Turismo y Discriminacion
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Turismo y Discriminacion
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Muchas veces, aunque no lo queramos, tendemos a comparar nuestras condiciones actuales con las que vivimos (¿sufrimos?) en Cuba.
Regresando de unas vacaciones a la costa oeste me puse a pensar sobre las peripecias en que se convertía una simple semana en una playa o el intento casi inútil de aspirar a pasarte un fin de semana en un hotel. Y esto, para los que pudimos acceder a esos supuestos “privilegios” que tenían los “proletarios” cubanos, porque para las generaciones más jóvenes, o al menos para la gran mayoría de ellos, pensar en algo similar se convirtió en un imposible total.
Esta anécdota que voy a contarles es común a muchos cubanos y yo soy uno de los que sufrió la experiencia de lo que significa ser discriminado en tu propio país. No voy a mencionar la discriminacion por ideas politicas porque ese es un tema harto conocido.
Nunca he logrado olvidar que en la noche de mi boda, en agosto de 1980, cuando después de múltiples intentos para lograr la reservación y habiendo pagado por mi alojamiento en el hotel Riviera con dos semanas de anticipación, no nos dejaron ocupar la habitación porque se presentó una delegación de mariachis que acompañaban al entonces presidente mexicano Luis Echeverría y decidieron darles a ellos las nuestras.
De más está decir que pese a las protestas de más de 10 ó 12 parejas de recién casados que nos encontrábamos en el lobby del hotel, la única solución que encontraron, y hablo ya de alrededor de las tres de la mañana, fue enviarnos para otros hoteles de La Habana. Cabría entonces preguntarse por qué no les dieron a aquellos señores las habitaciones en esos hoteles, respetando nuestros derechos; y la única explicación es que, como todos sabemos, en Cuba, precisamente, tiene mas derechos un extranjero que un nacional.
A pesar de otras discriminaciones sufridas con anterioridad (y otras muchas en el futuro) nunca me sentí tan despreciado y humillado, sin derechos de ningún tipo, en mi propio país. Yo nunca esperé nada del desgobierno cubano, porque no me dejé engañar por la propaganda y los cuentos, pero a pesar de todo no puedo negar que abrigara la esperanza de que las cosas pudieran “mejorar” un poco para hacer más llevadero el yugo que nos imponían a lo descarado y sin contemplaciones.
En definitiva, esa conocida situación de discriminación sólo me ayudó a reafirmar mi rechazo a todo lo que oliera a comunismo, castrismo o lo que fuera el sistema cubano. Idea que ya se había afianzado, aún mas, desde unos días antes, cuando los bochornosos episodios del éxodo del Mariel me hicieron asumir una actitud más vertical en contra de la injusticia institucionalizada y el extremismo mal llamado revolucionario.
Por supuesto que no hay ya necesidad de demostrar lo que digo, pues en épocas mas recientes el propio desgobierno se ocupó de aclarar muy bien las dudas al respecto, si es que a alguien todavía le quedaba alguna.
Como todos sabemos, nuestra anécdota no es nada en comparación con la verdadera discriminación que vendría después, durante la institucionalización de la debacle que algunos decidieron llamar “período especial” y donde se llevó a la máxima expresión el significado de la palabra apartheid para los cubanos.
Espero que algunos nos expongan sus experiencias en este ampliamente conocido aspecto de la dictadura cubana para su trato con el pueblo que dice representar.
Reinaldo
New Jersey
Muchas veces, aunque no lo queramos, tendemos a comparar nuestras condiciones actuales con las que vivimos (¿sufrimos?) en Cuba.
Regresando de unas vacaciones a la costa oeste me puse a pensar sobre las peripecias en que se convertía una simple semana en una playa o el intento casi inútil de aspirar a pasarte un fin de semana en un hotel. Y esto, para los que pudimos acceder a esos supuestos “privilegios” que tenían los “proletarios” cubanos, porque para las generaciones más jóvenes, o al menos para la gran mayoría de ellos, pensar en algo similar se convirtió en un imposible total.
Esta anécdota que voy a contarles es común a muchos cubanos y yo soy uno de los que sufrió la experiencia de lo que significa ser discriminado en tu propio país. No voy a mencionar la discriminacion por ideas politicas porque ese es un tema harto conocido.
Nunca he logrado olvidar que en la noche de mi boda, en agosto de 1980, cuando después de múltiples intentos para lograr la reservación y habiendo pagado por mi alojamiento en el hotel Riviera con dos semanas de anticipación, no nos dejaron ocupar la habitación porque se presentó una delegación de mariachis que acompañaban al entonces presidente mexicano Luis Echeverría y decidieron darles a ellos las nuestras.
