ALGO APESTA EN DINAMARCA,EL OTRO DIA SILVIO AHORA ELLA...hay cambio o que esta pasando...
2 participantes
Página 1 de 1.
ALGO APESTA EN DINAMARCA,EL OTRO DIA SILVIO AHORA ELLA...hay cambio o que esta pasando...
Escritora cubana pide la libertad de los presos políticos y “que venga lo que venga”
Foto: Ena Lucía Portela
La escritora cubana Ena Lucía Portela, que reside en La Habana, ha suscrito la carta que pide la excarcelación de los presos políticos cubanos y el respeto de los derechos humanos por parte del régimen castrista, según informó hoy “OZT Yo acuso al Gobierno cubano” en una nota de prensa.
Con esta decisión, Portela, que ganó el Premio Juan Rulfo de Cuento en 1999, se convierte en la primera integrante de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que se desmarca de la línea oficial, según el comunicado emitido por los organizadores de esa campaña internacional que exige la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos cubanos.
La UNEAC, bajo control del Estado cubano, publicó el pasado 16 de marzo en el diario oficial “Granma” un artículo de rechazo de la campaña “OZT Yo acuso al Gobierno cubano” por considerar “la recogida de firmas una campaña mediática contra Cuba organizada por personas sin moral”, según explica la nota de prensa.
En su mensaje a los organizadores de “OZT”, Portela indicó: “Soy miembro de la UNEAC, pero discrepo totalmente de la declaración emitida hace algunos días por el Secretariado de dicha organización. Añade mi nombre, por favor, y que venga lo que venga”.
Y continuó: “Yo, al igual que muchos otros artistas e intelectuales cubanos residentes en la isla, carezco de acceso total a Internet y sólo cuento con este correo electrónico con salida internacional”, según la nota de prensa divulgada por “OZT”.
“No conocía, pues, el texto de la carta que tan certeramente expresa lo que muchos pensamos y sentimos, aquí, allá y en cualquier lugar”, añadió Portela en su escrito.
“Entre los nombres de los firmantes cubanos no veo -escribió Portela- el de ningún artista o escritor residente en Cuba. No me extraña, dado el alto costo que aún tiene la opinión en nuestro país. Pero basta ya. No tengo manera de acceder a esa carta a través de Internet para añadir mi firma, así que te ruego que lo hagas por mí”.
El manifiesto “Por la libertad de los presos políticos cubanos” -disponible en la dirección web: orlandozapatatamayo.blogspot.com- ha sido suscrito por más de 40.000 personas de todo el mundo en las últimas dos semanas.
Entre los firmantes figuran destacados artistas, escritores e intelectuales españoles y latinoamericanos, como Pedro Almodóvar, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Juan Marsé, Ana Belén, Víctor Manuel o Ángeles Mastretta
Cornel Ronald West, filósofo, actor y activista de los derechos humanos estadounidense, y la periodista catalana Pilar Rahola han sumado sus firmas a la campaña, según informaron hoy los organizadores de la iniciativa.
Foto: Ena Lucía Portela
La escritora cubana Ena Lucía Portela, que reside en La Habana, ha suscrito la carta que pide la excarcelación de los presos políticos cubanos y el respeto de los derechos humanos por parte del régimen castrista, según informó hoy “OZT Yo acuso al Gobierno cubano” en una nota de prensa.
Con esta decisión, Portela, que ganó el Premio Juan Rulfo de Cuento en 1999, se convierte en la primera integrante de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que se desmarca de la línea oficial, según el comunicado emitido por los organizadores de esa campaña internacional que exige la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos cubanos.
La UNEAC, bajo control del Estado cubano, publicó el pasado 16 de marzo en el diario oficial “Granma” un artículo de rechazo de la campaña “OZT Yo acuso al Gobierno cubano” por considerar “la recogida de firmas una campaña mediática contra Cuba organizada por personas sin moral”, según explica la nota de prensa.
En su mensaje a los organizadores de “OZT”, Portela indicó: “Soy miembro de la UNEAC, pero discrepo totalmente de la declaración emitida hace algunos días por el Secretariado de dicha organización. Añade mi nombre, por favor, y que venga lo que venga”.
Y continuó: “Yo, al igual que muchos otros artistas e intelectuales cubanos residentes en la isla, carezco de acceso total a Internet y sólo cuento con este correo electrónico con salida internacional”, según la nota de prensa divulgada por “OZT”.
“No conocía, pues, el texto de la carta que tan certeramente expresa lo que muchos pensamos y sentimos, aquí, allá y en cualquier lugar”, añadió Portela en su escrito.
“Entre los nombres de los firmantes cubanos no veo -escribió Portela- el de ningún artista o escritor residente en Cuba. No me extraña, dado el alto costo que aún tiene la opinión en nuestro país. Pero basta ya. No tengo manera de acceder a esa carta a través de Internet para añadir mi firma, así que te ruego que lo hagas por mí”.
El manifiesto “Por la libertad de los presos políticos cubanos” -disponible en la dirección web: orlandozapatatamayo.blogspot.com- ha sido suscrito por más de 40.000 personas de todo el mundo en las últimas dos semanas.
Entre los firmantes figuran destacados artistas, escritores e intelectuales españoles y latinoamericanos, como Pedro Almodóvar, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Juan Marsé, Ana Belén, Víctor Manuel o Ángeles Mastretta
Cornel Ronald West, filósofo, actor y activista de los derechos humanos estadounidense, y la periodista catalana Pilar Rahola han sumado sus firmas a la campaña, según informaron hoy los organizadores de la iniciativa.
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: ALGO APESTA EN DINAMARCA,EL OTRO DIA SILVIO AHORA ELLA...hay cambio o que esta pasando...
Valiente!!
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50976
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: ALGO APESTA EN DINAMARCA,EL OTRO DIA SILVIO AHORA ELLA...hay cambio o que esta pasando...
no se pero me luce que sa van a lanzar con una perestroika a lo cubano....seguro al final terminan aciendo un voto donde raul se quedara de instructor politico al frente del cuerpo represivo y el viejito cagalitroso quedara en el papel de tia tia el de los cuentos,.....
