La causa está en otra parte
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La causa está en otra parte
La causa está en otra parte
Autor y Ciudad:
Dimas Castellanos, La Habana
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Artículo:
A pesar de que el rumor había corrido de boca en boca, la información del Ministerio de Salud Pública del 16 de enero dejó atónitos a los cubanos: 26 enfermos fallecidos en el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Aunque la cifra asciende ya a 40, en la nota oficial, después de atribuir las muertes a las bajas temperaturas, los factores de riesgo de los enfermos, el deterioro biológico, las infecciones respiratorias y otros males, se menciona la no "adopción oportuna de medidas" y se anuncia que los principales responsables de esos hechos serán sometidos a los tribunales correspondientes, lo que indica que la causa está en otra parte.
Un desastre de esa magnitud requiere de otras explicaciones.
El amor antecede a la medicina
Los tratados de medicina escritos por Avicena en el siglo I y por Claudio Galeno en el siglo II, seguían siendo, 16 siglos después, los textos básicos de esa disciplina. A pesar del impulso brindado por las universidades italianas durante el Renacimiento, hubo que esperar por el desarrollo de la química, la biología y la bioquímica para el tratamiento científico de las enfermedades. No fue hasta la década del 60 del siglo XIX que el inglés William Harvey descubrió la circulación sanguínea y el francés Luis Pasteur elaboró la teoría de lo gérmenes. En cuanto a la psiquiatría, el concepto de enfermedad mental y el diseño de un sistema de identificación y clasificación de esos problemas no aparecieron hasta la última década del siglo. En el caso de Cuba fue en 1834 que el Dr. Tomás Romay inauguró la clase de Clínica Médica en la sala del Hospital, momento a partir del cual la medicina insular comenzó a deslizarse por la senda científica.
Esos hechos demuestran que las enfermedades del hombre le anteceden a la medicina y que su tratamiento es anterior al surgimiento de la ciencia, a la vez que explican el por qué esa ocupación fue ejercida durante tanto tiempo por personas sin preparación especializada, aunque armadas de un principio que, parodiando a José de la Luz y Caballero, podría sintetizarse así: atender al enfermo puede cualquiera, curar sólo quien sea capaz de practicar el amor al prójimo.
Por la razón anterior, desde el siglo XVI, cuando se fundaron los primeros hospitales en Cuba, miembros de diferente ordenes religiosas se ocuparon del cuidado y tratamiento de enfermos. Uno de ellos, el Hospital San Juan de Dios, fue atendido por los hermanos juaninos desde que arribaron a Cuba en 1603. En 1942 esa Orden inauguró el Sanatorio San Juan de Dios. Es sintomático que a pesar de los pocos conocimientos médicos, sus instalaciones nunca pudieron ser objeto de la crítica, como ocurrió antes y ahora con el Hospital Psiquiátrico de La Habana. No por casualidad, de los 16 sanatorios particulares para enfermos nerviosos que existían en La Habana, todos fueron nacionalizados el 17 de mayo de 1964, con excepción del San Juan de Dios. Un dato demostrativo de la importancia que tiene el amor en el tratamiento a los pacientes, especialmente a los enfermos mentales.
El Hospital Psiquiátrico de la Habana
Aunque en 1804 se inició la reclusión compulsiva de enfermos mentales, fue en 1857 que se inauguró la Casa General de Dementes de la Isla de Cuba, la que fue rebautizada en la República como Hospital de Dementes de Cuba, conocida popularmente por Mazorra. El común denominador de esa institución —reflejado en la prensa antes y después de 1959— era la desnutrición del paciente, las enfermedades de transmisión y la muerte temprana. En enero de ese año tomó posesión como Director del Hospital el Comandante Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé, quien remozó las instalaciones, transformó el sistema de atención e introdujo un enfoque científico en el tratamiento médico dirigido a la rehabilitación. Bajo su dirección se crearon la Banda de Conciertos, el equipo de béisbol, el psicoballet, y se comenzó a publicar una revista especializada.
