14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
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14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
Traducido de https://www.rawstory.com/2018/11/complete-psychological-analysis-reveals-14-key-traits-explain-trump-supporters/?fbclid=IwAR2Ox6blo7V0gCsx9TAzUWl9spkQDzPpug0PQFh-Vfr9uC-RUgI7jDMCgxs
Nos guste o no, por el bien de los Estados Unidos debemos tratar de entender el fenómeno de Donald Trump, ya que ha barrido por completo a la nación y también la ha dividido ferozmente. Lo más desconcertante de todo es la aparente invencibilidad política de Trump. Como él mismo dijo, incluso antes de ganar las elecciones presidenciales, "podría pararme en el medio de la 5ta. Avenida y dispararle a alguien y no perdería votantes". Desafortunadamente para el pueblo estadounidense, esta afirmación de fiereza parece ser más verdadera que falsa, al menos para la mayoría de sus partidarios, algo que debería perturbarnos. También debería motivarnos a explorar la ciencia que subyace a ese comportamiento humano tan peculiar, para que podamos aprender de ella y tal vez inocularmos contra ella.
Para ser justos, debemos reconocer que, lamentablemente, la mentira no es infrecuente para los políticos de ambos lados del pasillo político, pero la frecuencia y la magnitud de las mentiras del actual presidente deberían hacernos pensar a todos por qué no han destruido su carrera política, y en cambio tal vez la fortalecieran. Del mismo modo, deberíamos preguntarnos por qué su retórica inflamatoria y numerosos escándalos no lo han hundido. Estamos hablando de un hombre que fue grabado en video: "Cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Tú puedes hacer cualquier cosa… agárrarlas por el coño… ”. Sobrevivir políticamente a ese video no es normal ni nada parecido, y podemos estar seguros de que tal revelación habría sido el final de Barack Obama o George Bush si hubiera surgido semanas antes de la elección.
Aunque docenas de psicólogos han analizado a Trump intentando explicar la invencibilidad política del sujeto, lo que realmente importa es comprender las mentes de sus firmes partidarios. Si bien ha habido varios populares artículos arrojando luz sobre una multitud de razones para su apoyo inquebrantable, no parece haber un análisis exhaustivo que las contenga todas. Como parece haber una demanda real de una listado que reúna todos estos análisis trataré de proporcionarlo a continuación.
Algunas de las explicaciones provienen de un artículo de revisión de 2017, publicado por el psicólogo y profesor de la UC Santa Cruz, Thomas Pettigrew, en el Diario de Psicología Social y Política. Otras las vengo publicado yo mismo desde 2016 , como investigador que soy de neurociencia cognitiva y psicología, publicando en varios artículos y un de blog como ‘’Psychology Today’’. Para varias me inspiré en ideas de psicólogos como Sheldon Solomon, que sentó las bases de la influyente ‘’Teoría del Manejo del Terror’’, o David Dunning, que hizo lo mismo con el ‘’efecto Dunning-Kruger’’.
Comienzo la lista con las razones más benignas para el apoyo intransigente a Trump más pero a medida que avanza la lista, las explicaciones se vuelven cada vez más preocupantes y, hacia el final, bordean lo patológico. Debo enfatizar fuertemente que no todos los partidarios de Trump son personas racistas, mentalmente vulnerables o fundamentalmente malas. Puede ser perjudicial para la sociedad el que aquellos con títulos y plataformas en las RRSS intenten demonizar a sus oponentes políticos o pintarlos como enfermos mentales cuando no lo son. Dicho esto, es igual de perjudicial pretender que no hay claramente factores psicológicos y neuronales que subyacen en gran parte de la lealtad incansable de los partidarios de Trump.
Los fenómenos psicológicos que se describen a continuación pertenecen principalmente a aquellos partidarios que seguirían a Trump si se tira desde un acantilado. Hablo de las personas que estarán a su lado sin importar qué escándalos salgan a la luz, o qué tipo de evidencia de comportamiento inmoral e ilegal emerge.
1 El pragmatismo se impone a la conciencia moral.
Para algunas personas ricas se trata, simplemente, de un asunto financiero. Trump ofrece recortes de impuestos para los ricos y quiere acabar con las regulaciones gubernamentales que impiden que los empresarios ganen dinero, pasando incluso por encima de regulaciones destinadas a proteger el medio ambiente. Otros, como los ‘’trabajadores de cuello azul’’(obreros y operarios), apoyan el hecho de que el presidente está tratando de traer empleos a Estados Unidos desde lugares como China. Algunas personas que realmente no son racistas (más adelante me ocuparé de aquellos que lo son) simplemente quieren leyes de inmigración más fuertes porque saben que un país con fronteras abiertas no es sostenible. Estas personas han puesto sus preocupaciones prácticas por encima de su moral. A ellos poco les importa si Trump es un trilero, o si su equipo de campaña colaboró con Rusia para ayudarlo a derrotar a su oponente político. Desconocemos si estas personas están atadas eternamente a Trump de la manera en que lo están los demás, pero pronto lo podremos descubrir si es que la investigación de Mueller llega a completarse.
2 Con Trump, la atención del cerebro está más enganchada
Según un estudio que supervisó la actividad cerebral de participantes que observaban 40 minutos de anuncios políticos y clips de debates presidenciales, Donald Trump es único en su capacidad para mantener el cerebro comprometido. Mientras Hillary Clinton sólo lograba mantener la atención durante cierto tiempo, Trump mantuvo alta tanto la atención como la excitación emocional durante el visionado. Este patrón de actividad se observó incluso cuando Trump hizo comentarios con los que las personas no estaban necesariamente de acuerdo. Su talento para el espectáculo y su lenguaje simple resuenan claramente con algunos, a un nivel visceral.
