Sobre Nochebuena
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Sobre Nochebuena
Friday, December 24, 2010
Esta noche es Nochebuena...
La Navidad es un pasadizo para regresar a la infancia; un espacio donde podemos ver de cerca a ese tímido animal que es la ternura.
De niño, en mi casa la cena de Nochebuena se celebraba en la cocina. El aireado comedor de sillas españolas, talladas con el perfil de un soldado del siglo XVI, se reservaba para visitas de monseñores o cumpleaños... Pero la cena del 24 era en la espaciosa cocina, presidida por reloj de pared Ansonia "Habana" del siglo XIX, y donde aún estaba la inmensa campana de barro de la antigua chimenea, la vieja mesa de caoba para diez comensales y las sillas viudas que habían sobrevivido la mudanza desde Rancho Veloz en 1944.
Abuelo Raúl rememoraba entonces aquellas Navidades fabulosas de antes, mientras mi abuela y mi madre, por artes de encantamiento, adobaban la siempre escasa carne o moldeaban la dulzura de los buñuelos. Mi padre regresaba de la calle a última hora con una botella de vino o un dulce que le habían regalado sus pacientes. Los niños mirábamos extasiados el Nacimiento, tiesos ya en la ropa almidonada para la Misa de Gallo.
No guardo ningún recuerdo más dichoso que aquellas cenas de nuestras pobres nochebuenas, cuando mi abuelo aún no había sido elegido por el cáncer ni mi hermano se había hecho a la mar por el Mariel.
La primera Navidad sin abuelo Raúl —cuando yo tenía once años— fue la de mi primera "escuela al campo". Se suponía que pasar Nochebuena y fin de año lejos de la familia, en un antiguo campamento de presidiarios llamado improbablemente San Inocencio, nos ayudaría a llegar a ser un día los hombres nuevos que construirían el futuro luminoso.
Mis padres se las agenciaron para falsificar un turno médico para el día 25. En la tarde del 24, al regresar del trabajo, hallé a mi madre en el campamento esperándome. La subdirectora de la escuela ya había autorizado mi salida. Mi madre, siempre puntillosa, insistía en hablar también con la directora, que aún no había regresado. Cuando llegó la directora, fuimos a donde estaba y, al acercarnos, escuchamos que decía a los padres de otro alumno: "Esta noche es Nochebuena, así que nadie puede salir del campamento. Vuelvan mañana a buscar a su hijo". Sin intercambiar palabra, mi madre y yo nos dimos vuelta y salimos del campamento. Abuela había hecho —en aquel primer año de su viudez— los buñuelos más exquisitos de su vida.
Posted by Tersites Domilo at 2:12 AM
http://tersitesexcathedra.blogspot.com/
Esta noche es Nochebuena...
La Navidad es un pasadizo para regresar a la infancia; un espacio donde podemos ver de cerca a ese tímido animal que es la ternura.
De niño, en mi casa la cena de Nochebuena se celebraba en la cocina. El aireado comedor de sillas españolas, talladas con el perfil de un soldado del siglo XVI, se reservaba para visitas de monseñores o cumpleaños... Pero la cena del 24 era en la espaciosa cocina, presidida por reloj de pared Ansonia "Habana" del siglo XIX, y donde aún estaba la inmensa campana de barro de la antigua chimenea, la vieja mesa de caoba para diez comensales y las sillas viudas que habían sobrevivido la mudanza desde Rancho Veloz en 1944.
Abuelo Raúl rememoraba entonces aquellas Navidades fabulosas de antes, mientras mi abuela y mi madre, por artes de encantamiento, adobaban la siempre escasa carne o moldeaban la dulzura de los buñuelos. Mi padre regresaba de la calle a última hora con una botella de vino o un dulce que le habían regalado sus pacientes. Los niños mirábamos extasiados el Nacimiento, tiesos ya en la ropa almidonada para la Misa de Gallo.
No guardo ningún recuerdo más dichoso que aquellas cenas de nuestras pobres nochebuenas, cuando mi abuelo aún no había sido elegido por el cáncer ni mi hermano se había hecho a la mar por el Mariel.
La primera Navidad sin abuelo Raúl —cuando yo tenía once años— fue la de mi primera "escuela al campo". Se suponía que pasar Nochebuena y fin de año lejos de la familia, en un antiguo campamento de presidiarios llamado improbablemente San Inocencio, nos ayudaría a llegar a ser un día los hombres nuevos que construirían el futuro luminoso.
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Posted by Tersites Domilo at 2:12 AM
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