Los estibadores del puerto y el arroz perdido. Por la India Manana
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Los estibadores del puerto y el arroz perdido. Por la India Manana
Los estibadores del puerto y el arroz perdido. Por la India Manana.
Junio 11, 2010
por Zoé Valdés
Vivo a pocos metros de La Aduana, y del Puerto de La Habana. Hace pocos días se armó tremenda candanga en uno de los barcos que cargaba sacos de arroz con destino a Haití. Todo empezó porque no se explicó a los estibadores que lo que había dentro de los sacos era arroz. Más bien les mintieron. Uno de los sacos tenía un agujero, y además, por la consistencia del saco, en el momento de cargarlo, varios trabajadores se dieron cuenta de que era arroz lo que iba en los sacos, preguntaron nuevamente, y les confirmaron que además la carga iba con destinación a Haití.
De todos es sabido que el arroz se ha perdido en Cuba, que uno de los pocos platos que podíamos poner en la mesa a nuestros hijos era el arroz, y ahora ni eso; además de que no alcanzaba la cuota del mes por la libreta de racionamiento, debíamos comprarlo en el mercado negro, en muchas ocaciones al mismo bodeguero que lo vendía por debajo del tapete. Pero el arroz empezó a escasear, hasta desaparecer por completo, incluso de las diplotiendas. Parece que donde único hay es en el mercado de 70. Según me cuentan, porque yo no gano en CUC, ni en dólares, ni en nada. Yo gano en pesos, una miseria.
Me cuenta una de las personas que presenció lo que ocurrió en el Puerto de La Habana, que uno de los estibadores montó en cólera cuando supo que dentro del saco lo que iba era arroz para Haití. Metió un grito de sublevación: “¡¡¡¡¿Cómoooooooo, que aquí lo que va es arroz para los haitianos y yo no tengo para darle de comer a mis negritos?!!!!” Y con la misma se armó Troya.
Los demás lo siguieron, y hubo una verdadera revuelta dentro del barco, que paralizó cualquier tipo de maniobra en La Aduana. La sublevación fue detenida por un negociador, con toda evidencia de la Seguridad del Estado. Y después se colaron las tropas.
Después de eso, el silencio. No se saba nada de esos trabajadores. Y el arroz lo siguen mandando para Haití.
India Manana (seudónimo), desde el corazón de La Habana Vieja.
Junio 11, 2010
por Zoé Valdés
Vivo a pocos metros de La Aduana, y del Puerto de La Habana. Hace pocos días se armó tremenda candanga en uno de los barcos que cargaba sacos de arroz con destino a Haití. Todo empezó porque no se explicó a los estibadores que lo que había dentro de los sacos era arroz. Más bien les mintieron. Uno de los sacos tenía un agujero, y además, por la consistencia del saco, en el momento de cargarlo, varios trabajadores se dieron cuenta de que era arroz lo que iba en los sacos, preguntaron nuevamente, y les confirmaron que además la carga iba con destinación a Haití.
De todos es sabido que el arroz se ha perdido en Cuba, que uno de los pocos platos que podíamos poner en la mesa a nuestros hijos era el arroz, y ahora ni eso; además de que no alcanzaba la cuota del mes por la libreta de racionamiento, debíamos comprarlo en el mercado negro, en muchas ocaciones al mismo bodeguero que lo vendía por debajo del tapete. Pero el arroz empezó a escasear, hasta desaparecer por completo, incluso de las diplotiendas. Parece que donde único hay es en el mercado de 70. Según me cuentan, porque yo no gano en CUC, ni en dólares, ni en nada. Yo gano en pesos, una miseria.
Me cuenta una de las personas que presenció lo que ocurrió en el Puerto de La Habana, que uno de los estibadores montó en cólera cuando supo que dentro del saco lo que iba era arroz para Haití. Metió un grito de sublevación: “¡¡¡¡¿Cómoooooooo, que aquí lo que va es arroz para los haitianos y yo no tengo para darle de comer a mis negritos?!!!!” Y con la misma se armó Troya.
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Después de eso, el silencio. No se saba nada de esos trabajadores. Y el arroz lo siguen mandando para Haití.
India Manana (seudónimo), desde el corazón de La Habana Vieja.
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