Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
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Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Nuevo programa especial de cobertura médica
Por RICARDO ALONSO-ZALDIVAR / AP
WASHINGTON
El gobierno del presidente Obama lanzará esta semana un programa especial de cobertura médica para las personas sin seguro que además ya padecen de alguna enfermedad, la inversión más ambiciosa de la reforma del sistema médico del Presidente.
Pero hay un problema: las primas serán mayores para muchos, incluso contando con el subsidio del gobierno para equiparar en lo posible esas tarifas con las que se cobran a personas sanas.
Los $5,000 millones que el Congreso ha asignado al programa hasta el 2013 pudieran acabarse mucho antes de esa fecha.
El plan comenzará a aceptar solicitudes en muchos estados el jueves y pudiera comenzar a funcionar tan temprano como el 1ro. de agosto, informó el martes un funcionario de gobierno. La población puede verificar la disponibilidad en sus estados en la página de internet healthcare.gov a partir del jueves. La meta es que todos los estados comiencen a cubrir personas para finales del verano.
El funcionario habló a condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a hacer un anuncio extraoficial.
"Yo me inscribiría tan pronto como sea posible'', afirmó Stephen Finan, director de Política de la American Cancer Society Cancer Action Network. "Estas tarifas serán todo lo asequibles que sea posible en estos momentos, particularmente para los individuos que ya padecen de otras enfermedades''.
Las primas variarán según los estados. En California, por ejemplo, el costo para una persona de 50 años se calcula en $575 mensuales, con un deducible anual de $1,500 y 15 por ciento de copago. Las primas en los estados con costos médicos más bajos pudiera ser de aproximadamente $400 al mes.
"Eso es mucho dinero, así que habrá mucha gente que no pueda pagarlo'', dijo Marian Mulkey, directora de Reforma de Salud de la Fundación California HealthCare. "Pero significará un gran aumento en materia de acceso''.
El programa es una solución temporal para la población más vulnerable hasta el 2014, cuando las principales cláusulas de la reforma del sistema médico entran en vigor. En ese momento, las compañías de seguro médico no podrán rechazar pacientes porque ya padezcan de alguna enfermedad y los núcleos familiares de ingresos bajos y medios recibirán asistencia del gobierno con el subsidio de las primas. Para entonces también, la mayoría de la población tendrá la obligación de tener un seguro médico.
Para cumplir los requisitos del programa temporal, la persona debe padecer de alguna enfermedad y llevar un mínimo de seis meses sin seguro médico. Los principales beneficiarios probablemente sean los que trabajan por cuenta propia y sus familiares, así como los empleados de empresas pequeñas que no ofrecen seguro médico. Sólo los ciudadanos estadounidenses y los residentes pueden beneficiarse del programa.
Millones de personas cumplen esos requisitos y expertos que asesoran al Congreso y al gobierno han advertido repetidas veces que la Casa Blanca ha pronosticado un costo menor que la realidad. La Oficina de Presupuesto del Congreso informó la semana pasada que harían falta entre $5,000 millones y $10,000 millones adicionales para hacer frente a toda la demanda, aproximadamente las 700,000 personas que pudieran inscribirse en el programa hasta el 2013.
Economistas del Medicare calcularon anteriormente que unas 375,000 personas se inscribirían en el programa este año, pero que se quedarían sin fondos para finales del 2011.
Eso sería una vergüenza para Obama porque el programa es la pieza central de su plan de ofrecer cobertura a toda la población.
"Hay una preocupación política sobre si las expectativas son exageradas y quizás no puedan cumplirse'', indicó Gail Wilensky, economista especializada en salud pública, quien dirigió el Medicare durante el gobierno del presidente George H.W. Bush.
Lanzar el nuevo programa en unos tres meses no ha sido fácil. La mayoría de los estados han optado por administrar sus propios planes, pero unos 20 han pedido a Washington que se encargue de la labor.
Otro factor que crea confusión es que la mayoría de los estados ya tienen sus propios programas de seguro para personas con problemas de salud, que cubren a unas 200,000 en total. Sin embargo, los planes estatales tienden a cobrar primas significativamente mayores que el nuevo plan federal y muchos ofrecen menos cobertura. Las personas no podrán cambiar de la cobertura estatal a la federal, a menos que estén dispuestas a pasarse seis meses sin seguro médico.
Las preocupaciones sobre el costo no financiado del programa ha llevado a que muchos estados adopten el programa, aunque Washington ha prometido cubrir todos los costos.
"Parte de la razón por la que esos 20 estados prefieren que Washington se encargue del plan es debido a preocupaciones de financiación'', aseguró Richard Cauchi, director del programa de salud de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales. "Los presupuestos estatales están en pésimo estado''.
No está claro qué hará el gobierno federal si se agotan los fondos del programa.
"Una vez que hay una cifra significativa de personas en cada estado que pueden beneficiarse del nuevo programa, será difícil que un legislador diga que los fondos necesarios no se asignarán'', declaró Ron Pollack, director ejecutivo de Families USA, un grupo defensor de los servicios médicos.
Read more: http://www.elnuevoherald.com/2010/06/29/755466_p2/nuevo-programa-especial-de-cobertura.html#ixzz0sIfm1jof
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Azali- Admin
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Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Las primas variarán según los estados. En California, por ejemplo, el costo para una persona de 50 años se calcula en $575 mensuales, con un deducible anual de $1,500 y 15 por ciento de copago. Las primas en los estados con costos médicos más bajos pudiera ser de aproximadamente $400 al mes.
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Azali- Admin
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Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Es mejor cualquier seguro médico que el seguro médico cubano
Tetro- Cantidad de envíos : 5903
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Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
No estoy comparando nada, el nivel de la medicina y tecnologia de USA es muy elevado
Pero sigo viendo el Obamacare como ...a nada..
Pero sigo viendo el Obamacare como ...a nada..
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Azali- Admin
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Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Pero sigo viendo el Obamacare como ...a nada..