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: ALGO APESTA EN DINAMARCA,EL OTRO DIA SILVIO AHORA ELLA...hay cambio o que esta pasando...
Ahora leia a Elaine la bloguera castrista cubana, contrapartida de Yoani, tambien destapando la olla de grillos, los cubanos sabemos que esto pasa en todas las esferas de la vida, pero los extranjeros no, creen que Cuba es un paraiso..
Mira
Inmunidad educacional I
Marzo 1, 2010 · 22 comentarios
El viernes 26 de febrero Amanda llegó a las 8:00 p.m. a su casa. El domingo, antes de entrar al pase, su madre le había dado 30 pesos para “la guagua del viernes”. “Ese día el director le da pase a los estudiantes por estímulo”, comenta su madre y noto en su voz cierta ironía cuando pronuncia la palabra “estímulo”.
Tres años hacía que Amanda estaba becada en uno de los centros preuniversitarios ubicados en provincia Habana. Al empezar doce grado, su antigua escuela fue cerrada y los alumnos traslados a Gilberto Arocha, un pree donde, según su director en la primera reunión de padres “todo estaba garantizado: los materiales de estudio, el mobiliario escolar y, lo más importante, los maestros”.
Asustados por la llegada del último año y las exigencias cada vez mayores para ingresar a la educación superior, los estudiantes de duodécimo grado confiaban en que, este año, no se repitieran los turnos vacíos de Matemática, Historia y las pruebas con guías de 6 preguntas (3 para cada batería). “Toda la vida es mucho tiempo”, comenta una alumna, “y ese tiempo lo estamos decidiendo ahora”.
Expectativas frustradas
Poco duraron las altas expectativas sembradas por el director en la primera reunión. La buena impresión causada, las palabras llenas de esperanza y las promesas incumplidas son todavía motivo de burla entre los padres.
Durante los primeros 15 días en la escuela, Amanda no recibió todos los libros correspondientes a las asignaturas del año, entre otras razones por la explosión de matrícula. Los materiales de los estudiantes provenientes de las escuelas cerradas habían sido enviados al Municipio de Educación y este debía encargarse de distribuirlo a los centros receptores.
Sin embargo, los libros de Historia y Biología aún no han llegado a las manos de Amanda. Y los estudiantes, 5 meses después, esperan en vano por los libros prometidos en la primera reunión del curso.
Estímulo vs. Dinero
El viernes, cuando Amanda llegó tarde a casa su mamá le preguntó si había podido coger la guagua de 30 pesos. Al responder afirmativamente aumentó mi curiosidad. ¿Sería otro chiste fruto de la inventiva becaria nacional? Podría ser. Todavía siguen pidiéndoles a los estudiantes recién llegados que vayan en busca de la llave del alero. La guagua de 30 pesos debía ser algo similar surgido en Guines.
Pero no. El ómnibus de los viernes no era producto de la imaginación escolar, sino de la directiva del centro. Para estimular a los estudiantes, el máximo dirigente de la escuela hacía llegar una guagua “con aire acondicionado, baño adentro y asientos reclinables”, comenta Amanda.
“¿Cuáles son los criterios que tiene en cuenta el director para otorgar el estímulo?”
“¿Criterios?… que tengas 30 pesos”.
“No me respondas lo que tú crees… Dime exactamente las palabras del director”
“Él dice que el mejor albergue…”
“¿Y cuál es el mejor albergue?”
“H2 pero…”
“¿Pero?”
“Cuando llega la guagua, el director dice: a ver, los alumnos de H2 hagan una fila. Los que tengan el dinero del lado de acá, los otros de otro lado. Como la guagua no se completa con eso, sigue llamando al resto de los albergues hasta llenar los viajes que quiera dar el chofer. Yo, por ejemplo, duermo en H5”.
“¿Y cuántos viajes son?”
“Esta semana dio uno a Alamar y dos a Guanabo-Campo Florido”
“¿Cuántos niños caben en un viaje?”
“100”
“¿100? Pero, ¿qué guagua es esa?
“Es que son 3 niños por asiento”.
“Eso da casi 300 estudiantes. ¿Cuántos se quedan en la escuela entonces”?
“30 más o menos, de 12 grado, pero la matrícula es mucho más alta”
“¿Qué pasa con los estudiantes que no tienen el dinero para pagar la guagua?”
“Se quedan y salen de pase el sábado, que es cuando toca”
“¿Aunque sean del mejor albergue?”
“Ya te dije que lo del mejor albergue es una fachada”
Amanda me convence. Y no solamente ella, sino los padres que repiten de boca en boca la historia, y el resto de los estudiantes que a duras penas confiesan ser parte del maquiavélico plan del director y sus cómplices, para enriquecerse gracias a la desesperación de padres y alumnos que quieren ver a sus hijos lejos del lugar donde no se garantiza ni la alimentación, ni los materiales de estudio, ni la calidad de las clases impartidas por los maestros.
Inmunidad educacional II
Marzo 8, 2010 · 13 comentarios
Es jueves en Gilberto Arocha, y, como de costumbre, la hermana del director del preuniversitario ubicado en Guines sube a los albergues para recoger el dinero de la guagua del siguiente día. Cinco estudiantes de onceno grado ya tienen la certeza de que, el viernes dejarán de dormir en H3, su albergue original, y pasarán a H1. ¿El motivo? No tienen 30 pesos para pagar la guagua. El estímulo recibido por el resto de los alumnos, en su caso, se transforma en castigo.
“El viernes, al mediodía, el director manda a los responsables de la limpieza a arreglar los dormitorios. Después, va cerrando los albergues y los estudiantes dejan las maletas en H1 hasta que vienen las guaguas. Los que se quedan, como no llenan un albergue, tienen que dormir ahí esa noche hasta el sábado, cuando llegan las guaguas oficiales del pase”, comenta Amanda.
