LaCumbre de presidentes latinoamericanos.

1/5/2009


La Cumbre, el embargo y Obama


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Fidel Castro le ha dedicado unas cuantas “reflexiones” a los resultados de la V Cumbre de las Américas, en las cuales ha dejado en claro su inconformidad con el desarrollo del evento y con sus resultados. También alabó el comportamiento de los mandatarios Ortega y Morales, y por omisión, envió un primer mensaje de reprobación al Presidente Chávez.

Al menos un cubano tiene libertad total de expresión




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Por Baldomero Vásquez Soto

Fidel Castro le ha dedicado unas cuantas “reflexiones” a los resultados de la V Cumbre de las Américas, en las cuales ha dejado en claro su inconformidad con el desarrollo del evento y con sus resultados. También alabó el comportamiento de los mandatarios Ortega y Morales, y por omisión, envió un primer mensaje de reprobación al Presidente Chávez.

Fidel guardaría para la «reflexión» titulada “Obama y el bloqueo” todo el plomo grueso con el que cuestionaría tanto las manifestaciones afectuosas de Chávez con Obama como sus expresiones favorables a la Cumbre: “se acercó a la perfección”, “Venezuela obtuvo una de las victorias más grandes de su historia”. Leamos lo que dijo: “Obama dio muestras de autosuficiencia. No fueron ajenas a esa actitud del Presidente norteamericano las posiciones abyectas de algunos dirigentes latinoamericanos”. Al calificar de despreciables las posiciones que estimularon la autosuficiencia de Obama, sin mencionarlo metió a Chávez en el recién creado grupo de los “indignos”.

¿Por qué tanto enojo en el comandante? Hemos sostenido que, ante la ruina en que se encuentra la economía cubana, la salida por la que los hermanos Castro han optado para la sobrevivencia es la dependencia de la economía de EEUU. Consideramos que ahí está la razón del malestar de Fidel: que Obama no se comprometió a levantar el embargo y el tema sólo recibió un saludo a la bandera. Ello queda de nuevo al descubierto en la citada “reflexión” donde Fidel expresa sus quejas a Obama y le dice: “¿Debemos esperar tantos años para que suspenda su bloqueo? No lo inventó, pero lo hizo suyo igual que otros diez presidentes de Estados Unidos”.

¿Pero, cuál es la realidad del embargo? La verdad es que desde diciembre de 2001 Cuba ha estado importando alimentos provenientes de Estados Unidos. Las compras hasta el 2008 superan las 8 millones de toneladas de alimentos, lo cual significa que el embargo no es tan criminal como pregonan los hermanos Castro y sus aliados.

El asunto es que desde la desaparición de la URSS, el embargo pasó a ser una pieza propagandística clave para el régimen de Fidel Castro. Ha servido para justificar las deplorables condiciones de vida del pueblo cubano. A aquél se le achaca la permanente escasez de alimentos en la isla (importa el 85% del consumo), con lo cual se oculta la verdadera causa: el ineficiente sistema económico socialista y su inherente incapacidad para generar progreso técnico y productividad. Prueba irrefutable de esto ha sido la asombrosa medida anunciada el 03 de abril del año pasado por Raúl Castro: ¡liberar la venta a los campesinos de instrumentos agrícolas como machetes, rastrillos y palas!

La incapacidad de la economía socialista cubana para satisfacer las necesidades básicas de la gente ha quedado al desnudo una vez más, tras la reciente caída de los precios del petróleo en el mercado internacional, y con ella, de la enorme ayuda en divisas prestada a la isla por el gobierno de Venezuela.

La primera vez ocurrió con la Cuba soviética, cuando el derrumbe de la URSS puso al descubierto que su economía no tenía sustento propio y que la improductividad generalizada era financiada con el subsidio externo aportado por los rusos, cuyo monto total en un período menor de 30 años se ha estimado mayor a los 100.000 millones de dólares. En el presente, la economía cubana verá reducidos los aportes provenientes de Venezuela que, según las estimaciones del profesor Mesa-Lago, sólo en el año 2008 representaron unos 9.000 millones de euros (casi 12.000 millones de dólares).

En conclusión ha sido el fracaso del sistema socialista cubano, y no el embargo, el que ha impuesto a los comandantes Castro la necesidad de integrarse a la economía estadounidense para poder subsistir. Ello explica tanto el tono suplicante como los comandantes Castro piden a Obama el levantamiento del embargo, como el discurso humillante de Fidel hacia el presidente Chávez.