Que tu harias con los delincuentes sexuales???
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Que tu harias con los delincuentes sexuales???
Bajo el puente del Julia Tuttle, desesperanza y temor
http://www.elnuevoherald.com/182/story/441367.html
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Jig baila mirando la ciudad desde su morada bajo el viaducto Julia Tottle. CHARLES TRAINOR JR / MIAMI HERALD STAFF
Por ROBERT SAMUELS
rsamuels@MiamiHerald.com
El trecho de arena cada vez más reducido debajo del Viaducto Julia Tuttle, tiendas de campaña y chozas que se llenan de personas que han violado o agredido sexualmente a otros. Una colonia de convictos que no tienen otra opción que crear una comunidad propia.
Ya hay 66, tres veces más que hace un año.
"A este lugar le dicen campamento, como si fuera bonito y divertido'', dice Osvaldo Castillo, de 29 años, convicto de haber abusar de un niño de 6 años. "No es nada divertido. Vivimos como animales y tratamos de sobrevivir como podemos''.
Ha habido colapsos nerviosos, intentos de suicidio y ataques cardiacos con el tranquilo trasfondo de la Bahía de Biscayne y el cambiante panorama del horizonte miamense, un lujo que los molesta tanto como la dirección del grupo en los registros estatales: "Transeúnte''.
Los 65 hombres y una mujer que viven aquí no tienen nada de transeúntes. Han comenzado a levantar estructuras de madera donde antes había tiendas de campaña. Un banco de levantar pesas es ahora sólo uno de muchos.
Cuando amanece los hombres abrazan a sus esposas --algunas llegan en carro por la noche-- y comienzan su día. Tienen que estar de regreso antes de que caiga la noche o los pueden enviar a prisión por infringir su libertad condicional.
En el 2005 la Comisión del Condado Miami-Dade se convirtió en uno de los muchos gobiernos locales que han aprobado ordenanzas que convierten a los delincuentes sexuales en parias. Se les prohíbe que vivan a menos de 2,500 pies de cualquier lugar donde se congreguen niños. El gerente adjunto de Miami-Dade, Pete Hernández, informó a los comisionados que no iban a quedar lugares para que los delincuentes vivieran, excepto en el lujoso Pinecrest.
Había otras opciones: que durmieran en el aeropuerto, acamparan en los Everglades o se congregaran debajo del viaducto que une a Miami Beach con el territorio continental.
O podían irse de Miami-Dade. Pero los condados Palm Beach, y este mes Broward, aprobaron ordenanzas similares.
Con tan pocas opciones, los delincuentes sexuales comenzaron a inscribirse ante las autoridades con la dirección del viaducto, a sabiendas de sus agentes de libertad condicional.
Hace unos tres años había unos siete, pero el grupo creció. Las impugnaciones de abogados de derechos civiles a estas restricciones permanentes han resultado infructuosas, así que la arena debajo del viaducto se convirtió en hogar oficial del grupo.
"Ahora somos nuestra propia ciudad'', dijo Juan Carlos Martín, hallado culpable de mostrar sus genitales a una joven de 15 años. "Todo lo que hemos hecho ha fracasado, de modo que tenemos que conseguir que esto funciones''.
Y esta ciudad también tiene sus reglas: los habitantes debe estar en casa a más tardar a las 10 p.m. Tienen que llevar sus localizadores GPS y no respetar el toque de queda puede significar el regreso a prisión. El lugar generalmente queda tranquilo pasada la medianoche para que puedan dormir. Nadie puede irse hasta las 6 a.m. Durante el día tienen libertad de entrar y salir cuando quieran.
Una vez a la semana o algo así, todo el mundo le da a Patrick Wiese, culpable de molestar sexualmente a una niña de 9 años, dos dólares para ayudar a pagar la gasolina del generador. A cambio, los más fuertes del grupo le construyeron al delgadísimo Wiese su propia choza de madera.
En la choza hay una litera, un reproductor de DVD y un televisor de 13 pulgadas. A veces él y Martín se reúnen para ver Family Guy.
Afuera, Héctor Alvarez y Roberto García pescan en un muelle que construyeron ellos mismos. Todos los días de los últimos cinco meses han salido a las calles en su camión gris para conseguir leña.
