"El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
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"El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
Un militar que desertó narra la "pesadilla" de vivir en Corea del
Norte
Juan Paullier
BBC Mundo, Londres
Última actualización: Lunes, 22 de abril de 2013
Kim Joo-il cruzó a nado la frontera con China en
2005.
"El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder". Habla
Kim Joo-il, un excapitán del ejército norcoreano que desertó en 2005.
En conversación con BBC Mundo, Kim, quien vive en Reino Unido desde 2007,
explica por qué el lavado de cerebro que -según dice- sufrió él y experimenta la
mayoría en Corea del Norte lleva a que los norcoreanos quieran ir a una guerra
en medio de la tensión que vive la península.
Contenido relacionado
"Tanto los civiles como los soldados sufren por la situación económica. Y
quieren cambiar eso. Van a morir de todos modos así que, ¿por qué no tener una
guerra?", afirma Kim, quien una y otra vez –en una charla que brindó la semana
pasada en la sede de la BBC en Londres– hizo hincapié en el lavado de
cerebro.
Allí está, dice, la explicación de que la sociedad no vea con malos ojos la
retórica encendida de su líder, Kim Jong-un, quien desde que la ONU impuso en
marzo nuevas sanciones al régimen por su ensayo nuclear ha puesto, en base a
acciones y amenazas, en alerta a Estados Unidos y Corea del Sur, y a su aliado
China.
"Les enseñan a pensar que pasan hambre por culpa del mundo exterior. Y
necesitan un arma nuclear para luchar y dejar atrás las dificultades. A las
autoridades, que están cómodas en sus puestos y con su estilo de vida, les sirve
hablar de conflicto: distraen a la gente, intentan que olviden que comen una vez
al día, pero no quieren concretar sus amenazas porque buscan forzar el diálogo
con otros países para recibir ayuda".
Kim resume así su opinión sobre los motivos detrás de esta escalada.
clic Vea nuestra cobertura sobre la
crisis coreana
"Somos raros"
Kim Joo-il, un excapitán del ejército
norcoreano
"Es natural ver que somos raros porque no conocemos el mundo exterior y el
mundo exterior no nos conoce a nosotros, no saben lo que pasa adentro", dice
Kim, de 40 años.
Corea del Norte es un régimen impenetrable, salvo excepciones.
Kim es una de ellas. A los 32 años consideró que ya había tenido suficiente y
decidió ser uno de los casi 30.000 desertores del régimen, 23.000 de los cuales
-se estima- viven en Corea del Sur.
Bajo el mandato de Kim Jong-un, quien alcanzó el poder a fines de 2011 a los
27 años tras la muerte de su padre Kim Jong-il, activistas de derechos humanos y
funcionarios surcoreanos aseguran que se ha complicado aún más abandonar el
país, señala el diario estadounidense The New York Times.
Según el periódico, la pobreza generalizada de los norcoreanos hace que sea
casi imposible reunir el dinero para pagar por su escape. Y el endurecimiento de
los controles en la frontera con China hizo que el año pasado se redujera un 44%
la cantidad de refugiados norcoreanos que llegaron a Corea del Sur, que
totalizaron 1.509.
Cruzar el límite entre Corea del Norte y Corea del Sur implica atravesar la
Zona Desmilitarizada de Corea, de 238 km de longitud y 4 km de ancho. Tarea casi
imposible.
Para quienes dejan el país huir es el primer paso hacia la libertad. Pero una
vez allí los recuerdos del pasado suelen perseguirlos.
"Estaba tan adaptado al ambiente que era natural ver morir a familiares y
amigos de inanición. Sólo cuando deserté, en ese momento me di cuenta de lo
doloroso que había sido", le dice a BBC Mundo a través de una intérprete.
Pero eso ni siquiera es su peor recuerdo. Habla de la pesadilla de una vida
"sistematizada".
Recuerda una vida de dificultades económicas. Una frase que se queda corta
con la realidad. Se estima que hasta tres millones de personas murieron en la
hambruna que afectó al país entre 1994 y 1998.
Idolatrar al líder
Como capitán del ejército, al cual se había unido en 1992, debía recorrer
distintas partes del país, visitar a soldados en remotos puestos. Empezó a
comprender la magnitud del horror, los excesos del régimen, el sufrimiento
generalizado. Y el lavado de cerebro.
Estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-un en Pyongyang, abuelo y
padre, respectivamente, del actual líder.
