La mariconada de Kennedy.

Abril 15 1961



"La libertad es nuestro objetivo!" Rugió el comandante Pepe San Román de los hombres reunidos delante de él hace 49 años esta semana. "Cuba es nuestra causa! Dios está de nuestro lado! En la victoria siempre! "

Mil quinientos hombres se apiñaron ante San Román en sus campamentos de entrenamiento de América Central ese día. Al día siguiente partirían para un puerto para en Nicaragua, al día siguiente para un lugar de aterrizaje en Cuba llamada Bahía de Cochinos (Playa Girón). Su equipo era conocido como la Brigada 2506, e irrumpieron en aplausos a las palabras de su comandante los hombres (y niños, algunos tan jóvenes como de 16años ) Una escena de caos total siguió. Las gorras volaron .

Los hombres se abrazaron. Los hombres cantaban y aplaudían. Lloraban. La hora de la liberación estaba cerca, y estos hombres (todos voluntarios) ponían sus vidas en la línea de fuego para ver su sueño cumplido. Su sueño era una Cuba libre de la barbarie soviética que torturaba, libre de los
pelotones de fusilamiento, cámaras de tortura y el Gulag castrista lleno.

La Brigada incluía hombres de todos los estratos sociales y raciales en Cuba-a los plantadores de caña de azúcar, a los cortadores de caña de azúcar, de los aristócratas a sus chóferes. Pero sobre todo, la gente de en medio, como corresponde a una nación con una clase media más grande que la mayor parte de Europa.

"Ellos lucharon como tigres", escribió un agente de la CIA que ayudó a formar a estos combatientes por la libertad de Cuba. "Pero su lucha estaba condenada al fracaso antes de que el primer hombre llegara a la playa."

Ese hombre de la CIA. Grayston Lynch, sabía algo de la lucha-y las probabilidades acerca de largo.
Llevaba cicatrices de la playa de Omaha, La Batalla de las Ardenas y la batalla en Corea del Heartbreak Ridge. Pero en esas batallas, Lynch y su fraternidad habían contado con el apoyo de su mismo comandante en jefe .En la Bahía de Cochinos, Lynch y su banda de hermanos cubanos supieron primero en estado de shock sin palabras y, finalmente, con rabia que sus más poderosos enemigos no eran los soldados soviéticos-armados y dirigidos de Castro concentrados en Santa Clara, Cuba, sino La Ivy League’s Best y la peor de las vacilaciones en Washington.

Lynch habia entrenado,sus propias palabras, “ a muchachis valientes 'la mayoría de los cuales nunca antes habían disparado un tiro por ira. "escasos en experiencia de combate, sí, pero sobresalían con lo que consideraban Bonaparte y George Patton como lo más valioso en un soldado -moral. Habían visto la cara del Castro- comunismo a quemarropa: robar, mentir, encarcelar, envenenar las mentes , el asesinato.

Habían oído el espantoso grito de "Fuego!" cuando Castro y los escuadrones de fusilamiento
del Che asesinaban a miles de valientes compatriotas. Más importante aún, se oía el "¡Viva Cuba Libre!" salir de los patriotas con los ojos vendados, justo antes de que las balas los destrozaran.
Apretaban sus mandíbulas decididos a aplastar esta barbarie asesina que asolaba su país. Y se fueron a por ello con ansias de venganza.

Cuando se disipó el humo y sus municiones se habían gastado hasta la última, bala cuando un centenar de ellos yacían muertos y cientos más resultaran heridos, después de de que sus morteros y el cañón de ametralladora se habían casi derretido por su fuego continuado, después de tres días de batalla implacable, apenas 1.400 de ellos, sin apoyo aéreo (de los Portadores de EE.UU.
cerca de la costa) y sin un solo tiro de la artillería naval de apoyo (ni de cruceros ni de destructores de EE.UU. cerca de la costa) –se rindieron a las 41000 tropas de Castro , a toda la fuerza aérea y escuadrones de tanques soviéticos. Los cubanos rebeldes por la libertad infligieron bajas de 30 a 1 contra sus enemigos soviéticos armados y dirigidos. Pero hacerse eco de Castro en los principales medios, grupos de reflexión y la Academia, Fidel fue el valiente David y los invasores traicionados el torpe Goliat!

Ninguna cantidad de heroísmo y coraje puede compensar esa desventaja, imposible, sin cobertura aérea. Y, trágicamente, el 80 por ciento de las salidas pre invasión de los aviones de combate por la libertad desde Nicaragua -el componente esencial del plan para destruir la fuerza aérea de Castro sobre el terreno como se había concebido en el marco del Eisenhower administración- había sido cancelada en el último momento por JFK en el consejo de sus mejores y más brillantes. Esto era un plan republicano, después de todo, que le había tocado a él. Y los de la Nueva Frontera sufrían de la mala conciencia acerca de la intimidación típica yanqui "

"Los liberales no pueden andar golpeando contra los comunistas ", escribió el columnista del National Review principios de James Burnham, " sin resultar dañándose a sí mismos en el proceso." Aquí estaba la prueba perfecta. (es interesante saber que el vicepresidente Nixon fue el detonante principal de
esta acción temprana para sacar a Castro. El hombre que desdeñó a Alger Hiss también desdeñó a Fidel Castro, y en un momento en que la cúpula estalinista estaba siendo agasajada tanto por los medios de EE.UU. e incluso el EE.UU. Departamento de Estado)

Los ataques aéreos cancelados hacen presa fácil de la Brigada B-26 para los jets de Castro y los rápido Sea Furies y las tropas y suministros por debajo de ellos eranaun más facil presa . Estaba puesto en bandeja para los castristas.