El dúplex de madera de Alvarez tiene tres hornillas, un televisor y una ducha: un recipiente plástico que llenan con agua de la bahía, la calientan y la usan para bañarse. Sueñan con el día en que tengan tubos suficientes para instalar agua corriente.
Unos familiares le compraron a Alvarez un pequeño bote rojo para pescar, que está en el portal frente a la bahía.
"Mi nieta cree que soy un monstruo'', dice Alvarez, quien se declaró culpable de haber mostrado sus genitales a los hijos de un amigo.
"No tengo razón de vivir'', dice García, quien se declaró culpables de haber besado indebidamente a una niña de 10 años.
El futuro es muy similar a hoy y ayer. No hay reloj público, de modo que 10 minutos pueden parecer una hora. La mayoría de los habitantes tienen trabajos esporádicos o ayudan a su familia en sus casas. Hay pocas personas dispuestas a colocarlos.
"Sí, trabajamos para aliviar el dolor'', dice Martín con una Miller High Life de 40 onzas en la mano. Tiene tres largas cicatrices en el brazo izquierdo, recuerdo de cuando intentó suicidarse. Encima tiene tatuada la palabra "outlaw". Tiene el brazo derecho lleno de corazones tatuados y un arco y una flecha con el nombre de su madre. "Si somos monstruos, ¿cómo podemos hacer esto?" pregunta, señalando las estructuras que construyen. "Tenemos muy poco que hacer que no sea nadar, pescar y pelear''.
Voncel Johnson prefiere las barajas, que juega cuando su pariente favorito, la tía Sophie, viene a visitarla desde Brownsville. Eso ayuda a crear una semejanza de normalidad en este lugar, donde Johnson es verdaderamente una isla.
En marzo Johnson se convirtió en la primera mujer de la colonia de delincuentes sexuales.
Dice que creció viendo violar a sus familiares y amigos. Su novio la obligó a tener relaciones sexuales con sus amigos, dijo. No tiene confianza en los hombres y por eso encontró amor en otra mujer.
Se declaró culpable de haberle mostrado sus genitales a los hijos de su amiga mientras estaban jugando póquer. Dijo que la acusó después que rompieron la relación.
El día en que salió de la cárcel, el agente de libertad condicional le dio dos opciones: mudarse para debajo del viaducto o regresar a prisión.
Dice que el primer día se echó a llorar.
Una mujer se le acercó. Era una mujer que muchas noches duerme junto a su esposo en un Camry. Prometió cuidarla y que todo saldría bien.
Uno de sus vecinos le ofreció su casa remolque. Se quedó allí pero con el tiempo decidió vivir en una tienda de campaña. Creía que no le debía nada a nadie. Pero usa el baño de la casa rodante para no hacer sus necesidades al descubierto.
"Me tratan como si fuera su hermana'', dijo Johnson. "Los tipos saben que no deben tocarme porque no quieren ir a la cárcel. Y saben que no estoy buscando a ningún hombre. Aquí he descubierto que no todos los hombres son malos''.
Su localizador GPS suena. "Salga fuera'', le ordena.
"¿Fuera?", se ríe. "Estoy fuera''.
Esperaban conseguir una vivienda más segura. La ACLU y los abogados de oficio que trabajan en su caso. Los servicios sociales sólo le han encontrado vivienda a una persona.
"Mucha gente viene y dice que quieren ayudar'', dijo Martín. "Vienen y dicen que la situación es horrible. Tres meses después no he vuelto a saber de ellos. Nadie quiere ayudar a un delincuente sexual. Piensan que todos queremos abusar de los niños''.
Una noche, a eso de las 9 p.m., un pastor se acerca al lugar Se llama Vincent Spann y dirige un campamento para indigentes y drogadictos en Liberty City.
Spann le dice a Martín que encontró un almacén cerca de los límites municipales de Miami que pueden albergar a 50 personas y que está cabildeando para que el condado le entregue $230,000 para convertir la instalación en un albergue para los delincuentes. Un reportero local lo sigue con una cámara, que Spann usa como oportunidad para una entrevista grabada.
Martín se para frente a Spann mientras le hace preguntas.
"¿Cuanto tiempo lleva aquí?"
"Tres años''.