El Obamacare es una reforma al sistema de salud de USA
El Obamacare es una reforma al sistema de salud de USA
Tetro- Cantidad de envíos : 5903
Fecha de inscripción : 08/03/2009
Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Obamacare a la europea y libertad a la americana
24 Marzo, 2010
por godivaciones
Esta mañana los informativos de toda España se felicitaban por el “logro” que la administración Obama ha conseguido al aprobar por 7 votos la reforma sanitaria en los Estados Unidos.
En el programa electoral del candidato Obama, ya se esbozaba un proyecto de reforma sanitaria paradisíaco, que no mostraba claramente de qué bolsillos iban a proceder los fondos, ni el coste real, pero sí hacía hincapié en los beneficios para las minorías de hispanos, su importancia para luchar contra una posible amenaza de bioterrorismo y su necesidad para acabar con las pandemias y otras enfermedades crónicas, como la obesidad.
Los afectados serían 47 millones de norteamericanos según el programa de Obama, 36 millones según otros, y la cifra llega a rebajarse a los 30 millones dependiendo de qué periódico se lea, probablemente muchos de ellos votantes demócratas esperanzados.
Y lo cierto es que el sistema sanitario americano tiene varios puntos francamente mejorables, pero el camino emprendido por Obama no es el mejor. Hasta ahora, la práctica común era que los empleadores contrataran a sus trabajadores con un seguro médico con más o menos cobertura. Ahora esta práctica será obligatoria por ley y en caso contrario, el empleador pagará una compensación del 8% de la nómina a los empleados sin cobertura. La ley también aportará subsidios para contratar seguros con compañías privadas o con un nuevo seguro público. Estas subvenciones representan buena parte de los 940.000 millones que costarán los cambios en el sistema, y sólo se quedarían fuera del sistema entre 5 y 7 millones de personas, además de los inmigrantes indocumentados, unos 11 millones. Eso no es todo. Las aseguradoras privadas tienen que ofrecer los estándares de asistencia y calidad similares a los ofrecidos por el sistema público. Eso quiere decir que serán los políticos desde Washington quienes determinarán cuáles son esos estándares, qué se debe recetar, las cuotas que cobren los médicos, etc. Además, la ley incluye diez años de impuestos al ciudadano pero sólo ofrece seis años de beneficio médico.
Por otro lado, a estas alturas de la recesión, la lucha contra el déficit público es, junto con el paro, el principal reto con el que se enfrentan las democracias occidentales. Por eso a muchos americanos el coste les parece simplemente prohibitivo.
Hay que recordar los actuales fiascos de Medicare y Medicaid que pretendían proporcionar asistencia pública a determinados sectores de la población desfavorecida y han supuesto un chorro de dinero tirado por la borda.
La peregrinación de este nuevo proyecto y los continuos cambios a que ha sido sometido llevan a preguntarse qué tiene de especial para que el líder demócrata se empeñe de esta manera. Su aprobación se ha conseguido asegurando mediante una “orden ejecutiva” que no se financiarán abortos con dinero público. Este requisito no es excepcional y proviene de la disposición Hyde en 1976: ni demócratas ni republicanos consentirían la financiación pública de una decisión privada. Los dudosos métodos para aprobar el nuevo modelo sanitario llegan a la salida de tiesto de Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes quien llegó a proponer aprobar la ley antes de conocerla,
Más allá de la expulsión del sistema sanitario de miles de médicos que no podrán sobrevivir con las cuotas que prevé el sistema, del gasto burocrático en 16.500 funcionarios que lo supervisen, de la igualación por abajo de los servicios sanitarios (iguales colas, igual ineficiencia) por la intromisión federal en las aseguradoras privadas, hay un tema que muchos americanos no tragan. El proyecto de Obama lesiona los principios constitucionales establecidos en la novena y en la décima enmienda, según las cuales, el pueblo tiene derechos frente a un todopoderoso estado federal, y el gobierno federal no podrá meter la mano en aquellas actividades que no le haya asignado la Constitución. Y la sanidad, ha sido tradicionalmente una competencia de los estados, con poca intervención directa del gobierno central. Así, 37 estados van a presentar ante el Supremo un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de reforma sanitaria de Obama por invasión de competencias.
Quienes protestan frente a la Casa Blanca, ciudadanos libres independientes, conservadores, demócratas desencantados, buscan una reforma que no obligue al “café para todos” al que los europeos estamos dolorosamente acostumbrados. Se trata de dejar que cada Estado decida en función de lo que sus ciudadanos están acostumbrados, necesitan y desean.
El empecinamiento de Obama se puede volver contra él, no solamente por la imposible gestión de un sistema sanitario central planificado de tal envergadura, por el aumento del gasto y los perjuicios económicos. También porque está atentando contra la libertad individual de muchos americanos a costa de jugar en el filo de la constitucionalidad. Y eso en Estados Unidos tiene un precio muy alto.
http://marygodiva.wordpress.com/2010/03/24/obamacare-a-la-europea-y-libertad-a-la-americana/
Dicen que es anticonstitucional, yo opino que está bien que el gobierno tenga mas control sobre la salud, pues la salud es algo primordial, se encuentra dentro de los servicios sociales publicos
24 Marzo, 2010
por godivaciones
Esta mañana los informativos de toda España se felicitaban por el “logro” que la administración Obama ha conseguido al aprobar por 7 votos la reforma sanitaria en los Estados Unidos.
En el programa electoral del candidato Obama, ya se esbozaba un proyecto de reforma sanitaria paradisíaco, que no mostraba claramente de qué bolsillos iban a proceder los fondos, ni el coste real, pero sí hacía hincapié en los beneficios para las minorías de hispanos, su importancia para luchar contra una posible amenaza de bioterrorismo y su necesidad para acabar con las pandemias y otras enfermedades crónicas, como la obesidad.
Los afectados serían 47 millones de norteamericanos según el programa de Obama, 36 millones según otros, y la cifra llega a rebajarse a los 30 millones dependiendo de qué periódico se lea, probablemente muchos de ellos votantes demócratas esperanzados.
