21/12/2010 |
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El gobierno tortura y mata a los pobres
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El estatismo argentino ha provocado un aumento del 50% en la población de las "villas miseria" en los últimos diez años, y solo las 14 villas de la ciudad de Buenos Aires suman unos 200.000 habitantes, el 7% de su población. |
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Alejandro Tagliani. |
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Convengamos en que en el mercado natural, las personas acuerdan sobre los distintos temas. Por caso, el cartero que necesita una bicicleta para ganar dinero, está dispuesto a pagar cierta cantidad por ella. Se informa y busca un bicicletero que le venda. Ambos se benefician y el mercado se desarrolla de manera eficiente, así en todos los casos como alimentación, vivienda, etc. El estatismo, en cambio, impone unilateralmente utilizando el poder de policía del gobierno que surge de su monopolio de la violencia, por caso, quiénes pueden trabajar como carteros ("regula"). Ahora es irreal pretender que, quién ejerce la violencia, salvo excepciones, no lo haga de manera arbitraria, para empezar, en su propio provecho. Porque hasta el cristianismo manda amarse primero a sí mismo para luego poder brindar amor: "ama a tu prójimo, como a ti mismo". Entonces, el método estatal coactivo (violento) le servirá al más fuerte. Por caso, las cargas tributarias coactivamente impuestas las pagan todos pero, los más fuertes, las trasladan hacia los más débiles: los empresarios por ejemplo pagan impuestos subiendo precios y bajando salarios mientras que los más humildes soportan esta suba de precios y baja en salarios. No es cierto que ese dinero vuelve a los pobres. Solamente por impuestos a la exportación de soja en 2011 el gobierno argentino recaudará unos USD 7.400 millones. Con esa cantidad, se podría terminar con el hambre y construir casas para gran parte de los "sin techo". Pero se gasta en caprichos políticos como difundir fútbol "gratuito" que cuesta USD 150 millones anuales, o en la estatal Aerolíneas Argentinas que pierde USD 2 millones diarios, mientras que solo en publicidad el gobierno de la ciudad de Buenos Aires gasta USD 35 millones anuales. Mientras que así se bajan los salarios, el Estado provoca la desocupación con leyes laborales coactivas, en particular, al imponer un salario mínimo prohíbe que trabajen los que ganarían menos. Así, se produce hambre, desocupación y miseria. De otro modo no se entiende la indigencia cuando sobran alimentos, trabajo por hacer y tierra: Argentina es el octavo país en extensión territorial del globo, pero 32 en el total de población, lo que da una densidad de población de solo 14,4 personas/km2 (EE.UU., por caso, tiene el doble). El estatismo argentino ha provocado un aumento del 50% en la población de las "villas miseria" en los últimos diez años, y solo las 14 villas de la ciudad de Buenos Aires suman unos 200.000 habitantes, el 7% de su población. La villa 31, cercana al centro bancario, es la más antigua y nació en los 40 junto con el estatismo peronista. Días atrás, miles de personas ocuparon terrenos pertenecientes al Estado. Y, al principio, se dio la paradoja del estatismo: reprimieron violentamente hasta matar a cuatro, de los pobres que la misma violencia estatal creó. Luego el gobierno decidió darles dinero, entonces más intentaron ocupar terrenos para "ganarse" ese dinero y se armó una gresca que incluyó a vecinos afectados. Esto, además de haber alentado más violencia, agravará el problema porque significa más gasto estatal, esto es, más impuestos, ergo, más empobrecimiento. Los sin tierras y sin techo deben obtener su propiedad pero la coacción, la violencia estatal, solo agravará el problema, en rigor, lo causó: la carga impositiva, las leyes laborales y demás regulaciones estatales hacen inviables los pequeños emprendimientos. En Brasil, el 1% de los propietarios poseen 48% de los 90 millones de hectáreas cultivables. Evo prometió "reforma agraria" porque en Bolivia los campesinos tienen el 13% de las tierras productivas, el 87% restante pertenece a terratenientes, precisamente por culpa de la "reforma agraria" en 1953, ya que los inviables pequeños emprendimientos fueron vendidos a los grandes propietarios a precios irrisorios. El gobierno reconoce que el 95% de las tierras distribuidas en el 53 terminaron en manos de terratenientes. Chávez, que ahora busca prácticamente el poder total antes de que asuma el nuevo parlamento y mientras se olvida de su alegría por WikiLeaks e intenta censurar aún más a toda difusión de ideas o noticias incluidas las que circulan por internet, solo en 2009, según datos oficiales “recuperó” 500.000 hectáreas, con el fin de “incrementar la producción alimentaria” de un país que todavía importa más del 60% de sus alimentos.
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