Cristina Kitschner amenaza .
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Cristina Kitschner amenaza .
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya llegó a Nueva York, donde ratificará el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, en coincidencia con el 30º aniversario del fin de la guerra con el Reino Unido.
Antes, la primera mandataria publicó este jueves en el diario londinense “The Times” una solicitada donde, entre otros puntos salientes, vuelve a pedirle al Reino Unido "que le dé una oportunidad a la paz".
“Hoy
vamos a hablar en el Comité de Naciones Unidas sobre Descolonización
acerca de un caso de anacronismo colonial en el Atlántico Sur: las islas
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el área marítima
circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a
menos de 700 kilómetros de nuestras costas, y a 14.000 kilómetros del
Reino Unido”, agrega el texto.
Es parte del primer párrafo de la nota que lleva por título "Terminemos con el colonialismo cumpliendo las resoluciones de Naciones Unidas".
179 años, el 3 de enero de 1833, una fuerza naval británica expulsaba a
las autoridades legítimas argentinas y a la población de las islas
Malvinas. Desde entonces, Argentina ha pedido sin descanso su
restitución en foros nacionales e internacionales”, continúa.
“Más
resoluciones al respecto fueron adoptadas por la Organización de
Estados Americanos (OEA), el Grupo Río, la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), y el MERCOSUR, como también la Cumbre de países
Sudamericanos-Arabes (ASPA), la Cumbre Africa-Sudamérica, la Cumbre
Iberoamericana y el grupo de los 77 más China”, indica la nota firmada
por Cristina.
“Gran Bretaña se ha negado invariablemente a cumplir con estas resoluciones”, afirma luego.
“Argentina
es hoy un país democrático que se sobrepuso a la más feroz dictadura de
la que se tenga récord en nuestra historia, y es un ejemplo global en
los campos de los derechos humanos y las misiones de mantenimiento de la
paz”, señala la solicitada.
“Los argentinos les pedimos a todos
ustedes - ciudadanos y gobiernos del mundo- que pongan fin al
colonialismo y pidan el cumplimiento de las resoluciones de Naciones
Unidas”, expresa. “Pedimos al Reino Unido que dé una oportunidad a la
paz”, finaliza la publicación de The Times.
Antes, la primera mandataria publicó este jueves en el diario londinense “The Times” una solicitada donde, entre otros puntos salientes, vuelve a pedirle al Reino Unido "que le dé una oportunidad a la paz".
“Hoy
vamos a hablar en el Comité de Naciones Unidas sobre Descolonización
acerca de un caso de anacronismo colonial en el Atlántico Sur: las islas
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el área marítima
circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a
menos de 700 kilómetros de nuestras costas, y a 14.000 kilómetros del
Reino Unido”, agrega el texto.
Es parte del primer párrafo de la nota que lleva por título "Terminemos con el colonialismo cumpliendo las resoluciones de Naciones Unidas".
Texto de la solicitada que publicamos el diario londinense The Times el día de hoy, sobre Malvinas.
“Hace179 años, el 3 de enero de 1833, una fuerza naval británica expulsaba a
las autoridades legítimas argentinas y a la población de las islas
Malvinas. Desde entonces, Argentina ha pedido sin descanso su
restitución en foros nacionales e internacionales”, continúa.
“Más
resoluciones al respecto fueron adoptadas por la Organización de
Estados Americanos (OEA), el Grupo Río, la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), y el MERCOSUR, como también la Cumbre de países
Sudamericanos-Arabes (ASPA), la Cumbre Africa-Sudamérica, la Cumbre
Iberoamericana y el grupo de los 77 más China”, indica la nota firmada
por Cristina.
“Gran Bretaña se ha negado invariablemente a cumplir con estas resoluciones”, afirma luego.
“Argentina
es hoy un país democrático que se sobrepuso a la más feroz dictadura de
la que se tenga récord en nuestra historia, y es un ejemplo global en
los campos de los derechos humanos y las misiones de mantenimiento de la
paz”, señala la solicitada.
“Los argentinos les pedimos a todos
ustedes - ciudadanos y gobiernos del mundo- que pongan fin al
colonialismo y pidan el cumplimiento de las resoluciones de Naciones
Unidas”, expresa. “Pedimos al Reino Unido que dé una oportunidad a la
paz”, finaliza la publicación de The Times.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
LA VERSION INGLESA
Las Islas nunca tuvieron habitante nativos, y el primer asentamiento en las mismas fue francés; había
un asentamiento francés en Port Louis en East Falkland desde 1764 hasta 1767 (sección 8, fig. 4 abajo).
Las islas fueron reivindicadas formalmente por Gran Bretaña en 1765, y desde 1766 hasta 1774, con una
interrupción, hubo una guarnición inglesa en Port Egmont en Saunders Island, donde todavía se pueden
ver sus ruinas (fig. 1). El asentamiento francés fue tomado por España en 1767, quien mantuvo una
guarnición en Port Louis por 44 años hasta 1811. La actual población de las islas es una mezcla
extraordinaria: a lgunas familias son descendientes de náufragos de origen danés, noruego o sueco; algunos
descienden de colonizadores provenientes de Uruguay, Francia, Finlandia o Gibraltar, pero la mayoría son
de origen inglés. Muchas familias han vivido en las islas durante cinco o seis generaciones, algunas por
siete generaciones, y dos llega hasta las ocho, casi nueve generaciones.