Ese que comienza en la escuela, donde un tercio del programa estudios está
dedicado a la idolatría. En ese entonces, del Gran Líder, del fundador de la
República, Kim Il-sung, abuelo del actual líder.
Una idolatría que contamina el día a día, en la que una vez a la semana se
deben citar de memoria las enseñanzas del Gran Líder, fallecido en 1994 tras un
mandato de 46 años, y donde en la escuela los problemas de aritmética se hacen
con la cantidad de tanques estadounidenses destruidos a manos de soldados
norcoreanos.
Importa, cuenta Kim, mostrarse fiel al régimen, y no el conocimiento que se
pueda tener en química, por ejemplo: basta destacarse en la idolatría para
llegar a la universidad.
"No había información del mundo exterior, no había forma de cuestionar lo que
nos decían", dice.
Pero Kim quería ver qué había más allá, cómo era ahí afuera. Empezó a pensar
en desertar, pero el miedo lo paralizaba. Cuenta que fueron tres intentos antes
de concretarlo.
Cada vez que antes de intentar llegar a la frontera con China pasaba por casa
de sus padres, en la provincia limítrofe de Hamgyong del Norte, se resistía a
abandonarlos. No podía, consciente de que ser descubierto no sólo implicaba su
ejecución sino el castigo para su familia.
Cuando logró vencer los temores, cuando logró desertar, evitó pasar por la
casa de sus padres para una despedida. Tenía 32 años. Ellos siguen en Corea del
Norte, junto a su hermana y hermano.
Kim Joo-il, excapitán del ejército
norcoreano
"Se necesita coraje. Y curiosidad", dice en su tono tranquilo, con una voz
casi apagada. Quería ver qué había afuera. Pero su curiosidad se limitaba a
China.
Nunca pensó que dos años después estaría en Londres. Nunca pensó que antes
pasaría por Vietnam, Camboya y Tailandia.
Todavía recuerda las sensaciones del escape. Se le ilumina, por primera vez,
la cara. Deja atrás por un momento su voz monocorde.
Y cuenta que una noche de agosto de 2005 nadó cuatro horas por el río Tumen y
llegó a un huerto. Manzanas en todos lados. Manzanas en árboles. Manzanas en la
tierra. Una escena impensada en su país: nadie las dejaría sin comer. "Apenas
puse un pie en China, me di cuenta que había tomado la decisión correcta".
Afirma que nunca se arrepiente de haber partido, pero se apena por su
familia. Y todavía teme por ella.
"Se necesita sacrificio"
"Pero para reconstruir a Corea del Norte –explica– se necesita sacrificio. Y
si yo no me sacrifico, no puedo pedir el sacrificio de los demás".
El joven líder Kim Jong-un encedió la retórica
norcoreana.
Kim vive junto a su esposa y dos hijos en New Malden, una pequeña localidad
al oeste de Londres.
Es uno de los poco más de 600 refugiados norcoreanos registrados en Reino
Unido. Desde aquí dirige la publicación digital Free NK, "un diario
para la democracia en Corea del Norte". Y a la distancia, busca un cambio de
régimen.
Corea del Norte puede colapsar por tres factores, sostiene: con un movimiento
al estilo de la Primavera Árabe, por la acción de la fuerza de las potencias
extranjeras (China incluida) o través de los medios de comunicación y los
desertores.
"Se necesita una revolución, pero la gente precisa una iluminación. Tiene que
haber una combinación para que exista una revolución democrática adecuada, es
difícil que pase ahora", dice.
Y si va a haber un cambio, añade, lo más probable es que venga de la mano de
otros como él.
"Los desertores queremos cambiar Corea del Norte, es la forma ideal de
hacerlo. Sabemos qué está pasando, si nos podemos organizar, podemos alcanzar a
la sociedad norcoreana".
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/04/130419_corea_del_norte_testimonio_desertor_kim_joo_iljp.shtml
Norte
Juan Paullier
BBC Mundo, Londres
Última actualización: Lunes, 22 de abril de 2013
Kim Joo-il cruzó a nado la frontera con China en
2005.
"El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder". Habla
Kim Joo-il, un excapitán del ejército norcoreano que desertó en 2005.
En conversación con BBC Mundo, Kim, quien vive en Reino Unido desde 2007,
explica por qué el lavado de cerebro que -según dice- sufrió él y experimenta la
mayoría en Corea del Norte lleva a que los norcoreanos quieran ir a una guerra
en medio de la tensión que vive la península.