3 La obsesión de América con el entretenimiento y las celebridades
Esencialmente, la lealtad de los partidarios de Trump se puede explicar en parte por la adicción de Estados Unidos al entretenimiento y a los reality. Para algunos, realmente no importa lo que diga Trump diga porque es muy divertido de ver. Con el Donald, siempre te quedas preguntándote qué cosa escandalosa va a decir o hacer a continuación. Él nos mantiene al borde de nuestro asiento, y por esa razón, algunos partidarios de Trump perdonarán todo lo que él diga. Son felices mientras se mantengan entretenidos.
4 " Hay algunos que solo quieren ver el mundo arder".
Algunas personas inteligentes que saben bien lo que se cuece sin embargo apoyan a Trump simplemente para ser rebeldes o para introducir el caos en el sistema político. Pueden sentirse tan asqueados con el establishment o con demócratas como Hillary Clinton, que su apoyo a Trump es una peineta simbólica dirigida a Washington. Estas personas no tienen prioridades claras - y quizás tengan otros problemas- pero sí un deseo innato de trolear a otros, o una obsesión enfermiza con la alegría por el mal ajeno, o "schadenfreude".
5 El factor miedo: los conservadores son más sensibles a la amenaza.
La ciencia ha demostrado inequívocamente que el cerebro conservador tiene una respuesta de miedo exagerada cuando se enfrenta a estímulos que pueden ser percibidos como amenazantes. Un estudio realizado en 2008 en la revista Science encontró que los conservadores tienen una reacción fisiológica más fuerte a los ruidos e imágenes gráficas alarmantes en comparación con los liberales. Un estudio de imágenes cerebrales publicado en Current Biology reveló que quienes se inclinan políticamente a la derecha tienden a tener una amígdala más grande, esa estructura que permanece eléctricamente activa durante estados de miedo y ansiedad. Y en 2014 un estudio de resonancia magnética funcional del cerebro halló que es posible predecir si una persona es liberal o conservadora simplemente al observar su actividad cerebral mientras ve imágenes amenazantes o repugnantes, como cuerpos mutilados. Concretamente, en respuesta a las imágenes perturbadoras, fueron mayoritariamente cerebros de conservadores confesos los que generaron más actividad.
Estas respuestas cerebrales son automáticas y no están influenciadas por la lógica o la razón. Mientras Trump continúe con atemorizando al representar constantemente a los musulmanes e inmigrantes hispanos como peligros inminentes, muchos cerebros conservadores se encenderán involuntariamente como bombillas controladas por un interruptor. El miedo mantiene a sus seguidores energizados y enfocados en la seguridad. Y cuando crees que has encontrado a tu protector, te preocupas menos por los comentarios ofensivos y divisivos.
6 El poder de los recordatorios de nuestra mortalidad y la percepción de la amenaza existencial
Una teoría bien apoyada de la psicología social, conocida como ‘’Teoría de la Gestión del Terror’’, explica por qué el temor que mercadea Trump es doblemente efectivo. La teoría se basa en el hecho de que los humanos tenemos una conciencia única sobre nuestra propia mortalidad única en el reino animal. La inevitabilidad de la muerte de nos crea terror existencial así como una ansiedad que subyace siempre bajo de la superficie. Para manejar este terror, el ser humano adopta visiones culturales del mundo en derredor, sean religiones, ideologías políticas o identidades nacionales, que actúan como un amortiguador al inculcar un sentimiento de la vida provisto de significado y valor.
La teoría de la gestión del terrorismo predice que, cuando a las personas se les recuerda su propia mortalidad, como sucede en el tráfico de temores, defenderán con más fuerza a quienes comparten sus visiones del mundo y su identidad nacional o étnica, y actuarán de manera más agresiva hacia quienes no lo hacen. Cientos de estudios han confirmado esta hipótesis, y algunos han demostrado específicamente que, desencadenar pensamientos de muerte, tiende a desplazar a las personas hacia la derecha.
Los recordatorios de muerte no solo aumentan el nacionalismo, sino que también influyen en el comportamiento electoral real a favor de candidatos presidenciales más conservadores. Y, lo que es más inquietante, en un estudio con estudiantes estadounidenses, los científicos descubrieron que hacer sobresalir la mortalidad aumentó el apoyo a las intervenciones militares extremas de las fuerzas estadounidenses que podrían matar a miles de civiles en el extranjero. Curiosamente, el efecto se dio solo en conservadores, lo que probablemente puede atribuirse a su mayor respuesta frente al miedo.
Al enfatizar constantemente la amenaza existencial, Trump crea una condición psicológica que hace que el cerebro responda positivamente en lugar de negativamente a al oir declaraciones intolerantes y retórica divisiva. Los liberales e independientes que se han quedado desconcertados viendo que Trump no ha perdido partidarios después de comentarios tan ofensivos, solo necesitan echar un vistazo a la Teoría de la Gestión del Terror.
7 El ‘’Efecto Dunning-Kruger’’: los humanos a menudo sobrestiman su experiencia política
Algunos apoyan a Donald Trump por ignorancia; básicamente, están poco o mal informados sobre los problemas que se presentan. Cuando Trump les dice que el crimen se está disparando en los Estados Unidos, o que la economía es la peor de la historia, simplemente confían en su palabra.
El efecto Dunning-Kruger explica que el problema no es solo que estén mal informados; es que desconocen por completo que están mal informados, lo que crea un doble lastre.