Y lo cierto es que el sistema sanitario americano tiene varios puntos francamente mejorables, pero el camino emprendido por Obama no es el mejor. Hasta ahora, la práctica común era que los empleadores contrataran a sus trabajadores con un seguro médico con más o menos cobertura. Ahora esta práctica será obligatoria por ley y en caso contrario, el empleador pagará una compensación del 8% de la nómina a los empleados sin cobertura. La ley también aportará subsidios para contratar seguros con compañías privadas o con un nuevo seguro público. Estas subvenciones representan buena parte de los 940.000 millones que costarán los cambios en el sistema, y sólo se quedarían fuera del sistema entre 5 y 7 millones de personas, además de los inmigrantes indocumentados, unos 11 millones. Eso no es todo. Las aseguradoras privadas tienen que ofrecer los estándares de asistencia y calidad similares a los ofrecidos por el sistema público. Eso quiere decir que serán los políticos desde Washington quienes determinarán cuáles son esos estándares, qué se debe recetar, las cuotas que cobren los médicos, etc. Además, la ley incluye diez años de impuestos al ciudadano pero sólo ofrece seis años de beneficio médico.
Por otro lado, a estas alturas de la recesión, la lucha contra el déficit público es, junto con el paro, el principal reto con el que se enfrentan las democracias occidentales. Por eso a muchos americanos el coste les parece simplemente prohibitivo.
Hay que recordar los actuales fiascos de Medicare y Medicaid que pretendían proporcionar asistencia pública a determinados sectores de la población desfavorecida y han supuesto un chorro de dinero tirado por la borda.
La peregrinación de este nuevo proyecto y los continuos cambios a que ha sido sometido llevan a preguntarse qué tiene de especial para que el líder demócrata se empeñe de esta manera. Su aprobación se ha conseguido asegurando mediante una “orden ejecutiva” que no se financiarán abortos con dinero público. Este requisito no es excepcional y proviene de la disposición Hyde en 1976: ni demócratas ni republicanos consentirían la financiación pública de una decisión privada. Los dudosos métodos para aprobar el nuevo modelo sanitario llegan a la salida de tiesto de Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes quien llegó a proponer aprobar la ley antes de conocerla,
Más allá de la expulsión del sistema sanitario de miles de médicos que no podrán sobrevivir con las cuotas que prevé el sistema, del gasto burocrático en 16.500 funcionarios que lo supervisen, de la igualación por abajo de los servicios sanitarios (iguales colas, igual ineficiencia) por la intromisión federal en las aseguradoras privadas, hay un tema que muchos americanos no tragan. El proyecto de Obama lesiona los principios constitucionales establecidos en la novena y en la décima enmienda, según las cuales, el pueblo tiene derechos frente a un todopoderoso estado federal, y el gobierno federal no podrá meter la mano en aquellas actividades que no le haya asignado la Constitución. Y la sanidad, ha sido tradicionalmente una competencia de los estados, con poca intervención directa del gobierno central. Así, 37 estados van a presentar ante el Supremo un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de reforma sanitaria de Obama por invasión de competencias.
Quienes protestan frente a la Casa Blanca, ciudadanos libres independientes, conservadores, demócratas desencantados, buscan una reforma que no obligue al “café para todos” al que los europeos estamos dolorosamente acostumbrados. Se trata de dejar que cada Estado decida en función de lo que sus ciudadanos están acostumbrados, necesitan y desean.
El empecinamiento de Obama se puede volver contra él, no solamente por la imposible gestión de un sistema sanitario central planificado de tal envergadura, por el aumento del gasto y los perjuicios económicos. También porque está atentando contra la libertad individual de muchos americanos a costa de jugar en el filo de la constitucionalidad. Y eso en Estados Unidos tiene un precio muy alto.
http://marygodiva.wordpress.com/2010/03/24/obamacare-a-la-europea-y-libertad-a-la-americana/
Dicen que es anticonstitucional, yo opino que está bien que el gobierno tenga mas control sobre la salud, pues la salud es algo primordial, se encuentra dentro de los servicios sociales publicos
Tetro- Cantidad de envíos : 5903
Fecha de inscripción : 08/03/2009
Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Pero vez mejoria en que todos esten obligados a pagar un seguro medico?? si la gente tuviera 500 dolares sobrantes se pagarian el seguro, dice que ayudaran a los que no tengan dinero...pero el medicaid es para eso y cada dia recortan mas ...alcanzara el dinero?
Es que hay precios excesivos de muchas cosas, como algunas terapias , analisis , etc..los seguros no pueden cobrar menos , pues les cobran demasiado.
Es que hay precios excesivos de muchas cosas, como algunas terapias , analisis , etc..los seguros no pueden cobrar menos , pues les cobran demasiado.
El programa es una solución temporal para la población más vulnerable hasta el 2014, cuando las principales cláusulas de la reforma del sistema médico entran en vigor. En ese momento, las compañías de seguro médico no podrán rechazar pacientes porque ya padezcan de alguna enfermedad y los núcleos familiares de ingresos bajos y medios recibirán asistencia del gobierno con el subsidio de las primas. Para entonces también, la mayoría de la población tendrá la obligación de tener un seguro médico.
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Azali- Admin
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Re: Tetro, esto es el Obamacare? ......o pagas seguro, o pagas...?
Azali
El seguro privado es para los que tienen su propio negocio, para los empleados de un negocio el patron tiene que darles seguro
El seguro privado es para los que tienen su propio negocio, para los empleados de un negocio el patron tiene que darles seguro
Tetro- Cantidad de envíos : 5903
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Mejor que nada
Randall Wray ¿Es la "reforma" de los seguros sanitarios en EEUU mejor que nada?
amcastells 29-03-2010 GTM 2 @ 18:50 Tags: reforma salud Obama aseguradoras sector privado riesgo
Sigo ofreciendo versiones contrapuestas sobre la Reforma Sanitaria de Obama: la de Randall Wray, publicada en Sin Permiso, no es nada tibia. Pero mucho me temo que sus críticas al papel fundamental de las aseguradoras privadas en la misma, y su miedo a haber incrementado los grilletes de Wall Street sobre el sector de la salud, no ande nada desencaminado...