"¿Qué edad tiene la persona más vieja que vive aquí?"
"Ochenta y tres años, señor''.
"Bueno, quisiera ayudarlo'', le dice Spann. "Cualquiera puede volverse loco aquí''.
Esto me recuerda la Biblia, cuando la gente tenía lepra...
"Usted ha cumplido su condena y debería integrarse a la sociedad'', dice, sin referirse a nadie en particular.
Unos 15 minutos más tarde, Spann y sus acompañantes regresan a su Expedition, que curiosamente todavía está lleno de mujeres y niños.
Martín dice que no ha sabido nada de Spann desde entonces.
"Lo mismo que los demás'', dijo Martín.
http://www.elnuevoherald.com/182/story/441367.html
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Jig baila mirando la ciudad desde su morada bajo el viaducto Julia Tottle. CHARLES TRAINOR JR / MIAMI HERALD STAFF
Por ROBERT SAMUELS
rsamuels@MiamiHerald.com
El trecho de arena cada vez más reducido debajo del Viaducto Julia Tuttle, tiendas de campaña y chozas que se llenan de personas que han violado o agredido sexualmente a otros. Una colonia de convictos que no tienen otra opción que crear una comunidad propia.
Ya hay 66, tres veces más que hace un año.
"A este lugar le dicen campamento, como si fuera bonito y divertido'', dice Osvaldo Castillo, de 29 años, convicto de haber abusar de un niño de 6 años. "No es nada divertido. Vivimos como animales y tratamos de sobrevivir como podemos''.
Ha habido colapsos nerviosos, intentos de suicidio y ataques cardiacos con el tranquilo trasfondo de la Bahía de Biscayne y el cambiante panorama del horizonte miamense, un lujo que los molesta tanto como la dirección del grupo en los registros estatales: "Transeúnte''.
Los 65 hombres y una mujer que viven aquí no tienen nada de transeúntes. Han comenzado a levantar estructuras de madera donde antes había tiendas de campaña. Un banco de levantar pesas es ahora sólo uno de muchos.
Cuando amanece los hombres abrazan a sus esposas --algunas llegan en carro por la noche-- y comienzan su día. Tienen que estar de regreso antes de que caiga la noche o los pueden enviar a prisión por infringir su libertad condicional.
En el 2005 la Comisión del Condado Miami-Dade se convirtió en uno de los muchos gobiernos locales que han aprobado ordenanzas que convierten a los delincuentes sexuales en parias. Se les prohíbe que vivan a menos de 2,500 pies de cualquier lugar donde se congreguen niños. El gerente adjunto de Miami-Dade, Pete Hernández, informó a los comisionados que no iban a quedar lugares para que los delincuentes vivieran, excepto en el lujoso Pinecrest.
Había otras opciones: que durmieran en el aeropuerto, acamparan en los Everglades o se congregaran debajo del viaducto que une a Miami Beach con el territorio continental.
O podían irse de Miami-Dade. Pero los condados Palm Beach, y este mes Broward, aprobaron ordenanzas similares.
Con tan pocas opciones, los delincuentes sexuales comenzaron a inscribirse ante las autoridades con la dirección del viaducto, a sabiendas de sus agentes de libertad condicional.
Hace unos tres años había unos siete, pero el grupo creció. Las impugnaciones de abogados de derechos civiles a estas restricciones permanentes han resultado infructuosas, así que la arena debajo del viaducto se convirtió en hogar oficial del grupo.
"Ahora somos nuestra propia ciudad'', dijo Juan Carlos Martín, hallado culpable de mostrar sus genitales a una joven de 15 años. "Todo lo que hemos hecho ha fracasado, de modo que tenemos que conseguir que esto funciones''.
Y esta ciudad también tiene sus reglas: los habitantes debe estar en casa a más tardar a las 10 p.m. Tienen que llevar sus localizadores GPS y no respetar el toque de queda puede significar el regreso a prisión. El lugar generalmente queda tranquilo pasada la medianoche para que puedan dormir. Nadie puede irse hasta las 6 a.m. Durante el día tienen libertad de entrar y salir cuando quieran.
Una vez a la semana o algo así, todo el mundo le da a Patrick Wiese, culpable de molestar sexualmente a una niña de 9 años, dos dólares para ayudar a pagar la gasolina del generador. A cambio, los más fuertes del grupo le construyeron al delgadísimo Wiese su propia choza de madera.
