Anécdota sobre el incesto real como la vida misma y desmitificante.

Como tengo la virtud sacerdotal no solicitada de que la gente me cuente su vida, conozco muchos casos reales de historias de pasión. Una andaluza me pidió consejo al modo que lo piden las mujeres- o sea para que les digas que sí- sobre el siguiente asunto. Madre amantísima y aficionada a los idiomas, conoció por internet a un inglés que cierto dia se le mostró en paños menores y se sintió excitada, pero lo grave fue que además, según ella, por qeuella escitación comprendió que ya no amaba a su marido y lo iba a dejar. Le dije que someter a un niño de cinco años a un divorcio no estaba bien, y que en el mundo masculino su razonamiento no servía, pues si por cada mujer me excitara me fuera a divorciar habría batido algún record.

Bueno, terminó dejando al esposo aunque luego dijo sentirse muy mal porque lo veía llorar.

La anécdota sobre el incesto es esta otra. Un tipo me confesó que su tío lo violó a los 10 años. Como me parecía que mencionaba el hecho como causa de ser gay , sin resquemor, me aclaró que dicho hermano de su madre no le hizo daño, sino que le gustó. Aunque él sospechaba que la madre lo sabía, su familia ignoraba esto, pero cuidado : tenía un hermano mellizo aficionado a meterse en internet y hacerse pasar por él. Dejamos de hablar un año o así, y un primero de enero me llamó para contarme que la víspera, borracho, le había contado la verdad a su hermano, el cual dijo que ahora sí eran mellizos 100% ya que también él era gay, aunque jamás ni el tío ni ningún otro hombre lo había tocado.

De no ser por el incesto el primer gemelo moriría convencido de que aquella impronta era la culpable. Al saber la historia , el otro mellizo se convenció de la culpa genética. Parece un caso de ser rico y tocarles la lotería, o ser negros y caerles un cubo de betún de judea encima.

Nadie sabe nada, sobre todo en Internet, donde tanto se cuentan las mayores verdades como las mayores mentiras.