El premio gordo/ Fernando Ravsberg

El premio gordo


Fernando Ravsberg | 2010-05-27, 14:29



La destitución del Ministro de Transporte, Jorge Luis Sierra, me sorprendió dado que este es uno de los pocos sectores donde se puede decir que el país ha avanzado ostensiblemente, tanto a nivel urbano como interprovincial.
Me pregunté cuáles habrán sido los errores cometidos por Sierra y busqué información entre los funcionarios de gobierno. Cuando me dijeron la causa me costó tanto creerlo que seguí buscando nuevas fuentes para confirmarlo.
Al parecer el pecado del ex ministro fue autorizar la importación de automóviles sin pago de impuestos a aquellos cubanos que tuvieran un vehículo viejo para entregar a cambio y dinero suficiente como para comprarse uno nuevo en el extranjero.
Yo conocía la medida y me pareció una forma inteligente de renovar el parque automotriz sin inversiones por parte del gobierno. Las cosas, sin embargo, se salieron del cauce previsto por las autoridades del ministerio.
La mayor parte de los automóviles comprados por los cubanos fueron de lujo, Mercedes Benz, Audi y BMW, del año. Algunos artistas compraron vehículos de más de US$50.000 pero hubo empleados estatales, con salarios de US$30 al mes, que importaron vehículos de US$15.000.
De inmediato sonaron todas las alarmas y se suspendió la importación justo cuando los que tienen menos dinero se aprestaban a cambiar el automóvil. Los más adinerados no tienen de qué preocuparse; ya sus carros de lujo los distinguen.
Podríamos hablar horas de anécdotas de este caso y de la idiosincrasia de los cubanos pero lo cierto es que el problema está mucho más en el fondo, está en los mecanismos creados por el sistema en relación con los automóviles.
Normalmente para que un ciudadano pudiera comprarse un vehículo necesitaba el permiso del vicepresidente de la República. No sé quién lo autoriza ahora pero durante años fue tarea de Carlos Lage decidir quién se merecía un carro.
Teóricamente se ha dicho muchas veces que la venta de automóviles debe orientarse hacia aquellos que los necesitan para desarrollar su labor social. Afirman que el ecosistema colapsaría si todos los habitantes del planeta tuvieran un vehículo propio.
Sin embargo, después las mismas autoridades premian a los ciudadanos con automóviles. Durante los años buenos se les vendían carros a trabajadores muy destacados y hace poco tiempo se los entregaron a los deportistas retirados.
El vehículo es el Premio Gordo. Tengo un conocido que por sus aportes técnicos durante la crisis econímica de los 90 recibió una moto; al año siguiente hizo nuevos inventos y le entregaron otra y como siguió destacándose, en este milenio le vendieron un auto Lada.
Nadie le preguntó a este cubano destacado si necesita una casa, mejoras salariales o si quiere hacer un viaje. No, él se merecía un gran estímulo y eso es un vehículo. Así que este señor tendrá que decidirse entre ampliar el garaje o dejarse de inventar cosas.
El absurdo es tal que para impedir que los premiados puedan revender los carros a terceros que no se lo merecen, existe una directriz que prohíbe los traspasos de dueño, aunque este es un trámite que la propia ley cubana autoriza.
Para complicarlo aún más están las excepciones. Los marinos, artistas o diplomáticos pueden comprar automóviles siempre que demuestren sus ingresos. Sin embargo, a los campesinos no se les permite, aunque prueben que el dinero es producto de su trabajo.
Y no sólo hablamos de automóviles; los campesinos no pueden comprar camiones ni tractores. Es más, conozco el caso de uno al que le regalaban un tractor en el extranjero y las autoridades le negaron el derecho a importarlo a Cuba.
Como los extranjeros sí tienen esa posibilidad, algunos cubanos les ofrecen dinero para que lo compren a su nombre. Invierten miles de dólares a sabiendas de que cuando el propietario legal vuelva a su país el carro ya no puede circular.
El enorme caos se ha convertido en un terreno fértil para el mercado negro, donde cada año se venden automóviles aprovechando los resquicios legales y forzando la ley con algún dinero puesto, discretamente, en manos de funcionarios venales.
La relación de las autoridades cubanas con los vehículos automotores es extraña; casi traumática. Han convertido al automóvil en la mayor aspiración material del ciudadano, a la que sólo se puede acceder tras acumular grandes méritos.
El presidente Raúl Castro eliminó ya algunas de las prohibiciones que pesaban sobre la ciudadanía -hoteles, celulares, internet- y el universo siguió intacto. De igual forma, una apertura en la venta de carros, sólo afectaría a la burocracia, al mercado negro y a la corrupción.