Varios estudios han demostrado que, las personas que carecen de experiencia en alguna área del conocimiento, a menudo tienen un sesgo cognitivo que les impide darse cuenta de que carecen de experiencia. Como lo expresó el psicólogo David Dunning en un artículo de opinión para Político: "El conocimiento y la inteligencia que se requieren para ser buenos en una tarea son a menudo las mismas cualidades necesarias para reconocer que uno no es bueno en esa tarea, por lo que, cuando careces de la inteligencia y del conocimientonecesarios, continúas siendo ignorante de que no eres bueno para acometer esa tarea. Esto incluye el juicio político ". Es inútil llegar con ideas a estas personas, porque creen erróneamente que son ellas las que deberían estar explicándote a ti .
8 Privación Relativa: un sentido equivocado del derecho que se tiene
La privación relativa se refiere a la experiencia de hallarse privado de algo a lo que uno cree tener derecho. Es el descontento que se siente cuando uno compara su posición en la vida con otros que perciben como iguales o inferiores, pero que injustamente han logrado más éxito que ellos.
Las explicaciones convencionalesa la popularidad de Trump entre votantes no intolerantes tienen que ver con la economía. Si duda, algunos partidarios de Trump están simplemente enojados por los empleos estadounidenses perdidos en México y China, lo cual es ciertamente comprensible, si bien algunos de estos incondicionales a menudo ignoran el hecho de que algunas carreras profesionales en realidad se pierden debido al incremento acelerado de adoptar el automatismo en factorías de pruducción.
Estos partidarios de Trump sufren de una privación relativa y prevalecen en estados industriales denominados swing states (alternantes), tales como Ohio, Michigan y Pennsylvania. A este tipo de privación se le conoce como "relativa", en lugar de "absoluta", porque el sentimiento a menudo se basa en una percepción sesgada de aquellos a lo que uno tiene derecho.
9 Falta de exposición a otros conciudadanos disímiles.
‘’Contacto intergrupal’’ se refiere al contacto con miembros de grupos que están fuera del nuestro propio, y se ha demostrado experimentalmente que reduce los prejuicios. Como tal, es importante tener en cuenta la evidencia creciente del contacto con minorías significativamente menor de los partidarios blancos de Trump que otros estadounidenses. Por ejemplo, un estudio de 2016 descubrió que "... el aislamiento racial y étnico de los blancos deducible por el código postal fue uno de los factores de predicción más fiables del apoyo a Trump". Esta correlación persistió por encima de otras variables monitoreadas. De acuerdo con este hallazgo, los mismos investigadores encontraron que el apoyo a Trump aumentaba junto con la distancia física de los votantes hasta la frontera con México. Estos sesgos racistas pueden ser más implícitos que explícitos; de los últimos se ocupa el apartado 12.
10 Las teorías de la conspiración de Trump apuntan a los mentalmente vulnerables.
Aunque la multitud de teóricos de la conspiración que apoyan predominantemente a Donald Trump o aliados chiflados -como Alex Jones o el sombrío Qanon- puedan parecer una peculiaridad de la sociedad moderna, la verdad es que muchos de ellos padecen enfermedades psicológicas que suponen paranoia y delirios, como esquizofrenia, o al menos son vulnerables a ellos, son personalidades esquizotípicas.
El vínculo entre la esquizotipia y la creencia en las teorías de conspiración está bien establecido, y un estudio reciente publicado en la revista Psychiatry Research ha demostrado que aún es muy frecuente en la población. Los investigadores descubrieron que aquellos que tenían más probabilidades de creer en extravagantes teorías de conspiración, como la idea de que el gobierno de EE. UU. Creó la epidemia de SIDA, obtuvieron una puntuación alta en las medidas de "creencias extrañas y pensamiento mágico". Una característica del pensamiento mágico es una Tendencia a hacer conexiones entre cosas que en realidad no están relacionadas en la realidad.
Donald Trump y sus aliados mediáticos se dirigen directamente a estas personas. Todo lo que uno tiene que hacer es visitar los sitios web de alt-right y los foros de discusión para ver la evidencia de tal manipulación.
11 Trump aprovecha el narcisismo colectivo de la nación
El narcisismo colectivo es una creencia común y poco realista sobre la grandeza de nuestro propio grupo nacional. Ocurre a menudo cuando un grupo que cree representar la "verdadera identidad" de una nación, el "endogrupo" (en este caso los estadounidenses blancos, se perciben a sí mismos como en situación de desventaja en comparación con los “exogrupos” foráneos, que se les están adelantando "sin tener derecho". El fenómeno está relacionado con la privación relativa (# 6).
Un estudio publicado el año pasado en la revista Social Psychological and Personality Science encontró un vínculo directo entre el narcisismo colectivo nacional y el apoyo a Donald Trump. Esta correlación fue descubierta por investigadores de la Universidad de Varsovia, que encuestaron a más de 400 estadounidenses mediante una serie de cuestionarios sobre creencias políticas y sociales. Cuando el narcisismo individual causa agresividad hacia otros individuos, el narcisismo colectivo implica actitudes negativas y agresión hacia grupos "externos" (exo-grupos), que son percibidos como amenazas.
Donald Trump exacerba el narcisismo colectivo con su retórica antiinmigrante, elitista y fuertemente nacionalista. Al referirse a sus partidarios, un grupo abrumadoramente blanco, como "verdaderos patriotas" o "verdaderos estadounidenses", promueve una marca de populismo que es el epítome de la "política de identidad", un término que generalmente se asocia con la izquierda política. Las políticas de identidad de la izquierda, por muy equivocadas que sean a veces, predican generalmente lograr la igualdad, mientras que la marca de la derecha se basa en la creencia de que una nacionalidad y una raza son superiores o tienen derecho al éxito y a la riqueza por la única razón: su identidad.