ABC del estímulo preuniversitario
Las escuelas en el campo surgieron en el año 1971, como alternativa a los centros preuniversitarios urbanos. Con esta nueva modalidad, se pretendía vincular la formación docente con el interés por el trabajo y contribuir al aumento de la productividad en el sector agrícola.
En los preuniversitarios ubicados en Guines se cosechaba fundamentalmente papa, mientras en el IPVCE Vladimir Ilich Lenin, los cítricos constituían el producto esencial. Además del trabajo en el campo, durante los primeros años del IPVCE, los alumnos se vinculaban a la fábrica de pilas y radios situada cerca de la escuela, donde podían aplicar directamente los conocimientos adquiridos en las aulas.
El estímulo ha sido uno de los aspectos que se ha tratado de mantener en todos los sectores laborales y estudiantiles para premiar el esfuerzo y la competitividad sana. Cuando se aplica correctamente, puede generar cambios favorables en el centro en cuestión y en las actitudes personales.
“Cuando estaba en doce grado, en la Lenin, llegó un director nuevo. Era grandísimo. Un poco gordo. Negro. Pero tenía la mirada más dulce que he visto en mi vida. Nunca gritaba. No maltrataba a los estudiantes. No te avergonzaba ni te humillaba como el anterior. Le decíamos Maxim Optimus, de cariño, como el personaje de los Transformers.
“Un día nos explicó, en el matutino, como sería la emulación. Se acumulaba una cantidad de puntos por limpieza en los albergues, productividad, actividades deportivas y culturales, resultados docentes, trabajo voluntario (voluntario de verdad, no voluntatorio). Al final del mes se decían los tres primeros lugares y el grupo con mejor nota salía de pase un jueves.
“Todos los grupos se esforzaban por obtener la mayor cantidad de puntos. Recuerdo que limpiar los baños del docente aumentaba notablemente la cifra, allá fuimos nosotros y dejamos los baños con brillo. No ganamos esa semana. Cogimos el segundo lugar. Pero ese año nuestra unidad estuvo muy limpia. Al final nos dimos cuenta de que ya no importaba la emulación. Él nos hacía sentir felices trabajando, algo que no habían logrado sus antecesores”.
Experiencias como la de Gretel, egresada de la Lenin y graduada de Estomatología, se repiten en otros preuniversitarios. Mileidys, estudiante de la Universidad de la Habana, cuenta que cuando era estudiante del IPUEC Primer Congreso, “el director estimulaba a los estudiantes por los resultados docentes, la limpieza del albergue y el trabajo en el campo. Como no había guaguas para sacarnos de pase el jueves, le pedía ayuda a los padres y, cuando llegaba alguno en un carro, dejaba ir a otros estudiantes premiados”.
Según una madre del preuniversitario Gilberto Arocha, para otorgar el estímulo de pase con antelación, el director del centro debería llamar al Municipio de Educación y pedir la transportación para trasladar a los estudiantes. “El problema es que en el Municipio le van a decir que no, porque no hay combustible, entonces se aprovecha de eso para sacar las guaguas de 30 pesos”, añade.
Una escuela para fantasmas
“Este viernes salieron tres guaguas. Una a las 5 de la mañana para los varones de onceno y doce grado de Alamar; otra a la 1:00 p.m. y la última, a las 7:00 p.m. A los alumnos que optan por la policía los recogieron en otra guagua porque tenían una reunión sobre la carrera y de ahí seguían para sus casas.
“Como fue de sorpresa, los que estaban en la lista de los 30 pesos pidieron su dinero de vuelta y se fueron en la otra guagua. No pasaron ni cinco minutos y ya la guagua de los 30 pesos estaba llena de nuevo. La escuela se quedó casi vacía”, cuenta Amanda.
La matrícula de doce grado es de aproximadamente 389 estudiantes y la cifra de alumnos en total rebasa los 450 alumnos. Sin embargo, los viernes en la noche, la algarabía habitual de los estudiantes es desplazada por un silencio fantasmal, únicamente interrumpido por la respiración de cinco niñas, que duermen fuera de su albergue y cuyo único pecado es no tener 30 pesos para salir en la guagua ilegal
Inmunidad educacional III
Marzo 31, 2010 · 5 comentarios
“Mi tío se enteró del artículo en Internet. Tengo miedo de que sepa que es una periodista y que investigue y salga yo ahí. Me matan en la escuela. Dile a mi mamá que venga a buscarme el viernes, por favor”. El mensaje anterior fue enviado por Amanda hace apenas 10 minutos desde el preuniversitario Gilberto Arocha. Han pasado cuatro semanas desde que apareciera el primer artículo en este blog y la vida de la adolescente de apenas 17 años ha dado un vuelco de 180 grados. “A veces me pregunto si estoy haciendo lo correcto”, confiesa cuando me cuenta la reacción de sus compañeros de aula ante la oleada de visitas ministeriales.
Desde hace tres semanas Gilberto Arocha ha sido sometida a numerosas inspecciones por parte de funcionarios pertenecientes al Ministerio de Educación. “Todas las mañanas llega un carro blanco, se han entrevistado con los estudiantes, con profesores, hasta con las cocineras. No sé si habrán logrado probar lo de las guaguas, pero están revisándolo todo, los planes de clase, todo”, comentaba Amanda durante su último pase. Le pido que se siente y, una vez más, me cuente detalladamente qué ha estado pasando en su escuela. Acepta con reticencia. “No publiques nada más hasta que termine doce grado, sólo me faltan dos semanas”. Asiento.
Estímulos imaginarios
Los treinta pesos de los estudiantes aún estaban guardados en las maletas. Ninguno imaginaba que la fecha de salida del preuniversitario cambiaría para el sábado. No sabían que ese viernes las guaguas no estarían parqueadas y que un aluvión de inspecciones llegaría a la escuela. Pero en la dirección los nervios comenzaban a tensarse. El director había sido avisado de que recibiría una inspección sorpresiva por las guaguas ilegales que salían todos los viernes, a un costo de 30 pesos hacia Guanabo y 20 pesos hasta Alamar.