2. A las 04:03 PM del 27 May 2010, alejandro Escribió:


Hola Fernando, permíteme hacer "catarsis" en tu blog...
Verdaderamente, el modelo socialista está repleto de imperfecciones y contradicciones. Indigna que quienes creamos en él tengamos tan poco poder de cambio. Marx decía que el socialismo era un sistema de abundancia, por lo cual me inclino a pensar que en Cuba tenemos cualquier cosa menos socialismo.
Seamos claros, el sistema de gobierno cubano ha logrado muchas cosas loables. Éstas fueron realizadas por un liderazgo que tenía mayor contacto con el pueblo y en el que la burocracia estaba anonada, metamorfoseándose en la porquería que existe hoy en Cuba, donde cualquier funcionario se siente ante el pueblo que "tiene a Dios cogido por los huev..."
Las cosas malas son muchas, muchas, muchas!!!. Ya se conocen casi todas(en este mismo blog se mencionan unas cuantas). Éstas (las malas), vengan de donde vengan encontrarán oídos sordos y mentes cavernícolas en las personas que pueden elaborar algún tipo de cambio. Se puede debatir mucho, exponer de forma racional, coherente, desde el lado de la ideología del gobierno (que se dice comunista) y apenas se logrará inmutar a alguno. Por eso, muchos cubanos optan por irse del país o por vivir al margen. Porque quienes los representan solo se complacen en aparentar esa falsa representatividad y seguir "gordos" e intocables por el pueblo en su forma de vida (que es precisamente ser dirigente).
Aclaro que esto va más allá del discurso de "dictadura", de que si "los hermanos Castro" y todo eso. No coincido con la posición maniquea que muchos adoptan. Se puede ser comunista y estar en completo desacuerdo con la mayoría de las "cosas" del gobierno cubano. NO EXISTE LA MAL LLAMADA UNIDAD. Opino que existen miles, cientos de posiciones políticas. Algunos prefieren la iniciativa privada, otros la libertad de expresión, que si el pluripartidismo y así sucesivamente. ¿Pero si hay tanta diversidad por qué no se hace efectiva?.¿Si los que están afuera critican tanto por qué no regresan con sus miles y pelean por lograr posiciones en la política interna usando las mismas reglas de "sus enemigos"(yo los apoyo aunque no comparto su ideología, que triunfe la que mejor sea en la práctica)?...¿qué pasaría si en la asamblea hubieran al menos "13 diputados disidentes"?¿harían algún cambio o también se acomodarían como lo han hecho todos?. Si un diputado en la asamblea alza su voz en contra NO SE LE PUEDE HACER NADA PORQUE ES ELEGIDO POR EL PUEBLO.
Por esta razón, opino que las estructuras para la toma de poder están desacreditadas en Cuba. Hablamos muchos pero no hacemos ninguna tarea efectiva al margen del dicho de Máximo Gómez (el cubano cuando no llega se pasa). Es decir, que la oposición no ha encontrado un lugar central en el juego político actual. Hay una parte del pueblo que cree en Fidel, en Raúl pero que se siente mal en el sistema. Esos no pertencen plenamente ni al bando de los comunistas y del de los llamados "disidentes".
Yo no creo en Fidel como heredero de Martí, ni en sus ideas politico sociales y menos en las económicas. Pero acepto de su pensamiento (y lo he leído) lo que resulta ser en su momento un adelanto (que la verdad son muy pocas cosas). Al decir Fidel, me refiero al gobierno de Cuba. El pueblo de Cuba está huérfano y la economía es el reflejo preciso de lo mal que estamos.