Fig.
3. Las Bulas Papales, 1493, y el “Tratado" de Tordesillas, 1494
A partir del “descubrimiento” de Cristóbal Colón del Mundo Nuevo en 1492, el Papa Alejandro VI
publicó una serie de Bulas1 cediendo todas las tierras nuevas a España. Alejandro VI era un español
oriundo de Valencia, llamado Rodrigo Borjia, probablemente el Papa mas inmoral y corrupto de la
historia,2 quien obviamente estaba muy ansioso de complacer a Fernando, Rey de España.
A través de la Bula Inter Caetera de 1493, el Papa Alejandro VI "le cedió" a España la totalidad de
América, norte y sur – incluyendo el territorio de lo que hoy comprende los Estados Unidos y Canadá.
Esta "cesión" fue disputada inmediatamente por Portugal. En 1494, para dirimir la disputa, los reinos de
España y Portugal firmaron un pacto conocido como e l "Tratado" de Tordesillas. Este instrumento le cedió
1 Dec laraciones papales oficiales, llamadas así por su sello de plomba (“bulla”).
2 Alejandro VI, conocido como el Papa Borgia, h izo su carrera ascendente en la Iglesia vendiendo cargos
eclesiásticos. Famoso por sus orgías y sus cuatro hijos ilegít imos, incluyendo el asesino Cesare Borgia y su hija, la
tristemente célebre Lucrecia Borgia, considerada por muchos historiadores como una envenenadora.
4
a Portugal una amplia tajada de la cesión papal, y dividió la totalidad del mundo no cristiano no
descubierto entre España y Portugal. La línea divisoria que pasa por cerca de los 47° O le dio Brasil a
Portugal, pero al resto del Norte y Sudamérica "permaneció" bajo el dominio español.
En 15291 la línea que divide las posesiones españolas y portuguesas fue extendida hacia el Pacífico:
Alaska y Japón "se convirtieron" en territorio español, India “llegó a ser” portuguesa, y Australia (aún no
descubierta) fue dividida teóricamente entre España y Portugal.
Los panfletos argentinos del 2007 presentan las Bulas y el Pacto de Tordesillas como si fuesen
exponentes del “derecho internacional de la época” (folleto español p. 3, folleto inglés del seminario p. 1),
pero eso es ir demasiado lejos. Los Aztecas, Incas, Mayas y los otros pueblos originarios de las Américas
(y el pueblo japonés por supuesto) tenían leyes perfectamente adecuadas a sus sociedades; además, al no
ser Católicos no estaban sujetos a la autoridad del Papa. No sólo eso; los Bulas y el "Tratado" eran además
legalmente cuestionables desde otros puntos de vista:
1. El Papa violó el principio legal básico de nemo dat quod non habet (“nadie otorga lo que no
posee”) – él no tenía la autoridad para “cederle” las Américas a nadie, dado que no le pertenecían.
2. El “Tratado” de Tordesillas violó otro principio legal básico: pacta tertiis nec nocent nec prosunt
(“los pactos ni dañan ni benefician a terceros”). Los pueblos de las Américas eran terceros, así que el
acuerdo no era vinculante para ellos. En otras palabras: no constituía un tratado propiamente dicho
sino un mero pacto bilateral entre España y Portugal para definir sus esferas de influencia. España y
Portugal no “poseyeron” Sudamérica a partir de un derecho adquirido; ellos conquistaron
Sudamérica por la fuerza y por todo el tiempo que necesitaron para aplastar toda oposición,
causándole la muertes a cerca de 80 millones de personas. Sólo después de este accionar, la posesión
de hecho a lo largo del tiempo les dio a España y Portugal derecho consuetudinarios en América
Latina.
3. Las Bulas Papales y el “Tratado” de Tordesillas no fueron aceptados por el Rey Francisco I de
Francia ni por la Reina Isabel I de Inglaterra.
4. Las Bulas Papales y el “Tratado” de Tordesillas fueron los documentos que dieron origen al
imperialismo europeo y, en el caso de las Américas, llevaron a l genocidio de sus habitantes nativos.
Es extraño ver como estos mismos documentos son usados hoy en día para justificar lo que fuese.
Varios otros puntos merecen ser analizados aquí también. La isla South Georgia y las islas South
Sandwich caían dentro de la esfera de influencia portuguesa bajo las provisiones del “Tratado” de
Tordesillas. Argentina reivindica haber heredado las Islas Falkland de España, pero esto no se puede
argumentar en el caso de la isla South Georgia y las islas South Sandwich. No obstante, ahora son
reclamados por Argentina – de hecho Argentina desató la Falklands War en la South Georgia en 1982.
El reclamo de Argentina de haber heredado las Falklands de España se basa en el hecho que las
Falklands formaban parte del Virreinato español del Río de la Plata, del cuál Argentina es un estado
sucesor. Sin embargo, e l Virreinato incluyó también Uruguay, Paraguay, Bolivia, y partes de Chile y Perú,
lo que presenta el problema sobre “la identidad del heredero” – Argentina no heredó un reclamo unitario, a
los sumo sólo medio reclamo. Además, España continuó reclamando todos territorios españoles durante
muchos años después de haberlos perdido, y eventualmente termino aceptando que las Falklands son
patrimonio inglés (ver la sección 29).