12 El deseo de querer dominar a los demás
La Orientación a la Dominancia Social (ODS), que es distinta de la personalidad autoritaria (ver 13), pero está relacionada con el síndrome, se refiere a personas que tienen preferencia por la jerarquía social grupal, específicamente, estructurada de forma que los grupos de alto estatus tengan dominio sobre los de bajo estatus. Aquellos individuos con ODS son típicamente dominantes, testarudos y motivados por el interés propio.
En sus discursos, Trump apela a aquellos con ODS y repite la distinción clara entre grupos que generalmente tienen un estatus más alto en la sociedad (Blamcos) y grupos que generalmente se considera que pertenecen a un estatus más bajo (inmigrantes y minorías). En 2016 un estudio de 406 adultos estadounidenses, publicado el año pasado en la revista Personality and Individual Differences, encontró que aquellos que obtuvieron una puntuación alta tanto en ODA como en autoritarismo fueron los que tenían intención de voto por Trump.
13 Síndrome de la personalidad autoritaria
El autoritarismo se refiere a la defensa o el cumplimiento de la estricta obediencia a la autoridad a costa de la libertad personal, y se asocia comúnmente con una falta de preocupación por las opiniones o necesidades de los demás. El síndrome de personalidad autoritaria, una condición bien estudiada y prevalente a nivel mundial, es un estado mental que se caracteriza por la creencia en la obediencia total y completa a la autoridad de uno. Aquellos con el síndrome suelen mostrar agresividad hacia intrusos provenientes de exogrupos, sumisión a la autoridad, resistencia a nuevas experiencias y una rígida visión jerárquica de la sociedad. El síndrome a menudo se desencadena por el miedo, lo que facilita que los líderes se ganen su lealtad si exageran la amenaza o el temor.
Aunque la personalidad autoritaria se encuentra también entre ‘’liberales’’, es más común entre los derechistas de todo el mundo. Los discursos del presidente Trump, que están atados a términos absolutos como "perdedores" y "completo desastre", son naturalmente atractivos para quienes padecen el síndrome.
Si bien la investigación mostró que los votantes republicanos en los Estados Unidos obtuvieron una puntuación más alta que los demócratas en medidas de autoritarismo antes de que Trump apareciera en la escena política, una encuesta de Politico en 2016 encontró que los autoritarios de alto grado favorecían mucho al entonces candidato Trump, lo que condujo a una predicción correcta de que ganaría las elecciomnes presidenciales, pese a los sondeos que decían lo contrario.
14 Racismo y fanatismo
Sería sumamente injusto e inexacto decir que todos los partidarios de Trump tienen prejuicios contra las minorías étnicas y religiosas, pero sería igualmente inexacto decir que muchos no lo hacen. Es un hecho bien conocido que el partido republicano utilizó, al menos hasta la "estrategia sureña" de Richard Nixon, tácticas que apelaban al fanatismo intolerante así como discursos plagados de "silbatos para perros", es decir, frasesde codificadas que solo ciertos sectores de poder pueden percibir, destinadas a expresar en clave prejuicios contra minorías. que fueron diseñadas para ser escuchados por los racistas, pero nadie más.
En contrate con los más sutiles ‘’silbatos de perro’’ de antaño, la señalización con el índice de Trump a veces es descarnadamente directa. No se puede negar que apela habitualmente a los partidarios racistas e intolerantes cuando pinta con brocha gorda a todos los musulmanes como "peligrosos" y a los inmigrantes mexicanos como "violadores" y "asesinos", fecuentemente de manera indiscriminada. Quizá no sorprenda saber que un estudio reciente haya mostrado que el apoyo a Trump está correlacionado con una escala estándar de racismo moderno.
Bobby Azarian es un neurocientífico afiliado a la Universidad George Mason y periodista independiente. Su investigación ha sido publicada en revistas como Cognition & Emotion y Human Brain Mapping, y ha escrito para The New York Times, The Atlantic, Psychology Today y Scientific American.
Nos guste o no, por el bien de los Estados Unidos debemos tratar de entender el fenómeno de Donald Trump, ya que ha barrido por completo a la nación y también la ha dividido ferozmente. Lo más desconcertante de todo es la aparente invencibilidad política de Trump. Como él mismo dijo, incluso antes de ganar las elecciones presidenciales, "podría pararme en el medio de la 5ta. Avenida y dispararle a alguien y no perdería votantes". Desafortunadamente para el pueblo estadounidense, esta afirmación de fiereza parece ser más verdadera que falsa, al menos para la mayoría de sus partidarios, algo que debería perturbarnos. También debería motivarnos a explorar la ciencia que subyace a ese comportamiento humano tan peculiar, para que podamos aprender de ella y tal vez inocularmos contra ella.
Para ser justos, debemos reconocer que, lamentablemente, la mentira no es infrecuente para los políticos de ambos lados del pasillo político, pero la frecuencia y la magnitud de las mentiras del actual presidente deberían hacernos pensar a todos por qué no han destruido su carrera política, y en cambio tal vez la fortalecieran. Del mismo modo, deberíamos preguntarnos por qué su retórica inflamatoria y numerosos escándalos no lo han hundido. Estamos hablando de un hombre que fue grabado en video: "Cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Tú puedes hacer cualquier cosa… agárrarlas por el coño… ”. Sobrevivir políticamente a ese video no es normal ni nada parecido, y podemos estar seguros de que tal revelación habría sido el final de Barack Obama o George Bush si hubiera surgido semanas antes de la elección.
