Estancia en Cuba, a sueldo .

Por Camilo López Darias.

Enjundiosas misivas firmadas por encopetados intelectuales a favor del régimen castrista se han convertido desde hace mucho tiempo en herramienta de lucha imprescindible para la dictadura bananera. La temática es amplia y ciertamente variada: el “criminal bloqueo” yankee, las “maniobras del imperio” en el seno de la ONU, la liberación de Posada Carriles y un larguísimo etcétera preñado de ridiculeces populistas.

Y ha vuelto a ser el turno de los “5 prisioneros del imperio” (¡los cinco héroes!), vulgares espías atrapados con las manos en la masa y que purgan largas y merecidas penas en condiciones muy distintas a las de Biscet y el resto de los prisioneros políticos cubanos.

Los firmantes, millonarios neoburgueses criados en el seno del “capitalismo pavoroso”, no pierden oportunidad para romper lanzas a favor de la tiranía que no padecen, mientras dan vuelta a la cabeza para no ver ni oler la podredumbre de la isla, de la que prefieren sus tabacos centenarios y playas cristalinas vedadas al poblador común.

Un par de talentosos afronorteamericanos, el actor Danny Glover y la escritora Alice Walker, vuelven a unirse alegremente a la malsana comparsa, sin importarles las brutales violaciones a los derechos humanos de su padrino Castro y el resto de militarotes despiadados, gorilas de esa especie amorfa de caudillismo demagógico de izquierda, tan celebrado y aplaudido por los hipócritas que como Glover y Walter profitan del modo de vida norteamericano con el resentimiento de que habló Robert Nozick a un costado.

Estos personajillos, amén de su talento innato indiscutible, me provocan desagrado y repugnancia. Fieles representantes de ese travestismo intelectual que tanto daño acarrea en estos tiempos, el viejo Glover y la Alice no merecen mi respeto. Ellos no están equivocados. Son testaferros.

la version eclesial de Pingw Socrates



Francois Houtart es un sacerdote belga que considera al Marxismo como el único camino para explicar los fenómenos sociales. ¿Contradictorio? Por supuesto. No es novedad en estos casos. El viejo padre Francois es sobre todas las cosas un furibundo activista político que lo mismo aboga por la desaparición de la palma aceitera africana que por la “salvación” de los profesores iraquíes. Y claro, apoya la censura siempre que sea por un “bien mayor”, así que el cierre en Venezuela de la cadena RCTV le ha venido como anillo al dedo.

Houtart, dinámico y omnipresente, es el director del tristemente célebre centro Tricontinental, desde donde justifica a las dictaduras izquierdistas al mismo tiempo que condena a Pinochet. No suele andarse con medias tintas, por lo que no tolera a la social democracia ni a los falsos socialismos. El Marxismo es el único camino, recuerden y procesen.

Fiel seguidor de las doctrinas de Leonardo Boff y su Teología de la Liberación, Francois Houtart practica la postura antisistema como ideología forzada. Apuesta por la “ofensiva” de las clases explotadas y critica la simple resistencia. “No podemos ser otra cosa que revolucionarios”. El “pecado social” debe ser extirpado con represión y absolutismo, parece decir desde su estrado de padre confesor.

Acepta con remilgos que en Cuba “hay cierto descontento”, sin embargo “es el único país socialista que ha conservado los principios del socialismo”. Al menos en este punto el sacerdote belga parece estar en lo cierto. Para poder definir la posición moral de entes al estilo de Houtart sólo basta con saber que aplaude, justifica y alecciona el unipartidismo en Cuba, debido a la “amenaza del imperio”. ¿Necesitamos acaso decir algo más? No me parece.

Glover con consignas en su ropa , pero complice de quienes ahogaron ninos y adultos a mansalva , no hace tanto tiempo

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A sueldo: Stella Calloni
Permalink 01.06.07 @ 02:33:11. Archivado en A sueldo

Por Camilo López Darias.

“El abrazo solidario y todo el cariño para el comandante amigo. Estamos aquí para lo que se necesite”.
Stella Calloni

En muchos casos el periodismo “combatiente” asentado en la Argentina desvaría en términos humanos, algo que en gran medida ha sido superado en naciones como, por ejemplo, Chile, donde el semanario “The Clinic” es una exquisita muestra. Stella Calloni, corresponsal del diario mexicano “La Jornada” en América del Sur, es un símbolo de lo que digo.

Reconocida por sus trabajos investigativos acerca de la llamada “Operación Cóndor”, llevada a cabo a inicios de la dictadura militar chilena de Augusto Pinochet y que abarcó países vecinos como la propia Argentina y Paraguay, la Calloni reverencia a las dictaduras de “izquierda” en una inconsecuencia que se repite hasta el cansancio. Condena por un lado las violaciones cometidas por las cúpulas castristas del cono sur y por otro adula al totalitarismo cubano. Hipocresía “intelectual” que asquea.

Calloni, desde las páginas de “La Jornada”, despotrica con fiereza en contra del “imperio terrorista” a la vez que felicita al régimen cubano por su ejemplar democracia. Olvida, por supuesto, el desembarco de armas en Carrizal Bajo y el entrenamiento de matones al estilo de Carlos el Chacal. Obvia los asesinatos selectivos en las calles de Santiago y la infiltración en los movimientos montoneros.

Pero sus servicios reciben regalías, como el premio gubernamental José Martí y la orden Félix Elmuza de la UPEC. Al fin y al cabo ella está “al servicio del periodismo revolucionario”, según Granma. Stella ha cumplido con éxito “la tarea de salvaguardar la independencia, la revolución y las conquistas del socialismo”.

A sueldo Tariq Ali

“Cuba y Venezuela son el eje de la esperanza”

Tariq Ali es escritor, cineasta e historiador. Graduado de Ciencias Políticas en la universidad de Oxford, nació en Pakistan en el seno de una familia de raíces comunistas. Actualmente funge como asesor de la cadena televisiva Tele sur y aboga con pasión por el chavismo y la “revolución” cubana.

Fue a finales de la guerra de Viet Nam que alcanzó cierta relevancia en los medios al constituirse en un crítico acérrimo de la conflagración. Y ahora sus inquietudes “pacifistas” se han trasladado a un nuevo escenario, Irak, pero desde una óptica más que curiosa. Ali considera que el terrorismo como medio de resistencia contra las tropas norteamericanas es justificable. Y define al gobierno de Bush como fundamentalista, en una operación de contra retórica aplaudida por amplios sectores.

Sin embargo, Tariq simpatiza más con el maoísmo nepalí y el movimiento trotskista que con la ideología oficialista extinta de la ex URSS, y apuesta más por Chávez que por el castrismo. Es una especie de guevarismo radical utilizado a conveniencia por los totalitarismos. Sus afirmaciones contradictorias lo revelan como un gran usurpador intelectual. Al tiempo que acusa a las ONG como instrumentos al servicio de los intereses occidentales, dice cosas como:

“Un sistema de partido único sería desastroso. Es tiempo para la izquierda de revivir la democracia genuina”.

¿En qué quedamos?

Tras su asistencia al Foro Social Mundial de Sao Paulo, en el año 2005, Ali se ha constituido en un defensor a ultranza de los nuevos movimientos con vocación totalitaria que han surgido en la América Latina. Y su miopía analítica se hace patente cuando goza el cierre de RCTV, a pesar de que en una entrevista dada en el año 2006 a la reaccionaria “Rebelión” dijo:

“Venezuela es un modelo útil. Ha transformado la vida de su gente sin prohibir ningún partido de la oposición o sus redes mediáticas de prensa y televisión”.

Sin dudas, un oportunista a sueldo.