Con los años, Mazorra parecía ser asunto del pasado, al punto que en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro expresó: "El Hospital Psiquiátrico Nacional era en el capitalismo un verdadero almacén de enfermos, donde sucedían escenas espantosas y muchas veces los pacientes morían de hambre y maltratos, al extremo de que algunos directores hacían negocios con las funerarias. Decir Mazorra era decir el Infierno de Dante".
Epílogo
La pregunta es si lo ocurrido recientemente es un hecho puntual o una manifestación de declive. Es ilusorio pensar que en cualquier sociedad, donde todos los elementos tienen que funcionar interrelacionados, puede uno de ellos, bien sea la salud pública u otro cualquiera, funcionar con eficacia cuando el resto no funciona. Basta señalar tres aspectos sin los cuales es imposible eficiencia en la salud: la manifiesta incapacidad productiva; la insuficiencia de los salarios, que obliga a los trabajadores de todas las ramas a buscar alguna forma adicional de ingresos, casi siempre al margen de la ley; y el deterioro moral que acarrean esos dos factores.
Esos y otros puntos, ausentes en la nota del Ministerio de Salud Pública, explican la perdida de alimentos, ropas y medicinas en Mazorra, así como la falta de atención a los pacientes. Hasta tanto las autoridades no procedan a realizar profundos cambios estructurales, desde la economía hasta la educación ética y el amor al prójimo, será imposible salir de tal estado de deterioro. Cambios imposibles sin las libertades cívicas correspondientes y sin la voluntad política para enfrentarlos.
El estilo guerrillero y el voluntarismo están agotados. No basta con que en cuestión de horas se le distribuya a lo enfermos lo que nunca debió de faltarles ni que los supuestos culpables sean castigados. Las causas originarias están en otra parte, y provocarán, hoy aquí y mañana allá, efectos similares o peores.
http://www.ddcuba.com/cuba/articulos/2010/la-causa-esta-en-otra-parte
Autor y Ciudad:
Dimas Castellanos, La Habana
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A pesar de que el rumor había corrido de boca en boca, la información del Ministerio de Salud Pública del 16 de enero dejó atónitos a los cubanos: 26 enfermos fallecidos en el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Aunque la cifra asciende ya a 40, en la nota oficial, después de atribuir las muertes a las bajas temperaturas, los factores de riesgo de los enfermos, el deterioro biológico, las infecciones respiratorias y otros males, se menciona la no "adopción oportuna de medidas" y se anuncia que los principales responsables de esos hechos serán sometidos a los tribunales correspondientes, lo que indica que la causa está en otra parte.
Un desastre de esa magnitud requiere de otras explicaciones.
El amor antecede a la medicina
Los tratados de medicina escritos por Avicena en el siglo I y por Claudio Galeno en el siglo II, seguían siendo, 16 siglos después, los textos básicos de esa disciplina. A pesar del impulso brindado por las universidades italianas durante el Renacimiento, hubo que esperar por el desarrollo de la química, la biología y la bioquímica para el tratamiento científico de las enfermedades. No fue hasta la década del 60 del siglo XIX que el inglés William Harvey descubrió la circulación sanguínea y el francés Luis Pasteur elaboró la teoría de lo gérmenes. En cuanto a la psiquiatría, el concepto de enfermedad mental y el diseño de un sistema de identificación y clasificación de esos problemas no aparecieron hasta la última década del siglo. En el caso de Cuba fue en 1834 que el Dr. Tomás Romay inauguró la clase de Clínica Médica en la sala del Hospital, momento a partir del cual la medicina insular comenzó a deslizarse por la senda científica.
Esos hechos demuestran que las enfermedades del hombre le anteceden a la medicina y que su tratamiento es anterior al surgimiento de la ciencia, a la vez que explican el por qué esa ocupación fue ejercida durante tanto tiempo por personas sin preparación especializada, aunque armadas de un principio que, parodiando a José de la Luz y Caballero, podría sintetizarse así: atender al enfermo puede cualquiera, curar sólo quien sea capaz de practicar el amor al prójimo.