Pero la desigual batalla duró con furia sobre la cabeza de playa pequeña. El hombre de la CIA Grayston Lynch, cerca de la costa en uno de los buques de desembarco, supo finalmente de los ataques aéreos cancelados y calculó que los combatientes por la libertad había formado estaban condenados . "Si las cosas se ponen difíciles ', transmitió a- Comandante de San Román" podemos entrar y evacuarle a usted. " "No vamos a ser evacuados!" Pepe-rugió en respuesta a Lynch. "Hemos venido aquí para luchar! No queremos evacuación! Queremos más municiones! Queremos aviones Esto
termina aquí! .. "Reiteradas peticiones de cobertura aérea para la cabeza de playa para cobertura aérea se transmitieron a Washington-en vano.

"Mira, América Latina!" decía Camelot con los ojos muy abiertos y una sonrisa poco presumida, como Eddie Haskell frente a Jene Cleaver. "Mira, UNO.? Como verán , no estamos involucrados en esto. No somos los imperialistas agresores que Castro afirma. "
Esta idiotez infantil y criminal tenía a punto de la insumisión al almirante Arleigh Burke, de la Jefatura
de Juntas de Personal, mientras iba transmitiendo los ruegos del campo de batalla.. Años antes, el almirante Burke había viajado miles de kilómetros para aplastar a los enemigos de su nación en la batalla del golfo de Leyte. Ahora él era Jefe de Operaciones Navales y veia estupefacto como a los nuevos enemigos se les regalaba un santuario a 90 millas!

El almirante se puso hecho una lucha. Dicen que su cara estaba roja como un tomate y sus venas faciales a punto de explotar enfrentado a su comandante en jefe esa fatídica noche del 18 de abril de 1961.

"Señor Presidente, dos aviones de la Essex! (del porta-aviones cerca de la costa de la cabeza de playa) "eso es todo los chicos necesitan, señor Presidente. Permítame ...!"

JFK estaba de punta en blanco y con corbata de lazo esa noche, acabando de salir de una reunión social elegante. "Burke," me respondió. "No podemos participar en esto".

"Pusimos esos muchachos ahí, señor Presidente!" Los combates estallaron Almirante. "Por Dios, estamos involucrados!"

Pero para los trajeados New Frontiersmen con sus uñas de manicura la cosa todavía se reducía a que el problema de la imagen lo más importante. ¿Cuál iba a pensar América Latina y la crucial Naciones Unidas de los yanquis matones ?

Mucho más de lo que terminaron pensando de los maricas Yankee "y bobos", eso es seguro.


"MAYDAY! MAYDAY! Tengo el jet de Castro en mi cola! Solicito ... Repito!-Solicito ...!"

-Lo siento-respondió el Essex. "Nuestras órdenes son ..." El piloto cubano luchador por la libertad no oyó el resto de su sentencia de muerte. Una explosión y su radio se cortó. Estos mensajes fueron una y otra vez, hora tras hora, de diferentes pilotos -en vano.

Para el segundo día, casi la mitad de estos casi suicidas valientes pilotos cubanos exiliados se habían sucumbido a la muerte en llamas de los reactores de Castro.

Esto fue demasiado para sus entrenadores americanos, se enfurecieron y descorazonada
por la base en Nicaragua. Cuatro de ellos se pusieron el traje, arrancaron los motores y se unieron a la lucha. Estos no eran mimados jugadores de la Liga Ivy.

Eran funcionarios de la Guardia Aérea de Alabama, los hombres con las nociones arcaicas de la lealtad y el honor. Estaban viendo la hecatombe. Ellos sabían las probabilidades. Se fueron de todos modos.

Los cuatro murieron en esa primera misión. Los cuatro (Pete Ray, Shamburger Riley, Leo Barker, y Grey Wade) tienen sus nombres en un lugar de honor junto a sus compañeros caídos cubano en Bahía de Cochinos Memorial, además de calles con el nombre de ellos en la Pequeña Habana de
Miami, además de sus cruces en cementerio de cubanos de Miami Memorial.


Por último JFK cedió y permitió despegar algunos aviones Skyhawk de la Essex. Uno de estos pilotos rápidamente vio una larga columna de tanques y la infantería Castro decisiones para la Brigada. Los
tanques soviéticos y camiones fueron blancos fáciles. "¡Ajá!", Pensó. "¡Ahora vamos a darle la vuelta a esto !"



Comenzó su descenso el piloto ...

"Autorización para actuar denegada", fue la respuesta de su comandante.

"¡Esto es una locura!"
Gritó de nuevo. "Esos tipos están recibiendo el infierno de ahí abajo! Lo puedo ver! "Resultó, JFK les había permitido volar y mirar, pero no para disparar!

Algunos de estos pilotos de la Marina lloraban abiertamente en sus cabinas de mando. Ellos
aún se ahogaban en llanto cuando desembarcaron en la Essex. Tiraron de golpe sus cascos en la cubierta, destrozaron las mamparas a patadas .
"Yo quería renunciar a la Marina", dijo el capitán Robert Crutchfield, el oficial naval decoradas que mandaba la flota de destructores de la cabeza de playa. Él había tenido que transmitir las respuestas de Washington a los pilotos.