De más está decir que pese a las protestas de más de 10 ó 12 parejas de recién casados que nos encontrábamos en el lobby del hotel, la única solución que encontraron, y hablo ya de alrededor de las tres de la mañana, fue enviarnos para otros hoteles de La Habana. Cabría entonces preguntarse por qué no les dieron a aquellos señores las habitaciones en esos hoteles, respetando nuestros derechos; y la única explicación es que, como todos sabemos, en Cuba, precisamente, tiene mas derechos un extranjero que un nacional.
A pesar de otras discriminaciones sufridas con anterioridad (y otras muchas en el futuro) nunca me sentí tan despreciado y humillado, sin derechos de ningún tipo, en mi propio país. Yo nunca esperé nada del desgobierno cubano, porque no me dejé engañar por la propaganda y los cuentos, pero a pesar de todo no puedo negar que abrigara la esperanza de que las cosas pudieran “mejorar” un poco para hacer más llevadero el yugo que nos imponían a lo descarado y sin contemplaciones.
En definitiva, esa conocida situación de discriminación sólo me ayudó a reafirmar mi rechazo a todo lo que oliera a comunismo, castrismo o lo que fuera el sistema cubano. Idea que ya se había afianzado, aún mas, desde unos días antes, cuando los bochornosos episodios del éxodo del Mariel me hicieron asumir una actitud más vertical en contra de la injusticia institucionalizada y el extremismo mal llamado revolucionario.
Por supuesto que no hay ya necesidad de demostrar lo que digo, pues en épocas mas recientes el propio desgobierno se ocupó de aclarar muy bien las dudas al respecto, si es que a alguien todavía le quedaba alguna.
Como todos sabemos, nuestra anécdota no es nada en comparación con la verdadera discriminación que vendría después, durante la institucionalización de la debacle que algunos decidieron llamar “período especial” y donde se llevó a la máxima expresión el significado de la palabra apartheid para los cubanos.
Espero que algunos nos expongan sus experiencias en este ampliamente conocido aspecto de la dictadura cubana para su trato con el pueblo que dice representar.
Reinaldo
New Jersey
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Re: Turismo y Discriminacion
nestoRM Junio 4, 2010 en 03:17
Reinaldo,
Buen tema. Lamentablente viví gran parte del período del Apartheid en Cuba y mi primera priorida allí era poder comer el día a día. Con un salario que no me alcanzaba para cubrir mis necesidades de alimento al mes, teniendo una familia que mantener, a los más que podia aspirar era al campismo, pero esa opción no era para mi, la única vez que fui cuando aun no tenía prole cogí sarna.
Pero si recuerdo cuando una vez traté de ir a la tienda del Hotel Lincoln buscando un pullover y no me dejaron entrar ni siquiera al lobby, tenía que tener pasaporte con permiso de entrada. Otra historia parecida sucedió cuando en la farmacia del barrio (en moneda nacional) no había un medicamento para mi hija y fuí a la farmacia que está al frente del Cira García y al llegar allí me sorpreden diciéndome que en esa farmacia, la única que tenía todo tipo de medicamento, sólo compraban los extranjeros. Al Gorila que estaba de custodio y que no me dejaba entrar le explique que el medicamenteo era para mi hija que estaba muy enferma en un tono bastante fuerte, pero siguió negandome la entrada. Por suerte paso un turista costarisence que al ver el royo se brindo a comprame la medicina. Ese día la humillación que sufrí no se la deseo ni a mi peor enemigo.
Reinaldo,
Buen tema. Lamentablente viví gran parte del período del Apartheid en Cuba y mi primera priorida allí era poder comer el día a día. Con un salario que no me alcanzaba para cubrir mis necesidades de alimento al mes, teniendo una familia que mantener, a los más que podia aspirar era al campismo, pero esa opción no era para mi, la única vez que fui cuando aun no tenía prole cogí sarna.
Pero si recuerdo cuando una vez traté de ir a la tienda del Hotel Lincoln buscando un pullover y no me dejaron entrar ni siquiera al lobby, tenía que tener pasaporte con permiso de entrada. Otra historia parecida sucedió cuando en la farmacia del barrio (en moneda nacional) no había un medicamento para mi hija y fuí a la farmacia que está al frente del Cira García y al llegar allí me sorpreden diciéndome que en esa farmacia, la única que tenía todo tipo de medicamento, sólo compraban los extranjeros. Al Gorila que estaba de custodio y que no me dejaba entrar le explique que el medicamenteo era para mi hija que estaba muy enferma en un tono bastante fuerte, pero siguió negandome la entrada. Por suerte paso un turista costarisence que al ver el royo se brindo a comprame la medicina. Ese día la humillación que sufrí no se la deseo ni a mi peor enemigo.