En la choza hay una litera, un reproductor de DVD y un televisor de 13 pulgadas. A veces él y Martín se reúnen para ver Family Guy.
Afuera, Héctor Alvarez y Roberto García pescan en un muelle que construyeron ellos mismos. Todos los días de los últimos cinco meses han salido a las calles en su camión gris para conseguir leña.
El dúplex de madera de Alvarez tiene tres hornillas, un televisor y una ducha: un recipiente plástico que llenan con agua de la bahía, la calientan y la usan para bañarse. Sueñan con el día en que tengan tubos suficientes para instalar agua corriente.
Unos familiares le compraron a Alvarez un pequeño bote rojo para pescar, que está en el portal frente a la bahía.
"Mi nieta cree que soy un monstruo'', dice Alvarez, quien se declaró culpable de haber mostrado sus genitales a los hijos de un amigo.
"No tengo razón de vivir'', dice García, quien se declaró culpables de haber besado indebidamente a una niña de 10 años.
El futuro es muy similar a hoy y ayer. No hay reloj público, de modo que 10 minutos pueden parecer una hora. La mayoría de los habitantes tienen trabajos esporádicos o ayudan a su familia en sus casas. Hay pocas personas dispuestas a colocarlos.
"Sí, trabajamos para aliviar el dolor'', dice Martín con una Miller High Life de 40 onzas en la mano. Tiene tres largas cicatrices en el brazo izquierdo, recuerdo de cuando intentó suicidarse. Encima tiene tatuada la palabra "outlaw". Tiene el brazo derecho lleno de corazones tatuados y un arco y una flecha con el nombre de su madre. "Si somos monstruos, ¿cómo podemos hacer esto?" pregunta, señalando las estructuras que construyen. "Tenemos muy poco que hacer que no sea nadar, pescar y pelear''.
Voncel Johnson prefiere las barajas, que juega cuando su pariente favorito, la tía Sophie, viene a visitarla desde Brownsville. Eso ayuda a crear una semejanza de normalidad en este lugar, donde Johnson es verdaderamente una isla.
En marzo Johnson se convirtió en la primera mujer de la colonia de delincuentes sexuales.
Dice que creció viendo violar a sus familiares y amigos. Su novio la obligó a tener relaciones sexuales con sus amigos, dijo. No tiene confianza en los hombres y por eso encontró amor en otra mujer.
Se declaró culpable de haberle mostrado sus genitales a los hijos de su amiga mientras estaban jugando póquer. Dijo que la acusó después que rompieron la relación.
El día en que salió de la cárcel, el agente de libertad condicional le dio dos opciones: mudarse para debajo del viaducto o regresar a prisión.
Dice que el primer día se echó a llorar.
Una mujer se le acercó. Era una mujer que muchas noches duerme junto a su esposo en un Camry. Prometió cuidarla y que todo saldría bien.
Uno de sus vecinos le ofreció su casa remolque. Se quedó allí pero con el tiempo decidió vivir en una tienda de campaña. Creía que no le debía nada a nadie. Pero usa el baño de la casa rodante para no hacer sus necesidades al descubierto.
"Me tratan como si fuera su hermana'', dijo Johnson. "Los tipos saben que no deben tocarme porque no quieren ir a la cárcel. Y saben que no estoy buscando a ningún hombre. Aquí he descubierto que no todos los hombres son malos''.
Su localizador GPS suena. "Salga fuera'', le ordena.
"¿Fuera?", se ríe. "Estoy fuera''.
Esperaban conseguir una vivienda más segura. La ACLU y los abogados de oficio que trabajan en su caso. Los servicios sociales sólo le han encontrado vivienda a una persona.
"Mucha gente viene y dice que quieren ayudar'', dijo Martín. "Vienen y dicen que la situación es horrible. Tres meses después no he vuelto a saber de ellos. Nadie quiere ayudar a un delincuente sexual. Piensan que todos queremos abusar de los niños''.
Una noche, a eso de las 9 p.m., un pastor se acerca al lugar Se llama Vincent Spann y dirige un campamento para indigentes y drogadictos en Liberty City.