Aunque docenas de psicólogos han analizado a Trump intentando explicar la invencibilidad política del sujeto, lo que realmente importa es comprender las mentes de sus firmes partidarios. Si bien ha habido varios populares artículos arrojando luz sobre una multitud de razones para su apoyo inquebrantable, no parece haber un análisis exhaustivo que las contenga todas. Como parece haber una demanda real de una listado que reúna todos estos análisis trataré de proporcionarlo a continuación.
Algunas de las explicaciones provienen de un artículo de revisión de 2017, publicado por el psicólogo y profesor de la UC Santa Cruz, Thomas Pettigrew, en el Diario de Psicología Social y Política. Otras las vengo publicado yo mismo desde 2016 , como investigador que soy de neurociencia cognitiva y psicología, publicando en varios artículos y un de blog como ‘’Psychology Today’’. Para varias me inspiré en ideas de psicólogos como Sheldon Solomon, que sentó las bases de la influyente ‘’Teoría del Manejo del Terror’’, o David Dunning, que hizo lo mismo con el ‘’efecto Dunning-Kruger’’.
Comienzo la lista con las razones más benignas para el apoyo intransigente a Trump más pero a medida que avanza la lista, las explicaciones se vuelven cada vez más preocupantes y, hacia el final, bordean lo patológico. Debo enfatizar fuertemente que no todos los partidarios de Trump son personas racistas, mentalmente vulnerables o fundamentalmente malas. Puede ser perjudicial para la sociedad el que aquellos con títulos y plataformas en las RRSS intenten demonizar a sus oponentes políticos o pintarlos como enfermos mentales cuando no lo son. Dicho esto, es igual de perjudicial pretender que no hay claramente factores psicológicos y neuronales que subyacen en gran parte de la lealtad incansable de los partidarios de Trump.
Los fenómenos psicológicos que se describen a continuación pertenecen principalmente a aquellos partidarios que seguirían a Trump si se tira desde un acantilado. Hablo de las personas que estarán a su lado sin importar qué escándalos salgan a la luz, o qué tipo de evidencia de comportamiento inmoral e ilegal emerge.
1 El pragmatismo se impone a la conciencia moral.
Para algunas personas ricas se trata, simplemente, de un asunto financiero. Trump ofrece recortes de impuestos para los ricos y quiere acabar con las regulaciones gubernamentales que impiden que los empresarios ganen dinero, pasando incluso por encima de regulaciones destinadas a proteger el medio ambiente. Otros, como los ‘’trabajadores de cuello azul’’(obreros y operarios), apoyan el hecho de que el presidente está tratando de traer empleos a Estados Unidos desde lugares como China. Algunas personas que realmente no son racistas (más adelante me ocuparé de aquellos que lo son) simplemente quieren leyes de inmigración más fuertes porque saben que un país con fronteras abiertas no es sostenible. Estas personas han puesto sus preocupaciones prácticas por encima de su moral. A ellos poco les importa si Trump es un trilero, o si su equipo de campaña colaboró con Rusia para ayudarlo a derrotar a su oponente político. Desconocemos si estas personas están atadas eternamente a Trump de la manera en que lo están los demás, pero pronto lo podremos descubrir si es que la investigación de Mueller llega a completarse.
2 Con Trump, la atención del cerebro está más enganchada
Según un estudio que supervisó la actividad cerebral de participantes que observaban 40 minutos de anuncios políticos y clips de debates presidenciales, Donald Trump es único en su capacidad para mantener el cerebro comprometido. Mientras Hillary Clinton sólo lograba mantener la atención durante cierto tiempo, Trump mantuvo alta tanto la atención como la excitación emocional durante el visionado. Este patrón de actividad se observó incluso cuando Trump hizo comentarios con los que las personas no estaban necesariamente de acuerdo. Su talento para el espectáculo y su lenguaje simple resuenan claramente con algunos, a un nivel visceral.
3 La obsesión de América con el entretenimiento y las celebridades
Esencialmente, la lealtad de los partidarios de Trump se puede explicar en parte por la adicción de Estados Unidos al entretenimiento y a los reality. Para algunos, realmente no importa lo que diga Trump diga porque es muy divertido de ver. Con el Donald, siempre te quedas preguntándote qué cosa escandalosa va a decir o hacer a continuación. Él nos mantiene al borde de nuestro asiento, y por esa razón, algunos partidarios de Trump perdonarán todo lo que él diga. Son felices mientras se mantengan entretenidos.
4 " Hay algunos que solo quieren ver el mundo arder".
Algunas personas inteligentes que saben bien lo que se cuece sin embargo apoyan a Trump simplemente para ser rebeldes o para introducir el caos en el sistema político. Pueden sentirse tan asqueados con el establishment o con demócratas como Hillary Clinton, que su apoyo a Trump es una peineta simbólica dirigida a Washington. Estas personas no tienen prioridades claras - y quizás tengan otros problemas- pero sí un deseo innato de trolear a otros, o una obsesión enfermiza con la alegría por el mal ajeno, o "schadenfreude".