¿Es la "reforma" de los seguros sanitarios en EEUU mejor que nada?
Muchos que apoyaban la reforma sanitaria en EEUU celebran la aprobación de esta verdadera Ley de Rescate de las Aseguradoras de Servicios Sanitarios (LRASS) con el argumento de que algo –no importa cuán errado en lo fundamental— es mejor que nada. Estupendo. Asó argumentan Michael Moore o Dennis Kucinich, los cuales son, desde luego, mucho más astutos políticamente que yo. ¿Cómo puedo criticar ese argumento?
Muchos de mis amigos no quieren ni oír hablar de los yerros de esta ley. Piden una tregua, aunque sea de días, para poder refocilarse en la gloriosa victoria. Creen que mis críticas a la LRASS son "perturbadoras". Una buena descripción de mi trabajo.
Muy bien, celebrad la victoria. ¿Pero no creéis que alguien debería apuntar a los errores para que luego pudiéramos seguir avanzando? Aun si la ley representara una mejora marginal respecto de lo que tenemos, aun si permite a los Demócratas apuntarse una victoria, nadie debería llamarse a engaño y pensar que eso es una reforma sanitaria. ¿Reforma de los seguros sanitarios? De acuerdo, tal vez un poco; pero de eso, luego.
Yo creo que cualquier legislación que obliga a la gente, contra su voluntad, a realizar pagos al sector FIRE [finanzas, seguros y bienes raíces, por sus siglas en inglés; T.] es un error: no hay que darle mucho pensamiento para prever el tipo de problemas que eso irá generando. Obsérvese también que el gobierno empezará a introducir impuestos y a reducir la financiación de Medicare antes de que nadie llegue a percibir los "beneficios" de la legislación. ¡Qué gran política, en medio de esta gran depresión! (Suena como el dejà vu de 1937, cuando el gobierno empezó a gravar fiscalmente los salarios antes de comenzar a efectuar los pagos de la Seguridad Social, devolviendo a la economía a al Gran Depresión? ¡Toma ya!.)
Hay muy poco en la ley que exija a las aseguradoras sanitarias pagar realmente por el suministro de cualesquiera servicios adicionales, y el grueso de las pequeñas mejoras en este asunto no entrará en vigor hasta 2014 0 2018. Léase la letra pequeña. Los actuales proveedores de seguros no están obligados por las nuevas exigencias legales, sólo los que aseguren a partir de ahora. Para las empresas aseguradoras que siguen con el "legado" significa seguir como siempre con los negocios mafiosos, y tiempo para luchar y blindarse contra las cláusulas legales, a fin de que éstas nunca lleguen a entrar en vigor.
Es verdad: hay más que gente que tendrá seguro sanitario. ¿Tendrán realmente más asistencia cubierta? Se les embestirá con deducciones, copagos, limitaciones anuales (por varios años más), exclusiones, expensas extraodinarias, dineros adelantables del propio bolsillo… Con eso se conseguirá que la asistencia sanitaria resulte demasiado cara como para que puedan llegar a beneficiarse de su nuevo seguro. Y mucha gente actualmente asegurada tendrá que pagar más impuestos. Las primas subirán. El gobierno descargará sobre vosotros una parte mayor del coste. Wall Street necesita vuestro dinero.
Habrá revueltas de los no asegurados a los que les repatea la obligación de asegurarse. Podríamos llegar a necesitar más policías antidisturbios y más cárceles. Más costes, pues, para asegurar el flujo de las aseguradoras de Wall Street.
Cómo terminará todo esto, es cosa que no puede decirse hasta dentro de varios años. Yo preveo que los abusos de las aseguradoras se incrementarán significativamente; entonces habrá una reacción regulatoria (como en Massachusetts). Trataremos de imponer regulaciones, restricciones, cuotas, multas, gravámenes o lo que sea a las aseguradoras para obligarlas a hacer lo que no quieren hacer. En realidad, buscaremos obligarlas a hacer lo que ninguna compañía aseguradora debería hacer. Por eso los seguros de salud se compadecen tan mal con la asistencia sanitaria. Siempre ha sido así, y siempre será así. Es una forma demencial de financiar la asistencia sanitaria.
Así pues, en resolución, el problema con la LRASS viene a reducirse a esto: es una locura tratar de hacer funcionar la asistencia sanitaria mediante seguros sanitarios suministrados por empresas privadas orientadas al beneficio; y es una locura aumentada tratar de aumentar la asistencia sanitaria mediante las aseguradoras. Se trata de una ley pro-Wall Street, en su misma concepción. De aquí que la LRASS se centre sobre todo en el aspecto financiero-asegurador, y no realmente en los posibles beneficios sanitario-asistenciales (menores, y a lo sumo, laterales) que pueda traer consigo la ley. Y si realmente se trata de una ley de asistencia sanitaria, hay que decir que sería matemáticamente imposible aprobar otra con menos prestaciones que la LRASS, una ley que, dede su misma concepción, no ha sido sino un rescate para Wall Street.
Muchos de sus partidarios dicen que es la mejor ley posible en las actuales circunstancias, y que en los años venideros podremos ir mejorándola. Es decir, que de lo que se trataría es de aceptar ahora los pequeños beneficios que trae consigo y trabajar poco a poco en pos del incremento de esos beneficios. Yo lo siento mucho, pero no puedo creerme esa defensa "incrementalista" de la LRASS.