Spann le dice a Martín que encontró un almacén cerca de los límites municipales de Miami que pueden albergar a 50 personas y que está cabildeando para que el condado le entregue $230,000 para convertir la instalación en un albergue para los delincuentes. Un reportero local lo sigue con una cámara, que Spann usa como oportunidad para una entrevista grabada.
Martín se para frente a Spann mientras le hace preguntas.
"¿Cuanto tiempo lleva aquí?"
"Tres años''.
"¿Qué edad tiene la persona más vieja que vive aquí?"
"Ochenta y tres años, señor''.
"Bueno, quisiera ayudarlo'', le dice Spann. "Cualquiera puede volverse loco aquí''.
Esto me recuerda la Biblia, cuando la gente tenía lepra...
"Usted ha cumplido su condena y debería integrarse a la sociedad'', dice, sin referirse a nadie en particular.
Unos 15 minutos más tarde, Spann y sus acompañantes regresan a su Expedition, que curiosamente todavía está lleno de mujeres y niños.
Martín dice que no ha sabido nada de Spann desde entonces.
"Lo mismo que los demás'', dijo Martín.
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: Que tu harias con los delincuentes sexuales???
‘Yo quería matarla por lo que le hizo a mi hijo’
México, DF.- Esa noche sola en su casa Cristy sentía que enloquecía. “Yo quería matarla. Pensaba, la voy a encontrar y le voy a quitar la piel por eso que le hizo a mi hijo”, lloraba, lloró, llora aún. No sabe cómo pudo contener tanta rabia ante el niño, fueron varias las horas en las que estuvo jugando, como no lo habían hecho antes, hasta que se quedó dormido.
Al llegar a casa, provenientes del jardín de niños de la Westminster School, Jesús había protagonizado otro de los momentos irritables, como ocurría desde hacía dos semanas atrás. Sólo que esta vez, mientras le quitaban el uniforme dijo: “Mamá nunca más voy a ir a la escuela”, a pesar de tener sólo 3 años su lenguaje es claro.
Cristy pregunta “¿por qué?”. “No quiero”, dice el menor y se queda callado. “Jesús, si tú no me das una razón, no puedo hacer eso, tú tienes que ir a la escuela como los demás niños”. Entonces, él se movió –estaba acostado en la cama– y simplemente dijo: “No quiero porque Lore me hace hoyo”.
“Fue algo fuerte e impactante. Yo necesitaba saber más”. Con calma, sin exaltarse continuó las preguntas: “¿Dónde te hace Lore hoyo?”.
“Muy seriecito solamente se volteó con su manita me indicó su parte anal. En ese momento yo sentí horrible en el estómago”, relata desde el comedor de la casa blanca.
Han transcurrido cuatro años de esos hechos, pero hasta hace un mes el juez sexagésimo noveno penal, que lleva la causa DAJ/005/08 con antecedente 580/07 dictó una sentencia de 4 años y 4 meses de cárcel a Lorena Alvarado Amador (presa desde 2008), por la responsabilidad acreditada de abuso sexual en contra del menor. Sin embargo, “su buena conducta” han hecho que el delito se redujera a sólo 2 años y un mes de cárcel, es decir, próxima a lograr su libertad.
Cristy pide no se revele su identidad ni la de su hijo. Han cambiado sus nombres, no quiere que su hijo ni su familia sean revictimizados.
Cristy se niega a que eso ocurra, a través de abogados ha decido interpelar la sentencia, incluso viajó a Londres para solicitar la intervención del gobierno de Inglaterra, a través de su “presencia y observación internacional proporcionada a sus connacionales” para revocar la baja resolución penal.
La historia
Era miércoles 17 de octubre de 2007. Su esposo y su papá habían viajado a entregar una casa a Acapulco, trabajan juntos, uno es arquitecto y el otro ingeniero. Ella estaba ahí sola en su casa. “Uno no quiere pensar lo que sucedió. No quieres creerlo, dices ojalá bendito Dios no”, pero el primer médico consultado, sin hacer referencia de un posible abuso, había identificado una “pequeña fisurita en su parte anal”.
