Operación Nicaro

Operación Nicaro





September 23, 2010



En prisión preventiva altos directivos de la industria del níquel en Holguín
Conocido como “Lengua de Pájaro” y promocionado anteriormente como la mina de oro del níquel cubano, el pueblo de Nicaro, en Holguín, ha visto pasar sus mejores días, tanto para los mineros como para sus habitantes en general.
El último escándalo, un secreto a voces por la manera en que circula la información en estos lares, es la detención de seis altos directivos de la Empresa del Níquel “René Ramos Latour”, incluidos su director general, el ingeniero Andrés Medina Turro y Rafael Rodríguez Rodríguez, ingeniero principal.
Según fuentes locales, los mencionados están actualmente en un centro penitenciario de régimen cerrado en la provincia Holguín. “Fueron detenidos en la Unidad de Operaciones (Instrucción Penal, en el barrio Pedernales) desde el 17 de febrero aproximadamente y aún permanecen sin cargos formales”, señalan.
Metas altas, baja productividad
R. Chaveco, residente en el barrio “La Siberia” del propio Nicaro, asegura que “con el permiso de ellos se sustituían los Big Bag (sic) con una tonelada de níquel por otras de carbonilla, para que cuando pasaran los auditores contaran aproximadamente las 23 toneladas que les exigían diariamente”. Y reafirma, “yo sé que nunca se llegaron a exportar los sacos de arenilla de zinc”.
Estos dirigentes intentaban cumplir las altas metas impuestas por la Unión del Níquel en Moa y el Ministerio en La Habana, y con ello asegurar el mísero estímulo de entre 10 y 12 CUC —unos 8 ó 10 dólares americanos al cambio vigente en Cuba.
Por la misma fuente se supo que los otros cuatro detenidos son Héctor Rodríguez Alvellana, director técnico; Rolando Pérez Rodríguez, director de Despacho; Idelfonso Laurencio Rivera, tecnólogo y Nelson Almira Elias, jefe
de la planta Sinter, en Mayarí, una dependencia de la fábrica “René Ramos Latour”; todos, según aseveró Chaveco, fueron interrogados bajo el más absoluto secretismo, de modo que “aún hoy no se sabe nada de nada, no quieren (las autoridades) explicar nada”.
Como R. Chaveco, Annia, quien laboró por años en la otrora fábrica insigne del níquel cubano y ahora trabaja por cuenta propia, dijo que “muchos obreros se han solidarizado con los directivos. Ellos aseguraban el estímulo mensual en divisas y en los turnos subsiguientes reponían el faltante, eso los ha puesto de parte de la mayoría de los trabajadores y no de quienes los denunciaron a la Seguridad del Estado”.
“Todos eran ‘pejes’ (jefes) grandes y fueron sacados esposados de sus casas”, dice Annia, que vive cerca del tecnólogo Laurencio Rivera, “parecía que estaban sacando a narcoterroristas, fue como un escarmiento, se los
llevaron esposados y dicen que en la unidad policial de Mayarí les quitaron las pertenencias, montaron un cordón de seguridad y los llevaron a ‘Todo el mundo canta’ (la conocida unidad de operaciones del Departamento de Seguridad del Estado)”.
El silencio por respuesta
Varias fuentes coinciden en que los implicados estuvieron 72 días detenidos en el cuartel de Pedernales y así lo han confirmado algunos allegados. Sin embargo “sobre el caso ha caído un toldo de plomo”, dice quien prefiere llamarse Esteban. “A los obreros solo les dicen que están bajo investigación judicial”, afirma.
Algunos documentos emitidos a los familiares indican que están siendo juzgados por “omisión y ocultación de datos” (sic). Hasta inicios de la segunda semana de septiembre los familiares no disponían aún de documentos oficiales de acusación, lo que favorece la incertidumbre de muchos de ellos.
Según Esteban, aunque de manera discreta “ha habido movimiento de cuadros para hacer cumplir la disciplina más que los propios planes de producción”, y agrega: “las malas condiciones de trabajo, algunas tecnologías obsoletas y el poco estímulo salarial atentan contra el cumplimiento de metas tan elevadas como la de 23 toneladas diarias. Incluso después de las destituciones, obreros que trabajan allí me han dicho que muy pocas veces se ha llegado a las 10 toneladas en una jornada”, concluye.
En los días en que se elaboraba este reportaje, el Consejo de Estado anunció la destitución de la Ministra de la Industria Básica, Yadira García Vera “atendiendo a deficiencias en la dirección del organismo, reflejadas de manera particular en el débil control sobre los recursos destinados al proceso inversionista y productivo de la Industria Básica”, según dice la nota oficial publicada por Granma el 20 de septiembre de 2010.
“Ahora se habla del mineral que están llevando a procesar a Moa y que, según estiman, está sobre los 48 mil dólares la tonelada; pero de eso nada dicen a los obreros, no quieren informar nada, parece que no quieren repartir el pastel como debiera ser”, dice Annia visiblemente molesta, pues tiene una sobrina en la planta procesadora de Nicaro.
En el establecimiento penitenciario a los inculpados les ofrecen visitas familiares cada 21 días, tecnicismo propio de quien se encuentran bajo prisión provisional. Como es común en la isla, donde las autoridades ocultan hasta el último momento el proceso judicial, la gente especula entre medias verdades: “dicen que Ramiro Valdés tiene el caso en la mano y esperarán un año para ejemplarizar, y más ahora que cayó Yadira (García) la ‘mayimbe’ mayor del níquel en Cuba”, finaliza R. Chaveco mientras hace con la mano la señal del degüello.


Luis Felipe Rojas
Holguín