A las 06:56 PM del 27 May 2010, cubanodecuba Escribió:


Es Diabólico el hecho de que se use como arma política la posesión de un auto o cualquier otro bien material, eso es el socialismo hoy en Cuba, beneficios para las clases en el poder y miseria para otros, personas que pugnan por una TV analógica obsoleta que se vende al abusivo precio de 300 Dolares o un permiso para un Carro, cuando el mundo lee esto se da cuenta que el Modelo tan propuesto para los países pobres, está totalmente fracasado, por Dios, cuando la cordura regresará a mi País?.
Gracias Fernando por difundir nuestra verdad.


19. A las 07:26 PM del 27 May 2010, CARLOS GOMEZ Escribió:


Un segundo, lei bien??? una de las tareas del vicepresidente de un pais es decidir a quien se le permite comprar un carro???
Se que para los Romanos era normal echarle gente a los leones por entretenimiento, que pa Mao era normal enviar a su pueblo a la inanicion en su Gran Salto y que para el presidente Hugo Chavez es normal destruir a su pais enviandolo a niveles de desarrollo de la edad de piedra solo por que le da la gana, la crapulencia humana nunca va a tener limites, es su naturaleza.
...Que molleja un vicepresidente de un pais dando permisos para comprar carros...

A las 08:20 PM del 27 May 2010, Jesus T Escribió:


Referente a los autos han pasado cosas que no se le hubieran ocurrido ni a Garcia Marquez ni a Isabel Allende.
Yo, en una epoca en que decidieron que se debia vender los carros a quien los tenia asignados trabajaba en un organismo en el que despues que todos los jefes se repartieron los carros nuevos, que estaban en piquera, determinaron que lo carros mas viejos, que teniamos asignados lo tecnicos, debian quedarse para piquera.
Conoci el caso de dos funcionarios que trabajaban en una empresa mixta en el extranjero y al terminar su periodo de trabajo la parte extranjera determino regalarle sendos Fiat -- no recuerdo el modelo pero no eran de los pequeños y en Cuba eran un "cañon" -- en cuanto llegaron los carros a Cuba comenzaron las presiones para que los entregaran al ministerio correspondiente, uno de ellos lo entrego -- al cabo de un año le autorizaron a comprar un Lada --, ese vehiculo de inmediato paso al servicio del ministro. El otro funcionario no lo entrego, lo que le costo el cargo que desempeñaba en el referido ministerio y la militancia del partido, por desviacionismo ideologico.
Conoci tambien un caso parecido al que relata Fernando, un cientifico -- que hizo una serie de aportes sustanciales a la agricultura cañera, cuando aun existia esta -- le habia sido entregado un Lada; al año siguiente un nuevo trabajo suyo gano un premio a nivel nacional y le avisaron que habia sido orientado por el "comandante en jefe" que le asignaran un Fiat polaco, cuando le dijo a la persona que se lo informo que en realidad el ya tenia un Lada y que con eso le era suficiente, que podian darselo a otro ganador, este le respondio que ese auto habia le habia sido asignado por "el comandante" y que le aconsejaba que lo cojiera, pues negarse podia verse como un desaire.
Existen muchas mas anecdotas sobre los autos -- y lo que representa tener uno en Cuba -- como el de un conocido que estudio en la Universidad, segun decia solo con el fin de que le asignaran (vendieran) un auto y cuando se graduo vio que ya no lo daban por ser graduados y si por ser dirigente y hizo lo posible y lo imposible por llegar a este status, despues dejamos de vernos y no se si logro su sueño.
Para tener posiblidades de tener autos se entrego oro y plata -- en las famosa "tiendas del oro y la plata" -- y existio tambien al "opcion" de casarse con una extranjera residente en Cuba, pagandole a la misma una cantidad previamente acordada, y despues de comprarse el auto divorciarse y en la distribucion de bienes quedarse con este.
Por eso cuando supe que estaban autorizando la compra de autos en el extranjero, simpre que uno tuviera un "almendron", para entregar -- por lo que muchos compraban estos, para cumplir con el requisito que les permitiria comprar el otro --, me dije ojala que les salga bien.
Esperemos que despues de esta destitucion no vengan los, ya conocidos, decomisos.