“Ese día se paró en el matutino y dijo que una madre había mandado una carta por las guaguas y por eso iba a venir una visita del Ministerio; pero ya alguien le había avisado y no lo iban a joder”. Amanda vuelve a revivir el momento y aún sigue nerviosa. “Creí que sabía que era yo quien había hablado. No sabía qué hacer. Miré a los demás y estaban bravos, no por el director, sino porque teníamos que esperar hasta el sábado para irnos”.
El aviso oportuno permitió al director organizar una estrategia de persuasión con la complicidad de otros profesores. En pocos minutos la subdirectora pasó por las aulas y le explicó a los estudiantes cómo se realizaba la entrega de estímulos. “Si les preguntan deben decir que les compramos cakes y los llevamos a pasear por Guines”, repitió en cada aula ante la mirada atónita de cientos de alumnos. Amanda no podía creer lo que estaba escuchando; pero la disposición de sus compañeros a hacerse eco de la mentira la sorprendió aún más.
“Yo llevo ocho años arriesgándome por ustedes”, confesó el director al día siguiente en el mismo matutino donde los alumnos cantan el himno escrito en Bayamo y saludan la bandera de la estrella solitaria. 2920 días desde que saliera la primera guagua, 2920 días enriqueciéndos gracias al trabajo de miles de padres y sintiéndose orgulloso de ello. La semana anterior, durante una reunión de padres celebrada en Guanabo, se había molestado por la poca presencia de estos. “Y gracias que le sacamos a los hijos de la escuela el viernes”, gritó. “Sí, claro, y nosotros pagándote 30 pesos por eso”, pensó una madre cuyas palabras no llegaron a escucharse.
La pista de la comida
“Al principio puede que alguien te dijera la verdad. A estas alturas ya no sé. Han dejado que los estudiantes se unan y ya nadie va a hablar”, asegura Amanda. Las primeras entrevistas fueron realizadas por un hombre alto, vestido de blanco, según las descripciones de la estudiante. Aunque no sabemos cuál habrá sido el contenido de las preguntas, los alumnos que salían comentaban que trataban de “cogernos de atrás para alante”. Pero sería difícil encontrar un fallo en un plan pensado hasta los últimos detalles.
“Si les preguntan por el sábado, dicen que dan tres turnos de preparación para prueba de ingreso y que las guaguas del pase salen por el mediodía, después de las clases”, explicaba una profesora a los alumnos de su grupo. Minutos después, en una de las entrevistas el bocadillo era repetido a la perfección. “Ahhh… entonces se van los sábados. Pero me imagino que sea el sábado tempranito, no?”. “Para nada, damos tres turnos de…”. Desgraciadamente los resultados de las pruebas de ingreso de estos alumnos que ni siquieran han recibido la preparación mínima para los exámenes serán más elocuentes que cualquier párrafo aprendido de memoria minutos antes.
No obstante, la mentira tiene patas cortas. La solución al rompecabezas yacía en el almacén de la escuela. Viernes tras viernes se acumulaba la comida que supuestamente debía darse a los estudiantes. Ante la ausencia de estos, era obvio que los sacos se incrementaban hasta alcanzar una cifra sospechosa para los inspectores. Interesados en llegar al fondo del asunto, los funcionarios auditaron el almacén y descubrieron el sobrante. Cuando inquirieron a la cocina, esta confesó que “no tenía estudiantes los viernes”. Pero, al parecer, esto no fue suficiente para aplicar una medida administrativa a quien había sido un director corrupto por más de ocho años.
Inmunidad…
La investigación se torna infinita y ya el director anunció su triunfo en el matutino de la semana pasada. “Solo quedan dos visitas, si no prueban nada con esas dos, entonces no me pueden hacer nada”. La euforia y la alegría preocupa a Amanda. Aquellos que antes criticaran las actitudes de su director hoy pintan carteles que rezan “Uh, ah, Ernesto no se va” y “Abajo el Ministerio”. La escuela se ha convertido en un caos. En las aulas de Gilberto Arocha, los profesores abusan de su poder para apagar las teleclases y pedir a los estudiantes que escriban y firmen cartas a favor de Ernesto.
“La muchacha más inteligente de mi aula escribió un mamotreto diciendo que el Ministerio no puede juzgar a un director sin pruebas. Todos la aplaudieron”, cuenta Amanada. Los 30 pesos de estos que niegan y tergiversan un acto de corrupción permanecen guardados en el fondo de sus maletas. “Ellos creen que cuando se vayan los del Ministerio las guaguas volverán a salir. Al final lo que todo el mundo espera es llegar a casa antes”.
Pero esto ya no preocupa a Amanda. Llegar a la escuela se ha convertido en una pesadilla desde que su director anunciara en el matutino que ya sabía quién había sido la reponsable. “Fue una niña”, aseguró, “y la voy a botar”. Trato de tranquilizarla, pero después de ocho años de inmunidad resulta demasiado difícil convencerla de que esta vez sí se van a tomar las medidas pertinentes.
RAUL // Marzo 31, 2010 a 6:00 pm
¿Es el cuento de Nunca Acabar?
Seria lamentable que este señor se salga con la suya y además continúe con la corrupción.
De cualquier manera has hecho tu parte.
Saludos.
