Alberto cayó en la trampa
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Alberto cayó en la trampa
jueves 28 de octubre de 2010
Alberto cayó en la trampa
El juego consiste en tres chapas de refrescos y una pequeña bolita de esponja. Los malandros mueven las chapas a una velocidad vertiginosa, mientras incitan a los incautos a que intenten acertar debajo de cuál chapa está la esponja.
Si aciertas, según los negros macizos, pagan el doble del dinero apostado. Alberto notaba que siempre había un pequeño coro de 4 o 5 personas alrededor de los jugadores.
Solía mirar por encima del hombro y creía saber dónde se encontraba la esponja. No se decidía. El dinero que cargaba encima era necesario para dar de comer a su esposa y cuatro hijos.
Pero llegó el día fatal. Una sobrina de su esposa que reside en Miami le envió 150 dólares. Después de recogerlo en una sucursal de la Western Union, tomó el ómnibus P-3 con destino a su casa.
Dentro del propio bus, tres mestizos jugaban a la chapa. Una señora sudorosa y tres tipos con facha de gente seria probaban suerte. Alberto vio que uno de los hombres que jugaba tenía un mazo de pesos cubanos convertibles en la mano y sonreía.
Al parecer, las cosas le estaban saliendo a pedir de boca. Y se decidió a jugar. Pensó que si la fortuna lo tocaba podía duplicar o triplicar su dinero. Con su vista de águila, veía dónde los mestizos que movían las chapas colocaban la esponja.
“Voy 20 dólares a que la esponja está en la chapa del medio”, dijo Alberto con voz de jugador experimentado. “Si está seguro, porque no apuesta más dinero”, lo provocó uno de los que movían las pequeñas chapas.
“Por esta vez, sólo 20", respondió. Ganó y sintió que era su día. Luego subió la parada. Al llegar a su destino, se bajó del ómnibus sin un dólar.
Desolado llegó a su hogar. Tuvo que aguantar la riña de su esposa, quien empacó las cosas y se marchó con sus hijos para la casa de su madre. “Eres un irresponsable”, le gritó al tirar la puerta.
Una parada después de la que se apeó Alberto, se bajaron los estafadores. No eran dos jugadores como él suponía. Los tres tipos serios y la señora sudorosa también formaban parte del tinglado.
En un parque repartieron el botín conquistado y se sentaron relajadamente a beber cerveza. Luego, más tarde, volverían a intentar engañar a otro incauto. Como Alberto.
Alberto cayó en la trampa
Por Iván García
Alberto, 41 años, cayó en la trampa. Él había escuchado que el juego de la chapa era pura estafa. Todas las mañanas, en la parada del ómnibus veía a dos negros robustos, que tiraban una manta en el suelo e invitaban a probar suerte.El juego consiste en tres chapas de refrescos y una pequeña bolita de esponja. Los malandros mueven las chapas a una velocidad vertiginosa, mientras incitan a los incautos a que intenten acertar debajo de cuál chapa está la esponja.
Si aciertas, según los negros macizos, pagan el doble del dinero apostado. Alberto notaba que siempre había un pequeño coro de 4 o 5 personas alrededor de los jugadores.
Solía mirar por encima del hombro y creía saber dónde se encontraba la esponja. No se decidía. El dinero que cargaba encima era necesario para dar de comer a su esposa y cuatro hijos.
Pero llegó el día fatal. Una sobrina de su esposa que reside en Miami le envió 150 dólares. Después de recogerlo en una sucursal de la Western Union, tomó el ómnibus P-3 con destino a su casa.
Dentro del propio bus, tres mestizos jugaban a la chapa. Una señora sudorosa y tres tipos con facha de gente seria probaban suerte. Alberto vio que uno de los hombres que jugaba tenía un mazo de pesos cubanos convertibles en la mano y sonreía.
Al parecer, las cosas le estaban saliendo a pedir de boca. Y se decidió a jugar. Pensó que si la fortuna lo tocaba podía duplicar o triplicar su dinero. Con su vista de águila, veía dónde los mestizos que movían las chapas colocaban la esponja.
“Voy 20 dólares a que la esponja está en la chapa del medio”, dijo Alberto con voz de jugador experimentado. “Si está seguro, porque no apuesta más dinero”, lo provocó uno de los que movían las pequeñas chapas.
“Por esta vez, sólo 20", respondió. Ganó y sintió que era su día. Luego subió la parada. Al llegar a su destino, se bajó del ómnibus sin un dólar.
Desolado llegó a su hogar. Tuvo que aguantar la riña de su esposa, quien empacó las cosas y se marchó con sus hijos para la casa de su madre. “Eres un irresponsable”, le gritó al tirar la puerta.
Una parada después de la que se apeó Alberto, se bajaron los estafadores. No eran dos jugadores como él suponía. Los tres tipos serios y la señora sudorosa también formaban parte del tinglado.
En un parque repartieron el botín conquistado y se sentaron relajadamente a beber cerveza. Luego, más tarde, volverían a intentar engañar a otro incauto. Como Alberto.
Foto: Robin Thom, Flickr
http://taniaquintero.blogspot.com/
No han visto este "jueguito" en Cuba?? yo si, y es asi como lo narra el periodista, estaba en una cola para entrar a ni recuerdo cual tienda, y estaban los jugadores de chapitas, quien se ponia a mirar detenidamente sus jugarretas, las veia claritas, los apostadores que ganan y ganan son de la pandilla, asi hacen que las pobres victomas cojan confianza y apuesten.. al grito , que viene la policia, se pierden juntos apostadores de mentira y chaperos..
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Azali- Admin
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Re: Alberto cayó en la trampa
ME ALEGRO QUE SE JODA.....por bembon......
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: Alberto cayó en la trampa
Se chivo' ,por bobera.De esos rateros y delincuentones hay unos cuantos en Cuba,por no decir ,mas que unos cuantos.No hace mucho me contaba una persona que vino de Cuba y es familiar mio,que en el parquecito que queda cerca de donde yo vivia,hay unos cuantos muchachones que tienen plantado el susodicho jueguito de las tapas y como no trabajan ni estudian,ni estan en el bussiness ,se dedican al lio de las tapitas,y por supuesto,seguro que a estafar a los bobos.
Alver.
Alver.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Re: Alberto cayó en la trampa
Mikin sera por anormalon, si todo el mundo sabe que eso es una estafa, bueno menos los bobos..
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Azali- Admin
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Re: Alberto cayó en la trampa
ese truquito es mas viejo que cagal parao,cuando estabamos vecados lo hacian por cigarro yo recuerdo que los jabaneros siempre jodian a los guajiritos que llevaban aquellas ricas golozinas caseras como dulce de naranja,ect ect yo servia de pala muchas veces......
mikimbyjodon1- Cantidad de envíos : 2453
Fecha de inscripción : 15/06/2009
Re: Alberto cayó en la trampa
Ay Dios!! que rico el dulce de naraja!! el casero , se me salen las babas
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Azali- Admin
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