Al siguiente día “fui a la escuela, yo quería conocer a Lore”, ella no era la maestra de niños, sólo la “nana”, una ayudante de docencia. La directora de preescolar, Cristina Pamanés y más tarde la dueña del plantel, Alpha Iconomópulos, trataron de “tranquilizarme, me prometieron que ellas iban a investigar si realmente había pasado lo que yo sospechaba”.
Ellas no sabían que Cristy, en medio de su desesperación la noche anterior buscó la ayuda telefónica en Locatel, “nunca le iba a llamar a mi madre para contarle”.
La persona que la atendió por teléfono la orientó, le dijo cómo actuar y le proporcionó los datos para iniciar la denuncia y canalizar a su hijo con especialistas. El domingo, en compañía de su esposo, decidieron “iniciar el proceso largo y doloroso” que ha sido andar en juzgados, “pero lo hicimos porque debemos apelar al dolor de los niños y acabar con esto”.
Ante el Ministerio Público el niño ilustró con juguetes cómo Lore le pegaba, lo regañaba e incluso, “le cambiaba el nombre a mi hijo, le decía Jesusa”. Con un muñeco, el niño ilustró la forma en que Lore abusaba de él, cómo ella hurgaba entre sus genitales y todo eso ocurría mientras el resto de los niños tomaban clase de natación. Jesús no la tomaba por una complicación médica al nacer.
Dos veces por semana, Lore se encargaba del niño durante una hora, tiempo en que llevaba al niño a “pasear” por las escuelas (preescolar y primaria). Se presume que en ese momento abusaba del menor.
Caravana contra el abuso sexual
Con una caravana de autos, motonetas y bicicletas padres de familia y organizaciones civiles recorrerán Paseo de la Reforma para llamar la atención sobre las agresiones o abuso sexual contra los menores de edad, al conmemorar el Día Internacional para la Prevención del Abuso Contra los Niños, Niñas y Adolescentes.
Bajo la consigna “Gritos Sin Voz”, integrantes de la Red Hispanoamericana Contra el Abuso Sexual Infantil, Abuso Sexual Infantil Nunca Más, el Centro de Investigación Difusión y Estudios sobre la Trata de Personas y Explotación Comercial (Cidetec) A.C; Enemigos del Maltrato Infantil, buscarán hacer visible un problema presente entre los mexicanos.
Armando Hermoso, del Cidetec, informó que de ésta forma México se integra a las manifestaciones públicas que se realizarán en 59 países tales como Argentina, Chile, Perú, Uruguay, España y otras naciones de Iberoamérica, para conmemorar lo convenido en la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM).
Se trata de un esfuerzo de 149 organizaciones del mundo, que tienen como objetivo fomentar una cultura de prevención del abuso infantil.
México, DF.- Esa noche sola en su casa Cristy sentía que enloquecía. “Yo quería matarla. Pensaba, la voy a encontrar y le voy a quitar la piel por eso que le hizo a mi hijo”, lloraba, lloró, llora aún. No sabe cómo pudo contener tanta rabia ante el niño, fueron varias las horas en las que estuvo jugando, como no lo habían hecho antes, hasta que se quedó dormido.
Al llegar a casa, provenientes del jardín de niños de la Westminster School, Jesús había protagonizado otro de los momentos irritables, como ocurría desde hacía dos semanas atrás. Sólo que esta vez, mientras le quitaban el uniforme dijo: “Mamá nunca más voy a ir a la escuela”, a pesar de tener sólo 3 años su lenguaje es claro.
Cristy pregunta “¿por qué?”. “No quiero”, dice el menor y se queda callado. “Jesús, si tú no me das una razón, no puedo hacer eso, tú tienes que ir a la escuela como los demás niños”. Entonces, él se movió –estaba acostado en la cama– y simplemente dijo: “No quiero porque Lore me hace hoyo”.
“Fue algo fuerte e impactante. Yo necesitaba saber más”. Con calma, sin exaltarse continuó las preguntas: “¿Dónde te hace Lore hoyo?”.
“Muy seriecito solamente se volteó con su manita me indicó su parte anal. En ese momento yo sentí horrible en el estómago”, relata desde el comedor de la casa blanca.