5 El factor miedo: los conservadores son más sensibles a la amenaza.
La ciencia ha demostrado inequívocamente que el cerebro conservador tiene una respuesta de miedo exagerada cuando se enfrenta a estímulos que pueden ser percibidos como amenazantes. Un estudio realizado en 2008 en la revista Science encontró que los conservadores tienen una reacción fisiológica más fuerte a los ruidos e imágenes gráficas alarmantes en comparación con los liberales. Un estudio de imágenes cerebrales publicado en Current Biology reveló que quienes se inclinan políticamente a la derecha tienden a tener una amígdala más grande, esa estructura que permanece eléctricamente activa durante estados de miedo y ansiedad. Y en 2014 un estudio de resonancia magnética funcional del cerebro halló que es posible predecir si una persona es liberal o conservadora simplemente al observar su actividad cerebral mientras ve imágenes amenazantes o repugnantes, como cuerpos mutilados. Concretamente, en respuesta a las imágenes perturbadoras, fueron mayoritariamente cerebros de conservadores confesos los que generaron más actividad.
Estas respuestas cerebrales son automáticas y no están influenciadas por la lógica o la razón. Mientras Trump continúe con atemorizando al representar constantemente a los musulmanes e inmigrantes hispanos como peligros inminentes, muchos cerebros conservadores se encenderán involuntariamente como bombillas controladas por un interruptor. El miedo mantiene a sus seguidores energizados y enfocados en la seguridad. Y cuando crees que has encontrado a tu protector, te preocupas menos por los comentarios ofensivos y divisivos.
6 El poder de los recordatorios de nuestra mortalidad y la percepción de la amenaza existencial
Una teoría bien apoyada de la psicología social, conocida como ‘’Teoría de la Gestión del Terror’’, explica por qué el temor que mercadea Trump es doblemente efectivo. La teoría se basa en el hecho de que los humanos tenemos una conciencia única sobre nuestra propia mortalidad única en el reino animal. La inevitabilidad de la muerte de nos crea terror existencial así como una ansiedad que subyace siempre bajo de la superficie. Para manejar este terror, el ser humano adopta visiones culturales del mundo en derredor, sean religiones, ideologías políticas o identidades nacionales, que actúan como un amortiguador al inculcar un sentimiento de la vida provisto de significado y valor.
La teoría de la gestión del terrorismo predice que, cuando a las personas se les recuerda su propia mortalidad, como sucede en el tráfico de temores, defenderán con más fuerza a quienes comparten sus visiones del mundo y su identidad nacional o étnica, y actuarán de manera más agresiva hacia quienes no lo hacen. Cientos de estudios han confirmado esta hipótesis, y algunos han demostrado específicamente que, desencadenar pensamientos de muerte, tiende a desplazar a las personas hacia la derecha.
Los recordatorios de muerte no solo aumentan el nacionalismo, sino que también influyen en el comportamiento electoral real a favor de candidatos presidenciales más conservadores. Y, lo que es más inquietante, en un estudio con estudiantes estadounidenses, los científicos descubrieron que hacer sobresalir la mortalidad aumentó el apoyo a las intervenciones militares extremas de las fuerzas estadounidenses que podrían matar a miles de civiles en el extranjero. Curiosamente, el efecto se dio solo en conservadores, lo que probablemente puede atribuirse a su mayor respuesta frente al miedo.
Al enfatizar constantemente la amenaza existencial, Trump crea una condición psicológica que hace que el cerebro responda positivamente en lugar de negativamente a al oir declaraciones intolerantes y retórica divisiva. Los liberales e independientes que se han quedado desconcertados viendo que Trump no ha perdido partidarios después de comentarios tan ofensivos, solo necesitan echar un vistazo a la Teoría de la Gestión del Terror.
7 El ‘’Efecto Dunning-Kruger’’: los humanos a menudo sobrestiman su experiencia política
Algunos apoyan a Donald Trump por ignorancia; básicamente, están poco o mal informados sobre los problemas que se presentan. Cuando Trump les dice que el crimen se está disparando en los Estados Unidos, o que la economía es la peor de la historia, simplemente confían en su palabra.
El efecto Dunning-Kruger explica que el problema no es solo que estén mal informados; es que desconocen por completo que están mal informados, lo que crea un doble lastre.
Varios estudios han demostrado que, las personas que carecen de experiencia en alguna área del conocimiento, a menudo tienen un sesgo cognitivo que les impide darse cuenta de que carecen de experiencia. Como lo expresó el psicólogo David Dunning en un artículo de opinión para Político: "El conocimiento y la inteligencia que se requieren para ser buenos en una tarea son a menudo las mismas cualidades necesarias para reconocer que uno no es bueno en esa tarea, por lo que, cuando careces de la inteligencia y del conocimientonecesarios, continúas siendo ignorante de que no eres bueno para acometer esa tarea. Esto incluye el juicio político ". Es inútil llegar con ideas a estas personas, porque creen erróneamente que son ellas las que deberían estar explicándote a ti .
8 Privación Relativa: un sentido equivocado del derecho que se tiene
La privación relativa se refiere a la experiencia de hallarse privado de algo a lo que uno cree tener derecho. Es el descontento que se siente cuando uno compara su posición en la vida con otros que perciben como iguales o inferiores, pero que injustamente han logrado más éxito que ellos.
Las explicaciones convencionalesa la popularidad de Trump entre votantes no intolerantes tienen que ver con la economía. Si duda, algunos partidarios de Trump están simplemente enojados por los empleos estadounidenses perdidos en México y China, lo cual es ciertamente comprensible, si bien algunos de estos incondicionales a menudo ignoran el hecho de que algunas carreras profesionales en realidad se pierden debido al incremento acelerado de adoptar el automatismo en factorías de pruducción.