Eso no es incrementalismo. Es una desapoderada disposición, sin precedentes, para beneficiar a las aseguradoras privadas. Se obliga a 50 millones de personas a pagar a compañías privadas. Las protestas y los pleitos judiciales ya han comenzado. Los estados federados tratan de cambiar sus Constituciones. Si lo pretendido eran mejoras incrementales para la asistencia sanitaria, hay infinitas combinaciones de modestos cambios en las políticas públicas que no pasan en absoluto por involucrar a las compañías aseguradoras. Y las celebraciones de su gran triunfo sobre Wall Street por parte de los Demócratas son ridículas. Creo que lleva razón Robert Prasch: es la mayor concesión que los Demócratas podían haber hecho al GOP [Great Old Party, el viejo gran partido, como también se conoce al Partido Republicano; T.]. (Pero atención: ahora lo que están preparando ya es la entrega de la Seguridad Social a Wall Street, sólo que las discusiones se llevan soterradamente.)
Toda la historia de la "reforma" de la LRASS no consiste sino en esto (Prasch sugiere que fue, desde el principio, el plan del candidato Obama, y yo no tengo razones para dudarlo): las aseguradoras sanitarias estaban perdiendo primas porque los empresarios se desentendían cada vez más de la cobertura (en parte porque no podían competir, pues ningún país comparable a los EEUU se sirve de los seguros privados para proporcionar asistencia sanitaria); los individuos sanos se desentendían, porque ningún cálculo razonable podía llevarles a la conclusión de que estar asegurado valía lo que las compañías pedían. Y no sólo los jóvenes sanos se desentendían de la cobertura. Si eres soltero y no eres un enfermo crónico, te saldrá mucho más a cuenta pagar de ti propio bolsillo (a menos que tu patrón pague el grueso de las primas en vez de ofrecerte más salario). El 80% de los costes de asistencia sanitaria se deben al 20% de la población con precaria salud o con mala suerte. Si puedes llegar a los 65 sin circunstancias crónicas (no fumas, no eres obeso, no tienes antecedentes genéticos, etc.), lo racional es no contratar un seguro de asistencia sanitaria. Y si mucho se tuerce la suerte, no necesitas tener un seguro para conseguir algún tipo de asistencia sanitaria. Seguramente no será tan buena, pero podría bastar. También podría ser, claro está, que no tuvieses demasiada fe en los tratamientos médicos tradicionales.
Ello es que las aseguradoras estaban aterrorizadas. Podían ver, bíblicamente, la escritura en la pared: estaban perdiendo a sus clientes más sanos, se veían obligados a incrementar sus cuotas, lo que, a su vez, contribuía a la salida de más gente sana; un círculo vicioso. Así que se dirigieron a Hillary Clinton y luego a Obama para lograr una LRASS que obligara a los sanos a volver al redil y pagar las primas. Sí, las aseguradoras sabían que habría que llegar a una componenda, porque tendrían que admitir a alguna gente enferma. Pero darle a esa gente un seguro no es lo mismo pagar su asistencia. De manera que las aseguradoras aceptaron la admisión de gente con historiales previos de enfermedad, pero en ningún caso pagar realmente el tratamiento de esas enfermedades. Y no lo harán.
Espero que los que estén interesados en este asunto lean el texto que escribí con Marshall Auerback: allí sostuvimos razonadamente que la asistencia sanitaria no es asegurable. Hay un conflicto básico entre el suministro de asistencia sanitaria y la contratación de seguros.
Compárese con el seguro de los automóviles. Cuando yo era joven y pobre y tal vez un tanto alocado e irresponsable, conducía mi vehículo sin seguro (no era obligatorio entonces). Logre conducir cerca de dos décadas con sólo 2 accidentes, ambos causados por conductores borrachos que se me echaron encima. Su aseguradoras se sintieron más que felices de pagarme para evitarse un pleito judicial. Porque en realidad no se trataba de accidentes (actos azarosos de dios); se trataba de infracción penales. Los tipos perdieron su seguro y su permiso de conducir (y creo que uno fue a la cárcel, porque ya había perdido su permiso de conducir: conducía el automóvil de su empresa, y que fue la aseguradora de la empresa la que me pagó). Luego empecé a contratar seguros. El pasado otoño estaba volviendo a casa desde Oklahoma conduciendo a buena velocidad (aunque, me apresuro a añadir, dentro de los límites permitidos), cuando me vi sorprendido por una acto de dios. De repente, me encontré con un enorme ciervo saltando ante mi coche. 10 mil dólares y 4 meses después, mi automóvil estaba casi reparado. Pagué mil dólares fiscalmente deducibles y mi compañía de seguros pagó los otros 9 mil (¡gracias muchachos!).
Ahora bien, no sabemos por qué dios hizo eso. Quizá el animalito había blasfemado, o dios odiaba mi auto, o tal vez sólo trataba de que yo dejara de gruñir por los miles de dólares que había pagado durante años a mi compañía de seguros; o acaso pretendía proporcionar un pequeño estímulo al mecánico del lugar. Sea ello como fuere, desconocemos su Plan, que siempre nos parecerá azariento. Así que contratamos seguros contra los actos de dios. En promedio, ni que decir tiene, el seguro del automóvil es muy mal negocio para nosotros. Pero para aquellos que somos víctimas de los actos de dios es un buen negocio; y lo cierto es que nadie sabe quién será el próximo elegido. Además, al basar las primas en el comportamiento individual y al cargar buenas sumas fiscalmente deducibles, incentivamos la buena conducción. Yo evito los excesos de velocidad, no tanto por miedo a las multas, cuanto por las primas más elevadas acumulables con los años. Lo mismo vale para la conducción prudente en los parkings (dado que decidí –lo que ahora es obligatorio— contratar un seguro). Y hablando de seguros obligatorios, obviamente siempre puedes evitar el pago de primas absteniéndote de conducir. Nadie está obligado a pagar a las aseguradoras de automóviles.