El actual reclamo argentino sobre la Antártida se basa también en Inter Caetera, y se centra en la
Península Graham Land, la cuál Argentina ha “renombrado” recientemente Tierra de San Martín, en honor
del líder de la lucha por la independencia Argentina de España. Pero Argentina reclama también territorio
en la Antártida más allá de la línea divisoria con Portugal descripta por el “Tratado” de Tordesillas. Este
reclamo se promueve agresivamente – la contratapa de los pasaportes Argentinos muestra las Falklands,
más la South Georgia, y lo que Argentina denomina “Antártida Argentina”. La ley argentina establece que
éste y todos los territorios reclamados por Argentina deben aparecer como territorio argentino en todos los
mapas publicados en Argentina.
Sin embargo, muchos países, incluyendo los Estados Unidos, Rusia, China, India, Corea del Sur, y
otros con bases en la Antártida nunca han reconocido ninguna reivindicación territorial en la Antártida, ni
las de Argentina, ni las de Australia, Gran Bretaña, Chile, Francia, Nueva Zelanda o Noruega, ni las de
ningún otro país.
1 Por el Tratado de Zaragoza entre España y Portugal.
5
4. El descubrimiento
Los argentinos manifiestan en sus panfletos del 2007 que las Falklands fueron descubiertas por uno
de los barcos en la expedición de Fernando de Magallanes en 1519-20, la primera expedición en
circunnavegar el mundo1. Esto no es verdad. Esta reivindicación se basa en la teoría que Estebão Gomes,
el piloto portugués del barco San Antonio, que desertó de la expedición en los Estrechos de Magallanes,
vio las Falklands antes de ó después de su deserción. Pero ninguno de los cronistas a bordo menciona
ningún ta l descubrimiento; todo indica que su barco navegó costeando e l litoral atlántico hacia el norte, y
no hay ni la más mínima evidencia para sostener esa teoría.
Aunque carecemos de evidencia concluyente, hay indicios que señalan que las islas fueron
descubiertas primero por una expedición portuguesa que navegó antes que Magallanes de la cual no
tenemos registros. La evidencia se encuentra en dos mapas antiguos, uno hecho por el cartógrafo
portugués Pedro Reinel cerca de 1522 – el primer mapa en mostrar las Falklands – la otra una copia
francesa de un mapa portugués comprado en Lisboa por André Thevet (1516-1592), un fra ile Franciscano
que fuera un escritor prolífico que abarcó temas de lo mas variados. Una copia del mapa se encuentra
ahora en el manuscrito de un extenso trabajo no publicado por Thevet en la Bibliothèque Nationale de
France, en París2. Estos dos mapas de origen portugués sugieren que eran navegantes portugueses fueron
quienes vieron por primera vez las islas y trazaron el primer mapa de las Falklands. No es algo inusual que
no halla hoy en día ningún registro escrito de su expedición; los viajes de descubrimiento en esos días eran
a menudo secretos nacionales o comerciales, y a menos que un diario o bitácora sobreviviera, hoy son
totalmente desconocidos.
Los panfletos argentinos del seminario pasan a reclamar (español p. 3, inglés p. 1) que desde
entonces las Falklands “quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades
españolas”. Esto es un absurdo. Un barco español pasó varios meses en las islas en 15403, pero después
del fracaso de un asentamiento español en el Estrecho de Magallanes a fines del siglo XVI4 muy pocos
barcos españoles navegaron tan al sur como las Falklands hasta mitad del siglo XVIII, y no hay un solo
registro español de haber divisado unas islas en todo ese tiempo5. Por más de 150 años los barcos ingleses,
franceses y holandeses tuvieron las Falklands para sí mismos, y España se basó en los navegantes de esos
países para tener información acerca de las islas, información que luego fue añadida a los mapas
españoles.
Aunque no fuera el primer avistamiento de todos, el primer avistamiento de las Falklands en ser
publicado fue registrado por el Capitán John Davis (descubridor del Estrecho de Davis en Norteamérica) el
14 agosto de 1592 – quien había sido impulsado fuera de su curso y hacia la zona de las Islas por una
tempestad6.
5. Los Nombres Rivales
Las islas derivan su nombre inglés del Falkland Sound, el nombre dado a la vía navegable entre las
dos islas principales por e l Capitán John Strong, que pasó varios días en las islas en enero de 1690 con su
barco Welfare7. El nombre Falkland Islands para referirse a todo el archipiélago fue usado por primera vez
en el diario de Woodes Rodgers en diciembre de 1708, y fue publicado por primera vez en 1712 en el
recuento de su viaje8.
Los franceses estaban activos en el Atlántico Sur desde comienzos del siglo XVIII, y en 1716 el
cartógrafo francés Amédée-François Frézier publicó e l mejor mapa de las islas hasta entonces, llamando a
1 Argentina a veces ha alegado que las Falklands fueron descubiertas por Amerigo Vespucci en 1502, pero la única
“evidencia” para ello se desprende de una carta falsificada en la cual ni siquiera se implica que él hubiese descubierto
isla alguna.