Elaine Díaz // Marzo 31, 2010 a 6:03 pm
Hola Raúl
Pues sí, parece que va a ser el cuento de nunca acabar. Tuve esperanzas en algún momento, cuando comenzaron las inspecciones constantes. Ya no tengo esperanzas. Incluso si botaran al director, quedan cientos de estudiantes que compartieron una mentira y siguen creyendo que hicieron lo correcto. Me pregunto si cada uno de ellos no será un posible director. Eso es realmente lo que me preocupa ahora, y es mucho más grave porque no se resuelve con una medida administrativa…
Sldos,
Elaine
Dania // Marzo 31, 2010 a 6:25 pm
Hola Elaine, he seguido tus post sobre este lamentable suceso, y confieso que este último me indignó, pues, de solo imaginar hasta donde ha llegado este señor que se dice educador, me calienta la sangre de cubana, de revolucionaria y sobre todo de madre. Me atrevo hacer una sugerencia: pueden entrevistar a ex alumnos que no se sentirán intimidados, yo ya conocía el caso, pues tengo una compañera que sus hijas, gemelas, terminaron el pre el curso pasado en esa escuela, y se lamentaba porque ella no tenía los 30 pesos famosos para pagar la guagua todos los fines de semana, por supuesto que no estaba de acuerdo con esto
Elaine Díaz // Marzo 31, 2010 a 6:31 pm
Hola Dania,
Gracias miles por tu comentario. Me ha dado mucha alegría saber que no solo yo veo lo que este hombre hace. Por Dios, por un momento pensé que quizás había alucinado… Gracias por tu comentario, da muchas esperanzas. Un abrazo,
E.
La guagua, los 30 pesos y otras malas yerbas…
Marzo 11, 2010 · 24 comentarios
Por RogerTM, especial para la Polémica Digital
La dueña de este Blog está de viaje hacia el punto más alto de nuestra geografía. Pero eso no ha impedido que se comunique conmigo para pedirme que publique en su espacio algunos acontecimientos ocurridos a raíz de su polémico artículo Inmunidad educacional.
El asunto, al parecer, ha llegado a oídos de alguien y las barbas del director del pre han comenzado a arder.
Elaine me comenta los mensajes que le llegaron vía sms:
“Ya explotó la bomba y está asustado (el director), pero él está diciendo como son los estímulos y nos amenaza y nadie va a hablar, no va a salir guagua.”
“No des mi número, que se registra, ya sospechan de una mamá de Guanabo, fue por las aulas para que lo ayuden y van a hacer una encuesta.”
“¿Que opinan los estudiantes? – Pregunta Elaine usando la misma vía – Algunos lo apoyan porque no se pueden ir más los viernes, pero a otros les da miedo hablar, van a hablar con los profesores y los alumnos, pero eso está cuadrao y no lo van a coger porque nadie habla.”
Con respecto a la mencionada encuesta, los estudiantes están dispuestos a responderla, pero si y solo si la hacen de manera escrita y anónima.
Por mi parte espero que a partir de ahora estas cosas no marquen nuestro proceso educativo, pero igual opino que es un mal de fondo y que sucede hace muchos años de una u otra manera.
Seguiré a la espera de otras comunicaciones con Elaine y de ser necesario estaremos publicando en este espacio…
Actualización 1: (sms enviado a Elaine desde el pre) “Mija tu eres boba? estoy en clase. La gente tiene miedo y él dio tremenda muela para que no lo embarquen. Está difícil de coger. Estuve investigando de fuente secreta…”
Mira
Inmunidad educacional I
Marzo 1, 2010 · 22 comentarios
El viernes 26 de febrero Amanda llegó a las 8:00 p.m. a su casa. El domingo, antes de entrar al pase, su madre le había dado 30 pesos para “la guagua del viernes”. “Ese día el director le da pase a los estudiantes por estímulo”, comenta su madre y noto en su voz cierta ironía cuando pronuncia la palabra “estímulo”.
Tres años hacía que Amanda estaba becada en uno de los centros preuniversitarios ubicados en provincia Habana. Al empezar doce grado, su antigua escuela fue cerrada y los alumnos traslados a Gilberto Arocha, un pree donde, según su director en la primera reunión de padres “todo estaba garantizado: los materiales de estudio, el mobiliario escolar y, lo más importante, los maestros”.
Asustados por la llegada del último año y las exigencias cada vez mayores para ingresar a la educación superior, los estudiantes de duodécimo grado confiaban en que, este año, no se repitieran los turnos vacíos de Matemática, Historia y las pruebas con guías de 6 preguntas (3 para cada batería). “Toda la vida es mucho tiempo”, comenta una alumna, “y ese tiempo lo estamos decidiendo ahora”.
Expectativas frustradas
Poco duraron las altas expectativas sembradas por el director en la primera reunión. La buena impresión causada, las palabras llenas de esperanza y las promesas incumplidas son todavía motivo de burla entre los padres.
Durante los primeros 15 días en la escuela, Amanda no recibió todos los libros correspondientes a las asignaturas del año, entre otras razones por la explosión de matrícula. Los materiales de los estudiantes provenientes de las escuelas cerradas habían sido enviados al Municipio de Educación y este debía encargarse de distribuirlo a los centros receptores.
Sin embargo, los libros de Historia y Biología aún no han llegado a las manos de Amanda. Y los estudiantes, 5 meses después, esperan en vano por los libros prometidos en la primera reunión del curso.
Estímulo vs. Dinero
El viernes, cuando Amanda llegó tarde a casa su mamá le preguntó si había podido coger la guagua de 30 pesos. Al responder afirmativamente aumentó mi curiosidad. ¿Sería otro chiste fruto de la inventiva becaria nacional? Podría ser. Todavía siguen pidiéndoles a los estudiantes recién llegados que vayan en busca de la llave del alero. La guagua de 30 pesos debía ser algo similar surgido en Guines.
Pero no. El ómnibus de los viernes no era producto de la imaginación escolar, sino de la directiva del centro. Para estimular a los estudiantes, el máximo dirigente de la escuela hacía llegar una guagua “con aire acondicionado, baño adentro y asientos reclinables”, comenta Amanda.
“¿Cuáles son los criterios que tiene en cuenta el director para otorgar el estímulo?”
“¿Criterios?… que tengas 30 pesos”.
“No me respondas lo que tú crees… Dime exactamente las palabras del director”
“Él dice que el mejor albergue…”
“¿Y cuál es el mejor albergue?”
“H2 pero…”
“¿Pero?”