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Re: Turismo y Discriminacion
Iberico Junio 4, 2010 en 08:13
Bueno Reinaldo ¿que te puedo decir?
Yo trabajé en Turismo durante 15 años. Fuí Jefe y uno de los ejecutores directos de ese apartheid contra los cubanos. No quiero justificarme, pero eran las leyes, si hubiera sido por mi, todos los cubanos tuvieran las puertas abiertas, no a los hoteles, sino a todos los lugares del planeta.
Durante un tiempo, estuve de jefe de alojamiento de un hotel. Tu no tienes idea de la cantidad de cubanos que venían a verme todas las semanas y pedirme que querían hospedarse pagando en divisas.
Cubanos con niños pequeños, los niños llorando, la gente super cabreada, pero yo solo tenía una respuesta:
“…No puedo registrarlos en el hotel. Todos los días tengo que dar un parte a inmigración y a la cadena Horizontes Hoteles de los turistas hospedados, nacionalidad, y los números de pasaportes y CI…”
Ese parte diario tenía que cuadrar contra los ingresos en efectivos de carpeta…Si hospedaba a los cubanos en dólares, me saltaba el pasaporte, el país y la forma de pago, si los hospedaba en Moneda nacional, no me cuadraba entonces con lista enviada de Lunas de miel, y trabajadores vanguardias de la CTC.
Resumiendo, era el apartheid hecho ley.
Saludos el Ibérico
Bueno Reinaldo ¿que te puedo decir?
Yo trabajé en Turismo durante 15 años. Fuí Jefe y uno de los ejecutores directos de ese apartheid contra los cubanos. No quiero justificarme, pero eran las leyes, si hubiera sido por mi, todos los cubanos tuvieran las puertas abiertas, no a los hoteles, sino a todos los lugares del planeta.
Durante un tiempo, estuve de jefe de alojamiento de un hotel. Tu no tienes idea de la cantidad de cubanos que venían a verme todas las semanas y pedirme que querían hospedarse pagando en divisas.
Cubanos con niños pequeños, los niños llorando, la gente super cabreada, pero yo solo tenía una respuesta:
“…No puedo registrarlos en el hotel. Todos los días tengo que dar un parte a inmigración y a la cadena Horizontes Hoteles de los turistas hospedados, nacionalidad, y los números de pasaportes y CI…”
Ese parte diario tenía que cuadrar contra los ingresos en efectivos de carpeta…Si hospedaba a los cubanos en dólares, me saltaba el pasaporte, el país y la forma de pago, si los hospedaba en Moneda nacional, no me cuadraba entonces con lista enviada de Lunas de miel, y trabajadores vanguardias de la CTC.
Resumiendo, era el apartheid hecho ley.
Saludos el Ibérico
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Re: Turismo y Discriminacion
panchito Junio 4, 2010 en 09:47
tengo varias anecdotas que me pasaron a mi directamente. a mi papa le otorgaron por el trabajo una semana en un hotel de varadero y fuimos el sabado a pasarnos el dia con el, y no nos dejaron entrar ni al parqueo. logicamente terminamos en un costado de la playa comiendo lo que mi mama sacaba sigilosamente del hotel.
otra vez tenia que comprar aceite de higado de bacalao para mi nina y no habia en ningun lado. lo encontre en la farmacia del comodoro y no habia forma que la senora me lo vendiera. le pedi cortesmente a un italiano si seria tan amable de comprarmelo y el tipo me dio el dinero para que lo comprara yo. le dije que no necesitaba el dinero, que yo tenia pero que a mi no me lo vendian por no tener pasaporte. eso lo saco de sus casillas. lo que le armo a la chiquita fue mucho, imaginense mostrar el pasaporte para comprar una medicina, no es facil lo que hemos aguantado.
tengo varias anecdotas que me pasaron a mi directamente. a mi papa le otorgaron por el trabajo una semana en un hotel de varadero y fuimos el sabado a pasarnos el dia con el, y no nos dejaron entrar ni al parqueo. logicamente terminamos en un costado de la playa comiendo lo que mi mama sacaba sigilosamente del hotel.
otra vez tenia que comprar aceite de higado de bacalao para mi nina y no habia en ningun lado. lo encontre en la farmacia del comodoro y no habia forma que la senora me lo vendiera. le pedi cortesmente a un italiano si seria tan amable de comprarmelo y el tipo me dio el dinero para que lo comprara yo. le dije que no necesitaba el dinero, que yo tenia pero que a mi no me lo vendian por no tener pasaporte. eso lo saco de sus casillas. lo que le armo a la chiquita fue mucho, imaginense mostrar el pasaporte para comprar una medicina, no es facil lo que hemos aguantado.
