'Interesante" forma de viajar, «Couchsurfing»: la vuelta al mundo en tres millones de sofás

«Couchsurfing»: la vuelta al mundo en tres millones de sofás
Esta red social para viajeros aglutina a usuarios que ofrecen alojamiento gratis y la oportunidad de compartir vida, amigos y ciudad durante unos días


LUIS MIGUEL L. FARRACES / MADRID

Día 07/07/2011 - 19.10h








Hace apenas un año Alejandra y Paula viajaron a París. Paula se alojó en un hotel modesto, que no barato, y se dedicó a recorrer sola, mapa en mano y cámara al cuello el Sacre Coeur, los Campos Elíseos, Ópera Garnier y demás monumentos de la capital gala. Alejandra por su parte no se gastó un solo euro en alojamiento, durmió en casa de un músico que cada mañana la despertaba tocando el piano, y recorrió lugares de París que solo un parisino, y no una guía turística, puede ofrecer.

Y es que Ale es miembro de Couchsurfing, la mayor revolución turística desde el nacimiento de las compañías aéreas de bajo coste. El «surf del sofá» es una comunidad on-line con casi tres millones de usuarios en todo el mundo que se basa en un principio fundamental: ofrecer una camá, sillón o sofá a turistas interesados en conocer la ciudad de origen de cada miembro.

Pero Couchsurfing no es simplemente un modo de encontrar alojamiento barato. «A mí no me gusta que la gente venga simplemente a dormir a casa como si fuera un hotel», comenta Mercedes, que ya ha dado alojamiento a siete usuarios en su casa de Madrid. «Creo que esto es una forma de conocer gente diferente, de otras culturas. Mi último alojado fue un chico indio y fue muy interesante. Para ellos también es una oportunidad fantástica de conocer la ciudad desde un punto de vista distinto al del turista tradicional porque tú les metes en tu vida, salen con tus amigos por la noche y ven cómo se vive aquí de verdad», añade.

Jennifer, estadounidense residente en Madrid desde hace años y miembro de Couchsurfing, también destaca las ventajas de la red respecto a la forma tradicional de viajar. «En San Sebastián, la primera vez que fui alojada, iba con un poco de miedo a ver qué me iba encontrar. Pero fui con una amiga y el chico que nos recibió fue muy atento. Nos llevó por sus sitios favoritos de la ciudad... ¡e incluso fuimos a hacer surfing de verdad!, comenta animada.

Aunque, sin duda, el momento más mágico que ha pasado fue en un viaje a Marruecos. «Estuve allí hace tiempo y me moría de ganas de ir al desierto, pero no sabía cómo. Yo allí tenía hotel, pero a través de Couchsurfing di con un chico que se ofreció a ayudarnos a llegar al desierto... y al final se vino con nosotros. Pasamos dos días allí con los bereberes en lugar de con cuarenta turistas más. Fue inolvidable», recuerda.

En Couchsurfing cada usuario elige lo que quiere ofrecer a la comunidad. No todos los miembros ofrecen su sofá a terceras personas, sino que hay otros servicios dentro de la red. «Puedes ofrecer simplemente un café a la gente que venga a tu ciudad para guiarla un poco, o llevártelos con tus amigos de fiesta... Incluso está bien si tienes ganas de viajar a algún sitio y no tienes con quien. El año pasado quería ir a Croacia y encontré un grupo de gente que iba en las mismas fechas... e hicimos vida en común allí cada uno con su hotel. Gente majísima», señala Jenny.
Seguridad a la hora de alojar



A pesar de lo temerario que pueda parecer a simple vista, lo cierto es que la comunidad tiene unos mecanismos bastante fiables para ahorrar sustos a sus usuarios. «Para empezar tienes los perfiles de la gente, en los que viene una descripción de uno mismo, aficiones, edad, fotos, etc. Ahí puedes encontrar puntos en común porque está claro que no vas a conectar con todo el mundo igual», explica Alejandra. Además, Couchsurfing tiene un sistema de evaluaciones en el que, por cada encuentro, el alojado evalúa su experiencia con el dueño de la casa y viceversa. «De todos modos no creo que nadie venga desde Alemania a robarme la tele», comenta jocosa Mercedes.

«La verdad es que nunca he tenido una experiencia negativa con la gente. Creo que lo más que te puede pasar es que alguien no te caiga bien», asegura Jenny. Alejandra por su parte advierte: «Siempre se dice que el hecho de no pagar alojamiento donde vas no significa que vayas sin dinero. Imagina que no te llevas bien con el dueño de la casa o surge un problema. Tienes que tener recursos para ir a un hotel».

Namibia, Estados Unidos, Chile e incluso Groenlandia. Las ramas de Couchsurfing llegan a 80.884 ciudades de 246 países distintos. Todo un mundo de culturas por descubrir de un modo barato y con la garantía de disfrutar de vivencias impensables para aquellos empeñados en ir pendientes del plano dando vueltas entre monumentos durante sus escasas vacaciones.



http://www.abc.es/20110707/sociedad/abci-couchsurfing-vuelta-mundo-tres-201107071808.html







Yo no me atreveria a viajar asi

Es uno de los peligros que se corre...