“Cuando llega la guagua, el director dice: a ver, los alumnos de H2 hagan una fila. Los que tengan el dinero del lado de acá, los otros de otro lado. Como la guagua no se completa con eso, sigue llamando al resto de los albergues hasta llenar los viajes que quiera dar el chofer. Yo, por ejemplo, duermo en H5”.
“¿Y cuántos viajes son?”
“Esta semana dio uno a Alamar y dos a Guanabo-Campo Florido”
“¿Cuántos niños caben en un viaje?”
“100”
“¿100? Pero, ¿qué guagua es esa?
“Es que son 3 niños por asiento”.
“Eso da casi 300 estudiantes. ¿Cuántos se quedan en la escuela entonces”?
“30 más o menos, de 12 grado, pero la matrícula es mucho más alta”
“¿Qué pasa con los estudiantes que no tienen el dinero para pagar la guagua?”
“Se quedan y salen de pase el sábado, que es cuando toca”
“¿Aunque sean del mejor albergue?”
“Ya te dije que lo del mejor albergue es una fachada”
Amanda me convence. Y no solamente ella, sino los padres que repiten de boca en boca la historia, y el resto de los estudiantes que a duras penas confiesan ser parte del maquiavélico plan del director y sus cómplices, para enriquecerse gracias a la desesperación de padres y alumnos que quieren ver a sus hijos lejos del lugar donde no se garantiza ni la alimentación, ni los materiales de estudio, ni la calidad de las clases impartidas por los maestros.
Inmunidad educacional II
Marzo 8, 2010 · 13 comentarios
Es jueves en Gilberto Arocha, y, como de costumbre, la hermana del director del preuniversitario ubicado en Guines sube a los albergues para recoger el dinero de la guagua del siguiente día. Cinco estudiantes de onceno grado ya tienen la certeza de que, el viernes dejarán de dormir en H3, su albergue original, y pasarán a H1. ¿El motivo? No tienen 30 pesos para pagar la guagua. El estímulo recibido por el resto de los alumnos, en su caso, se transforma en castigo.
“El viernes, al mediodía, el director manda a los responsables de la limpieza a arreglar los dormitorios. Después, va cerrando los albergues y los estudiantes dejan las maletas en H1 hasta que vienen las guaguas. Los que se quedan, como no llenan un albergue, tienen que dormir ahí esa noche hasta el sábado, cuando llegan las guaguas oficiales del pase”, comenta Amanda.
ABC del estímulo preuniversitario
Las escuelas en el campo surgieron en el año 1971, como alternativa a los centros preuniversitarios urbanos. Con esta nueva modalidad, se pretendía vincular la formación docente con el interés por el trabajo y contribuir al aumento de la productividad en el sector agrícola.
En los preuniversitarios ubicados en Guines se cosechaba fundamentalmente papa, mientras en el IPVCE Vladimir Ilich Lenin, los cítricos constituían el producto esencial. Además del trabajo en el campo, durante los primeros años del IPVCE, los alumnos se vinculaban a la fábrica de pilas y radios situada cerca de la escuela, donde podían aplicar directamente los conocimientos adquiridos en las aulas.
El estímulo ha sido uno de los aspectos que se ha tratado de mantener en todos los sectores laborales y estudiantiles para premiar el esfuerzo y la competitividad sana. Cuando se aplica correctamente, puede generar cambios favorables en el centro en cuestión y en las actitudes personales.
“Cuando estaba en doce grado, en la Lenin, llegó un director nuevo. Era grandísimo. Un poco gordo. Negro. Pero tenía la mirada más dulce que he visto en mi vida. Nunca gritaba. No maltrataba a los estudiantes. No te avergonzaba ni te humillaba como el anterior. Le decíamos Maxim Optimus, de cariño, como el personaje de los Transformers.
“Un día nos explicó, en el matutino, como sería la emulación. Se acumulaba una cantidad de puntos por limpieza en los albergues, productividad, actividades deportivas y culturales, resultados docentes, trabajo voluntario (voluntario de verdad, no voluntatorio). Al final del mes se decían los tres primeros lugares y el grupo con mejor nota salía de pase un jueves.
“Todos los grupos se esforzaban por obtener la mayor cantidad de puntos. Recuerdo que limpiar los baños del docente aumentaba notablemente la cifra, allá fuimos nosotros y dejamos los baños con brillo. No ganamos esa semana. Cogimos el segundo lugar. Pero ese año nuestra unidad estuvo muy limpia. Al final nos dimos cuenta de que ya no importaba la emulación. Él nos hacía sentir felices trabajando, algo que no habían logrado sus antecesores”.
Experiencias como la de Gretel, egresada de la Lenin y graduada de Estomatología, se repiten en otros preuniversitarios. Mileidys, estudiante de la Universidad de la Habana, cuenta que cuando era estudiante del IPUEC Primer Congreso, “el director estimulaba a los estudiantes por los resultados docentes, la limpieza del albergue y el trabajo en el campo. Como no había guaguas para sacarnos de pase el jueves, le pedía ayuda a los padres y, cuando llegaba alguno en un carro, dejaba ir a otros estudiantes premiados”.
Según una madre del preuniversitario Gilberto Arocha, para otorgar el estímulo de pase con antelación, el director del centro debería llamar al Municipio de Educación y pedir la transportación para trasladar a los estudiantes. “El problema es que en el Municipio le van a decir que no, porque no hay combustible, entonces se aprovecha de eso para sacar las guaguas de 30 pesos”, añade.
Una escuela para fantasmas
“Este viernes salieron tres guaguas. Una a las 5 de la mañana para los varones de onceno y doce grado de Alamar; otra a la 1:00 p.m. y la última, a las 7:00 p.m. A los alumnos que optan por la policía los recogieron en otra guagua porque tenían una reunión sobre la carrera y de ahí seguían para sus casas.
“Como fue de sorpresa, los que estaban en la lista de los 30 pesos pidieron su dinero de vuelta y se fueron en la otra guagua. No pasaron ni cinco minutos y ya la guagua de los 30 pesos estaba llena de nuevo. La escuela se quedó casi vacía”, cuenta Amanda.