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Re: Turismo y Discriminacion
http://tomarlapalabra.wordpress.com/2010/06/04/turismo-y-discriminacion/#more-2308
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Re: Turismo y Discriminacion
rodolfo Junio 4, 2010 en 14:27
Reynaldo,se exactamente lo que sentiste porque a mi me paso.Llegue al hotel”Los jazmines”en Vi~ales,P.Rio,acompa~ado por un suizo que es amigo de un primo mio que vive en ese pais.Bien,en la carpeta del hotel al suizo le piden su pasaporte para registrarlo mientras que a mi,logicamente,el carne de identidad.La joven que nos atendia se veia muy amable,pero obviamente era nueva en la posicion de carpetera.ELLa comenzo la rutina del registro,pero al minuto ya habia un se~or(parece que uno de los jefes del hotel)que se hacerco a la muchacha para susurrarle algo al oido.La muchachita se puso roja como un tomate y me dijo:”lo siento mucho,mi vida,y creeme que me da tremenda pena,pero el jefe me ha dicho que no puedes hospedarte en este hotel”Creeme,Reynaldo,nunca me senti mas humillado y acomplejado que ese dia.Pero comprendi que la muchachita para nada era culpable de ese evento tan desagradable que me ocurrio.Ni siquiera el jefe lo era,pues eso venia de”arriba”.Mi socio el suizo no entendia espa~ol y cuando le explique lo que sucedia se insulto tremendamente y comenzo a decir muchisimas cosas,entre ellas,que como era posible que yo fuera segundo en mi propio pais.A la chiquita y a mi se nos caia la cara de verguenza.Finalmente,el suizo rompio la tarjeta de huespedes y nos largamos para la Habana otra vez.Y sabes lo peor?:el hotel estaba casi vacio y el pretendia una habitacion para el y otra para mi,es decir,el pais dejo de ganar dinero por el hecho de no permitirme hospedar por el delito de ser cubano.NUNCA OLVIDARE ESE DIA!!!!!
Reynaldo,se exactamente lo que sentiste porque a mi me paso.Llegue al hotel”Los jazmines”en Vi~ales,P.Rio,acompa~ado por un suizo que es amigo de un primo mio que vive en ese pais.Bien,en la carpeta del hotel al suizo le piden su pasaporte para registrarlo mientras que a mi,logicamente,el carne de identidad.La joven que nos atendia se veia muy amable,pero obviamente era nueva en la posicion de carpetera.ELLa comenzo la rutina del registro,pero al minuto ya habia un se~or(parece que uno de los jefes del hotel)que se hacerco a la muchacha para susurrarle algo al oido.La muchachita se puso roja como un tomate y me dijo:”lo siento mucho,mi vida,y creeme que me da tremenda pena,pero el jefe me ha dicho que no puedes hospedarte en este hotel”Creeme,Reynaldo,nunca me senti mas humillado y acomplejado que ese dia.Pero comprendi que la muchachita para nada era culpable de ese evento tan desagradable que me ocurrio.Ni siquiera el jefe lo era,pues eso venia de”arriba”.Mi socio el suizo no entendia espa~ol y cuando le explique lo que sucedia se insulto tremendamente y comenzo a decir muchisimas cosas,entre ellas,que como era posible que yo fuera segundo en mi propio pais.A la chiquita y a mi se nos caia la cara de verguenza.Finalmente,el suizo rompio la tarjeta de huespedes y nos largamos para la Habana otra vez.Y sabes lo peor?:el hotel estaba casi vacio y el pretendia una habitacion para el y otra para mi,es decir,el pais dejo de ganar dinero por el hecho de no permitirme hospedar por el delito de ser cubano.NUNCA OLVIDARE ESE DIA!!!!!
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Re: Turismo y Discriminacion
Sr. González Junio 4, 2010 en 15:36
Reinaldo, dices: “..Regresando de unas vacaciones a la costa oeste ………”
Y esta pequeña parte del post no ha sido comentada. A propósito has querido hacer pasar como inadvertido este detalle pero yo creo que es otro aspecto muy importante dentro de este aporte tuyo de hoy referido al turismo.
Tu capacidad económica para ir de vacaciones al otro lado de ese gran país. Para hacerlo no has tenido que pedir favores, ni buscar méritos políticos, ni tener contactos. Tampoco para hacerlo necesitas ser de la clase alta, ni ser millonario, ni explotar a nadie.