Por la razón anterior, desde el siglo XVI, cuando se fundaron los primeros hospitales en Cuba, miembros de diferente ordenes religiosas se ocuparon del cuidado y tratamiento de enfermos. Uno de ellos, el Hospital San Juan de Dios, fue atendido por los hermanos juaninos desde que arribaron a Cuba en 1603. En 1942 esa Orden inauguró el Sanatorio San Juan de Dios. Es sintomático que a pesar de los pocos conocimientos médicos, sus instalaciones nunca pudieron ser objeto de la crítica, como ocurrió antes y ahora con el Hospital Psiquiátrico de La Habana. No por casualidad, de los 16 sanatorios particulares para enfermos nerviosos que existían en La Habana, todos fueron nacionalizados el 17 de mayo de 1964, con excepción del San Juan de Dios. Un dato demostrativo de la importancia que tiene el amor en el tratamiento a los pacientes, especialmente a los enfermos mentales.
El Hospital Psiquiátrico de la Habana
Aunque en 1804 se inició la reclusión compulsiva de enfermos mentales, fue en 1857 que se inauguró la Casa General de Dementes de la Isla de Cuba, la que fue rebautizada en la República como Hospital de Dementes de Cuba, conocida popularmente por Mazorra. El común denominador de esa institución —reflejado en la prensa antes y después de 1959— era la desnutrición del paciente, las enfermedades de transmisión y la muerte temprana. En enero de ese año tomó posesión como Director del Hospital el Comandante Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé, quien remozó las instalaciones, transformó el sistema de atención e introdujo un enfoque científico en el tratamiento médico dirigido a la rehabilitación. Bajo su dirección se crearon la Banda de Conciertos, el equipo de béisbol, el psicoballet, y se comenzó a publicar una revista especializada.
Con los años, Mazorra parecía ser asunto del pasado, al punto que en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro expresó: "El Hospital Psiquiátrico Nacional era en el capitalismo un verdadero almacén de enfermos, donde sucedían escenas espantosas y muchas veces los pacientes morían de hambre y maltratos, al extremo de que algunos directores hacían negocios con las funerarias. Decir Mazorra era decir el Infierno de Dante".
Epílogo
La pregunta es si lo ocurrido recientemente es un hecho puntual o una manifestación de declive. Es ilusorio pensar que en cualquier sociedad, donde todos los elementos tienen que funcionar interrelacionados, puede uno de ellos, bien sea la salud pública u otro cualquiera, funcionar con eficacia cuando el resto no funciona. Basta señalar tres aspectos sin los cuales es imposible eficiencia en la salud: la manifiesta incapacidad productiva; la insuficiencia de los salarios, que obliga a los trabajadores de todas las ramas a buscar alguna forma adicional de ingresos, casi siempre al margen de la ley; y el deterioro moral que acarrean esos dos factores.
Esos y otros puntos, ausentes en la nota del Ministerio de Salud Pública, explican la perdida de alimentos, ropas y medicinas en Mazorra, así como la falta de atención a los pacientes. Hasta tanto las autoridades no procedan a realizar profundos cambios estructurales, desde la economía hasta la educación ética y el amor al prójimo, será imposible salir de tal estado de deterioro. Cambios imposibles sin las libertades cívicas correspondientes y sin la voluntad política para enfrentarlos.
El estilo guerrillero y el voluntarismo están agotados. No basta con que en cuestión de horas se le distribuya a lo enfermos lo que nunca debió de faltarles ni que los supuestos culpables sean castigados. Las causas originarias están en otra parte, y provocarán, hoy aquí y mañana allá, efectos similares o peores.
http://www.ddcuba.com/cuba/articulos/2010/la-causa-esta-en-otra-parte
comocomo- Cantidad de envíos : 2208
Fecha de inscripción : 19/11/2008
Re: La causa está en otra parte
Ordas si hizo algo por el hospital, claro asi cualquiera hace, tambien por sus casotas que tenia por alli, yo vivia por la zona esa, siempre me parecio deporable el estado de los enfermos, de los pocos que se podian ver por alguna areas..y otros trabjando en la construccion ..
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50978
Fecha de inscripción : 27/10/2008
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