2 Le Grand Insulaire et Pilotage d’André Theuet…, Bibliothèque Nationale de France, Paris, Ms. fr. 15 452, vol. I,
folio 268. El mapa de las Falklands fue ilustrado por primera vez en la tapa de una monografía de Roger Hervé,
Découverte Fortuite de l’Australie et de la Nouvelle-Zélande par des Navigateurs Portugais et Espagnols entre 1521
et 1528, Paris 1982.
3 Un barco español desconocido (bautizado el Incognita por el autor Julius Goebel en 1927).
4 Ahora conocido como Puerto Hambre en el actual territorio Chileno.
5 Lau rio H. Destéfani, Las Malvinas en la Época Hispana (1600-1811), Buenos Aires 1981, p. 67.
6 El breve informe de Davis fue publicado en el libro de Richard Hakluyt Principal Navigations…, London 1600,
vol. III, p. 846.
7 Strong le d io al estrecho ese nombre en honor del Vizconde Falkland, que era uno de los dueños del Welfare y
quien fuera luego First Lord of the Admiralty (1693-94). La b itácora no publicada de Strong se encuentra en el
British Library, Sloane MS 3295.
8 A Cruising Voyage round the World…, London 1712, pp. 103-106.
6
las islas “Les Isles Nouvelles” (Las Islas Nuevas)1. El Real Geógrafo francés, Guillaume Delisle, inventó
un mejor nombre en dos mapas de 1720 y 1722 (el primero no fue publicado hasta tiempo después) – él las
llamó “Les Iles Malouines”, por el puerto de Saint-Malo en Bretaña, el puerto madre de los barcos
franceses que habían visitado las Falklands.
Los españoles nunca tuvieron un nombre propio para las Islas, pero a partir de mediados de la década
de 1760 adoptaron el nombre francés “Iles Malouines”, adaptándolo a “Islas Maluinas”. Alrededor de
1805 los españoles comenzaron a escribirlo “Malvinas”, aunque en 1811 todavía a veces utilizaban
“Maluinas”. “Malvinas” es ahora el nombre español para las islas; en su forma actual el nombre en español
es un siglo posterior al nombre inglés.
6. Los Tratados que no se violaron
Los panfletos argentinos del 2007 dicen (español p. 3, inglés p. 1): “toda la región austral de
América, con sus costas, mares e islas, quedó indiscutiblemente preservada bajo la soberanía española a
través de los diversos tratados suscriptos en este período, como el Tratado ‘Americano’ de 1670, entre
España e Inglaterra.” En inglés ese tratado es comúnmente referido como e l Tratado de Madrid, y no dice
tal cosa. Hay una traducción inglesa del latín original de este tratado en el Public Record Office, la Oficina
Pública de Registros (es decir, los Archivos Nacionales), en Londres2. Es un tratado de amistad por el cuál
España reconoció las posesiones de Gran Bretaña en el Caribe y en otras partes de América en aquel
momento (artículo 7). Pero no hay un reconocimiento recíproco del resto de América como español. Tanto
España como Inglaterra concordaron en no comerciar en los territorios del otro (artículo , excepto bajo
licencias (artículo 9). El Tratado se refirió a territorios “poseídos” por cada parte, y fue escrito con el
Caribe y Norteamérica en mente, no Sudamérica; en ningún lugar menciona ninguna aceptación inglesa de
la soberanía española.
El Tratado de 1670 fue firmado bastante después que Gran Bretaña hubiese ocupado la isla Santa
Elena en e l Atlántico Sur en 1659, según los estatutos de la East India Company, Compañía de las Indias
Orientales, habiendo s ido concedida el 19 de octubre de 1657 por el “Lord Protector” Oliver Cromwell, en
aquel momento el gobernante republicano de Inglaterra. Es absurdo decir que el Tratado de 1670 le
prohibía a Gran Bretaña navegar en el Atlántico Sur – el Artículo 15 del Tratado de 1670 preserva la
libertad de la navegación en “los Mares Americanos” tanto para Gran Bretaña como para España3.
7. El Tratado de Utrecht
Varios poderes europeos firmaron doce tratados en Utrecht en 1713; entre ellos el notorio tratado
general de paz comúnmente llamado e l “Tratado de Utrecht”. Ninguno de ellos incluye un reconocimiento
inglés formal de la posesión de Sudamérica por parte de España tal como se aseveró en los panfletos
argentinos del 2007 (español p. 3. inglés p. 1); Gran Bretaña tan sólo promete su asistencia para que las
posesiones españolas en América fuesen restituidas al estado en que se encontraban a la muerte de Carlos
II de España (hecho que había disparado la Guerra de la Sucesión Española). Como el tratado de 1670, el
Tratado de Utrecht se refiere a territorios “poseídos” por España – ni en 1670 ni en 1713 tuvo España real
posesión de las Falklands de modo a menos que fuere a través de lo estipulado por e l (inválido) “Tratado”
de Tordesillas.