La matrícula de doce grado es de aproximadamente 389 estudiantes y la cifra de alumnos en total rebasa los 450 alumnos. Sin embargo, los viernes en la noche, la algarabía habitual de los estudiantes es desplazada por un silencio fantasmal, únicamente interrumpido por la respiración de cinco niñas, que duermen fuera de su albergue y cuyo único pecado es no tener 30 pesos para salir en la guagua ilegal
Inmunidad educacional III
Marzo 31, 2010 · 5 comentarios
“Mi tío se enteró del artículo en Internet. Tengo miedo de que sepa que es una periodista y que investigue y salga yo ahí. Me matan en la escuela. Dile a mi mamá que venga a buscarme el viernes, por favor”. El mensaje anterior fue enviado por Amanda hace apenas 10 minutos desde el preuniversitario Gilberto Arocha. Han pasado cuatro semanas desde que apareciera el primer artículo en este blog y la vida de la adolescente de apenas 17 años ha dado un vuelco de 180 grados. “A veces me pregunto si estoy haciendo lo correcto”, confiesa cuando me cuenta la reacción de sus compañeros de aula ante la oleada de visitas ministeriales.
Desde hace tres semanas Gilberto Arocha ha sido sometida a numerosas inspecciones por parte de funcionarios pertenecientes al Ministerio de Educación. “Todas las mañanas llega un carro blanco, se han entrevistado con los estudiantes, con profesores, hasta con las cocineras. No sé si habrán logrado probar lo de las guaguas, pero están revisándolo todo, los planes de clase, todo”, comentaba Amanda durante su último pase. Le pido que se siente y, una vez más, me cuente detalladamente qué ha estado pasando en su escuela. Acepta con reticencia. “No publiques nada más hasta que termine doce grado, sólo me faltan dos semanas”. Asiento.
Estímulos imaginarios
Los treinta pesos de los estudiantes aún estaban guardados en las maletas. Ninguno imaginaba que la fecha de salida del preuniversitario cambiaría para el sábado. No sabían que ese viernes las guaguas no estarían parqueadas y que un aluvión de inspecciones llegaría a la escuela. Pero en la dirección los nervios comenzaban a tensarse. El director había sido avisado de que recibiría una inspección sorpresiva por las guaguas ilegales que salían todos los viernes, a un costo de 30 pesos hacia Guanabo y 20 pesos hasta Alamar.
“Ese día se paró en el matutino y dijo que una madre había mandado una carta por las guaguas y por eso iba a venir una visita del Ministerio; pero ya alguien le había avisado y no lo iban a joder”. Amanda vuelve a revivir el momento y aún sigue nerviosa. “Creí que sabía que era yo quien había hablado. No sabía qué hacer. Miré a los demás y estaban bravos, no por el director, sino porque teníamos que esperar hasta el sábado para irnos”.
El aviso oportuno permitió al director organizar una estrategia de persuasión con la complicidad de otros profesores. En pocos minutos la subdirectora pasó por las aulas y le explicó a los estudiantes cómo se realizaba la entrega de estímulos. “Si les preguntan deben decir que les compramos cakes y los llevamos a pasear por Guines”, repitió en cada aula ante la mirada atónita de cientos de alumnos. Amanda no podía creer lo que estaba escuchando; pero la disposición de sus compañeros a hacerse eco de la mentira la sorprendió aún más.
“Yo llevo ocho años arriesgándome por ustedes”, confesó el director al día siguiente en el mismo matutino donde los alumnos cantan el himno escrito en Bayamo y saludan la bandera de la estrella solitaria. 2920 días desde que saliera la primera guagua, 2920 días enriqueciéndos gracias al trabajo de miles de padres y sintiéndose orgulloso de ello. La semana anterior, durante una reunión de padres celebrada en Guanabo, se había molestado por la poca presencia de estos. “Y gracias que le sacamos a los hijos de la escuela el viernes”, gritó. “Sí, claro, y nosotros pagándote 30 pesos por eso”, pensó una madre cuyas palabras no llegaron a escucharse.
La pista de la comida
“Al principio puede que alguien te dijera la verdad. A estas alturas ya no sé. Han dejado que los estudiantes se unan y ya nadie va a hablar”, asegura Amanda. Las primeras entrevistas fueron realizadas por un hombre alto, vestido de blanco, según las descripciones de la estudiante. Aunque no sabemos cuál habrá sido el contenido de las preguntas, los alumnos que salían comentaban que trataban de “cogernos de atrás para alante”. Pero sería difícil encontrar un fallo en un plan pensado hasta los últimos detalles.
“Si les preguntan por el sábado, dicen que dan tres turnos de preparación para prueba de ingreso y que las guaguas del pase salen por el mediodía, después de las clases”, explicaba una profesora a los alumnos de su grupo. Minutos después, en una de las entrevistas el bocadillo era repetido a la perfección. “Ahhh… entonces se van los sábados. Pero me imagino que sea el sábado tempranito, no?”. “Para nada, damos tres turnos de…”. Desgraciadamente los resultados de las pruebas de ingreso de estos alumnos que ni siquieran han recibido la preparación mínima para los exámenes serán más elocuentes que cualquier párrafo aprendido de memoria minutos antes.
No obstante, la mentira tiene patas cortas. La solución al rompecabezas yacía en el almacén de la escuela. Viernes tras viernes se acumulaba la comida que supuestamente debía darse a los estudiantes. Ante la ausencia de estos, era obvio que los sacos se incrementaban hasta alcanzar una cifra sospechosa para los inspectores. Interesados en llegar al fondo del asunto, los funcionarios auditaron el almacén y descubrieron el sobrante. Cuando inquirieron a la cocina, esta confesó que “no tenía estudiantes los viernes”. Pero, al parecer, esto no fue suficiente para aplicar una medida administrativa a quien había sido un director corrupto por más de ocho años.