Muy bien; volvamos al "seguro" de asistencia sanitaria. Por razones que Auerback y yo discutimos detalladamente en el texto antes mencionado, la salud no es asegurable. Cualquier niño tiene ya un historial previo. No puedes asegurar una casa ya incendiada. Luego de atropellar a un ciervo, no puedes contratar un seguro. ¡Tampoco querríais contratarlo¡ Porque la prima actuarialmente razonable valdría más que el coste de reparar el coche. No se puede contratarse un seguro frente a un daño preexistente, y sólo lo haríais, si pudierais ocultárselo a la aseguradora (lo cual, como es harto sabido, recibe el nombre de fraude). Dios ya actuó. Te eligió a ti, y nadie pensaría siquiera en la posibilidad de un seguro: tú no quieres pagar por el seguro, la aseguradora no quiere suministrarlo y el grupo de potenciales pagadores de esa prima de seguros no te quiere como co-miembro.
Una aseguradora no puede vender un seguro contra diabetes a una persona que tiene diabetes; ni el diabético querrá contratar ese seguro; ni el grupo que paga primas de seguro lo querrá como miembro.
Así que lo que hacemos es juntar a la gente que tienes diabetes con gente que no la tiene y que muy probablemente no la tendrá nunca, y entonces tenemos a los sanos que subsidian a los enfermos. Eso no es un seguro; es una manera particularmente cara de quitar dinero a los sanos para dárselo a los enfermos. Podría objetarse que, desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, esos actos de dios son una especie de azar (no realmente, porque la obesidad resulta tanto del comportamiento individual como de las políticas públicas), de forma que si agrupamos a todo el mundo, obtendremos riesgos asegurables. Vale, una especie de seguro. Pero para el conjunto agregado siempre es un mal negocio, porque tenemos que pagar los costes de contratar la aseguradora más los beneficios de ésta. Pero no hay modo de lograr eso mediante aseguradoras privadas que compiten entre sí, porque cada una de ellas tiene incentivos para excluir a los casos más caros, y lo mismo hacen todos los relativamente sanos que pagan primas. Así que la única forma de lograrlo es mediante seguros obligatorios que lo cubran todo y, o bien una sola aseguradora, o múltiples aseguradoras que operan con grupos idénticos y con idéntica cobertura. Lo que no puede ocurrir. Y no hay incrementalismo que valga.
Y, ni que decir tiene, el grueso del asistencia sanitaria que recibe el grueso de nosotros no tiene nada que ver con los actos de dios. Necesitamos pediatría. Hay embarazadas. Hay viejos. Necesitamos limpieza dental. Queremos Botox y abdominoplastia. No hay nada azariento en todo eso. Son riesgos no asegurables.
No necesitamos más seguros sanitarios. Necesitamos menos. Necesitamos suministro de servicios sanitarios; y necesitamos salir de las garras de Wall Street.
Randall Wray es uno de los analista económicos más respetados de los EEUU. Colabora con el proyecto newdeal 2.0 y escribe regularmente en la revista New Economic Perspectives.
http://angelsmcastells.nireblog.com/post/2010/03/29/randall-wray-es-la-reforma-de-los-seguros-sanitarios-en-eeuu-mejor-que-nada
amcastells 29-03-2010 GTM 2 @ 18:50 Tags: reforma salud Obama aseguradoras sector privado riesgo
Sigo ofreciendo versiones contrapuestas sobre la Reforma Sanitaria de Obama: la de Randall Wray, publicada en Sin Permiso, no es nada tibia. Pero mucho me temo que sus críticas al papel fundamental de las aseguradoras privadas en la misma, y su miedo a haber incrementado los grilletes de Wall Street sobre el sector de la salud, no ande nada desencaminado...
¿Es la "reforma" de los seguros sanitarios en EEUU mejor que nada?
Muchos que apoyaban la reforma sanitaria en EEUU celebran la aprobación de esta verdadera Ley de Rescate de las Aseguradoras de Servicios Sanitarios (LRASS) con el argumento de que algo –no importa cuán errado en lo fundamental— es mejor que nada. Estupendo. Asó argumentan Michael Moore o Dennis Kucinich, los cuales son, desde luego, mucho más astutos políticamente que yo. ¿Cómo puedo criticar ese argumento?
Muchos de mis amigos no quieren ni oír hablar de los yerros de esta ley. Piden una tregua, aunque sea de días, para poder refocilarse en la gloriosa victoria. Creen que mis críticas a la LRASS son "perturbadoras". Una buena descripción de mi trabajo.
Muy bien, celebrad la victoria. ¿Pero no creéis que alguien debería apuntar a los errores para que luego pudiéramos seguir avanzando? Aun si la ley representara una mejora marginal respecto de lo que tenemos, aun si permite a los Demócratas apuntarse una victoria, nadie debería llamarse a engaño y pensar que eso es una reforma sanitaria. ¿Reforma de los seguros sanitarios? De acuerdo, tal vez un poco; pero de eso, luego.
Yo creo que cualquier legislación que obliga a la gente, contra su voluntad, a realizar pagos al sector FIRE [finanzas, seguros y bienes raíces, por sus siglas en inglés; T.] es un error: no hay que darle mucho pensamiento para prever el tipo de problemas que eso irá generando. Obsérvese también que el gobierno empezará a introducir impuestos y a reducir la financiación de Medicare antes de que nadie llegue a percibir los "beneficios" de la legislación. ¡Qué gran política, en medio de esta gran depresión! (Suena como el dejà vu de 1937, cuando el gobierno empezó a gravar fiscalmente los salarios antes de comenzar a efectuar los pagos de la Seguridad Social, devolviendo a la economía a al Gran Depresión? ¡Toma ya!.)
Hay muy poco en la ley que exija a las aseguradoras sanitarias pagar realmente por el suministro de cualesquiera servicios adicionales, y el grueso de las pequeñas mejoras en este asunto no entrará en vigor hasta 2014 0 2018. Léase la letra pequeña. Los actuales proveedores de seguros no están obligados por las nuevas exigencias legales, sólo los que aseguren a partir de ahora. Para las empresas aseguradoras que siguen con el "legado" significa seguir como siempre con los negocios mafiosos, y tiempo para luchar y blindarse contra las cláusulas legales, a fin de que éstas nunca lleguen a entrar en vigor.