Estos partidarios de Trump sufren de una privación relativa y prevalecen en estados industriales denominados swing states (alternantes), tales como Ohio, Michigan y Pennsylvania. A este tipo de privación se le conoce como "relativa", en lugar de "absoluta", porque el sentimiento a menudo se basa en una percepción sesgada de aquellos a lo que uno tiene derecho.
9 Falta de exposición a otros conciudadanos disímiles.
‘’Contacto intergrupal’’ se refiere al contacto con miembros de grupos que están fuera del nuestro propio, y se ha demostrado experimentalmente que reduce los prejuicios. Como tal, es importante tener en cuenta la evidencia creciente del contacto con minorías significativamente menor de los partidarios blancos de Trump que otros estadounidenses. Por ejemplo, un estudio de 2016 descubrió que "... el aislamiento racial y étnico de los blancos deducible por el código postal fue uno de los factores de predicción más fiables del apoyo a Trump". Esta correlación persistió por encima de otras variables monitoreadas. De acuerdo con este hallazgo, los mismos investigadores encontraron que el apoyo a Trump aumentaba junto con la distancia física de los votantes hasta la frontera con México. Estos sesgos racistas pueden ser más implícitos que explícitos; de los últimos se ocupa el apartado 12.
10 Las teorías de la conspiración de Trump apuntan a los mentalmente vulnerables.
Aunque la multitud de teóricos de la conspiración que apoyan predominantemente a Donald Trump o aliados chiflados -como Alex Jones o el sombrío Qanon- puedan parecer una peculiaridad de la sociedad moderna, la verdad es que muchos de ellos padecen enfermedades psicológicas que suponen paranoia y delirios, como esquizofrenia, o al menos son vulnerables a ellos, son personalidades esquizotípicas.
El vínculo entre la esquizotipia y la creencia en las teorías de conspiración está bien establecido, y un estudio reciente publicado en la revista Psychiatry Research ha demostrado que aún es muy frecuente en la población. Los investigadores descubrieron que aquellos que tenían más probabilidades de creer en extravagantes teorías de conspiración, como la idea de que el gobierno de EE. UU. Creó la epidemia de SIDA, obtuvieron una puntuación alta en las medidas de "creencias extrañas y pensamiento mágico". Una característica del pensamiento mágico es una Tendencia a hacer conexiones entre cosas que en realidad no están relacionadas en la realidad.
Donald Trump y sus aliados mediáticos se dirigen directamente a estas personas. Todo lo que uno tiene que hacer es visitar los sitios web de alt-right y los foros de discusión para ver la evidencia de tal manipulación.
11 Trump aprovecha el narcisismo colectivo de la nación
El narcisismo colectivo es una creencia común y poco realista sobre la grandeza de nuestro propio grupo nacional. Ocurre a menudo cuando un grupo que cree representar la "verdadera identidad" de una nación, el "endogrupo" (en este caso los estadounidenses blancos, se perciben a sí mismos como en situación de desventaja en comparación con los “exogrupos” foráneos, que se les están adelantando "sin tener derecho". El fenómeno está relacionado con la privación relativa (# 6).
Un estudio publicado el año pasado en la revista Social Psychological and Personality Science encontró un vínculo directo entre el narcisismo colectivo nacional y el apoyo a Donald Trump. Esta correlación fue descubierta por investigadores de la Universidad de Varsovia, que encuestaron a más de 400 estadounidenses mediante una serie de cuestionarios sobre creencias políticas y sociales. Cuando el narcisismo individual causa agresividad hacia otros individuos, el narcisismo colectivo implica actitudes negativas y agresión hacia grupos "externos" (exo-grupos), que son percibidos como amenazas.
Donald Trump exacerba el narcisismo colectivo con su retórica antiinmigrante, elitista y fuertemente nacionalista. Al referirse a sus partidarios, un grupo abrumadoramente blanco, como "verdaderos patriotas" o "verdaderos estadounidenses", promueve una marca de populismo que es el epítome de la "política de identidad", un término que generalmente se asocia con la izquierda política. Las políticas de identidad de la izquierda, por muy equivocadas que sean a veces, predican generalmente lograr la igualdad, mientras que la marca de la derecha se basa en la creencia de que una nacionalidad y una raza son superiores o tienen derecho al éxito y a la riqueza por la única razón: su identidad.
12 El deseo de querer dominar a los demás
La Orientación a la Dominancia Social (ODS), que es distinta de la personalidad autoritaria (ver 13), pero está relacionada con el síndrome, se refiere a personas que tienen preferencia por la jerarquía social grupal, específicamente, estructurada de forma que los grupos de alto estatus tengan dominio sobre los de bajo estatus. Aquellos individuos con ODS son típicamente dominantes, testarudos y motivados por el interés propio.
En sus discursos, Trump apela a aquellos con ODS y repite la distinción clara entre grupos que generalmente tienen un estatus más alto en la sociedad (Blamcos) y grupos que generalmente se considera que pertenecen a un estatus más bajo (inmigrantes y minorías). En 2016 un estudio de 406 adultos estadounidenses, publicado el año pasado en la revista Personality and Individual Differences, encontró que aquellos que obtuvieron una puntuación alta tanto en ODA como en autoritarismo fueron los que tenían intención de voto por Trump.