Inmunidad…
La investigación se torna infinita y ya el director anunció su triunfo en el matutino de la semana pasada. “Solo quedan dos visitas, si no prueban nada con esas dos, entonces no me pueden hacer nada”. La euforia y la alegría preocupa a Amanda. Aquellos que antes criticaran las actitudes de su director hoy pintan carteles que rezan “Uh, ah, Ernesto no se va” y “Abajo el Ministerio”. La escuela se ha convertido en un caos. En las aulas de Gilberto Arocha, los profesores abusan de su poder para apagar las teleclases y pedir a los estudiantes que escriban y firmen cartas a favor de Ernesto.
“La muchacha más inteligente de mi aula escribió un mamotreto diciendo que el Ministerio no puede juzgar a un director sin pruebas. Todos la aplaudieron”, cuenta Amanada. Los 30 pesos de estos que niegan y tergiversan un acto de corrupción permanecen guardados en el fondo de sus maletas. “Ellos creen que cuando se vayan los del Ministerio las guaguas volverán a salir. Al final lo que todo el mundo espera es llegar a casa antes”.
Pero esto ya no preocupa a Amanda. Llegar a la escuela se ha convertido en una pesadilla desde que su director anunciara en el matutino que ya sabía quién había sido la reponsable. “Fue una niña”, aseguró, “y la voy a botar”. Trato de tranquilizarla, pero después de ocho años de inmunidad resulta demasiado difícil convencerla de que esta vez sí se van a tomar las medidas pertinentes.
RAUL // Marzo 31, 2010 a 6:00 pm
¿Es el cuento de Nunca Acabar?
Seria lamentable que este señor se salga con la suya y además continúe con la corrupción.
De cualquier manera has hecho tu parte.
Saludos.
Elaine Díaz // Marzo 31, 2010 a 6:03 pm
Hola Raúl
Pues sí, parece que va a ser el cuento de nunca acabar. Tuve esperanzas en algún momento, cuando comenzaron las inspecciones constantes. Ya no tengo esperanzas. Incluso si botaran al director, quedan cientos de estudiantes que compartieron una mentira y siguen creyendo que hicieron lo correcto. Me pregunto si cada uno de ellos no será un posible director. Eso es realmente lo que me preocupa ahora, y es mucho más grave porque no se resuelve con una medida administrativa…
Sldos,
Elaine
Dania // Marzo 31, 2010 a 6:25 pm
Hola Elaine, he seguido tus post sobre este lamentable suceso, y confieso que este último me indignó, pues, de solo imaginar hasta donde ha llegado este señor que se dice educador, me calienta la sangre de cubana, de revolucionaria y sobre todo de madre. Me atrevo hacer una sugerencia: pueden entrevistar a ex alumnos que no se sentirán intimidados, yo ya conocía el caso, pues tengo una compañera que sus hijas, gemelas, terminaron el pre el curso pasado en esa escuela, y se lamentaba porque ella no tenía los 30 pesos famosos para pagar la guagua todos los fines de semana, por supuesto que no estaba de acuerdo con esto
Elaine Díaz // Marzo 31, 2010 a 6:31 pm
Hola Dania,
Gracias miles por tu comentario. Me ha dado mucha alegría saber que no solo yo veo lo que este hombre hace. Por Dios, por un momento pensé que quizás había alucinado… Gracias por tu comentario, da muchas esperanzas. Un abrazo,
E.
La guagua, los 30 pesos y otras malas yerbas…
Marzo 11, 2010 · 24 comentarios
Por RogerTM, especial para la Polémica Digital
La dueña de este Blog está de viaje hacia el punto más alto de nuestra geografía. Pero eso no ha impedido que se comunique conmigo para pedirme que publique en su espacio algunos acontecimientos ocurridos a raíz de su polémico artículo Inmunidad educacional.
El asunto, al parecer, ha llegado a oídos de alguien y las barbas del director del pre han comenzado a arder.
Elaine me comenta los mensajes que le llegaron vía sms:
“Ya explotó la bomba y está asustado (el director), pero él está diciendo como son los estímulos y nos amenaza y nadie va a hablar, no va a salir guagua.”
“No des mi número, que se registra, ya sospechan de una mamá de Guanabo, fue por las aulas para que lo ayuden y van a hacer una encuesta.”
“¿Que opinan los estudiantes? – Pregunta Elaine usando la misma vía – Algunos lo apoyan porque no se pueden ir más los viernes, pero a otros les da miedo hablar, van a hablar con los profesores y los alumnos, pero eso está cuadrao y no lo van a coger porque nadie habla.”
Con respecto a la mencionada encuesta, los estudiantes están dispuestos a responderla, pero si y solo si la hacen de manera escrita y anónima.
Por mi parte espero que a partir de ahora estas cosas no marquen nuestro proceso educativo, pero igual opino que es un mal de fondo y que sucede hace muchos años de una u otra manera.
Seguiré a la espera de otras comunicaciones con Elaine y de ser necesario estaremos publicando en este espacio…
Actualización 1: (sms enviado a Elaine desde el pre) “Mija tu eres boba? estoy en clase. La gente tiene miedo y él dio tremenda muela para que no lo embarquen. Está difícil de coger. Estuve investigando de fuente secreta…”
Azali- Admin
- Cantidad de envíos : 50976
Fecha de inscripción : 27/10/2008
Temas similares
» Algo apesta en el mundo, algo que me huele a podrido..algo esta en estado de putrefaccion....
» Ahora todos lo dias cae un pequeno avion, pero que esta pasando?
» Esto no se hace ahora, esto se hace desde hace muchos años, no se a que viene dar esta noticia como algo nuevo,,,
» Macabro lo que esta pasando en Mexico
» Que esta pasando? canibales por doquier..
» Ahora todos lo dias cae un pequeno avion, pero que esta pasando?
» Esto no se hace ahora, esto se hace desde hace muchos años, no se a que viene dar esta noticia como algo nuevo,,,
» Macabro lo que esta pasando en Mexico
» Que esta pasando? canibales por doquier..
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.