Es verdad: hay más que gente que tendrá seguro sanitario. ¿Tendrán realmente más asistencia cubierta? Se les embestirá con deducciones, copagos, limitaciones anuales (por varios años más), exclusiones, expensas extraodinarias, dineros adelantables del propio bolsillo… Con eso se conseguirá que la asistencia sanitaria resulte demasiado cara como para que puedan llegar a beneficiarse de su nuevo seguro. Y mucha gente actualmente asegurada tendrá que pagar más impuestos. Las primas subirán. El gobierno descargará sobre vosotros una parte mayor del coste. Wall Street necesita vuestro dinero.
Habrá revueltas de los no asegurados a los que les repatea la obligación de asegurarse. Podríamos llegar a necesitar más policías antidisturbios y más cárceles. Más costes, pues, para asegurar el flujo de las aseguradoras de Wall Street.
Cómo terminará todo esto, es cosa que no puede decirse hasta dentro de varios años. Yo preveo que los abusos de las aseguradoras se incrementarán significativamente; entonces habrá una reacción regulatoria (como en Massachusetts). Trataremos de imponer regulaciones, restricciones, cuotas, multas, gravámenes o lo que sea a las aseguradoras para obligarlas a hacer lo que no quieren hacer. En realidad, buscaremos obligarlas a hacer lo que ninguna compañía aseguradora debería hacer. Por eso los seguros de salud se compadecen tan mal con la asistencia sanitaria. Siempre ha sido así, y siempre será así. Es una forma demencial de financiar la asistencia sanitaria.
Así pues, en resolución, el problema con la LRASS viene a reducirse a esto: es una locura tratar de hacer funcionar la asistencia sanitaria mediante seguros sanitarios suministrados por empresas privadas orientadas al beneficio; y es una locura aumentada tratar de aumentar la asistencia sanitaria mediante las aseguradoras. Se trata de una ley pro-Wall Street, en su misma concepción. De aquí que la LRASS se centre sobre todo en el aspecto financiero-asegurador, y no realmente en los posibles beneficios sanitario-asistenciales (menores, y a lo sumo, laterales) que pueda traer consigo la ley. Y si realmente se trata de una ley de asistencia sanitaria, hay que decir que sería matemáticamente imposible aprobar otra con menos prestaciones que la LRASS, una ley que, dede su misma concepción, no ha sido sino un rescate para Wall Street.
Muchos de sus partidarios dicen que es la mejor ley posible en las actuales circunstancias, y que en los años venideros podremos ir mejorándola. Es decir, que de lo que se trataría es de aceptar ahora los pequeños beneficios que trae consigo y trabajar poco a poco en pos del incremento de esos beneficios. Yo lo siento mucho, pero no puedo creerme esa defensa "incrementalista" de la LRASS.
Eso no es incrementalismo. Es una desapoderada disposición, sin precedentes, para beneficiar a las aseguradoras privadas. Se obliga a 50 millones de personas a pagar a compañías privadas. Las protestas y los pleitos judiciales ya han comenzado. Los estados federados tratan de cambiar sus Constituciones. Si lo pretendido eran mejoras incrementales para la asistencia sanitaria, hay infinitas combinaciones de modestos cambios en las políticas públicas que no pasan en absoluto por involucrar a las compañías aseguradoras. Y las celebraciones de su gran triunfo sobre Wall Street por parte de los Demócratas son ridículas. Creo que lleva razón Robert Prasch: es la mayor concesión que los Demócratas podían haber hecho al GOP [Great Old Party, el viejo gran partido, como también se conoce al Partido Republicano; T.]. (Pero atención: ahora lo que están preparando ya es la entrega de la Seguridad Social a Wall Street, sólo que las discusiones se llevan soterradamente.)
Toda la historia de la "reforma" de la LRASS no consiste sino en esto (Prasch sugiere que fue, desde el principio, el plan del candidato Obama, y yo no tengo razones para dudarlo): las aseguradoras sanitarias estaban perdiendo primas porque los empresarios se desentendían cada vez más de la cobertura (en parte porque no podían competir, pues ningún país comparable a los EEUU se sirve de los seguros privados para proporcionar asistencia sanitaria); los individuos sanos se desentendían, porque ningún cálculo razonable podía llevarles a la conclusión de que estar asegurado valía lo que las compañías pedían. Y no sólo los jóvenes sanos se desentendían de la cobertura. Si eres soltero y no eres un enfermo crónico, te saldrá mucho más a cuenta pagar de ti propio bolsillo (a menos que tu patrón pague el grueso de las primas en vez de ofrecerte más salario). El 80% de los costes de asistencia sanitaria se deben al 20% de la población con precaria salud o con mala suerte. Si puedes llegar a los 65 sin circunstancias crónicas (no fumas, no eres obeso, no tienes antecedentes genéticos, etc.), lo racional es no contratar un seguro de asistencia sanitaria. Y si mucho se tuerce la suerte, no necesitas tener un seguro para conseguir algún tipo de asistencia sanitaria. Seguramente no será tan buena, pero podría bastar. También podría ser, claro está, que no tuvieses demasiada fe en los tratamientos médicos tradicionales.
Ello es que las aseguradoras estaban aterrorizadas. Podían ver, bíblicamente, la escritura en la pared: estaban perdiendo a sus clientes más sanos, se veían obligados a incrementar sus cuotas, lo que, a su vez, contribuía a la salida de más gente sana; un círculo vicioso. Así que se dirigieron a Hillary Clinton y luego a Obama para lograr una LRASS que obligara a los sanos a volver al redil y pagar las primas. Sí, las aseguradoras sabían que habría que llegar a una componenda, porque tendrían que admitir a alguna gente enferma. Pero darle a esa gente un seguro no es lo mismo pagar su asistencia. De manera que las aseguradoras aceptaron la admisión de gente con historiales previos de enfermedad, pero en ningún caso pagar realmente el tratamiento de esas enfermedades. Y no lo harán.