Los panfletos argentinos del 2007 también aseveran que el Tratado de Utrecht dio a España “el
derecho exclusivo de navegar en las aguas del Atlántico Sur.4” Eso es completamente falso; el tratado no
1 La traducción española, Islas Nuevas, continuó siendo usada por muchos años en Argentina. Las anotaciones en los
registros del Puerto de Buenos Aires, Archivo General de la Nación (AGN), Sala X, 42-3-10 muestran el arribo del
bergantín inglés Romeo procedente de las Islas Nuevas el 29 de abril de 1822. De modo similar, el Adeona, Capitán
William Low se registra como zarpando para las Islas Nuevas el 3 de agosto de 1822
2 Public Record Office (PRO), SP9/246/49. Una traducción del Tratado de Madrid de 1670 que firmase el Rey Carlos
II de Gran Bretaña.
3 El artícu lo 15 del Tratado de Madrid, 1670, dice: “El presente tratado no derogará de ningún modo la preeminencia,
derecho y dominio que qualquiera de los confederados tuviere en los mares de América, estrechos y cualesquiera
aguas; sino que los tendrán y retendrán con la misma amplitud que de derecho les compete; pero debiéndose entender
siempre, que de ninguna manera se interrumpirá la libertad de navegar, con tal que no se cometa ó haga cosa alguna
contra el genuino sentido de estos artículos”. Un Tratado de Madrid posterior (27 de marzo de 1713) confirma la
validez de todos los tratados precedentes entre Gran Bretaña y España, confirmando así la libertad de navegación
para ambos países.
4 Alfredo Palac ios (ver las secciones 36 y 37) reclamaba en Las Islas Malvinas, Buenos Aires. 1934, segunda edición.
1948, p. 18, que el Art ículo 14 del Tratado del Asiento, también firmado en 1713, decía lo mismo. Pero este era tan
sólo un salvo conducto para acceder a puertos españoles, incluyendo el de Buenos Aires, para los barcos que llevaban
7
confería tal derecho exclusivo – Gran Bretaña nunca aceptó ninguna restricción a su libertad de navegar
los mares, y retuvo Santa Elena en el Atlántico Sur a través del siglo XVIII (y hasta el día de hoy).
Muchos barcos ingleses, particularmente de la East India Company, Compañía de las Indias Orientales,
navegaron el Atlántico Sur en su paso hacia a India y otros destinos.
8. Asentamiento
http://www.falklandshistory.org/spanish4.pdf
un asentamiento francés en Port Louis en East Falkland desde 1764 hasta 1767 (sección 8, fig. 4 abajo).
Las islas fueron reivindicadas formalmente por Gran Bretaña en 1765, y desde 1766 hasta 1774, con una
interrupción, hubo una guarnición inglesa en Port Egmont en Saunders Island, donde todavía se pueden
ver sus ruinas (fig. 1). El asentamiento francés fue tomado por España en 1767, quien mantuvo una
guarnición en Port Louis por 44 años hasta 1811. La actual población de las islas es una mezcla
extraordinaria: a lgunas familias son descendientes de náufragos de origen danés, noruego o sueco; algunos
descienden de colonizadores provenientes de Uruguay, Francia, Finlandia o Gibraltar, pero la mayoría son
de origen inglés. Muchas familias han vivido en las islas durante cinco o seis generaciones, algunas por
siete generaciones, y dos llega hasta las ocho, casi nueve generaciones.
Fig.
3. Las Bulas Papales, 1493, y el “Tratado" de Tordesillas, 1494
A partir del “descubrimiento” de Cristóbal Colón del Mundo Nuevo en 1492, el Papa Alejandro VI
publicó una serie de Bulas1 cediendo todas las tierras nuevas a España. Alejandro VI era un español
oriundo de Valencia, llamado Rodrigo Borjia, probablemente el Papa mas inmoral y corrupto de la
historia,2 quien obviamente estaba muy ansioso de complacer a Fernando, Rey de España.
A través de la Bula Inter Caetera de 1493, el Papa Alejandro VI "le cedió" a España la totalidad de
América, norte y sur – incluyendo el territorio de lo que hoy comprende los Estados Unidos y Canadá.
Esta "cesión" fue disputada inmediatamente por Portugal. En 1494, para dirimir la disputa, los reinos de
España y Portugal firmaron un pacto conocido como e l "Tratado" de Tordesillas. Este instrumento le cedió
1 Dec laraciones papales oficiales, llamadas así por su sello de plomba (“bulla”).
2 Alejandro VI, conocido como el Papa Borgia, h izo su carrera ascendente en la Iglesia vendiendo cargos
eclesiásticos. Famoso por sus orgías y sus cuatro hijos ilegít imos, incluyendo el asesino Cesare Borgia y su hija, la
tristemente célebre Lucrecia Borgia, considerada por muchos historiadores como una envenenadora.
4
a Portugal una amplia tajada de la cesión papal, y dividió la totalidad del mundo no cristiano no
descubierto entre España y Portugal. La línea divisoria que pasa por cerca de los 47° O le dio Brasil a
Portugal, pero al resto del Norte y Sudamérica "permaneció" bajo el dominio español.
En 15291 la línea que divide las posesiones españolas y portuguesas fue extendida hacia el Pacífico:
Alaska y Japón "se convirtieron" en territorio español, India “llegó a ser” portuguesa, y Australia (aún no
descubierta) fue dividida teóricamente entre España y Portugal.