Contenido relacionado
- La BBC se infiltra en Corea del Norte
- La "dama de hierro" que enfrenta a Corea del
Norte - La estrategia de Washington en Corea
"Tanto los civiles como los soldados sufren por la situación económica. Y
quieren cambiar eso. Van a morir de todos modos así que, ¿por qué no tener una
guerra?", afirma Kim, quien una y otra vez –en una charla que brindó la semana
pasada en la sede de la BBC en Londres– hizo hincapié en el lavado de
cerebro.
Allí está, dice, la explicación de que la sociedad no vea con malos ojos la
retórica encendida de su líder, Kim Jong-un, quien desde que la ONU impuso en
marzo nuevas sanciones al régimen por su ensayo nuclear ha puesto, en base a
acciones y amenazas, en alerta a Estados Unidos y Corea del Sur, y a su aliado
China.
"Les enseñan a pensar que pasan hambre por culpa del mundo exterior. Y
necesitan un arma nuclear para luchar y dejar atrás las dificultades. A las
autoridades, que están cómodas en sus puestos y con su estilo de vida, les sirve
hablar de conflicto: distraen a la gente, intentan que olviden que comen una vez
al día, pero no quieren concretar sus amenazas porque buscan forzar el diálogo
con otros países para recibir ayuda".
Kim resume así su opinión sobre los motivos detrás de esta escalada.
clic Vea nuestra cobertura sobre la
crisis coreana
"Somos raros"
"Tanto los civiles como los soldados sufren
por la situación económica. Y quieren cambiar eso. Van a morir de todos modos
así que, ¿por qué no tener una guerra?"
Kim Joo-il, un excapitán del ejército
norcoreano
"Es natural ver que somos raros porque no conocemos el mundo exterior y el
mundo exterior no nos conoce a nosotros, no saben lo que pasa adentro", dice
Kim, de 40 años.
Corea del Norte es un régimen impenetrable, salvo excepciones.
Kim es una de ellas. A los 32 años consideró que ya había tenido suficiente y
decidió ser uno de los casi 30.000 desertores del régimen, 23.000 de los cuales
-se estima- viven en Corea del Sur.
Bajo el mandato de Kim Jong-un, quien alcanzó el poder a fines de 2011 a los
27 años tras la muerte de su padre Kim Jong-il, activistas de derechos humanos y
funcionarios surcoreanos aseguran que se ha complicado aún más abandonar el
país, señala el diario estadounidense The New York Times.
Según el periódico, la pobreza generalizada de los norcoreanos hace que sea
casi imposible reunir el dinero para pagar por su escape. Y el endurecimiento de
los controles en la frontera con China hizo que el año pasado se redujera un 44%
la cantidad de refugiados norcoreanos que llegaron a Corea del Sur, que
totalizaron 1.509.
Cruzar el límite entre Corea del Norte y Corea del Sur implica atravesar la
Zona Desmilitarizada de Corea, de 238 km de longitud y 4 km de ancho. Tarea casi
imposible.
Para quienes dejan el país huir es el primer paso hacia la libertad. Pero una
vez allí los recuerdos del pasado suelen perseguirlos.
"Estaba tan adaptado al ambiente que era natural ver morir a familiares y
amigos de inanición. Sólo cuando deserté, en ese momento me di cuenta de lo
doloroso que había sido", le dice a BBC Mundo a través de una intérprete.
Pero eso ni siquiera es su peor recuerdo. Habla de la pesadilla de una vida
"sistematizada".
Recuerda una vida de dificultades económicas. Una frase que se queda corta
con la realidad. Se estima que hasta tres millones de personas murieron en la
hambruna que afectó al país entre 1994 y 1998.
Idolatrar al líder
Como capitán del ejército, al cual se había unido en 1992, debía recorrer
distintas partes del país, visitar a soldados en remotos puestos. Empezó a
comprender la magnitud del horror, los excesos del régimen, el sufrimiento
generalizado. Y el lavado de cerebro.
Estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-un en Pyongyang, abuelo y
padre, respectivamente, del actual líder.
Ese que comienza en la escuela, donde un tercio del programa estudios está
dedicado a la idolatría. En ese entonces, del Gran Líder, del fundador de la
República, Kim Il-sung, abuelo del actual líder.
Una idolatría que contamina el día a día, en la que una vez a la semana se
deben citar de memoria las enseñanzas del Gran Líder, fallecido en 1994 tras un
mandato de 46 años, y donde en la escuela los problemas de aritmética se hacen
con la cantidad de tanques estadounidenses destruidos a manos de soldados
norcoreanos.