Espero que los que estén interesados en este asunto lean el texto que escribí con Marshall Auerback: allí sostuvimos razonadamente que la asistencia sanitaria no es asegurable. Hay un conflicto básico entre el suministro de asistencia sanitaria y la contratación de seguros.
Compárese con el seguro de los automóviles. Cuando yo era joven y pobre y tal vez un tanto alocado e irresponsable, conducía mi vehículo sin seguro (no era obligatorio entonces). Logre conducir cerca de dos décadas con sólo 2 accidentes, ambos causados por conductores borrachos que se me echaron encima. Su aseguradoras se sintieron más que felices de pagarme para evitarse un pleito judicial. Porque en realidad no se trataba de accidentes (actos azarosos de dios); se trataba de infracción penales. Los tipos perdieron su seguro y su permiso de conducir (y creo que uno fue a la cárcel, porque ya había perdido su permiso de conducir: conducía el automóvil de su empresa, y que fue la aseguradora de la empresa la que me pagó). Luego empecé a contratar seguros. El pasado otoño estaba volviendo a casa desde Oklahoma conduciendo a buena velocidad (aunque, me apresuro a añadir, dentro de los límites permitidos), cuando me vi sorprendido por una acto de dios. De repente, me encontré con un enorme ciervo saltando ante mi coche. 10 mil dólares y 4 meses después, mi automóvil estaba casi reparado. Pagué mil dólares fiscalmente deducibles y mi compañía de seguros pagó los otros 9 mil (¡gracias muchachos!).
Ahora bien, no sabemos por qué dios hizo eso. Quizá el animalito había blasfemado, o dios odiaba mi auto, o tal vez sólo trataba de que yo dejara de gruñir por los miles de dólares que había pagado durante años a mi compañía de seguros; o acaso pretendía proporcionar un pequeño estímulo al mecánico del lugar. Sea ello como fuere, desconocemos su Plan, que siempre nos parecerá azariento. Así que contratamos seguros contra los actos de dios. En promedio, ni que decir tiene, el seguro del automóvil es muy mal negocio para nosotros. Pero para aquellos que somos víctimas de los actos de dios es un buen negocio; y lo cierto es que nadie sabe quién será el próximo elegido. Además, al basar las primas en el comportamiento individual y al cargar buenas sumas fiscalmente deducibles, incentivamos la buena conducción. Yo evito los excesos de velocidad, no tanto por miedo a las multas, cuanto por las primas más elevadas acumulables con los años. Lo mismo vale para la conducción prudente en los parkings (dado que decidí –lo que ahora es obligatorio— contratar un seguro). Y hablando de seguros obligatorios, obviamente siempre puedes evitar el pago de primas absteniéndote de conducir. Nadie está obligado a pagar a las aseguradoras de automóviles.
Muy bien; volvamos al "seguro" de asistencia sanitaria. Por razones que Auerback y yo discutimos detalladamente en el texto antes mencionado, la salud no es asegurable. Cualquier niño tiene ya un historial previo. No puedes asegurar una casa ya incendiada. Luego de atropellar a un ciervo, no puedes contratar un seguro. ¡Tampoco querríais contratarlo¡ Porque la prima actuarialmente razonable valdría más que el coste de reparar el coche. No se puede contratarse un seguro frente a un daño preexistente, y sólo lo haríais, si pudierais ocultárselo a la aseguradora (lo cual, como es harto sabido, recibe el nombre de fraude). Dios ya actuó. Te eligió a ti, y nadie pensaría siquiera en la posibilidad de un seguro: tú no quieres pagar por el seguro, la aseguradora no quiere suministrarlo y el grupo de potenciales pagadores de esa prima de seguros no te quiere como co-miembro.
Una aseguradora no puede vender un seguro contra diabetes a una persona que tiene diabetes; ni el diabético querrá contratar ese seguro; ni el grupo que paga primas de seguro lo querrá como miembro.
Así que lo que hacemos es juntar a la gente que tienes diabetes con gente que no la tiene y que muy probablemente no la tendrá nunca, y entonces tenemos a los sanos que subsidian a los enfermos. Eso no es un seguro; es una manera particularmente cara de quitar dinero a los sanos para dárselo a los enfermos. Podría objetarse que, desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, esos actos de dios son una especie de azar (no realmente, porque la obesidad resulta tanto del comportamiento individual como de las políticas públicas), de forma que si agrupamos a todo el mundo, obtendremos riesgos asegurables. Vale, una especie de seguro. Pero para el conjunto agregado siempre es un mal negocio, porque tenemos que pagar los costes de contratar la aseguradora más los beneficios de ésta. Pero no hay modo de lograr eso mediante aseguradoras privadas que compiten entre sí, porque cada una de ellas tiene incentivos para excluir a los casos más caros, y lo mismo hacen todos los relativamente sanos que pagan primas. Así que la única forma de lograrlo es mediante seguros obligatorios que lo cubran todo y, o bien una sola aseguradora, o múltiples aseguradoras que operan con grupos idénticos y con idéntica cobertura. Lo que no puede ocurrir. Y no hay incrementalismo que valga.
Y, ni que decir tiene, el grueso del asistencia sanitaria que recibe el grueso de nosotros no tiene nada que ver con los actos de dios. Necesitamos pediatría. Hay embarazadas. Hay viejos. Necesitamos limpieza dental. Queremos Botox y abdominoplastia. No hay nada azariento en todo eso. Son riesgos no asegurables.
No necesitamos más seguros sanitarios. Necesitamos menos. Necesitamos suministro de servicios sanitarios; y necesitamos salir de las garras de Wall Street.
Randall Wray es uno de los analista económicos más respetados de los EEUU. Colabora con el proyecto newdeal 2.0 y escribe regularmente en la revista New Economic Perspectives.
http://angelsmcastells.nireblog.com/post/2010/03/29/randall-wray-es-la-reforma-de-los-seguros-sanitarios-en-eeuu-mejor-que-nada
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