Los panfletos argentinos del 2007 presentan las Bulas y el Pacto de Tordesillas como si fuesen
exponentes del “derecho internacional de la época” (folleto español p. 3, folleto inglés del seminario p. 1),
pero eso es ir demasiado lejos. Los Aztecas, Incas, Mayas y los otros pueblos originarios de las Américas
(y el pueblo japonés por supuesto) tenían leyes perfectamente adecuadas a sus sociedades; además, al no
ser Católicos no estaban sujetos a la autoridad del Papa. No sólo eso; los Bulas y el "Tratado" eran además
legalmente cuestionables desde otros puntos de vista:
1. El Papa violó el principio legal básico de nemo dat quod non habet (“nadie otorga lo que no
posee”) – él no tenía la autoridad para “cederle” las Américas a nadie, dado que no le pertenecían.
2. El “Tratado” de Tordesillas violó otro principio legal básico: pacta tertiis nec nocent nec prosunt
(“los pactos ni dañan ni benefician a terceros”). Los pueblos de las Américas eran terceros, así que el
acuerdo no era vinculante para ellos. En otras palabras: no constituía un tratado propiamente dicho
sino un mero pacto bilateral entre España y Portugal para definir sus esferas de influencia. España y
Portugal no “poseyeron” Sudamérica a partir de un derecho adquirido; ellos conquistaron
Sudamérica por la fuerza y por todo el tiempo que necesitaron para aplastar toda oposición,
causándole la muertes a cerca de 80 millones de personas. Sólo después de este accionar, la posesión
de hecho a lo largo del tiempo les dio a España y Portugal derecho consuetudinarios en América
Latina.
3. Las Bulas Papales y el “Tratado” de Tordesillas no fueron aceptados por el Rey Francisco I de
Francia ni por la Reina Isabel I de Inglaterra.
4. Las Bulas Papales y el “Tratado” de Tordesillas fueron los documentos que dieron origen al
imperialismo europeo y, en el caso de las Américas, llevaron a l genocidio de sus habitantes nativos.
Es extraño ver como estos mismos documentos son usados hoy en día para justificar lo que fuese.
Varios otros puntos merecen ser analizados aquí también. La isla South Georgia y las islas South
Sandwich caían dentro de la esfera de influencia portuguesa bajo las provisiones del “Tratado” de
Tordesillas. Argentina reivindica haber heredado las Islas Falkland de España, pero esto no se puede
argumentar en el caso de la isla South Georgia y las islas South Sandwich. No obstante, ahora son
reclamados por Argentina – de hecho Argentina desató la Falklands War en la South Georgia en 1982.
El reclamo de Argentina de haber heredado las Falklands de España se basa en el hecho que las
Falklands formaban parte del Virreinato español del Río de la Plata, del cuál Argentina es un estado
sucesor. Sin embargo, e l Virreinato incluyó también Uruguay, Paraguay, Bolivia, y partes de Chile y Perú,
lo que presenta el problema sobre “la identidad del heredero” – Argentina no heredó un reclamo unitario, a
los sumo sólo medio reclamo. Además, España continuó reclamando todos territorios españoles durante
muchos años después de haberlos perdido, y eventualmente termino aceptando que las Falklands son
patrimonio inglés (ver la sección 29).
El actual reclamo argentino sobre la Antártida se basa también en Inter Caetera, y se centra en la
Península Graham Land, la cuál Argentina ha “renombrado” recientemente Tierra de San Martín, en honor
del líder de la lucha por la independencia Argentina de España. Pero Argentina reclama también territorio
en la Antártida más allá de la línea divisoria con Portugal descripta por el “Tratado” de Tordesillas. Este
reclamo se promueve agresivamente – la contratapa de los pasaportes Argentinos muestra las Falklands,
más la South Georgia, y lo que Argentina denomina “Antártida Argentina”. La ley argentina establece que
éste y todos los territorios reclamados por Argentina deben aparecer como territorio argentino en todos los
mapas publicados en Argentina.
Sin embargo, muchos países, incluyendo los Estados Unidos, Rusia, China, India, Corea del Sur, y
otros con bases en la Antártida nunca han reconocido ninguna reivindicación territorial en la Antártida, ni
las de Argentina, ni las de Australia, Gran Bretaña, Chile, Francia, Nueva Zelanda o Noruega, ni las de
ningún otro país.
1 Por el Tratado de Zaragoza entre España y Portugal.
5
4. El descubrimiento
Los argentinos manifiestan en sus panfletos del 2007 que las Falklands fueron descubiertas por uno
de los barcos en la expedición de Fernando de Magallanes en 1519-20, la primera expedición en
circunnavegar el mundo1. Esto no es verdad. Esta reivindicación se basa en la teoría que Estebão Gomes,
el piloto portugués del barco San Antonio, que desertó de la expedición en los Estrechos de Magallanes,
vio las Falklands antes de ó después de su deserción. Pero ninguno de los cronistas a bordo menciona
ningún ta l descubrimiento; todo indica que su barco navegó costeando e l litoral atlántico hacia el norte, y
no hay ni la más mínima evidencia para sostener esa teoría.