Han transcurrido cuatro años de esos hechos, pero hasta hace un mes el juez sexagésimo noveno penal, que lleva la causa DAJ/005/08 con antecedente 580/07 dictó una sentencia de 4 años y 4 meses de cárcel a Lorena Alvarado Amador (presa desde 2008), por la responsabilidad acreditada de abuso sexual en contra del menor. Sin embargo, “su buena conducta” han hecho que el delito se redujera a sólo 2 años y un mes de cárcel, es decir, próxima a lograr su libertad.
Cristy pide no se revele su identidad ni la de su hijo. Han cambiado sus nombres, no quiere que su hijo ni su familia sean revictimizados.
Cristy se niega a que eso ocurra, a través de abogados ha decido interpelar la sentencia, incluso viajó a Londres para solicitar la intervención del gobierno de Inglaterra, a través de su “presencia y observación internacional proporcionada a sus connacionales” para revocar la baja resolución penal.
La historia
Era miércoles 17 de octubre de 2007. Su esposo y su papá habían viajado a entregar una casa a Acapulco, trabajan juntos, uno es arquitecto y el otro ingeniero. Ella estaba ahí sola en su casa. “Uno no quiere pensar lo que sucedió. No quieres creerlo, dices ojalá bendito Dios no”, pero el primer médico consultado, sin hacer referencia de un posible abuso, había identificado una “pequeña fisurita en su parte anal”.
Al siguiente día “fui a la escuela, yo quería conocer a Lore”, ella no era la maestra de niños, sólo la “nana”, una ayudante de docencia. La directora de preescolar, Cristina Pamanés y más tarde la dueña del plantel, Alpha Iconomópulos, trataron de “tranquilizarme, me prometieron que ellas iban a investigar si realmente había pasado lo que yo sospechaba”.
Ellas no sabían que Cristy, en medio de su desesperación la noche anterior buscó la ayuda telefónica en Locatel, “nunca le iba a llamar a mi madre para contarle”.
La persona que la atendió por teléfono la orientó, le dijo cómo actuar y le proporcionó los datos para iniciar la denuncia y canalizar a su hijo con especialistas. El domingo, en compañía de su esposo, decidieron “iniciar el proceso largo y doloroso” que ha sido andar en juzgados, “pero lo hicimos porque debemos apelar al dolor de los niños y acabar con esto”.
Ante el Ministerio Público el niño ilustró con juguetes cómo Lore le pegaba, lo regañaba e incluso, “le cambiaba el nombre a mi hijo, le decía Jesusa”. Con un muñeco, el niño ilustró la forma en que Lore abusaba de él, cómo ella hurgaba entre sus genitales y todo eso ocurría mientras el resto de los niños tomaban clase de natación. Jesús no la tomaba por una complicación médica al nacer.
Dos veces por semana, Lore se encargaba del niño durante una hora, tiempo en que llevaba al niño a “pasear” por las escuelas (preescolar y primaria). Se presume que en ese momento abusaba del menor.
Caravana contra el abuso sexual
Con una caravana de autos, motonetas y bicicletas padres de familia y organizaciones civiles recorrerán Paseo de la Reforma para llamar la atención sobre las agresiones o abuso sexual contra los menores de edad, al conmemorar el Día Internacional para la Prevención del Abuso Contra los Niños, Niñas y Adolescentes.
Bajo la consigna “Gritos Sin Voz”, integrantes de la Red Hispanoamericana Contra el Abuso Sexual Infantil, Abuso Sexual Infantil Nunca Más, el Centro de Investigación Difusión y Estudios sobre la Trata de Personas y Explotación Comercial (Cidetec) A.C; Enemigos del Maltrato Infantil, buscarán hacer visible un problema presente entre los mexicanos.
Armando Hermoso, del Cidetec, informó que de ésta forma México se integra a las manifestaciones públicas que se realizarán en 59 países tales como Argentina, Chile, Perú, Uruguay, España y otras naciones de Iberoamérica, para conmemorar lo convenido en la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM).
Se trata de un esfuerzo de 149 organizaciones del mundo, que tienen como objetivo fomentar una cultura de prevención del abuso infantil.
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: Que tu harias con los delincuentes sexuales???
Yo la primera vez los medico y los ingreso, a la segunda los capo y al monte si aguantan.......
Mar- Cantidad de envíos : 2823
Fecha de inscripción : 05/04/2010
Edad : 68
Localización : Madrid
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