13 Síndrome de la personalidad autoritaria
El autoritarismo se refiere a la defensa o el cumplimiento de la estricta obediencia a la autoridad a costa de la libertad personal, y se asocia comúnmente con una falta de preocupación por las opiniones o necesidades de los demás. El síndrome de personalidad autoritaria, una condición bien estudiada y prevalente a nivel mundial, es un estado mental que se caracteriza por la creencia en la obediencia total y completa a la autoridad de uno. Aquellos con el síndrome suelen mostrar agresividad hacia intrusos provenientes de exogrupos, sumisión a la autoridad, resistencia a nuevas experiencias y una rígida visión jerárquica de la sociedad. El síndrome a menudo se desencadena por el miedo, lo que facilita que los líderes se ganen su lealtad si exageran la amenaza o el temor.
Aunque la personalidad autoritaria se encuentra también entre ‘’liberales’’, es más común entre los derechistas de todo el mundo. Los discursos del presidente Trump, que están atados a términos absolutos como "perdedores" y "completo desastre", son naturalmente atractivos para quienes padecen el síndrome.
Si bien la investigación mostró que los votantes republicanos en los Estados Unidos obtuvieron una puntuación más alta que los demócratas en medidas de autoritarismo antes de que Trump apareciera en la escena política, una encuesta de Politico en 2016 encontró que los autoritarios de alto grado favorecían mucho al entonces candidato Trump, lo que condujo a una predicción correcta de que ganaría las elecciomnes presidenciales, pese a los sondeos que decían lo contrario.
14 Racismo y fanatismo
Sería sumamente injusto e inexacto decir que todos los partidarios de Trump tienen prejuicios contra las minorías étnicas y religiosas, pero sería igualmente inexacto decir que muchos no lo hacen. Es un hecho bien conocido que el partido republicano utilizó, al menos hasta la "estrategia sureña" de Richard Nixon, tácticas que apelaban al fanatismo intolerante así como discursos plagados de "silbatos para perros", es decir, frasesde codificadas que solo ciertos sectores de poder pueden percibir, destinadas a expresar en clave prejuicios contra minorías. que fueron diseñadas para ser escuchados por los racistas, pero nadie más.
En contrate con los más sutiles ‘’silbatos de perro’’ de antaño, la señalización con el índice de Trump a veces es descarnadamente directa. No se puede negar que apela habitualmente a los partidarios racistas e intolerantes cuando pinta con brocha gorda a todos los musulmanes como "peligrosos" y a los inmigrantes mexicanos como "violadores" y "asesinos", fecuentemente de manera indiscriminada. Quizá no sorprenda saber que un estudio reciente haya mostrado que el apoyo a Trump está correlacionado con una escala estándar de racismo moderno.
Bobby Azarian es un neurocientífico afiliado a la Universidad George Mason y periodista independiente. Su investigación ha sido publicada en revistas como Cognition & Emotion y Human Brain Mapping, y ha escrito para The New York Times, The Atlantic, Psychology Today y Scientific American.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
Falta uno rasgo clave: la experiencia de haber padecido el comunismo.
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
Por mucho que quieran atacar a Trump en las redes, están bastante fuerte ese señor y los republicanos.
luik- Cantidad de envíos : 9436
Fecha de inscripción : 11/07/2011
Edad : 41
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
CalaveraDeFidel escribió:Falta uno rasgo clave: la experiencia de haber padecido el comunismo.
has oido hablar de white trash
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Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50980
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
Ningún cubano de los exiliados en Miami y otros lugares de EEUU "padeció el comunismo". Fidel Castro se hizo supuestamente comunista porque necesitó apoyarse en la URSS ante la hostilidad de Estados Unidos, y por eso lo que en principio iba a ser una revolución con pluralidad de partidos dio lugar a un sistema de partido único.
La mayor parte de los cubanos que se fueron a Estados Unidos eran potentados batistianos que fueron expropiados por la revolución, cuando no criminales represores de Batista. Más tarde, en una situación de precariedad económica provocada por el bloqueo norteamericano, hubo otros que intentaron o consiguieron irse también a Estados Unidos.
La revolución cubana está lejos de haber llegado realmente al comunismo pero su mala situación económica se debe ante todo a la hostilidad de un contexto internacional capitalista y anticomunista. Así son las grandes potencias, empezando por el vecino que está creo que a 90 millas. Con Venezuela están tratando de hacer lo mismo, aunque en Venezuela ni siquiera en teoría oficial tienen socialismo ni comunismo sino que sigue existiendo el mercado.
La mayor parte de los cubanos que se fueron a Estados Unidos eran potentados batistianos que fueron expropiados por la revolución, cuando no criminales represores de Batista. Más tarde, en una situación de precariedad económica provocada por el bloqueo norteamericano, hubo otros que intentaron o consiguieron irse también a Estados Unidos.
La revolución cubana está lejos de haber llegado realmente al comunismo pero su mala situación económica se debe ante todo a la hostilidad de un contexto internacional capitalista y anticomunista. Así son las grandes potencias, empezando por el vecino que está creo que a 90 millas. Con Venezuela están tratando de hacer lo mismo, aunque en Venezuela ni siquiera en teoría oficial tienen socialismo ni comunismo sino que sigue existiendo el mercado.
Sócrates- Admin
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Fecha de inscripción : 18/03/2009
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
Ningún cubano de los exiliados en Miami y otros lugares de EEUU "padeció el comunismo".
No que vaaaaaaaaaa, lo padeciste tu comem...
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: 14 rasgos que identifican a los seguidores incondicionales de Trump
La mayor parte de los cubanos que se fueron a Estados Unidos eran potentados batistianos que fueron expropiados por la revolución, cuando no criminales represores de Batista. Más tarde, en una situación de precariedad económica provocada por el bloqueo norteamericano, hubo otros que intentaron o consiguieron irse también a Estados Unidos.
Que manera de hablar MIERD.!!!
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Azali- Admin
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