Aunque carecemos de evidencia concluyente, hay indicios que señalan que las islas fueron
descubiertas primero por una expedición portuguesa que navegó antes que Magallanes de la cual no
tenemos registros. La evidencia se encuentra en dos mapas antiguos, uno hecho por el cartógrafo
portugués Pedro Reinel cerca de 1522 – el primer mapa en mostrar las Falklands – la otra una copia
francesa de un mapa portugués comprado en Lisboa por André Thevet (1516-1592), un fra ile Franciscano
que fuera un escritor prolífico que abarcó temas de lo mas variados. Una copia del mapa se encuentra
ahora en el manuscrito de un extenso trabajo no publicado por Thevet en la Bibliothèque Nationale de
France, en París2. Estos dos mapas de origen portugués sugieren que eran navegantes portugueses fueron
quienes vieron por primera vez las islas y trazaron el primer mapa de las Falklands. No es algo inusual que
no halla hoy en día ningún registro escrito de su expedición; los viajes de descubrimiento en esos días eran
a menudo secretos nacionales o comerciales, y a menos que un diario o bitácora sobreviviera, hoy son
totalmente desconocidos.
Los panfletos argentinos del seminario pasan a reclamar (español p. 3, inglés p. 1) que desde
entonces las Falklands “quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades
españolas”. Esto es un absurdo. Un barco español pasó varios meses en las islas en 15403, pero después
del fracaso de un asentamiento español en el Estrecho de Magallanes a fines del siglo XVI4 muy pocos
barcos españoles navegaron tan al sur como las Falklands hasta mitad del siglo XVIII, y no hay un solo
registro español de haber divisado unas islas en todo ese tiempo5. Por más de 150 años los barcos ingleses,
franceses y holandeses tuvieron las Falklands para sí mismos, y España se basó en los navegantes de esos
países para tener información acerca de las islas, información que luego fue añadida a los mapas
españoles.
Aunque no fuera el primer avistamiento de todos, el primer avistamiento de las Falklands en ser
publicado fue registrado por el Capitán John Davis (descubridor del Estrecho de Davis en Norteamérica) el
14 agosto de 1592 – quien había sido impulsado fuera de su curso y hacia la zona de las Islas por una
tempestad6.
5. Los Nombres Rivales
Las islas derivan su nombre inglés del Falkland Sound, el nombre dado a la vía navegable entre las
dos islas principales por e l Capitán John Strong, que pasó varios días en las islas en enero de 1690 con su
barco Welfare7. El nombre Falkland Islands para referirse a todo el archipiélago fue usado por primera vez
en el diario de Woodes Rodgers en diciembre de 1708, y fue publicado por primera vez en 1712 en el
recuento de su viaje8.
Los franceses estaban activos en el Atlántico Sur desde comienzos del siglo XVIII, y en 1716 el
cartógrafo francés Amédée-François Frézier publicó e l mejor mapa de las islas hasta entonces, llamando a
1 Argentina a veces ha alegado que las Falklands fueron descubiertas por Amerigo Vespucci en 1502, pero la única
“evidencia” para ello se desprende de una carta falsificada en la cual ni siquiera se implica que él hubiese descubierto
isla alguna.
2 Le Grand Insulaire et Pilotage d’André Theuet…, Bibliothèque Nationale de France, Paris, Ms. fr. 15 452, vol. I,
folio 268. El mapa de las Falklands fue ilustrado por primera vez en la tapa de una monografía de Roger Hervé,
Découverte Fortuite de l’Australie et de la Nouvelle-Zélande par des Navigateurs Portugais et Espagnols entre 1521
et 1528, Paris 1982.
3 Un barco español desconocido (bautizado el Incognita por el autor Julius Goebel en 1927).
4 Ahora conocido como Puerto Hambre en el actual territorio Chileno.
5 Lau rio H. Destéfani, Las Malvinas en la Época Hispana (1600-1811), Buenos Aires 1981, p. 67.
6 El breve informe de Davis fue publicado en el libro de Richard Hakluyt Principal Navigations…, London 1600,
vol. III, p. 846.
7 Strong le d io al estrecho ese nombre en honor del Vizconde Falkland, que era uno de los dueños del Welfare y
quien fuera luego First Lord of the Admiralty (1693-94). La b itácora no publicada de Strong se encuentra en el
British Library, Sloane MS 3295.
8 A Cruising Voyage round the World…, London 1712, pp. 103-106.
6
las islas “Les Isles Nouvelles” (Las Islas Nuevas)1. El Real Geógrafo francés, Guillaume Delisle, inventó
un mejor nombre en dos mapas de 1720 y 1722 (el primero no fue publicado hasta tiempo después) – él las
llamó “Les Iles Malouines”, por el puerto de Saint-Malo en Bretaña, el puerto madre de los barcos
franceses que habían visitado las Falklands.
Los españoles nunca tuvieron un nombre propio para las Islas, pero a partir de mediados de la década
de 1760 adoptaron el nombre francés “Iles Malouines”, adaptándolo a “Islas Maluinas”. Alrededor de
1805 los españoles comenzaron a escribirlo “Malvinas”, aunque en 1811 todavía a veces utilizaban
“Maluinas”. “Malvinas” es ahora el nombre español para las islas; en su forma actual el nombre en español
es un siglo posterior al nombre inglés.