Pero si para algunos en la isla estas posibilidades tuyas no le parecieran suficientes, vale la pena aclarar que igualmente tu, con tu trabajo, podrías también llevar a tu familia de paseo a Roma, Paris, Sydney, Tokio o Buenos Aires.
No es sólo que con tu trabajo logras llevar una vida de confort y decoro. No es sólo que tu trabajo te permita ahorrar y planificar responsablemente vacaciones en cualquier parte del mundo que lo desees. Es que además tu condición de hombre libre te permite salir del país donde vives sin darle cuentas a nadie, entrar como turista allí donde se te antoje, y regresar a tu país de residencia con la misma confianza y tranquilidad con que regresamos a casa, sin que haya un funcionario que te pueda cuestionar nada ni que pueda hacerte chantajes o trampas.
Este pequeño detalle que apenas resalta en tu escrito, esta opción que tienes como persona libre, de eso carecen los diez millones de cubanos que viven en la isla y es una carencia que duele más que la falta de arroz o pan, porque tiene que ver con la dignidad de las personas.
Gracias de nuevo por tu post.
37 Reinaldo Junio 4, 2010 en 17:07
Amigo Gonzales, en este ultimo comentario suyo usted retrata mi opinion tambien, su analisis es completamente exacto, pero aunque pense en todo eso no quise exponerlo para no hacer el tema muy largo.
Claro, que eso es algo que los amaestraditos de adentro nunca podran entender, aunque ya el Iberico, en alguna forma, se lo comento al jovencuba, ellos se hacen los desentendidos.
Eso que usted menciona nos da una gran satisfaccion, porque sabemos que lo que hacemos es gracias a nuestro propio esfuerzo. Fijese que en Cuba todavia siguen con la costumbre de decir: me gane una semana en el campismo, o me “dieron” un refrigerador. Contrariamente a como nos expresamos nosotros: Me fui de vacaciones (porque lo pago con el resultado de mi trabajo) o me compre un refrigerador, o un auto, o lo que me dio la gana, pero sin tener que agradecerselo a ningun gobierno, mucho menos a un dictador.
Reinaldo, dices: “..Regresando de unas vacaciones a la costa oeste ………”
Y esta pequeña parte del post no ha sido comentada. A propósito has querido hacer pasar como inadvertido este detalle pero yo creo que es otro aspecto muy importante dentro de este aporte tuyo de hoy referido al turismo.
Tu capacidad económica para ir de vacaciones al otro lado de ese gran país. Para hacerlo no has tenido que pedir favores, ni buscar méritos políticos, ni tener contactos. Tampoco para hacerlo necesitas ser de la clase alta, ni ser millonario, ni explotar a nadie.
Pero si para algunos en la isla estas posibilidades tuyas no le parecieran suficientes, vale la pena aclarar que igualmente tu, con tu trabajo, podrías también llevar a tu familia de paseo a Roma, Paris, Sydney, Tokio o Buenos Aires.
No es sólo que con tu trabajo logras llevar una vida de confort y decoro. No es sólo que tu trabajo te permita ahorrar y planificar responsablemente vacaciones en cualquier parte del mundo que lo desees. Es que además tu condición de hombre libre te permite salir del país donde vives sin darle cuentas a nadie, entrar como turista allí donde se te antoje, y regresar a tu país de residencia con la misma confianza y tranquilidad con que regresamos a casa, sin que haya un funcionario que te pueda cuestionar nada ni que pueda hacerte chantajes o trampas.
Este pequeño detalle que apenas resalta en tu escrito, esta opción que tienes como persona libre, de eso carecen los diez millones de cubanos que viven en la isla y es una carencia que duele más que la falta de arroz o pan, porque tiene que ver con la dignidad de las personas.
Gracias de nuevo por tu post.
Amigo Gonzales, en este ultimo comentario suyo usted retrata mi opinion tambien, su analisis es completamente exacto, pero aunque pense en todo eso no quise exponerlo para no hacer el tema muy largo.
Claro, que eso es algo que los amaestraditos de adentro nunca podran entender, aunque ya el Iberico, en alguna forma, se lo comento al jovencuba, ellos se hacen los desentendidos.
Eso que usted menciona nos da una gran satisfaccion, porque sabemos que lo que hacemos es gracias a nuestro propio esfuerzo. Fijese que en Cuba todavia siguen con la costumbre de decir: me gane una semana en el campismo, o me “dieron” un refrigerador. Contrariamente a como nos expresamos nosotros: Me fui de vacaciones (porque lo pago con el resultado de mi trabajo) o me compre un refrigerador, o un auto, o lo que me dio la gana, pero sin tener que agradecerselo a ningun gobierno, mucho menos a un dictador.
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