Importa, cuenta Kim, mostrarse fiel al régimen, y no el conocimiento que se
pueda tener en química, por ejemplo: basta destacarse en la idolatría para
llegar a la universidad.
"No había información del mundo exterior, no había forma de cuestionar lo que
nos decían", dice.
Pero Kim quería ver qué había más allá, cómo era ahí afuera. Empezó a pensar
en desertar, pero el miedo lo paralizaba. Cuenta que fueron tres intentos antes
de concretarlo.
Cada vez que antes de intentar llegar a la frontera con China pasaba por casa
de sus padres, en la provincia limítrofe de Hamgyong del Norte, se resistía a
abandonarlos. No podía, consciente de que ser descubierto no sólo implicaba su
ejecución sino el castigo para su familia.
Cuando logró vencer los temores, cuando logró desertar, evitó pasar por la
casa de sus padres para una despedida. Tenía 32 años. Ellos siguen en Corea del
Norte, junto a su hermana y hermano.
"Pero para reconstruir a Corea del Norte se
necesita sacrificio. Y si yo no me sacrifico, no puedo pedir el sacrificio de
los demás"
Kim Joo-il, excapitán del ejército
norcoreano
"Se necesita coraje. Y curiosidad", dice en su tono tranquilo, con una voz
casi apagada. Quería ver qué había afuera. Pero su curiosidad se limitaba a
China.
Nunca pensó que dos años después estaría en Londres. Nunca pensó que antes
pasaría por Vietnam, Camboya y Tailandia.
Todavía recuerda las sensaciones del escape. Se le ilumina, por primera vez,
la cara. Deja atrás por un momento su voz monocorde.
Y cuenta que una noche de agosto de 2005 nadó cuatro horas por el río Tumen y
llegó a un huerto. Manzanas en todos lados. Manzanas en árboles. Manzanas en la
tierra. Una escena impensada en su país: nadie las dejaría sin comer. "Apenas
puse un pie en China, me di cuenta que había tomado la decisión correcta".
Afirma que nunca se arrepiente de haber partido, pero se apena por su
familia. Y todavía teme por ella.
"Se necesita sacrificio"
"Pero para reconstruir a Corea del Norte –explica– se necesita sacrificio. Y
si yo no me sacrifico, no puedo pedir el sacrificio de los demás".
El joven líder Kim Jong-un encedió la retórica
norcoreana.
Kim vive junto a su esposa y dos hijos en New Malden, una pequeña localidad
al oeste de Londres.
Es uno de los poco más de 600 refugiados norcoreanos registrados en Reino
Unido. Desde aquí dirige la publicación digital Free NK, "un diario
para la democracia en Corea del Norte". Y a la distancia, busca un cambio de
régimen.
Corea del Norte puede colapsar por tres factores, sostiene: con un movimiento
al estilo de la Primavera Árabe, por la acción de la fuerza de las potencias
extranjeras (China incluida) o través de los medios de comunicación y los
desertores.
"Se necesita una revolución, pero la gente precisa una iluminación. Tiene que
haber una combinación para que exista una revolución democrática adecuada, es
difícil que pase ahora", dice.
Y si va a haber un cambio, añade, lo más probable es que venga de la mano de
otros como él.
"Los desertores queremos cambiar Corea del Norte, es la forma ideal de
hacerlo. Sabemos qué está pasando, si nos podemos organizar, podemos alcanzar a
la sociedad norcoreana".
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/04/130419_corea_del_norte_testimonio_desertor_kim_joo_iljp.shtml
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Azali- Admin
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Re: "El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
Y ni el cuerpo...En esas sociedades de dictadura zurda y super cerrada,el ciudadano no tiene individualidad ,el gobierno los ve como un súbdito y por ende obligado a obedecer sin cuestionamientos.
Alv.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
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Re: "El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
Esclavos, es en lo que convierten a los pueblos esos represores...
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Azali- Admin
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Fecha de inscripción : 27/10/2008
Re: "El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
Por eso "se adoran" unos a otros.
Alver- Cantidad de envíos : 6935
Fecha de inscripción : 26/02/2009
Alver- Cantidad de envíos : 6935
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Para el fan del Gran Lider
[youtube][/youtube]
CalaveraDeFidel- Cantidad de envíos : 19144
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: "El cuerpo es tuyo, la mente le pertenece al Gran Líder".
Como una persona que se respite , puede defender ese regimen?? eso es peor que el feudalism.
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Azali- Admin
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