6. Los Tratados que no se violaron
Los panfletos argentinos del 2007 dicen (español p. 3, inglés p. 1): “toda la región austral de
América, con sus costas, mares e islas, quedó indiscutiblemente preservada bajo la soberanía española a
través de los diversos tratados suscriptos en este período, como el Tratado ‘Americano’ de 1670, entre
España e Inglaterra.” En inglés ese tratado es comúnmente referido como e l Tratado de Madrid, y no dice
tal cosa. Hay una traducción inglesa del latín original de este tratado en el Public Record Office, la Oficina
Pública de Registros (es decir, los Archivos Nacionales), en Londres2. Es un tratado de amistad por el cuál
España reconoció las posesiones de Gran Bretaña en el Caribe y en otras partes de América en aquel
momento (artículo 7). Pero no hay un reconocimiento recíproco del resto de América como español. Tanto
España como Inglaterra concordaron en no comerciar en los territorios del otro (artículo , excepto bajo
licencias (artículo 9). El Tratado se refirió a territorios “poseídos” por cada parte, y fue escrito con el
Caribe y Norteamérica en mente, no Sudamérica; en ningún lugar menciona ninguna aceptación inglesa de
la soberanía española.
El Tratado de 1670 fue firmado bastante después que Gran Bretaña hubiese ocupado la isla Santa
Elena en e l Atlántico Sur en 1659, según los estatutos de la East India Company, Compañía de las Indias
Orientales, habiendo s ido concedida el 19 de octubre de 1657 por el “Lord Protector” Oliver Cromwell, en
aquel momento el gobernante republicano de Inglaterra. Es absurdo decir que el Tratado de 1670 le
prohibía a Gran Bretaña navegar en el Atlántico Sur – el Artículo 15 del Tratado de 1670 preserva la
libertad de la navegación en “los Mares Americanos” tanto para Gran Bretaña como para España3.
7. El Tratado de Utrecht
Varios poderes europeos firmaron doce tratados en Utrecht en 1713; entre ellos el notorio tratado
general de paz comúnmente llamado e l “Tratado de Utrecht”. Ninguno de ellos incluye un reconocimiento
inglés formal de la posesión de Sudamérica por parte de España tal como se aseveró en los panfletos
argentinos del 2007 (español p. 3. inglés p. 1); Gran Bretaña tan sólo promete su asistencia para que las
posesiones españolas en América fuesen restituidas al estado en que se encontraban a la muerte de Carlos
II de España (hecho que había disparado la Guerra de la Sucesión Española). Como el tratado de 1670, el
Tratado de Utrecht se refiere a territorios “poseídos” por España – ni en 1670 ni en 1713 tuvo España real
posesión de las Falklands de modo a menos que fuere a través de lo estipulado por e l (inválido) “Tratado”
de Tordesillas.
Los panfletos argentinos del 2007 también aseveran que el Tratado de Utrecht dio a España “el
derecho exclusivo de navegar en las aguas del Atlántico Sur.4” Eso es completamente falso; el tratado no
1 La traducción española, Islas Nuevas, continuó siendo usada por muchos años en Argentina. Las anotaciones en los
registros del Puerto de Buenos Aires, Archivo General de la Nación (AGN), Sala X, 42-3-10 muestran el arribo del
bergantín inglés Romeo procedente de las Islas Nuevas el 29 de abril de 1822. De modo similar, el Adeona, Capitán
William Low se registra como zarpando para las Islas Nuevas el 3 de agosto de 1822
2 Public Record Office (PRO), SP9/246/49. Una traducción del Tratado de Madrid de 1670 que firmase el Rey Carlos
II de Gran Bretaña.
3 El artícu lo 15 del Tratado de Madrid, 1670, dice: “El presente tratado no derogará de ningún modo la preeminencia,
derecho y dominio que qualquiera de los confederados tuviere en los mares de América, estrechos y cualesquiera
aguas; sino que los tendrán y retendrán con la misma amplitud que de derecho les compete; pero debiéndose entender
siempre, que de ninguna manera se interrumpirá la libertad de navegar, con tal que no se cometa ó haga cosa alguna
contra el genuino sentido de estos artículos”. Un Tratado de Madrid posterior (27 de marzo de 1713) confirma la
validez de todos los tratados precedentes entre Gran Bretaña y España, confirmando así la libertad de navegación
para ambos países.
4 Alfredo Palac ios (ver las secciones 36 y 37) reclamaba en Las Islas Malvinas, Buenos Aires. 1934, segunda edición.
1948, p. 18, que el Art ículo 14 del Tratado del Asiento, también firmado en 1713, decía lo mismo. Pero este era tan
sólo un salvo conducto para acceder a puertos españoles, incluyendo el de Buenos Aires, para los barcos que llevaban
7
confería tal derecho exclusivo – Gran Bretaña nunca aceptó ninguna restricción a su libertad de navegar
los mares, y retuvo Santa Elena en el Atlántico Sur a través del siglo XVIII (y hasta el día de hoy).
Muchos barcos ingleses, particularmente de la East India Company, Compañía de las Indias Orientales,
navegaron el Atlántico Sur en su paso hacia a India y otros destinos.
8. Asentamiento
http://www.falklandshistory.org/spanish4.pdf
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Re: Cristina Kitschner amenaza .
Con que derecho asumen que son sus territorios por cercania geografica?
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