiera callado mis opiniones, aceptado sin críticas la situación de mi país y aplaudido la actuación del gobierno cubano, probablemente hubiera podido viajar sin dificultades mayores. No poder estar junto a mi hija en un momento tan importante de su vida, ha sido el castigo recibido por creerme una ciudadana con derecho a la opinión. Han pasado dos años, mi pequeña nieta ya dice “abuela”, pero aún no me conoce.
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marta cortizas
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
ojala que todos salgan,que vivan el sueño.....pero coño no regresen al año y un dia,porque estrañan esto o aquello......si salen y les entra nostalgia recuerden lo que pasaron por salir......es mi opinion y lo siento por cualquiera que se moleste al carajo la vela..........
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Pues si , algunos tienen mala memoria, y otros despues de 30 anios le hacen guin~os a la dictadura para que lo dejen entrar alla..sino leete a varela
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Arriesgan hasta la vida de ellos y la de sus hijos montandose en una balsa o en embarcaciones inseguras,que ya eso es algo serio y hasta se presta a debates si es corrceto que lo hagan o si es una irresponsabilidad el hacerlo porque pones en riesgo la vida de niños y personas inocentes ...O sea,lo arriesgan todo y luego hasta pelean con la gente ,con este gobierno y con quien sea de por aqui,porque quieren ir de paseo a Cuba o simplemente volver a alli cada vez que
quieran.Mikim tiene bastante de razon en lo que dice.
alver.
quieran.Mikim tiene bastante de razon en lo que dice.
alver.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Personas en Cuba esperando que el duen~o le de la "carta de libertad" ..
Si, tienen razon, hay casos que necesitan ir, pero de esos no hablamos, pero si de los que aqui todavia reciben ayudas de dinero y se van corriendo a decir que casi son millonarios, , van a la especuladera, como se dice alla..
Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
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